La insólita reunión del gobernador con inefectivos representantes populares

No podría ser de otro modo. Las cosas así son, como son. De ahora en adelante, el viejo acervo de mañas, consensos sesgados, rendimiento incondicional de los legisladores afines al priato; ya no aplica, incluso, ni en la fase previa al gran inicio que habrá en favor de los mexicanos el próximo 1 de diciembre, cuando el presidente más aclamado al entrar a Los Pinos, asuma el mando. Y ya sabemos ahora sí quién es, a la luz de la República.

Entendámoslo todos, las viejas costumbres del poder absoluto al servicio de la corrupción oficial, ya no seguirán marcando las pautas de la política y la administración Pública. El binomio de corrupción pública, partido de estado-gobierno, no ocurrirá jamás con tanto daño como el ocasionado por el PRI Y el PAN, aquellos en casi 80 años, y el último en desgraciados 12 años.

Por eso, la reunión a la que convocó el gobernador Ignacio Peralta Sánchez a los legisladores federales, fue insólitamente desolada, casi, porque lo que es la oficialista y contumaz priista- a quien quiso Arnoldo Ochoa promover como la non plus ultra en apartidismo, solo para que ocupara cargos “ciudadanizados”; y los diputados federales Jorge Luis Preciado y Gretel Culin, cuentan mucho menos, estigmatizados como están por su inconsistencia política, pues ahora están en una posición, y al rato, como veletas, se hacen a donde los lleva el oleaje de los moches políticos, para decirlo eufemísticamente.

Del cuadro universitario, emanado de la fuerza “institucional” con que impone la nomenklatura del Campus a sus incondicionales, no podemos decir nada más que solo cumple con el mandato y acude solicita a donde le llaman. Ximena estuvo ahí, por su deber a la “lealtad” como el grupo Universidad marca a sus cuadros políticos, por cierto, hoy caídos en desgracia; lo que debe preocupar porque son unos días más de poder y andan buscándoles acomodo aquí y allá. Tiemblen nominas oficiales y del ramo educativo.

Pero de Jorge Luís Preciado hay que decir que no tiene vergüenza. Y ahora parece que va a acabar de maletero de Moreno Peña, -quien fuera su implacable verdugo que lo mando a las mazmorras- si se acepta que el ex-rector es el hombre más influyente con Nacho Peralta. Triste paradoja la de Preciado, pero que seguramente, conociendo de sus oficios de alta traición y de estigma de corrupción -Pepe Reveles dixit en su monumental libro Manos Sucias-; no se duda que le atraen los espacios de debilidad política para aparecerse y sumar a una aparente imagen de consenso político, como la que Ignacio Peralta quiere hacer creer al pueblo de Colima para vender una fortaleza que no tiene.

Solo tres diputados, y de poca consistencia de representación pública efectiva, se aparecieron en la foto donde reposa el anacrónico Arnoldo Ochoa y el gobernador que ama a la dolche vite, aunque no descuida a Paris, cada que se ofrece. Y ese no es ningún consenso, para que la prensa oficial lo ande anunciando como los grandes arreglos para promover el presupuesto que demandan las necesidades de Colima, y que seguramente la nueva fuerza política nacional en el gobierno y en los congresos, es decir el proyecto de nación de AMLO y las legislaturas de MORENA, sabrán definir con justicia social.
A los diputados federales electos de la oposición al partido y al gobierno oficial hoy en el poder, les faltó mayor consistencia para responder a la invitación que envió el gobernador a cada uno de los legisladores federales de Morena o de la Coalición Juntos haremos Historia. ¿Qué es eso de responder que por razones de agenda no irían? No, debieron ser contundentes, y decir que por su cuenta están ya viendo de qué manera incidirán directamente para que las partidas al desarrollo y progreso social y económico de Colima, sean justas. Y si en eso coinciden con los afanes de Peralta, bueno, es eso, una coincidencia. Pero el mérito deberá tener ya la impronta del nuevo gobierno que el pueblo eligió el 1 de julio.

PUNTO Y RAYA

Un intermediario acudió a mí. Tal parece que una de mis entregas, donde refiero a los que comandados por el incondicional de los Yáñez Centeno, Sergio Jiménez Bojado paseándose en un yate por las bellísimas y azules playas de Manzanillo, para relajarse de un fuerte trabajo que en realidad no hicieron, pues en donde les tocó hacerse cargo del operativo estructural, lo dejaron sin cubrir; caló.

El amigo emisario, insistía, con marcado énfasis en que el costo del yate fue un obsequio de uno de los familiares que allí recorrían paradisiacamente el litoral del la bahía, fue costeado por particulares de uno de los pasajeros. Si fue pagado o regalado, eso no tiene importancia, pasa a segundo término; el hecho es que una revolución democrática no se festeja con ritos de aventureros sprinkbreakers. Le voy a pedir la lista con los nombres de quienes abordaban el yate. O que me haga una crónica. Yo sólo sé que la comandaba el presidente de Morena, que por cierto, en sintonía con la diputada electa Claudia Yáñez Centeno, a donde va se creé el mismísimo partido depositado en su sola persona.

¡Hasta la próxima!

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