“La doble crisis que golpea a los medios de comunicación —la financiera y la de credibilidad— ha deteriorado la relación entre la prensa y los lectores”, escribe Carlos Yárnoz, nuevo defensor del lector de El País en ‘La respuesta es periodismo’, un artículo que publicó ese diario el 19 de enero (https://elpais.com/elpais/2019/01/19/opinion/1547915320_554157.html).
“El negocio tradicional ha quebrado sin una alternativa clara con la consiguiente reducción de plantillas y sueldos en las redacciones y la sustitución de editores clásicos por empresarios nuevos en el sector. En paralelo, los periodistas hemos bajado la guardia con la correspondiente pérdida de confianza de los ciudadanos.
“A todo ello se suman el ruido en redes y tertulias, el dominio del tráfico informativo por gigantes de Internet y las inversiones de líderes o Estados para manipular noticias. En España se añade un ambiente político en el que todo es blanco o negro, también al juzgar a la prensa.
“Solo hay una respuesta adecuada frente a todo eso: más periodismo independiente y profesional”.
Para Yárnoz, quien con 35 años de trabajo en el diario madrileño sustituyó a Lola Galán en la defensoría del lector, el relevo “propicia el repaso de los principios y buenas prácticas en El País. Su cumplimiento es la defensa de los lectores, que tienen derecho a estar bien informados para entender la realidad y formarse su criterio. La salvaguardia de ese derecho como ‘la razón última del trabajo redaccional’ figura en el Estatuto de la Redacción, donde se afirma que el periódico ‘rechazará cualquier presión de personas, partidos, grupos económicos, religiosos o ideológicos que traten de poner la información al servicio de sus intereses’”.
En el Libro de Estilo están esos principios, añade. Y una prueba de la preocupación por cumplirlos es el esfuerzo diario de los redactores. Otra, la subsistencia de la figura del Defensor desde 1985 en El País. “Diarios prestigiosos como The New York Times o The Washington Post han prescindido de ese a veces molesto cargo. Pese a todo, los periódicos no hemos ofrecido siempre esa información rigurosa, fiable, independiente. Lo reconocen muchos profesionales de este y otros medios. Y los lectores, claro”.
ACREDITAR LAS FUENTES
Yárnoz cita un sondeo del Pew Research Center de mayo, el cual muestra que sólo el 31% de los españoles se fía de la prensa, porcentaje muy inferior al de Holanda (67%), Alemania o Suecia (64% en ambos casos).
“Hemos decepcionado a los ciudadanos porque se han incumplido normas básicas. Una fundamental por la que velaré especialmente se refiere a las fuentes de información, elemento crucial para que una noticia sea o no creíble. Aun respetando el anonimato si así lo pide el informante, el periodista debe citarlas lo más concretamente posible para dar esa credibilidad.
“Las informaciones, dice nuestro Libro de Estilo, ‘solo’ pueden ser obtenidas por tres vías: la presencia en el lugar de los hechos, la narración por una tercera persona o el manejo de documentos. Y advierte: ‘El lector tiene derecho a conocer cuál de las tres posibilidades se corresponden con la noticia’”.
PERIODISTA DE CARRERA
De acuerdo a la ficha biográfica que publicó la sección internacional de El País al enumerar a los participantes de El Debate de 2012 (https://elpais.com/internacional/2012/02/20/biografiaeldebate/1329760621_596113.html), Carlos Yárnoz (Artajona, Navarra. 1953) se licenció en Ciencias de la Información por la Universidad de Navarra en 1977.
Su primer trabajo como periodista lo desarrolló en la Agencia Europa Press, donde estuvo de responsable del turno de noche para, posteriormente, desarrollar diversas coberturas informativas sobre reformas lanzadas por el entonces Gobierno de Unión de Centro Democrática (UCD) en plena transición democrática. Igualmente, realizó coberturas de viajes al exterior del presidente Adolfo Suárez y el Rey.
Tras un breve periodo al frente del gabinete de prensa del Ministerio de Administración Territorial en 1981, se incorporó en 1982 al equipo fundador de la revista Tiempo, del Grupo Z, para el que cubrió el juicio contra los golpistas del 23-F en las páginas de El Periódico de Cataluña.
En enero de 1983 se incorporó a El País como redactor de la sección España, de la que fue redactor jefe de Política entre 1989 y 1993. Tras dirigir durante dos años el Equipo de Investigación del periódico, fue nombrado subdirector del diario como responsable del cierre y coordinación de ediciones. En 2000 fue designado delegado del diario en Bruselas y, durante cinco años, se encargó de la cobertura en las instituciones europeas de las áreas institucional y económica.
De vuelta a Madrid, ejerció como subdirector de la coordinación de la información diaria hasta 2012 y, de 2012 a 2014, subdirector del periódico y los productos del fin de semana. Fue corresponsal en París entre 2014 y 2017. Desde ese año publica periódicamente artículos de opinión.
En 2013 recibió el Premio de Periodismo Salvador de Madariaga por su contribución al fomento de una concienciación europea.
LA RESPUESTA ES PERIODISMO
En ‘La respuesta es periodismo’, Carlos Yárnoz señala que raro es el día en el que no aparecen noticias sin fuentes concretas. No hace mucho se afirmaba en una crónica: «En el PP nacional reconocen que su partido en Madrid es un ‘nido de víboras y familias’ con ramificaciones empresariales y policiales en donde es fácil arruinar tu carrera política». Semejante descalificación exige precisar más su origen, apunta.
“Estos días se han publicado [en El País] noticias fechadas y firmadas en Madrid sobre hechos en Suecia, Polonia o Grecia y sin mencionar las fuentes de datos que figuraban incluso en titulares. Se debiera haber compartido la firma con la agencia o el medio del que se extrajeron los elementos importantes. O al menos mencionarla en las primeras líneas. Así lo exige el Libro de Estilo que, además, aclara: ‘Se citará siempre una fuente cuando el periodista no haya estado presente en la acción que transmite’.
“A veces se usa como fuente el latiguillo ‘según ha podido saber este periódico’, como si la noticia hubiera llegado por ciencia infusa. La fórmula solo puede ser excepcional, pero recomiendo prohibirla en la revisión del Libro de Estilo. Su coordinador, Álex Grijelmo, lo asume.
“Vigilaré también la observancia de otros principios: desde evitar el conflicto de intereses hasta separar claramente información y opinión pasando por el tratamiento adecuado de las imágenes o la publicidad. Y, desde luego, por la transparencia, por contar a los lectores qué ocurre en la empresa editora o por qué el periódico publica unas noticias y desecha otras.
“‘El interés del lector prevalece sobre cualquier otro’, afirma nuestro código. Por eso, todos los periodistas debemos ser defensores de los lectores, aunque el título lo lleve solo uno”.
Y anuncia que el blog del Defensor en la web incluirá un apartado en el que personalmente responderá Yárnoz a quejas y sugerencias. Como han hecho sus predecesores, también tratará temas específicos en artículos que aparecerán en la web y el papel”.