Como nunca había ocurrido que una designación del titular del Ejecutivo fuera desacatada en el seno de un organismo descentralizado como es Ciapacov, los abogados del Gobernador, el jurídico de los ayuntamientos y los asesores del Congreso jamás se percataron de las lagunas legales en el acta fundacional.
No está claro qué perfil deben tener los candidatos que incluya el Gobernador en la terna para dirigir la Comisión Intermunicipal de Agua Potable y Alcantarillado Colima-Villa de Álvarez. O a qué consejo hay que convocar para que vote las propuestas: ¿al Consultivo o al de Administración? Mucho menos cómo se establece la mayoría en una votación: ¿de manera simple o en forma relativa?
Lo que nunca había pasado tampoco antes es que alguno de los actores involucrados en la decisión cuestionara el dedazo del mandatario, como lo hicieron el alcalde capitalino Leoncio Morán y los diputados de Morena (con la deshonrosa excepción de Guillermo Toscano).
Esto es, hubo resistencia a aceptar lo que antes sí eran claras: las reglas no escritas. Por eso, para sacar avante la designación de Nicolás Contreras el Ejecutivo tuvo que recurrir a todo:
Le hizo bullying en las redes sociales al secretario de Finanzas, Carlos Noriega, porque no pudo consumar la imposición del ex dirigente magisterial en la sesión de consejo del viernes pasado.
Promovió el linchamiento moral del representante de la Canirac, a quien sus compañeros restauranteros desautorizaron para que al Gobernador le pudieran salir las cuentas.
(Esa es una ofensa para el socio Jordán Guillermo Lezama, pues se asume que suplantó la personalidad jurídica del presidente de la cámara. ¡Nomás falta que le finquen responsabilidades!).
Y, a fin de completar el trámite, excluyeron de la convocatoria de la sesión a puerta cerrada de este lunes a los diputados de Morena.
MOLESTOS, LOS DE CASA
En una operación política tradicional, esto no habría ocurrido. Y no porque la palabra del Gobernador fuera inapelable sino porque cualquier otro mandatario habría entendido que, designar a un personaje como Nico, no podría hacerse por la fuerza sino mediante negociaciones y acuerdos con los consejeros.
Ciertamente no con argucias legales, pues de este modo los costos políticos serán altos. De entrada, queda lastimada la relación institucional del Gobierno del Estado con los Ayuntamientos y con la mayoría de Morena en la Legislatura. Por lo demás, en un gobierno pro-empresarial como el de Ignacio Peralta, es mal síntoma que hayan quedado molestos los socios del sindicato patronal (Coparmex), que se opuso, de la Cámara de Comercio que no envió representante a ninguna de las sesiones, y de los restauranteros a quienes hicieron quedar en ridículo.
Para analizar el asunto, la pregunta no es cuán grande era el compromiso de Nacho con Nico, o si el profesor Contreras tiene el perfil administrativo o técnico-hidráulico para hacerse cargo de un organismo tan especializado. Triste consuelo es decir que la Ciapacov ha tenido directores peores que éste. El problema es saber a quién le rendirá cuentas Nicolás.
Obvio que no a los alcaldes ni a los regidores, sus patrones lógicos tratándose de una empresa paramunicipal, varios de los cuales se opusieron ostentosamente a la llegada de Nico. El nuevo director de Ciapacov se reportará con el Gobernador, quien reclama ser cabeza de la Comisión Intermunicipal lejos del espíritu honorario que conlleva la presidencia del organismo.
LA TAJADA DEL LEÓN
El agandalle en Ciapacov reveló el interés económico que el Ejecutivo local tiene en sus ingresos. Para un gobierno que ha perdido participaciones federales, la liquidez que le ofrece la recaudación por concepto de agua es tan vital como el líquido.
La Comuna capitalina ya inició el proceso para recuperar el servicio público de abasto de agua, drenaje, alcantarillado y saneamiento. Falta ver si el cabildo de Villa de Álvarez aprueba una decisión igual.
En teoría, la única razón por la cual el Gobierno del Estado podría negarse a devolver a los municipios el organismo operador sería la sospecha de que la eficiencia del servicio estaría en riesgo si quedara en manos de los ayuntamientos.
Pero da la casualidad que Ciapacov es el único organismo operador del agua con números negros. Su similar porteña, Capdam, tiene baja recaudación entre los usuarios domésticos porque los grandes contribuyentes son hoteles e instalaciones industriales que gastan enormes cantidades de agua… y pagan por ella. En el resto de los municipios hay mayor resistencia a contribuir: por ejemplo, en Cuauhtémoc o en Comala el usuario es moroso también en protesta porque no está garantizado el abasto.
LO DEL AGUA, AL AGUA
El carácter estatalizado de la Ciapacov implica una relación conflictiva con los ayuntamientos. Es normal que el organismo no avise a la respectiva oficina municipal de obras públicas el arranque o la terminación de alguna obra. Y, como invitado, el agente COV es encajoso.
Cuando arreglan las tomas de agua en una calle, le toca al Ayuntamiento reponer el pavimento y en ocasiones hasta tapar las zanjas porque la Comisión se limita a cambiar los tubos.
Para frenar las aspiraciones de Héctor Insúa a reelegirse, Ciapacov demoraba la atención de las quejas de los usuarios capitalinos. Y ese sabotaje electoral podría replicarse ahora con Locho Morán.
En los orígenes de todas los organismos operadores de agua estuvo la intención de impedir que los alcaldes usaran el cobro del servicio como caja chica. Ahora no sólo se trata de evitar que el Gobierno del Estado la use como fuente de financiamiento para las campañas de los candidatos oficialistas en 2021, como han externado algunos diputados, sino de garantizar que se cumpla la máxima: “lo del agua al agua”.
Esto es, que los millonarios ingresos de la Ciapacov se reinviertan en la red de abasto, el drenaje sanitario y el encauzamiento de las aguas pluviales que, año con año, van incrementando su devastación.
En el primer cuadro de ambas ciudades conurbadas, la tubería es obsoleta. Cumplió ya su vida útil y ha sido rebasada por los volúmenes de aguas negras y de lluvia que se han ido agregando a la red en la medida que la urbanización se expandió hacia el norte.
Ciapacov necesita gastar más en esas obras que no se ven (porque están enterradas) que en oficinas y centros de cobro.
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