¿Los mexicanos somos masoquistas?, ¿nos gusta ver noticieros aun cuando estos informativos de televisión deprimen a la gente?, cuestiona Álvaro Cueva a los invitados de su programa Debate 22, Leopoldo Gómez de Noticieros Televisa y Rafael Ocampo de Milenio Televisión.
Para Rafael Ocampo “no hay una manera diversa de tratar los hechos de información. Cuando pones un rostro bonito de hombre o de mujer que intenta generar sobre una noticia una sensación más ligera, la gente no te cree. Piensa que esa presentación no corresponde a la gravedad de la noticia o que el personaje no sabe lo que está transmitiendo. No hay manera de aligerar”.
“Yo separo la información de los hechos que te obligan a estar ahí, retratándolos siempre, a lo que viene siendo el complemento de cualquier propuesta informativa que es el análisis, donde puedes profundizar o no, donde puedes hacer debates.
“Yo participé muchos años en programas de tema deportivo y todo el tiempo estábamos obligados a crear show. Eran debates falsísimos muchas veces, con posiciones radicales concebidas por productores de uno y de otro lado. Eso lo hace mucho también el periodismo en España. Pero en política o en términos de información general, es muy difícil armar un show de ese tipo.
“Por lo demás, no creo que un noticiero tenga que buscar deprimirte. La información se tiene que reflejar como tal, y luego cada quien la recibe como puede y quiere”, resume el colimense quien, antes de dirigir Milenio Televisión, fue director del suplemento deportivo de los diarios de Milenio, La Afición.
Para Leopoldo Gómez, “una de las críticas que se hace regularmente a los noticiarios es, precisamente, que presentan una visión negativa, esencialmente de conflicto. Entonces, las peticiones recurrentes es que deberían hacer una sección o un noticiario con puras buenas noticias”.
“Sin embargo, quienes han experimentado con eso se dan cuenta que la noticia es la noticia, que lo que tiene el peso en la noticia es, esencialmente, el conflicto: lo que rompe con el statu quo.
“Quienes han experimentado con espacios de puras buenas noticias porque la gente lo pide, descubren que cuando lo ponen al aire no necesariamente le interesa demasiado al público”, señala Gómez.
NOTICIA BOMBA:
¿Es peligroso hacer noticiarios en México?, pregunta Álvaro Cueva en la emisión de Debate 22 dedicado a Medios y Noticias, el 7 de junio de 2019 por el canal de la Secretaría de Cultura (https://www.youtube.com/watch?v=d5i7jZ8IrVI).
“Sí, si concibes al periodismo como una misión. En algún momento el periodista tiene que enfrentar de forma inevitable a ciertos poderes que ocultan información o transgreden las normas, y evidentemente así es peligroso”, ratifica Rafael Ocampo.
Para Leopoldo Gómez, “los datos son abrumadores lamentablemente en ese sentido. La cantidad de periodistas muertos en este país, año tras año, es enorme. Estamos en la lista negra hasta arriba.
“Ahora, habiendo dicho esto, es distinto lo que nosotros vivimos aquí en la Ciudad de México, al menos hasta este momento, que lo que se vive en otros lugares. Ejercer el periodismo de investigación y tratar de meterte en los temas duros en las zonas donde el crimen organizado tiene una presencia muy fuerte, al grado de controlar la actividad política, tiene un riesgo muy distinto al de ejercer el periodismo desde la capital.
“Sí conlleva riesgos y, la verdad, nuestros colegas que están en los lugares de acción donde está el crimen organizado, son quienes sobrellevan esos riesgos mayormente”, sentencia el vicepresidente de Noticias de Televisa.
LA OTRA TELEVISIÓN
Las cadenas de televisión están haciendo esfuerzos adicionales a la pantalla tradicional, prácticamente todas están haciendo apps y hasta producciones exclusivas para Facebook, expone Álvaro Cueva.
“Ha crecido impresionantemente, mucho más rápido de lo que nunca me imaginé –reconoce Leopoldo Gómez–. Hubiera apostado hace cinco años que tardaríamos una década en llegar a los números que ves ahora cuando haces un programa específicamente para Facebook Live. Incluso en un espacio noticioso que está saliendo al aire en televisión abierta, te das cuenta que hay un público importante en las redes. Y es un público típicamente de menor edad, son los millennials.
“Es interesante cómo los más jóvenes consumen muchos de esos productos, no cuando están saliendo en vivo sino después, porque los más jóvenes quieren consumir en sus tiempos, no en los tiempos que tú se lo estás poniendo necesariamente en vivo.
“Ver la televisión a través de esas redes o plataformas es un hábito que ha crecido de una manera gigante, es la tendencia sin duda. Y son formatos distintos: lo que hace cinco años hacíamos era, esencialmente, cortar pedazos de los noticiarios de televisión y ponerlos en internet. Eso ya no funciona, ahora tienes que llegar con un lenguaje distinto. Y además es un lenguaje distinto el de Twitter al de Facebook o el de Snapchat, una red que está ya un poco de capa caída.
“En el caso de Televisa, es una operación separada que la manejan puros chavos que entienden ese lenguaje. Desde que los incorporamos hace un par de años a nuestra operación, hemos tenido mucho éxito”, reporta Gómez.
En el caso de Milenio, acepta Rafael Ocampo, “sí ha costado un poco de trabajo lograr esta mezcla, que no siempre es fácil de manejar en una transición de lo que es una plataforma escrita a una digital y a una televisiva. Pero estamos en eso: Milenio ha puesto, por ejemplo, toda su plataforma de información, todo su histórico, gratuito. Sacamos ahora una aplicación que se llama Milenio Play, donde están todos los programas, todas las entrevistas. Es una especie de videoteca pública que cualquiera puede consultar en un momento en que necesite contextualización.
“Ha costado pero es a donde tenemos que ir obligadamente. Se ha hablado muchísimo de esto en los últimos años, y quien no lo entienda pues no va a poder ampliar sus audiencias”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.