Los diputados de Nacho que impidieron la llegada de Ruiz Visfocri

Aparte, y naturalmente, de los priistas Rogelio Rueda, Malú Berver y Lizeth Rodríguez, la sesión ordinaria en la que se elegiría a la nueva presidenta de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Colima desveló de manera nítida quiénes son los diputados aliados del gobernador José Ignacio Peralta Sánchez en la 59 Legislatura del Congreso de Colima: por el Partido Verde, Miguel Ángel Sánchez, Fernando Escamilla y Martha Meza; por Morena, Lizeth Anaya, y por el Partido del Trabajo, Carlos César Farías.

Estos legisladores no tuvieron empacho en quitarse las máscaras. Pero si el votar por otra opción distinta a la de Adriana Ruiz Visfocri no fue en contubernio con el PRI-Gobierno de Nacho Peralta, entonces el escenario es aún más oscuro; eso significa que estos legisladores (exceptuando los priistas, cuya camiseta los obliga) no han entendido, a casi un año de su llegada, la oportunidad histórica que se les presentó en la conformación de este Poder Legislativo, y entonces no tienen nada qué aportar a la instauración paulatina de la Cuarta Transformación en Colima.

La llegada de una mujer con la trayectoria de Adriana Ruiz Visfocri no sería histórica solamente por el hecho de ser mujer, sino por la posibilidad de que fuera en esta legislatura de oposición, en la que se abriera el abanico a actores de lucha política en contra del régimen que perdió las elecciones de 2018 de manera avasallante.

Para el PRI-Gobierno resultaba muy sencilla la ecuación: cualquiera menos Ruiz Visfocri. Como ya lo relató Adalberto Carvajal en su columna “Estación Sufragio” de ayer viernes (https://carvajalberber.com/2019/08/30/falto-un-voto/), María Elena Adriana fue una pesadilla para el régimen priista en 2003, cuando fungía como presidenta del Tribunal Electoral del Estado.

“La posibilidad de que Adriana sea presidente de la CEDH asusta a un gobierno como el de Nacho Peralta que se siente más tranquilo con un ombudsman como Sabino Flores, más institucional en los términos de entender las limitaciones del Ejecutivo para cumplir las recomendaciones… y en la conveniencia política de celar la conducta en materia de derechos humanos de los municipios gobernados por Morena”, explica Adalberto.

Por tal motivo, no se explica, salvo por una vil traición a la 4T, que de todos los diputados mencionados en el primer párrafo, ninguna haya entendido el golpe en la mesa que habría dado la 59 Legislatura con la aprobación por mayoría calificada de Ruiz Visfocri como ombudswoman del estado.

La traición fue más evidente en la segunda votación de la tarde del jueves. A sabiendas de que faltaba un solo voto para capitalizar la jornada en la historia política reciente de nuestra entidad, ninguno de los diputados mencionados al inicio tuvo las agallas de deslindarse del PRI-Gobierno y dar la necesitada mayoría calificada.

Entre la cerrazón de César Farías, quien evidenció su encomienda de impulsar al priista Roberto Ramírez, y las diputadas Lizet Rodríguez y Malú Berver que salieron despavoridas de sus curules cuando iba a iniciar la segunda votación, la diputada morenista y los tres verdes que negaron el voto 17 hicieron el ridículo más grande de lo que lleva la Legislatura.

De manera coincidente (o tal vez no), el día después de que un legislador del PT se negó a dar su voto definitorio para impulsar a Ruiz Visfocri, Gobierno del Estado aceptó, de la forma más atenta, “soltar” los recursos federales enviados para los Cendis “Tierra y Libertad”.

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