El primer objetivo que se planteó Federico Rangel Lozano al lanzar su enigmático mensaje, se cumplió. Casi de inmediato el dirigente estatal del PRI, Enrique Rojas, expresó que el maestro Rangel es un “elemento clave” para su partido, un “cuadro valioso” que “tiene una gran trayectoria”. Y, lo más importante, Kike aseguró que buscará “entablar comunicación y acercamiento” con el ex presidente del comité directivo estatal.
Por las palabras que citaron distintos medios digitales, Rangel Lozano consiguió el reconocimiento que la cúpula priista le ha estado negando, por lo menos desde que concluyó su gestión como diputado local ya como parte de la minoría priista.
Federico fue diputado de tropa en un Congreso de mayoría panista, pero cuyo control recuperó el gobernador Ignacio Peralta a través del diputado blanquiazul que se hizo independiente, Nicolás Contreras. Curiosamente Nico, pese al parentesco político con Federico, como regidor del Ayuntamiento de Colima hostigó hasta el cansancio al alcalde Rangel Lozano.
Pues bien, en voz de su dirigente estatal el tricolor consideró que Federico Rangel tiene un peso específico, un liderazgo sobre la militancia. Con todo, los mimos podrían haber llegado demasiado tarde.
El ex dirigente del magisterio estatal, ex secretario de Educación y ex alcalde capitalino parece haber tomado un camino sin retorno luego que publicó, en su perfil de Facebook, el siguiente texto:
“Tener claro lo que se quiere, resulta clave en la vida. Sin duda alguna, quiero continuar esforzándome y sirviendo a Colima, mi estado natal, tierra a la que amo y respeto. Hasta ahora mi desempeño se ha enmarcado en el Partido Revolucionario Institucional; sin embargo, admito que las condiciones actuales no contribuyen a mi permanencia en él. Por ello, he decidido considerar otros horizontes en donde pueda seguir trabajando con todos los ciudadanos para construir un mejor Colima”.
UNA MUERTE ANUNCIADA
La primera parte del mensaje es muy clara: Federico Rangel quiere seguir participando en política.
Las viejas reglas del PRI señalaban que: “En política nadie entra, te meten; y nadie sale, te sacan”. Pero las nuevas formas de participación política que se están construyendo a partir de la caída del antiguo régimen, sugieren que para entrar o seguir en la política ya no tienes que esperar a que alguien te invite ni dejar necesariamente que alguien te lo impida: te metes por la fuerza.
Mas, ¿qué quiere decir Federico Rangel cuando afirma que las condiciones actuales del PRI no contribuyen a su permanencia en el partido?
El PRI fue estructurado a partir del liderazgo natural del gobernante emanado de ese partido. Pero en un partido como el tricolor en Colima, donde el gobernador Peralta tomó distancia del priismo y no niega que su proyecto sucesorio se articulará tomando como eje a un cuadro postulado por otro partido (el PAN, el Verde, MC, incluso Morena), las condiciones no contribuyen a la permanencia de muchos priistas.
A diferencia de lo que ocurrió en la alternancia panista durante la cual, a falta de un presidente de la república priista, los mandatarios estatales surgidos del PRI se convirtieron en los jefes máximos del partido en su estado, el gobernador Peralta sencillamente no quiere nada con el PRI.
Federico Rangel ganó la elección municipal de Colima en 2012, con la mayor votación para alcaldes recabada en la entidad. Y lo hizo frente al candidato de Acción Nacional, Pedro Peralta Rivas, hoy cercano asesor de su primo José Ignacio Peralta Sánchez, y operador de la posible pero no por eso menos insólita alianza PRI-PAN, conformada para impedir que en Colima se realice la 4T.
¿Qué interés puede tener un político que consiguió sus triunfos electorales con base en la fuerza del voto duro del PRI, en sumarse a un proyecto como el que ofrece el oficialismo en Colima de competir, en 2021, con una actitud vergonzante respecto a los priistas que le dieron la victoria al actual gobernador?
Olvidan que Nacho Peralta no ganó las dos elecciones (la ordinaria que se anuló y la extraordinaria) contra Jorge Luis Preciado con los votos de la sociedad civil, la ciudadanía sin partido sufragó por el panista. Eso lo saben muy bien los militantes priistas que siguen sin entender por qué su jefe nato, es decir, JIPS, los considera una carga política más que un ejército de movilización.
Condenado a la extinción por la vía de la hambruna financiera, convencidos sus principales beneficiarios de que el PRI no tiene viabilidad de triunfo, la muerte del PRI es una crónica anunciada.
Y políticos profesionales que se formaron en sus filas tienen todo el derecho de buscar, como dijo Federico Rangel, “otros horizontes”.
UN PROYECTO PROGRESISTA
¿Hacia dónde se encuentran esos nuevos horizontes: la izquierda o la derecha, la oposición o el lopezobradorismo?
Como ex dirigente de la Sección 39 del SNTE, Federico Rangel, su hermano Guillermo y hasta Nicolás Contreras, hermano de la esposa del profesor Federico, convivieron sindicalmente con la dirigente magisterial Elba Esther Gordillo.
En su tiempo, la Maestra prohijó aún siendo secretaria general del PRI nacional y al mismo tiempo coordinadora de la bancada tricolor en San Lázaro, el surgimiento del partido Nueva Alianza. El Panal ayudó a Felipe Calderón a ganar la elección de 2006.
Y aunque en 2012 los maestros se la jugaron con Enrique Peña Nieto, el último presidente priista encarceló a la cacique sindical por temor a que Gordillo se opusiera (o cobrara muy caro) su respaldo a la reforma educativa.
Nueva Alianza se disolvió en 2018 al no conseguir los votos suficientes para su permanencia en el sistema de partidos. Pero, ahora, grupos magisteriales vinculados a Elba Esther promueven la creación como partido político de las Redes Sociales Progresistas, que trabajaron a favor de López Obrador en 2018.
¿Buscará “otros horizontes” Federico Rangel en este nuevo partido magisterial?
¿QUÉ TAN LEJOS?, ¿QUÉ TAN ARRIBA?
Pese a la insistencia de entrevistadores como Max Cortés, el maestro Federico no quiso aclarar hacia dónde se orientan sus aspiraciones políticas, ni a qué altura apuntan. Queda, pues, todo en el terreno de la especulación.
Rangel Lozano podría ser una propuesta interesante para los capitalinos, distinta a los perfiles más bien fifís del propio Leoncio Morán (en busca de una reelección) o su esposa Azucena López Legorreta, de Walter Oldenbourg o Carlos Noriega, incluso de Rafael Briceño que fue el candidato de Morena en 2018.
Los electores de la zona centro, el sur y el oriente de la ciudad se sentirían más identificado con un candidato de base popular como Federico. Y un partido sin un buen candidato (incluido el PRI), podrían beneficiarse de ese arrastre.
Sin embargo, Rangel Lozano podría estar poniendo la mira en un punto más alto. En la coyuntura de 2015 las circunstancias colocaron al alcalde capitalino Federico Rangel como aspirante natural a la candidatura del PRI al Gobierno del Estado, precisamente en contraste con la figura del entonces subsecretario de Comunicaciones.
Al final de cuentas, el centro se movió a favor de Ignacio Peralta. Y los grupos que retomarían con Nacho el poder en Colima nunca le perdonaron a Rangel Lozano haber sido la propuesta del gobernador saliente Mario Anguiano.
No obstante, al probar su disciplina partidista y acreditar su ascendencia sobre la militancia, Federico fue el dirigente estatal del PRI que acompañó al candidato priista en su campaña electoral. Para luego asumir la diputación local.
En una contienda de candidatos con una penetración muy focalizada (Locho Morán en la capital, Virgilio Mendoza en la costa, Jorge Luis Preciado en el PAN, Indira Vizcaíno en Morena), Federico Rangel podría convertirse en el abanderado de todos esos priistas a los que la cúpula tricolor quiere dejar sin candidato propio.
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