En el marco del 1 de diciembre de 2019, a un año de la toma de posesión de Andrés Manuel López Obrador se suscitaron dos “agresiones verbales, jaloneos a representantes de medios de comunicación que estaban en el cumplimiento de su función”: Irving Pineda, reportero de Azteca Noticias, y Hernán Gómez, columnista de El Universal.
Al día siguiente, en su espacio de La Octava, Julio (Hernández López) Astillero entrevistó a ambos comunicadores. El primero fue agredido en el Zócalo al terminar el mensaje del Presidente y, el segundo, durante la marcha anti-AMLO que partió del Ángel de la Independencia rumbo al Monumento a la Revolución (‘Hay personas sembradas en las mañaneras: Irving Pineda; veo apertura y debate público: Hernán Gómez’; https://www.youtube.com/watch?v=ntngUjoD-hA).
“¡TÚ ERES UN CHAYOTERO!”
Irving Pineda estaba en la calle 16 de Septiembre “cubriendo el mensaje del presidente López Obrador, mensaje que ya estaba un poco largo”, y cuando le reportaba “con mi celular a la mesa de información que no había señal, de repente aparece una señora y me dice: ‘¡Tú eres un chayotero!’”
Pineda trataba de hacer su llamada y no hizo caso. “Me urgía más estar al aire”, pero “luego una señora más se acerca e insiste: ‘¡Tú eres un chayotero, debes definir de qué lado de la historia estás, si apoyas al Presidente o si no lo apoyas!’”
Pineda se quedó “frito, ahí parado”. Les dijo: “Vamos a dialogar, podemos dialogar”. Pero empezó “a llegar y a llegar muchísima más gente”, todos espetándole repetidamente: ¡chayotero!; insultándolo, mentándole la madre.
De pronto, alguien le arrojó un billete de 20 pesos, “luego un señor sacó uno de 500 y me lo aventó en una cartera. Me estaban filmando con los celulares como para decir que yo estaba recibiendo un presunto chayo. Mientras, yo seguía invitándolos al diálogo. Con las manos les pedía: serénense, serénense. Vamos a platicar, los puedo escuchar”.
Pineda estaba literalmente rodeado y, después de ahí, el momento “se tornó todavía un poco más violento porque intentaron ponerme un chaleco de Morena”. Se negó diciendo que “por ética profesional” no podía aceptarlo.
Quienes formaban el círculo lo acusaban de que “primero me pagaba el PAN, luego me dijeron priista y así continuaron los ataques. Hasta que intervinieron autoridades del gobierno de Ciudad de México y, al final, gente de Comunicación Social de Presidencia que me ayudaron a salir de ese tumulto”.
El reportero no sabe cuánto tiempo estuvo atrapado en el jaloneo. Algunos testigos dicen que el incidente duró cinco minutos, otros diez. “A mí se me hizo larguísimo el rato que estuve ahí escuchando los insultos, donde chayotero era lo más decente”.
LOS RICOS TAMBIÉN LLORAN
Hernán Gómez Bruera se despertó el 1 de enero “con ganas de hacer un ejercicio diferente. Normalmente voy a las llamadas marchas fifí porque me gusta entrevistarlos y que ellos solos se muestren cómo son, cómo piensan. Pero esta vez quise hacer algo diferente”.
Aprovechando que habría dos marchas simultáneas, decidió ir a las dos para hacer un “ejercicio sobre esta grieta que estamos viviendo como sociedad, y sobre la que escribí (‘Los límites de nuestra grieta’, columna Fuera de Tono, El Universal, 28 de noviembre de 2019; https://www.eluniversal.com.mx/opinion/hernan-gomez-bruera/los-limites-de-nuestra-grieta): ¿cuáles son los límites de esta ruptura que estamos viviendo?”
Para Hernán Gómez, cuyo programa en Once TV, La Maroma Estelar, terminó a las pocas semanas de iniciado después de una polémica por las supuestas burlas al ITAM o a los manifestantes de las marchas fifís, y tras una acusación de censura de parte del estandopero Carlos Ballarta, “quizá un poco de polarización sirva para politizar ciertos temas importantes, pero hay un punto en el que la división, el odio de unos a otros, no es sano”.
Con su experimento, Gómez Bruera intentaba demostrar cómo chairos y fifís “tienen una idea estereotipada del adversario, exagerada, incluso distorsionada”. Ello “para ver de qué manera podemos empezar a hablar unos y otros, hablar simplemente aunque quizá nunca nos pongamos de acuerdo, pero hablar”.
HISTERIA COLECTIVA
Ya había entrevistado Hernán a algunas de las personas que caminaban por Paseo de la Reforma, cuando comprendió que otros “no querían hablar conmigo. Lo entendí perfectamente y me alejé de ellos. Pero de repente, cuando estaba platicando muy cordialmente con un joven de unos 25 o 30 años, una mujer empieza a gritarme, pero a gritar en serio, que ella no estaba de acuerdo en que yo estuviera ahí. A ese grito se sumó otro y otro”.
Hernán le dijo a su camarógrafo: “graba esto. Al principio me dio un poco de risa el nivel de histeria. Por un momento pensé que era en broma. Pero cuando se empezaron a juntar más y más personas, cuando ya eran como 20 o 30 las que se me venían encima, uno de ellos en particular”, vio que el enojo era en serio.
Gómez Bruera deja en claro “que no hubo ninguna agresión física. Hay que ser cuidadosos en esto, porque en este país donde los periodistas sufren agresiones físicas y atentados contra su vida todo el tiempo, tampoco debemos exagerar cuando uno es víctima de una agresión verbal y nada más, pero sí poner las cosas en su justa dimensión en cualquier caso”.
En ese sentido, Hernán Gómez considera que “las dos marchas en general fueron pacíficas. O sea, cuando me retiré de ese lugar unos metros más adelante logré incorporarme [a la marcha fifí] y hablar con otros de los asistentes. Pero creo que debemos alertar contra ciertos grupos, de ambos bandos, muy fanatizados quizá y dispuestos a llevar su fanatismo más allá de lo aceptable”.
DISCULPA PARA LOS MEDIOS
Como menciona Julio Astillero, Irving Pineda planteó el tema de la agresión en la conferencia mañanera del 2 de diciembre. Le preguntó al presidente López Obrador “si tenía algún reporte de un ataque a periodistas en el Zócalo”, y él “sabía lo que me había ocurrido”.
De hecho, AMLO hizo un llamado a respetar a los reporteros. Y de paso ofreció una disculpa por las agresiones verbales de sus simpatizantes a Emilio Azcárraga Jean, presidente del Consejo de Administración de Televisa.
“He invitado a Emilio Azcárraga a dos de mis informes y lo insultan, lo identifican y lo agreden de manera indebida y grosera. Me da pena, yo los invito… y él paga por todos los que han hecho comunicación o que han trabajado en los medios”, dijo López Obrador.
Aclaró que no se disculpaba para que Televisa hable bien de su gobierno, porque eso sería ir en contra de sus principios. Y enfatizó que este tipo de conducta de sus seguidores, en vez de ayudar a su gobierno lo perjudican:
“Si eso lo hacen supuestamente para ayudar a nuestro gobierno, en vez de ayudarnos nos afectan, son conductas reprobables, no debe haber agresión para nadie, este es un movimiento que ha sido, es y será pacífico siempre”, recordó (https://www.eluniversal.com.mx/nacion/amlo-reprueba-agresiones-de-sus-simpatizantes-contra-la-prensa).
Irving también cuestionó al Presidente en la mañanera del 2 de diciembre sobre “este tema que está causando muchísimo ruido en las redes sociales”: ahora llaman a cualquiera “chayotero”.
El planteamiento fue interpretado como un reproche al mandatario y generó una nueva polémica en los medios de comunicación y las redes sociales. De eso hablaremos en la siguiente entrega.
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