POLÍTICA SOCIAL Y ELECTORAL

El jueves 11 de junio entré a una de las dos páginas de Facebook que tiene Rubén Pérez Anguiano para felicitarlo por su cumpleaños, y encontré en “detalles” que ya aparecía como “ex secretario de Desarrollo Social” (FB siempre registra tus datos curriculares en tiempo pasado). Lo fue en el gobierno interino de Ramón Pérez Díaz.

Esta es la cuarta ocasión en que es secretario de un despacho del Ejecutivo local, en cuatro administraciones distintas. Fue titular de la Secretaría de Cultura con Silverio Cavazos y Mario Anguiano, pero cuando se esperaba que Ignacio Peralta lo ratificara en Sedescol, por un veto Rubén fue relegado a la oscura coordinación de asesores.

Levantado el castigo, llega por fin a la cartera que le prometió su amigo y ex compañero de departamento cuando eran estudiantes: la misma Sedescol que, dentro de un esquema fallido de gobierno de coalición, Nacho entregó al iniciar el sexenio a la entonces perredista Indira Vizcaíno, quien recibió la oficina de manos de Rubén.

Quienes vetaron a Pérez Anguiano en 2015, no pueden negar que ahora encaja perfectamente en la estrategia para impulsar desde la administración estatal la campaña del PRI.

Recordado por sus acciones para masificar la cultura con el reparto de libros casa por casa, la experticia de Rubén podría servir al tricolor para desplegar una política clientelar hacia 2021.

EL REGRESO DEL JOVEN

Ya nadie se acuerda del pleito de lavadero que protagonizaron, también al arranque del sexenio, el gobernador Peralta y el hoy nuevo dirigente estatal del PRI, José Manuel Romero Coello.

El enojo de Nacho fue fingido o cabe el mérito de esta reconciliación al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas.

Al ex director general del Instituto Nacional de la Juventudya se le olvidó cuando JIPS lo acusó en radio de haber vivido de gorra en el departamento que el entonces subsecretario de Comunicaciones tenía en la Ciudad de México.

Como sea, cierra el ciclo que se interrumpió cuando Romero Coello regresó a Colima en 2015, a hacerse cargo de la campaña de Peralta Sánchez en la elección extraordinaria.

José Manuel se reincorpora al equipo político de Nacho, demostrando una vez más su habilidad para mantenerse cerca de la cúpula partidista.

Es un cuadro indestructible. No le afectó que Rosario Robles, la ex secretaria de Estado con la que Romero Coello colaboró estrechamente desde el Imjuve, esté presa. Ni que José Antonio Meade, en cuya campaña presidencial José Manuel fue coordinador de la Juventud, viva ahora en Londres donde forma parte del consejo de administración de HSBC.

Promotor de los e-sports desde que pasó a la banca, pronto veremos si la vocación juvenil de Romero Coello –quien ya es un señor aunque no ha perdido lozanía– sirve para atraer votantes fuera de las estructuras corporativas del Partido.

DOBLE DEDAZO

José Manuel Romero está de vuelta en Colima no para organizar una nueva campaña electoral, sino –según varios columnistas –para abanderar al PRI en la contienda de 2021.

No habría sido un mal candidato en otro tiempo, cuando a los gobernantes se les elegía con los criterios de mercadotecnia política que llevaron a Enrique Peña Nieto a la Presidencia de la República. Sin embargo, quién sabe cuán viable sea el triunfo para el dirigente de un partido desinflado.

El último priista que llegó a la nominación a gobernador desde el comité estatal fue Gustavo Vázquez. Pero en 2003 la designación se enmascaró con un proceso interno, en el que hubo media docena de precandidatos.

A José Manuel lo imponen como presidente del comité directivo estatal con las más viejas maneras del dedazo. Ni siquiera perdieron el tiempo con una gira de promoción. Y para enfatizar la autoría del nombramiento, el cambio de dirigencia se inscribió en los movimientos al interior del gabinete.

Asumir que Romero Coello será el candidato del PRI es fácil, lo improbable es que el sucesor de José Ignacio Peralta salga de las filas del tricolor.

Sin embargo, poco importa eso cuando el objetivo es presentar una candidatura testimonial o, en todo caso, cuando resulta mejor negocio hacer la campaña que ganar la elección.

MELY VUELVE POR SUS FUEROS

Aclarado que Mely Romero llega a la dirigencia estatal del sector femenil del PRI por voluntad del comité nacional y no por una decisión del primer priista del estado, queda la duda de cuáles son los planes de la ex senadora y ex subsecretaria de Desarrollo Rural.

Una posibilidad es su eventual retiro de la política para dedicarse a la comercialización de huevo, actividad que la hemos visto desplegar en los tianguis del estado. Pero también es probable que la cuauhtemense haya vuelto por sus fueros.

Aunque no ganó la elección para diputada federal por el primer distrito, fue la candidata priista que más votos obtuvo proporcionalmente en los comicios de 2018. Por lo tanto, resulta factible recuperar esa curul para el PRI.

Es esperable también que busque la nominación al gobierno del estado aun cuando, para cualquiera que resulte abanderado o candidata del tricolor, esa aspiración será cuesta arriba por la pésima administración de Peralta.

No pocos sectores del Partido consideran que si Nacho se esforzó tanto para acabar con la viabilidad de triunfo del Revolucionario Institucional, no le corresponde al mandatario decidir la postulación del candidato priista a la gubernatura.

Mely sigue presente en el imaginario de los priistas de base como la candidata a gobernadora que les devolvería el orgullo y la dignidad perdidas a manos de los políticos de derecha que se infiltraron en el peraltismo.

¡ES LA BOA!

Auténtico o no, el documento que resume la estrategia del Bloque Opositor Amplio (BOA) para derrotar a Morena en las elecciones intermedias de 2021 y revocar el mandato deLópez Obrador en 2022, cuadra perfectamente en la narrativa de un Presidente que es protagonista de la transformación.

Como los opositores –antagonistas en este relato– son por definición reaccionarios o conservadores, pocos personajes de la política, organizaciones empresariales o medios de comunicación querrán que la historia los ubique en ese bando. La fuerza moral en este país ha recaído siempre en los liberales.

Aunque algunos tacharon de ridícula la jugada de López Obrador, todos se apresuraron a desmentir su membresía en el BOA. Mas poco importan sus negativas cuando todos ellos han manifestado públicamente, o por filtraciones que han hecho públicas sus expresiones, estar en contra de López Obrador.

La invención del BOA no puede estigmatizar a quienes se pusieron ellos solos la etiqueta de antilopezobradoristas. México está polarizado entre simpatizantes de la 4T y contrarios al proyecto alternativo de nación. Lo que hizo AMLO fue fragmentar a esa oposición.

Tendrían que tener muy poca vergüenza y mucho cinismo los priistas para unirse a los panistas, con tal de recuperar la mayoría en San Lázaro y conservar los estados donde gobiernan.

Al presentar candidaturas únicas, de jure o de facto, evidenciarían la existencia de lo que siempre negaron: el régimen del PRIAN, caracterizado por la corrupción, el autoritarismo y los abusos de poder.

LO SABEN, LO SABEN

Pero además de obligar a sus adversarios a salir al campo de batalla, el mensaje político que conlleva la metáfora del BOA va dirigido a las propias huestes de López Obrador.

Como líder del movimiento, el Presidente está adelantando que no permitirá escisiones en la 4T. Si no están a favor de la estrategia para consolidar la hegemonía del nuevo régimen, estarán en contra.

Y eso vale para los partidos aliados de Morena que, en un determinado momento, podrían considerar ir por su cuenta en lo particular argumentando que, en lo general, respaldan a AMLO.

En los estados donde habrá elecciones locales, esto se traduce en la existencia de una sola candidatura por parte de la 4T. Todas las estructuras políticas que se comprometan con el Presidente (las de Morena, las del Partido del Trabajo y las del Verde) tendrán que sumarse a esa candidatura del lopezobradorismo o serán consideradas oposición.

EL EFECTO TEQUILA

En las últimas semanas, José Ignacio Peralta Sánchez hizo lo impensable porque se le identifique como uno de los mandatarios estatales en franca rebeldía ante las políticas públicas del gobierno federal.

Todavía el viernes 5 de junio estuvo en Tequila, Jalisco, en una reunión del ahora G-8, signando su propio plan contra el Covid-19 que no tiene otro propósito que descalificar la estrategia de la 4T para enfrentar la crisis sanitaria.

Esta actitud aparece descrita en uno de los puntos del ‘Proyecto BOA: Rescatemos a México’, que dio a conocer el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez, en la mañanera del martes 9 de junio:

“El gobierno ha logrado mitigar el impacto económico de la crisis sanitaria del coronavirus regalando grandes cantidades de dinero público entre los afectados, a través de los programas sociales –reconoce el diagnóstico–. Es dinero sin ninguna utilidad efectiva contra la pobreza, pero con beneficios político-clientelares inmediatos. No obstante lo anterior, es posible desplazar a Morena en las próximas elecciones federales y locales si se aplica desde ahora una estrategia en dos frentes”.

Tanta insistencia de su jefe en confrontar al gobierno de la república pone en situación incómoda a la secretaria de Salud en Colima, Leticia Guadalupe Delgado Carrillo, cuyo nombramiento se dio en el marco de alianza entre su hermano Mario, el coordinador de los fracción de Morena en la Cámara de Diputados, y el gobernador Peralta.

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