Si va a leer esta nota, le recomiendo que la lea completa, porque de otra forma se queda con el encabezado y se confunde.
Todos nos vamos a infectar. Esto no es una premonición. Es un hecho, y no me canso de repetirlo. En estos días estoy impartiendo un taller en la Universidad de los Andes, en Bogotá, Colombia, el cual consiste en explicar porqué esto va a suceder.
La primera parte del taller usa algoritmos genéticos para ilustrar la forma en la que el virus evade las defensas y se las arregla para salir adelante. “Life finds its way” (La vida encuentra la salida”) como dijo Dr. Ian Malcolm en Jurassic Park. No es une experimento de laboratorio, pero el auditorio se da cuenta de que los virus tienen trucos simples pero efectivos para salirse con la suya. Hay una demostración muy simple de porqué, con el tiempo, los virus empiezan a mutar a cepas más contagiosas, pero menos letales. Esto ocasionará más contagios, pero menos muertes, que es justo lo que está pasando (vea la Jornada de hoy, “Hay más contagios pero menos decesos”, 12 de Julio de 2021).
El virus muta constantemente y aunque hay cientos o miles de variantes, las más significativas son cuatro: Alfa, Beta, Gama y Delta. Básicamente, si hay vuelos entre dos países, esos dos países comparten las mismas cepas.
La segunda parte consiste en demostrarles porqué el virus contagiará a todos, que NO es lo mismo que decir que el virus va a enfermar a todos y mucho menos que va a matar a todos. Para demostrar esto, simulamos epidemias en computadora, y puede verse que, con el R0 del SARS-CoV-2 (un número que permite clasificar que tan transmisible es una enfermedad), es imposible escaparse.
Estamos hablando de un enemigo muy pequeño, pero no despreciable. Si una persona tuviera el tamaño del planeta tierra, el virus tendría el tamaño de un pollo.
Es muy engañoso juzgar la intensidad de la enfermedad por el número de infectados, porque el número de infectados nadie lo conoce y nadie lo puede saber, pero se sabe que, de cada mil personas infectadas, mueren de 3-5 personas por lo que es relativamente fácil aproximar cuantos infectados llevamos. Si usted va a un pueblito de 1000 habitantes y ya han muerto tres o cuatro personas en ese pueblo, pues el virus ya infectó a todos y eso se acabó.
Usualmente lo que se hace es decir “En México ya van XX contagios” y eso es un error, porque esos son los que se sintieron mal y fueron a atenderse y los diagnosticaron con coronavirus, o bien, los que tuvieron un contacto cercano con alguien con coronavirus y fueron a hacerse análisis por precaución. Si quiere saber cuántos infectados van, tome el número de muertes reportadas, multiplíquelo por 1000 y divídalo entre 4.
Este es un virus que, si entras aun elevador donde hace unos minutos estaba un infectado, te puedes infectar. ¿De veras creemos que alguien en nuestra casa tuvo coronavirus y no nos infectamos? Eso es imposible. Si alguien en nuestra casa tuvo coronavirus, vivimos varios días con esa persona compartiendo la oficina, la casa, etc. y no nos infectamos, entonces nada nos va a infectar. Una cosa es que no nos hayamos enfermado y otra cosa es que no nos hayamos infectado.
¿Porqué hay mucha gente que ya estaba vacunada y se infecta? Porque las vacunas no son perfectas y fallan, y no les sirven a todos, pero nadie sabe a quién le sirven y a quién no. Por eso se habla de “eficacia de vacunas”. Una vacuna que tiene una eficacia del 80% protege al 80% de la gente vacunada y no protege al 20%. Imposible saber quién tuvo esa suerte o no, hasta que se infectan.
Lo que está pasando en México ahora, el incremento de contagios que llaman “la tercera ola” no es tal. En primer lugar, eso refleja solamente la aglomeración de las elecciones, hace mes y medio. En segundo lugar, los estados donde ya va muy avanzada la epidemia, como Jalisco, Estado de México o la Ciudad de México, es imposible que ocurra otra ola porque ya no queda mucha gente por infectar. En donde puede haber una ola adicional es en aquellas regiones muy atrasadas en cuanto a la epidemia.
No, en Colima no habrá otra ola. Sigan el número de muertos, no las infecciones reportadas.