EDUCACIÓN BANCARIA

Al arrancar el nuevo ciclo escolar, pedir la participación de las grandes empresas de televisión privada en el proyecto de difundir contenidos educativos como sustituto del trabajo en el aula, es para Manuel Gil Antón “una de las más penosas lecciones de ignorancia pedagógica que he visto en mi vida”.

Entrevistado por Julio Hernández López un día después que el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, anunciara en Palacio Nacional el Acuerdo por la Educación con Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión y Multimedios, el director académico de Educación Futura y articulista de El Universal dijo que cualquiera, con “la más elemental información sobre lo que es el proceso educativo, sabe que está totalmente descartado el aprendizaje cuando el proceso se establece sobre la base de un emisor, un transmisor y un receptor”.

En el espacio de Julio Astillero del 4 de agosto de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=LEp99vEaQzw), el ahora profesor del Centro de Estudios Sociológicos del Colegio de México y durante 30 años catedrático de la Universidad Autónoma Metropolitana, señaló que con este esquema educativo “la SEP, el ogro filantrópico en su versión pedagógica, va a decir la palabra única y para todo el país con independencia de su diversidad”.

“Se hace un acuerdo con las televisoras para que no falte ningún espacio al que llegue esa palabra verdadera. Y necesita para ello que todo niño, niña y adolescente, con la cara recién lavada tras levantarse temprano, sentado en una sillita o banquita y con su mesita, como dijo el Presidente, esté muy atento a la tele porque ahí van a ser las clases.

“El profesor Moctezuma advirtió que no es entretenimiento, son clases. Mas pensar que se aprende como receptor pasivo algo que transmite alguien, ya sea personalmente o a través de una pantalla, es la educación bancaria de la que habló Paulo Freire.

“Esta supone que el aprendiz es una cubeta vacía que un maestro llena como si el saber fuera agua, y como si el sistema escolar pudiese entrar en la cabeza del niño para brindarle conocimiento.

“Eso que hace decenios fue superado, es lo que dijo Moctezuma. Vamos a continuar el ciclo escolar con este esquema: emito y transmito a un receptor. Este receptor va a tener un gran apoyo pedagógico: el libro de texto que, entonces, será una prótesis en lugar de ser un material con el cual trabajar”.

OTRO LADRILLO EN LA PARED

Para Manuel Gil Antón, este Acuerdo por la Educación desperdicia, echa por la borda, “todo lo que había hecho el magisterio en la primera etapa de Aprende en Casa. Cuando se suspendió la presencial y se tuvo que hacer una escolarización remota de emergencia, hubo mucha creatividad en profesores que hicieron cosas que hasta enternecen.

“El país es diverso. Es distinta la escuela de una comunidad a la de un barrio, la escuela de un pueblo a la escuela de una ciudad. Hubo comunidades donde los maestros iban visitando las casas de los niños y, desde la mitad de la calle, con sanísima distancia atendían al alumno que estaba asomado en la ventana; resolvían sus dudas personalmente y sin riesgo. Hubo otros que, a través del Whatsapp y haciendo a veces uso de esa red en un espacio sanitizado que les prestaban, entraron en comunicación con sus alumnos.

“Pese a esas experiencias, la voz del magisterio mexicano otra vez fue suplantada por el supuesto saber omnímodo de una SEP que es incapaz de escuchar a otro que no sea a sí misma. No escuchó a los maestros que son auténticos profesionales de la educación”.

“Es un sistema pedagógico absurdo que acalló al magisterio e ignoró a los niños. Podría haberle preguntado a los alumnos y a los padres de familia, cómo les fue. Pero no, decidió mejorar las cosas unificando todo. Y, claro, hoy tenemos el sistema educativo que Pink Floyd llamaría ‘otro ladrillo en la pared’, nada más que este ladrillo es del tamaño de una pantalla de televisión”.

APRENDIZAJES ESPERADOS

Antes que la SEP diera este paso, ¿hubo alguna consulta con especialistas en educación, como el propio Gil Antón?, ¿se buscó discutir y analizar todos estos temas con la comunidad involucrada?, pregunta Julio Astillero.

“No tengo noticia de que se hayan organizado –de una forma inteligente y sensible; por zonas escolares, por regiones o distintas modalidades escolares– reuniones de profesoras y profesores. Ellos son los que saben. No los expertos que hemos estudiado el fenómeno, sino los que están en el aula con el gis en la mano. Y en esta decisión, no se les consultó.

“Al principio de la pandemia, en alguna ocasión fui convidado a una reunión por Zoom en la que se anunció cómo darían seguimiento al proceso educativo. Ahí comprendí que los aprendizajes esperados que se tenían programados para el ciclo pasado y para este nuevo año escolar, fueron pensados para un mundo sin pandemia.

“Nadie podía prever el covid y no se puede acusar a la SEP de haberla producido. Pero sí podemos decir que la falta de sensibilidad mostrada se debe a que esos aprendizajes esperados en la escuela, debieron cambiar en medio de la pandemia.

“La escuela es una institución que responde a las circunstancias que vive la sociedad en la que está inserta. Y en estos días de muerte, cuando el principal riesgo es el contagio, debe ser distinto tanto el material a aprender como lo que da eje a lo aprendido.

“Sin embargo, no se modificó el aprendizaje esperado. Y si se programó la habilidad para sacar fracciones de tres términos, reducir al común denominador o el área de un triángulo, eso sigue siendo lo que se va a evaluar. Cuando en realidad los niños estén viviendo otra cosa.

“Para la SEP no es correcto decir ‘la escuela en casa’ sino aprender en casa. Y piensa hacerlo a través de la televisión que es el medio más democrático, en el sentido de que la mayoría de las familias tiene un receptor en casa. La computadora está muy desigualmente distribuida, y la conectividad no se diga.

“Pero, ¿qué estímulos para aprender reciben los alumnos a través de la tele? No podemos hablar de clases en el sentido de repetir lecciones, memorizar o hacer planas. Aprender en Casa supuso ofrecer a los niños y adolescentes material para que, junto con la posibilidad de tener un vínculo con los profesores, pudieran aprender. Hubo maestros que escribieron cartas y las recibieron, para mantener ese vínculo con sus alumnos. Esa alternativa se le sugirió a la SEP y no veo que se haya reflejado en el esquema”.

UN MEDIO, NO LA SOLUCIÓN

En la realidad objetiva de hoy, ¿qué otra cosa se podría hacer?, quiere saber el público que sigue la transmisión.

“He recibido mucho este mensaje: en efecto, hay limitaciones pero no había de otra. Pero sí había. No la educación presencial, porque eso pone en riesgo la vida.

“Incluso usando la tele como el medio más extenso, pudimos haber solicitado al magisterio mexicano que generara un proyecto educativo para la pandemia. Uno que se reflejara en los contenidos que van a ser vertidos a través de la televisión para suscitar la posibilidad de una reflexión sobre lo que estamos viviendo”.

Manuel Gil Antón no critica la eduación a distancia, “sería absurdo pedir que vayamos a morir a las aulas, porque también los profesores tienen que cuidarse. Mi crítica es que no se recuperó la experiencia magisterial”.

No le reprocha a la SEP haber usado la tele sino que el contenido televisivo y la concepción de lo que va a ser la televisión como enseñante, podía haberse modificado.

Todavía puede modificarse, dice, si se escuchan las experiencias de los profesores y se atiende a las mamás que se quejan porque el esquema afecta al trabajo doméstico y a su chamba. Ahora, además de amas de casa y trabajadoras también deben ser profesoras.

“Sí se podía, hubo cinco meses para pensar los proyectos usando la tele y el radio. Pero también las radios comunitarias, el mimeógrafo y las cartas. No propongo romper la sana distancia. Si nuestra alternativa es la televisión, que no predomine la idea del medio como solución. Que la tele sea eso, un medio a través del cual el contenido que llegue suscite aprendizaje. Y, para que suceda, que el medio implique el vínculo posible con el magisterio”.

Y concluye Manuel Gil Antón: “La educación es el resultado del vínculo entre profesor y niño, y luego entre los niños”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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