El entorno gremial

Hablábamos ayer de los entornos en donde se está generando el conocimiento sobre el oficio periodístico. La Epistemología del Periodismo supone una reflexión crítica y constante sobre aquellas prácticas profesionales a las que podemos caracterizar como propias y distintivas de este quehacer. El periodismo se realiza en:

1)            Los propios medios de información;

2)            La academia, es decir, las escuelas y centros de investigación; y

3)            La organización gremial: colegios de profesionales, asociaciones de egresados, clubes de periodistas y fundaciones de todo tipo, desde las establecidas para impulsar géneros como la crónica o metodologías como la del periodismo de investigación o, bien, para la defensa y protección de los periodistas.

En la entrega anterior desglosamos los dos primeros entornos: los medios informativos, algunos de los cuales han iniciado sus propias escuelas para formar periodistas de acuerdo a una particular misión y visión empresarial; y el académico, fundamentalmente universitario, que se ha consolidado como el espacio privilegiado para la formación de profesionales del periodismo. Intentemos ahora sistematizar la enseñanza del periodismo que se da en los espacios gremiales.

EL LÍDER DE LA MANADA

Entre colegas, la función docente corre a cargo de los viejos maestros del oficio que a su experiencia suman el reconocimiento de sus pares.

Fueron periodistas formados en la talacha los que publicaron los primeros textos sobre periodismo, y todavía en muchas escuelas se prefieren estos libros para las cuestiones más básicas, a pesar de que hay una considerable bibliografía sobre periodismo con un enfoque académico y una vasta literatura periodística formada por reportajes en libro, antologías y piezas reunidas de periodistas galardonados.

Como en otras artes, la enseñanza empieza a darse con el ejemplo. Pero la excelencia en el ejercicio periodístico no necesariamente conlleva una reflexión sobre las formas, las circunstancias y los propósitos del periodismo.

Entre los objetivos que se planteaban inicialmente las organizaciones de periodistas figuraban romper la inercia, combatir los vicios y establecer nuevas tendencias profesionales. Pero la inseguridad creciente y el acoso de poderes constituidos y fácticos, ha obligado a los colegios de periodistas a añadir otros temas a sus programas de actualización profesional.

Podemos mencionar el de los riesgos que se corren en la cobertura de conflictos o desastres, y la protección frente a la violencia contra informadores. En el campo jurídico, hay otros temas sobre los que es importante la capacitación de los periodistas, especialmente de aquellos que ejercen el oficio de manera empírica: desde el seguimiento de asuntos relacionados con la justicia en el nuevo sistema acusatorio oral, a la protección legal de los propios periodistas ante la eventual comisión de delitos contra el honor.

De estos últimos, la injuria, la calumnia o la difamación ya están dejando de ser punibles, para quedar como responsabilidades civiles. Pero otras prácticas periodísticas viciadas empiezan a ser sancionables, como negar el derecho de réplica o ser inequitativos en la cobertura, por ejemplo, de una competencia electoral.

Ámbitos del periodismo más especializados que incluso han dado pie a un área terminal en licenciatura o a un posgrado, como el periodismo ambiental, de salud, sobre derechos humanos o la diversidad sexual, son impulsados en el seno de las organizaciones gremiales, a veces en coordinación académica con las universidades que incluso acreditan estos nuevos conocimientos con un diplomado.

REDES DE COLABORACIÓN

Como dijo ayer el dos veces ganador del Premio Estatal de Periodismo en Jalisco, Cristian Rodríguez, en la conferencia magistral sobre los retos para los egresados de la carrera de periodismo con la que abrió el coloquio que organizan la Facultad de Letras y Comunicación de la U de C y el CuSur de la Universidad de Guadalajara: la capacitación y actualización de los reporteros no solo consiste en leer trabajos periodísticos, sino en fortalecer las redes de colaboración gremial.

Hasta para la protección y defensa son muy útiles estas redes. Las alianzas entre periodistas son fundamentales no solo para generar espacios laborales, sino para reducir las condiciones adversas.

Ayuda tanto a la formación afiliarse a organizaciones como Artículo 19 o Periodistas de a pie, como asistir a coloquios y participar en diplomados.

Por otra parte, Cristian Rodríguez recomendó a los estudiantes de la FALCOM buscar hacer sus prácticas profesionales en el entorno profesional más favorable. Es decir, en aquellos medios que estén impulsando una nueva forma de hacer periodismo.

FUNDACIONES Y OBSERVATORIOS

A medio camino entre la organización gremial y las instituciones educativas, están las fundaciones. El modelo más exitoso en español es la Fundación para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), creada en Colombia por el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.

La FNPI ofrece cursos, seminarios y talleres selectivos, pero realiza una amplia labor de divulgación a través de su página web. El ciberespacio sirve también a otros periodistas que compilan artículos, reportajes y entrevistas de tipo metaperiodístico publicados en todo el mundo.

En México, la Fundación “Manuel Buendía” se ha vinculado con universidades y organizaciones gremiales para atender requerimientos de formación complementaria.

Y otras fundaciones, como la creada para ciudadanizar el Premio Nacional de Periodismo o la Fundación “José Pagés Llergo”, que entrega su propio galardón, impulsan la mejora continua del periodismo mediante el reconocimiento de trabajos de excelencia.

Esa es la función adicional de los premios, no solo homenajear a los periodistas que se destacan en su labor, sino mostrar al gremio y a la sociedad en la que éstos se desarrollan profesionalmente, cuáles son los nuevos rumbos que puede tomar este oficio.

Aparte, hay que considerar la función pedagógica que pueden llegar a tener los observatorios de medios. En el monitoreo de la información y de su resignificación, estos observatorios analizan entre otras cosas, narrativas y discursos periodísticos, presentándolos como deseables o, en todo caso, como no recomendables.

Al evaluar los criterios éticos de los medios, los observatorios terminan reaccionando ante las irregularidades descubiertas y, así se trate de simples señalamientos no vinculantes, cuando califican la conducta de medios y periodistas dictan cátedra sobre el buen periodismo.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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