LA IZQUIERDA LIBERAL

Rafael Lemus describe en Breve historia de nuestro neoliberalismo. Poder y cultura en México (Debate, 2021), el papel que jugaron los intelectuales del grupo Nexos y los escritores de Letras Libres en la legitimación de la corriente ganadora en la disputa por la nación, donde los neoliberales desplazaron a los nacionalistas de la conducción política y económica del país.
En la conversación que el autor sostuvo con Los Periodistas, Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, en la emisión del 26 de mayo de 2021 del programa que se transmite por el canal de Sin Embargo al Aire en YouTube (https://www.youtube.com/watch?v=FMO_xpShduI&t=46s)–, Lemus responde a una duda de Páez Varela: ¿hubo en esos años un sector de la intelectualidad que remara contra corriente?
“Desde luego, no todos los escritores e intelectuales apoyaron o trabajaron para el giro neoliberal. Hubo muchos escritores y artistas que se resistieron y se opusieron de distintas maneras. Lo cierto es que todo el campo cultural fue alterado por el neoliberalismo: muchísimos intelectuales de izquierda que eran radicales terminaron pasándose a ciertos lugares de la socialdemocracia. Se fueron moderando en el camino, también porque son los años en que se desintegra la Unión Soviética y queda muy claro el fracaso de ciertas experiencias comunistas en América latina y Europa del este.
“Nadie fue ajeno a la transformación ideológica. Si bien hubo algunos que terminaron completamente volcados hacia el neoliberalismo y no sólo Enrique Krauze y Héctor Aguilar Camín, otros intelectuales se resistieron a pesar de ser sacudidos fuertemente. Yo reviso en el capítulo final el caso de Carlos Monsiváis, quien aparece en distintos momentos del libro pero, al cierre, ya como protagonista.
“Me centro en el ultimo Monsiváis, el de finales de los noventa y la primera década de los dosmil. Y lo que me interesa ver ahí es como Monsiváis está pensando el liberalismo mexicano del siglo XIX –la figura de Juárez y los personajes de la Reforma– de modo distinto a como lo habían pensado los liberales de Letras Libres y Nexos.
“En sus escritos sobre el tema, Carlos Monsiváis está diciendo que las conquistas del liberalismo –elecciones libres, división de poderes, prensa crítica– deberían ser también reclamadas por la izquierda. No son mera democracia formal sino las reglas del juego indispensables para, a partir de ellas, construir una democracia más incluyente, amplia y participativa.
“Monsiváis reclama en esos ensayos finales sobre el liberalismo mexicano (sobre todo en los capítulos de su libro Las herencias ocultas: De la Reforma liberal del siglo XIX; Debate, 2006; Debolsillo, 2008) su legado para la izquierda. Esos principios son de la izquierda que también ha luchado por democracia, legalidad y estado de derecho. No deberíamos dejar que sólo un grupo de personajes liberales o neoliberales los asuman como su gran conquista.
“Es algo de lo que ocurrió con López Obrador. En México, en las últimas décadas hubo una transición a la democracia imperfecta, una reforma política trunca, interrumpida, pero innegable. Y mientras ciertos sectores de la izquierda mexicana reclaman esa transformación política y se ven como actores o promotores de la misma, López Obrador no lo hace.
“No termina de reconocer esa transición a la democracia como un producto de las movilizaciones populares y de las luchas de la izquierda, como una victoria popular, sino que la ve más bien como una serie de acuerdos de las cúpulas que, por lo mismo, no son del todo respetables”, lamenta Rafael Lemus.
 
DEMONIOS MEDIÁTICOS

A ese sector de la izquierda mexicana que, nada menos, está hoy en posiciones de poder en el Ejecutivo, en el Congreso y en gobiernos estatales, quizá le haga falta una mayor identificación con el proceso de transformación democrática de México, que es innegable y no es propiedad de un solo grupo o partido, sino que va más allá incluso de los propios partidos y de los movimientos populares, apunta Álvaro Delgado.
El ahora reportero de Sin Embargo, recuerda también que Héctor Aguilar Camín escribió en La Jornada, el 30 de julio de 1988, que las elecciones donde resultó electo Carlos Salinas fueron “las menos inventadas de mucho tiempo, las más limpias, las más verdaderas”.
Delgado cita la frase textual a propósito de la participación de Aguilar Camín como abajofirmante de un desplegado en contra de López Obrador. Este tipo de intelectuales suelen agruparse en coyunturas específicas: en 1988 la mayoría veía a Cuauhtémoc Cárdenas como el demonio, hoy lo santifican pero en aquel momento y todavía en 1994 lo satanizaban.
“Hablando de 1988 –retoma Lemus–, la declaración más cínica es curiosamente la de Gabriel Zaid. En un momento de conflicto post electoral, publica un texto diciendo: Si bien no podemos conocer con certeza los resultados y, desde luego, no se puede decir que hayan sido las elecciones más limpias, lo mejor es que la izquierda se vaya a su casa, que reconozca sus victorias en el Congreso y deje que Carlos Salinas de Gortari tome el poder.
“Zaid llama a reconocer los resultados que el gobierno de Miguel de la Madrid está dando, cuando él mismo había pedido que se contaran los votos. Tiene ensayos anteriores diciendo: lo que México necesita es que se cuenten los votos para que el país se transforme.”
 
ETAPAS DEL NEOLIBERALISMO

Finalmente, Delgado pregunta a Rafael Lemus: ¿con López Obrador seguimos estando en una fase del neoliberalismo?
“En el libro planteo que el neoliberalismo en México ha tenido tres etapas:
“-Una primera, la etapa hegemónica, triunfante y promisoria que sería la de los ochenta hasta 1994. Es cuando el neoliberalismo se impone como la política económica de la nación, cuando transforma las estructuras y se venden muchas de las empresas estatales.
“El neoliberalismo en esos momentos genera un amplio consentimiento en la ciudadanía mexicana. Todavía tiene una promesa económica de que nos llevará al primer mundo y nos insertaremos en la economía más poderosa: la norteamericana.
“Durante ese periodo se crea todo un discurso cultural para normalizar el neoliberalismo, con la exposición ‘México: 30 siglos de esplendor’, los comerciales del programa Solidaridad, las películas, las comedias románticas que hablan del emprendurismo, etcétera. Es el momento triunfante económico, político y cultural del neoliberalismo.
“-La segunda etapa yo planteo va de 1994 a 2018: la del neoliberalismo post-hegemónico. El momento clave es 1994 con la aparición del zapatismo, el asesinato de Colosio y, sobre todo, la crisis económica a finales de ese año.
“El 94 deja muy claro que el neoliberalismo en México está fracasando o que ha fracasado ya, que la promesa económica se ha perdido completamente. Y el neoliberalismo en México, a partir de entonces, ya no va a lograr generar consentimiento popular ni aceptación ciudadana.
“Los presidentes, desde Zedillo y hasta Peña Nieto, van a imponer el neoliberalismo un poco a la fuerza, como obligación. Estos gobiernos no van a generar ya grandes relatos culturales sino que, sencillamente, van a decir que no hay otra opción, que estamos obligados a seguir esas políticas económicas y nada más.
“-Y la tercera etapa de la que yo hablo empezaría en 2018, con la victoria electoral de López Obrador. Es la del posneoliberalismo: por primera vez en México hay un gobierno que se declara anti-neoliberal o post-neoliberal. Y pensemos lo que pensemos de López Obrador, hubo una ruptura política en 2018.
“López Obrador es una discontinuidad en la trama política del país, supone la llegada de una nueva clase gobernante al poder, de nuevas alianzas entre el Estado y los grupos sociales, y tiene una nueva racionalidad política. Ya no es la racionalidad tecnocrática de los otros gobiernos, sino una racionalidad populista, y lo digo sin la condena que le darían otros al populismo.
“Ahora, la duda sería si, además de esa discontinuidad política, hay una discontinuidad económica; si López Obrador está alterando la vida económica del país o no; si realmente estamos económicamente yendo hacia un ciclo post-neoliberal o no.
“A mí, por lo pronto, no me lo parece. No me parece que a tres años de gobierno de López Obrador, el Estado mexicano esté fortificado, no se están creando nuevas lógicas económicas y no se está estableciendo una nueva relación entre el poder político y el poder económico. A veces pienso que las políticas de austeridad de López Obrador lo que están haciendo más bien es incrementar y radicalizar ciertos aspectos del neoliberalismo”, resume Lemus.
 

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