En la conferencia de prensa que ofreció la Federación Mexicana de Futbol después del fracaso monumental en el Mundial de Qatar (¡hace 28 años que no nos sacaban tan temprano de la justa!), no hubo preguntas, señala Carmen Aristegui. Estaban ahí los periodistas, pero los directivos de la FMF “se tiraron un rollo de frases trilladas y no permitieron cuestionamientos. Ahí empieza el problema”.
“Hablando de futbol, México tiene un problema estructural gravísimo y lo que pasó con la Selección Nacional en ese dramático partido contra Arabia Saudita es un retrato de cuerpo entero de cosas que no funcionan. En buena medida, no funcionan porque no ha sido debidamente criticadas, señaladas, expuestas…”
Para la conductora que dictó el 1 de diciembre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=_nsqpd4zccU&t=3995s) la conferencia inaugural en el XVIII Encuentro Internacional de Periodistas 2022, ‘Bitácora para habitar el caos’, una de las muchas actividades de la FIL de Guadalajara, el problema estructural del fútbol mexicano no se puede resolver porque estorban las televisoras.
“Azcárraga Jean, Salinas Pliego y otros hacen negocios gigantes con el fútbol mediante la multipropiedad y otras situaciones que, en cualquier país medianamente democrático, no ocurren. En otras partes del mundo tienen reglas del juego que permiten funcionar mejor las cosas. Pero el fútbol mexicano está en manos de las poderosas televisoras y, por eso, aun después del fracaso se atreven a dar una conferencia de prensa sin permitir que les pregunten.”
En ese sentido, “es fundamental el ejercicio crítico y profesional de medios y periodistas. Se tiene que cuestionar a los que detentan el poder en la Femexfut, en la Presidencia de la República o en el Poder Judicial. Hacer periodismo no es una tarea secundaria, es crucial en una democracia porque cualquier decisión en materia de salud, deportes o justicia debe ser sujeta de atención, de crítica, observación e información”.
INFORMACIÓN CRUCIAL
No sólo hay que contarle a la gente lo que está pasando, subraya Aristegui, sino hay que preguntarle: ¿ya vieron lo que está sucediendo con la educación en México, con el presupuesto para el sector educativo y con los nuevos programas de estudio?, ¿ya vieron quién es la secretaria de Educación Pública?, ejemplifica la conductora de Aristegui en Vivo.
Lo hace sumándose a quienes han reprochado el nombramiento de Leticia Ramírez Amaya como titular de la SEP, acaso por ser sólo una maestra normalista o, quizá, por haber sido dirigente seccional tanto en el sindicato magisterial (SNTE) como en la disidente Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
“Los periodistas estamos para llevarle a la gente información que le sea útil para tener criterio y una posición frente a la realidad. Exigir que se mantenga el estado de cosas, si es que está bien, o que se cambie si es que no lo está. La información es un ingrediente crucial para cualquier ciudadano y para cualquier sociedad. Hablando de futbol o lo que sea, el periodismo tiene que estar ahí.”
¿VALE LA PENA EL OFICIO?
El periodismo tiene que estar ahí más allá de la posibilidad que tengan los gobernantes o los empresarios de tener una comunicación directa, comenta Karla Planter, moderadora de la charla que Aristegui dio en el paraninfo Enrique Díaz de León de la Universidad de Guadalajara.
Para la rectora del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), la mediación debe hacerse desde la crítica, y no sólo como portavoz de lo que una parte tiene que decirle a otra. Lo que lleva a preguntarle a su invitada: a la luz de todos los embates que ha tenido que enfrentar Carmen Aristegui, ¿valió la pena dedicarse al oficio periodístico?
“Sí, valió la pena, pese a los embates de los últimos años”, responde quien, en 2002, salió de Televisa cuando la empresa ya les renovó el contrato que tenían Aristegui y Javier Solórzano, por presiones de los anunciantes que negaban las acusaciones de pederastia al padre Maciel. En 2008, el noticiero matutino que conducía Aristegui en W Radio también llegó a su fin por incompatibilidad editorial con la nueva dirección de la empresa, tras la asociación de Televisa con el español Grupo Prisa.
Carmen pasó entonces a MVS pero, el 7 de febrero de 2011, se desató un primer conflicto entre Aristegui y la familia Vargas cuando la empresa le atribuyó una supuesta violación al código de ética tras difundirse, en el matutino, una nota que sugería el presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón. Regresó al aire el 11 de febrero. En 2012, Joaquín Vargas denunció que detrás del despido y recontratación de la periodista hubo presión por parte del Gobierno Federal a cambio de concesiones de banda ancha.
El 15 de marzo de 2015, luego de más de una semana de polémica entre la periodista y la empresa, al equipo de Aristegui le negaron el ingreso a las instalaciones por haber asociado la marca MVS con la plataforma ciudadana Méxicoleaks, sin consentimiento de los Vargas. En un proyecto de periodismo colaborativo Carmen dio cobertura a la compra de una casa que hizo Angélica Rivera, entonces esposa del presidente Enrique Peña Nieto.
“Ha sido fuerte y difícil pero, en el balance de las cosas este 2024, habiendo pasado complicaciones como las del sexenio pasado, el antepasado, el anterior [con Fox] también y este mismo [con López Obrador, quien en varias ocasiones la ha descalificado], me siento satisfecha, fuerte y decidida a seguir adelante.
“Experiencias como las que no quisiera que los jóvenes estudiantes pasaran, me han tocado vivir a partir de haber hecho investigaciones y publicado esas informaciones. Pero a la hora de poner los pros y los contras, me quedo con un sí: fue una buena decisión ser periodista.”
LA CASA BLANCA
“Valió la pena haber hecho una investigación como la casa blanca de Enrique Peña Nieto, por hablar de una de las más fuertes que hemos presentado. Se reveló que el presidente habitaba en una mansión millonaria en Lomas de Chapultepec, cuya propiedad no podría explicar en términos de los ingresos que había tenido como no fuera un acto de corrupción que, desde luego, nunca fue procesado apropiadamente en México.
“La sociedad tenía derecho a conocer esa información, pero el reportaje también nos mostró la precariedad de las instituciones mexicanas aun cuando, al paso de los años, se pudo demostrar el grado de enriquecimiento que un presidente de la república puede tener”. La casa blanca es el símbolo de “todos los negocios y beneficios personales que recibe un mandatario por ejercer el poder”.
“Los periodistas hicimos nuestro trabajo, pero sufrimos las consecuencias: fuimos censurados, perdimos el espacio en donde trabajábamos y fuimos víctimas de procesos judiciales absurdos. Tuvimos que pelear en tribunales acusaciones ridículas, aunque bastante inquietantes para cualquiera que tenga que sufrirlas.”
Aparte de la persecución judicial, “mi hijo Emilio, aún siendo menor de edad, y yo misma fuimos espiados con Pegasus. Nuestras oficinas fueron allanadas. Nos censuraron y no tuvimos acceso hasta el final del sexenio de Peña Nieto a la televisión y a la radio abierta”. Y, sin embargo, “volvería a publicar” ese reportaje.
EL PADRE MACIEL
¿Desde dónde has recibido más presiones: el gobierno, la iniciativa privada, la Iglesia Católica, el crimen organizado?, pregunta Planter.
“Todos los poderes acaban teniendo mecanismos o herramientas para tratar de inhibir a los periodistas. Al poder no le gusta ser cuestionado, no le gusta que le estés señalando abusos ni excesos, o su corrupción.
“A ningún poder le gusta ser exhibido. Y en todos estos espacios que mencionaste donde hemos hecho trabajos de investigación, hacer periodismo tuvo consecuencias negativas: amenazas y otras circunstancias desagradables, a las que sin embargo hay que sobreponerse por la satisfacción profesional de informar.
Hablar, por ejemplo, del fundador de los Legionarios de Cristo. La de Marcial Maciel es una de las historias que como periodista me han apasionado más. Estuvimos siguiendo ese caso por diez años, hasta que el Vaticano finalmente reconoció que el padre Maciel era protagonista de una historia terrorífica donde por años se abusó sexualmente de menores.
“Tuvimos la posibilidad de entrevistar a las víctimas de Maciel y de compartir con la sociedad, con las audiencias de los programas en donde he trabajado, de manera directa las historias de quienes vivieron a un personaje siniestro como Marcial Maciel, de quienes fueron al Vaticano a pedir que su Iglesia investigara a un poderosísimo personaje como éste y a quienes esa institución religiosa les cerró la puerta y los obligó a confrontarse con su propias creencias.
“Pienso en esos ocho hombres que, en su momento, decidieron denunciar a Marcial Maciel. Los primeros denunciantes ya eran mayores cuando escucharon a Juan Pablo II hablar de Maciel como un ejemplo para la juventud. Revelaron sus historias y decidieron denunciar ante el Vaticano lo que ellos habían vivido como víctimas del personaje.
“Para un periodista es muy satisfactorio haber podido estar en diferentes momentos de esa historia con las víctimas, hablar con ellos y presentar en la televisión, junto con Javier Solórzano en el programa de análisis semanal Círculo Rojo en Televisa, un reportaje que fue muy impactante.”
“Fue muy satisfactorio haber podido seguir esa historia hasta el punto en que el Vaticano no pudo más que reconocer que el padre Maciel era lo que era. Lo que me dio materia para publicar un libro”: Marcial Maciel, historia de un criminal (2010).
Ese libro es el resultado del “trabajo de periodistas que, como yo, investigamos, documentamos, corroboramos y le contamos a la sociedad: este es Marcial Maciel, el fundador de una orden religiosa de origen mexicano, de escuelas y seminarios por las que han pasado miles de personas. Pudimos informar y contar hasta al punto de que esas víctimas, las primeras a las que hay que referirnos, si bien no han tenido justicia sí han tenido verdad”.
NO ES ABURRIDO
En momentos como los que ha vivido Carmen Aristegui, ¿qué la sostiene?
“Te sostiene –dice– la convicción de que estás haciendo lo que quieres hacer; lo que tu conciencia te indica que es importante para la sociedad y para ti mismo; la certeza de que lo que haces, tiene mucho sentido.
“La convicción de que informar, comunicar, criticar y observar la realidad, para que la puedas compartir con los demás, es algo trascendente. Que la tarea de los periodistas es algo que no puede no tener una comunidad.
“La convicción de que la acción de comunicar es tan antigua como la humanidad e intrínseca a la condición humana. No podemos imaginarnos como personas ni como familia, como comunidad ni como escuela, como país ni como mundo, sin la posibilidad de comunicar, sin saber qué pasa.
“El periodismo es una herramienta para la comunicación. Nos podemos comunicar de mil maneras, a nivel interpersonal o colectivo, ahora también en forma masiva. Pero el periodismo es una herramienta que tiene ciertas características que nos obligan a que lo que se comunica venga dotado de información, de contenido y de elementos que le permitan a la comunidad saber algo de la manera más amplia, transparente y robusta. De tal forma que con esa comunicación se pueda comprender esa realidad.
“El periodismo es una forma de comunicar, pero la materia de la comunicación es diversa. Nos podemos comunicar de muchísimas maneras, a través de la pintura, de la música, de una carta, un cuchicheo o un megáfono. Comunicar es algo intrínseco a la humanidad. Así que esta herramienta profesional para comunicar que es el periodismo, es fantástica porque podemos comunicar con la posibilidad de llegar a muchísimas personas; de que nuestro mensaje, nuestro trabajo de investigación, nuestra opinión, incluso nuestra interpretación de una realidad llegue a más personas.
“Tener el micrófono es una cosa tremenda, es una herramienta muy poderosa e impactante. Lo que aquí está diciéndose, lo escuchan ustedes y eso nos da un cierto tipo de poder que debe ser utilizado para ayudar a los demás. Y para que lo que aquí está ocurriendo le sirva a los demás, para que el reportaje, la crónica, la fotografía, la nota informativa, el documental, el ensayo, el reportaje en libro, todos esos mecanismos que multiplican el mensaje, le sean útiles a la sociedad. Tan le es útil a la sociedad que alguien escriba una poesía, como que otra persona tome la fotografía del momento preciso que ilustra un acontecimiento.
“Es fascinante el periodismo porque no acaba nunca, es una banda sin fin. Uno termina de dar la noticia y vienen cien más, uno termina una entrevista y aquí tenemos la posibilidad de seguir otra. Es trepidante. Así que si les gusta la aburrición, no se dediquen al periodismo”, sentencia Carmen Aristegui.
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