En el cierre del anterior periodo legislativo, por unanimidad del Congreso estatal se aprobó la nueva Ley de Desarrollo Económico que, como lo dijo el titular del ramo, Paco Rodríguez, se convierte en una herramienta clave para que, tras 26 años de no reformarse lo sustantivo en esta materia, se impulse el crecimiento económico, la atracción de inversiones y la generación de empleos en la entidad.
Al exponer la nueva Ley durante los más recientes Diálogos por la Transformación de la gobernadora Indira Vizcaíno, Rodríguez García detalló que con esta nueva legislación se establecen las bases para una economía más competitiva, diversificada e incluyente, fortaleciendo el apoyo a emprendedores e inversionistas, así como a las micro, pequeñas y medianas empresas (las llamadas mipymes). Todo lo anterior en el provechoso e irrepetible marco de mega inversiones por decenas de miles de millones de pesos de las obras del Gobierno de México durante el sexenio, especialmente en el Puerto.
Después de más de tres décadas de inacción, en los que no se había planteado un nuevo marco legal para delinear la estrategia crecimiento económico del estado, Paco Rodríguez lideró el arrastre del lápiz para construir en consenso con empresarios, cámaras empresariales, expertos y sectores estratégicos, un documento en el que se actualiza la legislación con las necesidades estatales, creando un instrumento de política económica a largo plazo, en lo que el propio secretario llama “inteligencia colectiva y consultiva del sector empresarial y académico para impulsar el potencial productivo y el bienestar con sustentabilidad y responsabilidad social”.
Contando así con un Consejo Consultivo y con análisis realizado desde el sector gubernamental para mejorar el desarrollo de los proyectos de crecimiento económico, pues la intención de esta ley es desarrollar Pymes sofisticadas y competitivas; promover un crecimiento sostenido a través de inversiones industriales, así como diversificar actividades productivas y comerciales, sustentables y socialmente responsables, para lograr una economía sólida y equitativa para todos los colimenses y sus familias.
Aunque no solo se trataron los Diálogos por la Transformación de las buenas intenciones de esta nueva Ley, sino que se desglosaron una serie de estadísticas que sostienen un buen panorama económico para nuestra entidad, cuya economía por cierto es la onceava de mayor crecimiento en el país, con el 4.1% de PIBE, el segundo lugar del crecimiento en la región pacífico, y representando un crecimiento superior al promedio nacional.
A pesar de que el sector logístico es uno de los más activos en la economía estatal, el cual se concentra esencialmente en Manzanillo (ya que en el “Epicentro de la Transformación” están instaladas 734 de las 950 unidades económicas que conforman el sector, el 77.26%), de noviembre de 2021 a noviembre de 2024, en Colima, por ejemplo, hubo un incremento de 3 mil 110 unidades económicas (un aumento del 8.08%), en el que los municipios con más crecimiento absoluto fueron liderados por dos municipios: Tecomán (+1,062), Manzanillo (+772), y por uno de la zona conurbada capitalina, Villa de Álvarez (+725).
MUCHAS MULTAS, POCA SEGURIDAD VIAL
La semana pasada escribíamos sobre los operativos de recaudación financiera disfrazados de seguridad vial que son los radares de límite de velocidad en las principales avenidas capitalinas, con los que la Dirección de Tránsito y Vialidad del Ayuntamiento de Colima multa a más colimenses por hora, que las canciones que Kabah pudiera haber cantado en ese lapso durante su presentación en el Sábora Fest.
La agresividad con la que el Ayuntamiento presidido por Riult Gutiérrez está imprimiendo “tickets” -dicen los agentes viales- y boletas de infracción en contra de desprevenidos automovilistas, contrasta con el descuido con el que todo lo demás de la vida pública capitalina se desarrolló el pasado fin de semana… Mientras se multaba a diestra y siniestra durante la mañana del sábado (no fuera a ser que no alcanzara la caja para saldar la factura de Galilea Montijo), por la noche, a la misma altura del Tercer Anillo en la que se habían disparado multas sin temor, había un embotellamiento digno de ciudad grande a la entrada del Circo que se colocó a unos pasos de la Plaza Zentralia. Por supuesto, como no había radar para multar, en ese caos vial no hubo un solo agente de tránsito para agilizar el tránsito. En fin, muchas multas, mucha Galilea y mucho circo.