REDES VS IZQUIERDA

¿Hay una estrategia para acotar a las voces de la izquierda en las redes sociales?, le pregunta Luis Guillermo Hernández a Jorge Gómez Naredo, director de Regeneración y cofundador de la revista Polemón.
Al menos eso parece cuando vemos que a personas cercanas a la izquierda y al gobierno del presidente López Obrador, al Movimiento de Regeneración Nacional o al progresismo, les han suspendido o cancelado definitivamente sus cuentas, analiza Hernández.
Por otra parte, el también director de La Sexta W y doctorante en Comunicación, especializado en periodismo literario mexicano, le pregunta a su invitado sobre la cuestión de los algoritmos: ¿van a votar también?, ¿tomarán parte en la disputa política, ideológica y social de junio?
Esas ‘benditas redes sociales’ que fueron uno de los principales instrumentos para que Morena alcanzara el poder, hoy están bajo asedio de los responsables de esas plataformas tecnológicas. Twitter se ha convertido en una especie de prefectura que puede ir filtrando los mensajes y acallando voces, observa Hernández en la emisión del 17 de febrero de 2021 del espacio Radar en Rompeviento TV (https://www.youtube.com/watch?v=L8nKR_oIZ8Q).
Gómez Naredo reconoce que “ninguno de quienes vivimos los procesos electorales más recientes, podemos negar la importancia que tuvieron las redes sociales”.
“Los nuevos medios de comunicación surgidos en internet nos han permitido hacer un periodismo que jamás hubiéramos pensado sin una rotativa o un canal de televisión. Estas herramientas vinieron a revolucionar no sólo la parte mediática sino también la forma cómo la gente se informa, captura o reflexiona las noticias.
“Se ha establecido una opinión pública muy diferente a la que teníamos antes. Personas que antes no eran escuchadas ahora se expresan, tanto para estar de acuerdo contigo como para decirle a López Dóriga: ‘¡Eres un chayotero!’
“Sin embargo, las plataformas que en un momento se pensaron completamente neutrales, en realidad pertenecen a empresas. No son un territorio donde todos tengamos equidad. Siguen un modelo de negocio que se beneficia de los datos, mensajes e imágenes aportados por los usuarios. Y la legislación debe establecer hasta qué punto es correcto que estas redes usen nuestros datos, que nos construyan [como targets] y nos vendan en paquete a los anunciantes. Es muy fácil anunciarse en Facebook o en Twitter sabiendo que la publicidad llegará a gente con tales y cuales características”, señala el director del órgano oficial del partido Morena.
 
LA CUESTIÓN IMPOSITIVA

“El otro problema que existe con estas plataformas son los impuestos. ¿Tributan en México o en Estados Unidos?”, cuestiona Gómez Naredo.
“Hace un año, cuando Hacienda dijo que deberían pagar el impuesto al valor agregado, hicieron alboroto. Por supuesto, cargaron el IVA a los usuarios, pero de todas maneras hicieron alboroto.
“¿Qué otros impuestos deben pagar?, tiene que ver con el comercio internacional. Pero al margen del T-MEC, el asunto es de justicia y se vincula con la forma en que estas empresas se benefician.
“¿Hasta qué punto estas redes son completamente neutrales y no barreras a la libertad de expresión? Twitter, Facebook y YouTube son su propio territorio, porque son empresa privada. Son el ciberespacio. Las plataformas deciden quiénes hacen bien las cosas y quiénes no, a quiénes expulsa y a quién no, violando así el principio de libertad de expresión.
“Los casos de simpatizantes del gobierno de Andrés Manuel cuyas cuentas fueron suspendidas, prende las alarmas respecto a quiénes deciden en Twitter y a partir de qué criterios. Donald Trump es un impresentable, pero el simbolismo de que Twitter y Facebook hayan decidido apagar al presidente de Estados Unidos, demuestra que cualquiera puede ser censurado o eliminado de esas redes.
“La libertad de expresión es un elemento, el otro es cómo funcionan sus algoritmos, cómo operan para que una persona tenga mayor o menor impacto. ¿Es a través del número de seguidores, son los perfiles que tienen más retweets y likes o atiende a quien está inflando las cifras?
“No existe una transparencia sobre algo que impacta las redes. Hacen que ciertas figuras se posicionen, como sucede en Facebook, donde si inviertes dinero vas a aparecer en todos lados, como aparecía en todos lados Movimiento Ciudadano que de este modo logró catalogarse en esa red social”, sostiene Jorge Gómez Naredo.
 
EL CUARTO PODER

Si bien los algoritmos son instrumentos matemáticos aleatorios, están regulados por quienes controlan las redes sociales, señala Hernández. Uno de ellos, Hugo Gutiérrez, reputado panista que es ahora directivo de Twitter México y se niega a dar explicaciones o responder preguntas.
No sabemos cómo se regula el algoritmo, ¿es a conveniencia de la empresa, de quienes ahí se anuncian, de sus alianzas políticas presentes o pasadas?, pregunta el conductor de Radar.
Para Gómez Naredo, “es una duda fundamental: no sabemos cómo, bajo qué intereses y cuándo cambian los algoritmos. Cuando Facebook inició temía mucho a la viralidad de las imágenes, después fueron los enlaces y luego los videos. Posteriormente, volvieron a poner atención a los enlaces. Todo a partir de su plan de negocios”.
“La pregunta es: ¿quién nos garantiza que esos algoritmos no serán utilizados de una forma política y a partir de los ingresos? Si YouTube decide que tú no aparezcas, no apareces. Claro, la audiencia puede decir que quiere que cierto programa o canal tenga mayores impactos, y hace que los tenga, pero ¿cómo se regula eso?, ¿a partir de qué elementos?
“El caso de Twitter me parece preocupante porque es una red que impacta mucho en la opinión política. Quizá no tenga tantos usuarios en México como los tiene Facebook ni mucho menos como YouTube, pero en la opinión pública y política impacta considerablemente. Y no sabemos exactamente cómo se da la regulación.
“Los algoritmos, además, pueden eliminar palabras. Si deciden censurar una palabra, cada mensaje que lo contenga no va a aparecer o aparecerá con menor impacto.
“El espacio digital es un terreno nuevo que los estados apenas están deliberando cómo lo van a regular. Los mexicanos pasamos entre tres y seis horas en las redes sociales o en internet, y el Estado debe intervenir en esta relación.
“La propuesta de Monreal ha sido muy criticada y banalizada en el sentido de la libertad de expresión: no faltó quien dijera que era el elemento para que AMLO se volviera más autoritario, al poder eliminar todos los cuestionamientos en su contra. Pero el tema es que esas tres cuentas que fueron suspendidas por Twitter, no se pudieron recuperar porque la propia red social dijo no. Y no hay otra instancia a la cual recurrir.
“Es una empresa privada y, si a alguien no le gusta, no le queda más que salirse. Pero lo que ahí se dice tiene un impacto en la opinión pública y en la libertad de expresión.
“En Estados Unidos ha habido intentos. En este momento quizá no haya tanta presión porque, en realidad, Twitter y las redes sociales se portaron bien con los demócratas. Pero en Europa sí existe esa presión.
“Facebook, Twitter y Google son gigantes, y como empresas han acumulado un poder importantísimo. Económica y mediáticamente son un cuarto poder que logra desestabilizar muchas acciones legislativas. Y es importante establecer hasta qué punto van a intervenir políticamente en los asuntos locales.
“Hemos visto en el caso mexicano que hay personajes que están en esa red social y tienen intereses políticos. ¿Quién garantiza entonces que esos intereses políticos no afecten el funcionamiento de las propias redes sociales y la supuesta neutralidad?”, señala Gómez Naredo.
 
¿QUIÉN DECIDE QUÉ?

¿Cómo regular?, ¿cómo conciliar, por un lado, el innegable poder y manos libres que tienen las redes sociales y, por otro, el hecho incontrovertible de que cualquier intento de regular también impacta al derecho constitucional a la libre expresión y a la libre difusión de las ideas?, pregunta Luis Guillermo Hernández.
Para el invitado, “la cuestión es complicada porque, en principio, la regulación no debe impactar en la libertad de expresión: todos debemos ser libres y de ahí la postura de Andrés Manuel en contra de la intención de regular. Pero tampoco pueden ser las propias redes sociales las que decidan los derechos de los usuarios de esas redes”.
“No es cuestión de que las redes nos regalen la infraestructura, se han hecho inmensamente millonarios con nuestros datos y lo siguen haciendo. Si buscas en Google zapatos, al siguiente día en tu correo electrónico y en Facebook aparece publicidad de zapatos.
“Están haciendo un uso económico de nuestros datos y los usuarios deberíamos tener ciertos derechos dentro de esas redes sociales. Pero mientras los imparten las propias plataformas, esos derechos no estarán garantizados.
“La propuesta de Monreal plantea la posibilidad de que puedas acudir a una instancia más allá de la red social, cuando se suspenda una cuenta. Pero tendría una complicación: para impedir que haya noticias falsas en las redes sociales, quién decide qué son fake news, qué es opinión o qué es un reportaje. Facebook lo intentó hacer y puso a dos o tres buenos periodistas a decidir qué era falso y qué verdadero. El problema es que en el periodismo hay muchísimas discusiones acerca de los géneros periodísticos.
“Es una cuestión muy compleja y lo importante es que se empieza a hablar de eso. La propuesta de Monreal no es la más adecuada, pero es el inicio de una discusión que se tiene que dar. No nos va a regresar al mundo físico, al contrario, lo virtual va a ser todavía más amplio y necesitamos reglas más claras respecto a nuestros derechos dentro de estas propias redes sociales. Aunque sean privadas y aunque sean espacios que se nos proporcionan, no por eso debemos tener una pérdida de derechos como son la libertad de expresarnos y de estar en desacuerdo con ciertas cosas”, apunta Jorge Gómez Naredo.
 
NUEVOS DERECHOS

“La otra gran cuestión es hasta qué punto pueden utilizar nuestros datos para hacer grandes negocios. Ellos dicen que al firmar se aceptan ciertas condiciones, pero no pueden negar que las aplicaciones de inteligencia artificial impactan en nuestra libertad. Las plataformas tendrían que establecer mecanismos mucho más sanos, aunque eso afecte su modelo de negocios. Quizá por eso estén tan enojados los dueños de estas redes sociales con iniciativas como la de Monreal.
“No podemos dejar pasar estos debates. No podemos simplemente decir ya me harté de Twitter y Facebook, voy a regresar a Televisa. Y la discusión se tiene que dar dentro de sus propios espacios. Tenemos que señalar constantemente las injusticias cometidas dentro de las redes sociales, los actos de censura. Y, también, apoyar aquellos proyectos [para construir instancias de apelación] más allá de las redes sociales.
“Yo no tengo activada prácticamente ninguna notificación de YouTube en mi teléfono, pero me llega sin haberla pedido la del nuevo episodio de LatinUS. Hay una inversión para que eso suceda y eso no es ser neutral, pero tampoco es algo que nos esté diciendo cuánto ganan los espacios por publicitar productos o ideas. La cuestión de la publicidad debe ser muchísimo más clara: Facebook ya tiene una regulación de los anuncios, pero debemos exigir más controles porque, al fin y al cabo, somos usuarios. Y aunque Facebook y las demás redes sociales nos ven como datos, somos personas y tenemos derechos, los cuales tenemos que empezar a construir porque no existen.
“No están en la Constitución, son derechos de una nueva época. Tenemos que ir consiguiendo estos derechos digitales. Lo que no podemos hacer es salir de las redes. Tenemos que dar la batalla, exigir a nuestros legisladores y a nuestros gobernantes que velen por nuestros derechos. No podemos ser rehenes de gigantes de la tecnología, como lo hemos sido durante muchísimos años de compañías petroleras o del duopolio televisivo”, señala el director de Polemón.
 
VORACIDAD EMPRESARIAL

¿Habrá ánimo para enfrentarlas? Si los legisladores no quieren meterse con las televisoras, menos querrán meterse con las redes sociales. Tenemos la impresión de que estamos solos en esta pelea, deplora Luis Guillermo Hernández.
“Ojalá que existan legisladores más conscientes de esto. En Europa se ha hecho algo, por eso cuando entramos a una página europea la red nos advierte del uso de cookies, que son los datos que utilizan después los buscadores.
“Sin embargo, son empresas muy voraces con las que nos ha tocado convivir en esta época. Y si no empezamos a ponerles alto, después va a ser muy complicado. Ellas van a decidir qué es democracia y qué es libertad; van a decir quiénes nos deben gobernar, según sus intereses.
“Esto va para largo todavía y resulta muy sana la discusión. Por eso es tan importante el desenmascaramiento de uno de los directivos de Twitter México”, concluye Gómez Naredo.

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