La nueva Ley de Austeridad impedirá a los actuales funcionarios ejercer, una vez que dejen el servicio público, un trabajo en el sector privado que tenga que ver con el cargo que desempeñan. ¿Quedará por ello imposibilitado Jenaro Villamil de volver al oficio de periodista y escritor especializado en temas de medios?
La pregunta se la hace Ricardo Raphael al presidente del Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR), el 9 de octubre de 2019 en el espacio que el primero tiene en Radio Centro (‘TELEVISA y TV AZTECA TODAVÍA TIENEN PODER porque señal llega a 95 % del país: Jenaro Villamil’; https://www.youtube.com/watch?v=w1alUUiRyTU):
“Tú has sido periodista, has sido funcionario y has vuelto a ser periodista. ¿Es verdad que con la nueva ley no podrás regresar al gremio hasta diez años después de haber dejado el Sistema?”
Jenaro Villamil aclara que “es una ley para evitar conflictos de interés, y en ese sentido es importante establecer lineamientos. No la he leído bien, pero en mi caso el periodismo no es sólo un asunto de vocación y de oficio sino de necesidad. Aun siendo funcionario hago periodismo, ¡si me dejas empiezo a entrevistarte!”, bromea.
REPORTEAR LA TELECRACIA
Recientemente Raphael de la Madrid publicó un texto en la revista donde ahora escribe y donde por muchos años trabajó su entrevistado “haciendo alguna crítica a la empresa Televisa, y me mandaron un recado preguntando si iba a ser yo el nuevo Jenaro Villamil de Proceso, porque si alguien ha escrito sobre la televisión mexicana, sobre la televisión privada y especialmente sobre Televisa, si alguien ha reporteado el tema y tiene varios libros sobre la cuestión”, ese es Villamil.
“Hace falta tu voz”, concluye Ricardo Raphael. “Te hemos sacrificado como reportero. Hemos aceptado en el gremio que te vayas a dirigir el SPR, pero ¿estás a partir de ahora impedido para hablar de cosas relacionadas con los sistemas de comunicación?”
Para el presidente del Sistema que con base en el Canal 14 coordina a los otros medios públicos, desde el 11 del Politécnico y TV UNAM, al 22 de Cultura y el Canal del Congreso, pasando por Ingenio TV y las estaciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), todo se reduce a un asunto de ética.
No es ético “hablar de un tema en donde puede haber un conflicto de interés o información privilegiada que uno pueda tener”. En ese sentido, es entendible la ley. “Pero el periodismo tiene tantas facetas y hay tantos temas que bien puedo escribir un libro sobre los Zetas o sobre la larga noche del crimen organizado en México”, sin tener que abordar la cuestión de los medios.
Televisa, por cierto, no ha sido el único tema que ha reporteado Ricardo Villamil. “Yo empecé como periodista político a los 19 años, y nunca fue mi obsesión escribir sobre una televisora. Eso fue consecuencia de un momento, de la coyuntura. Me tocó especializarme en periodismo de medios y escribir todos esos reportajes en la revista Proceso, justamente durante la etapa en que se dio el auge y declive del poder telecrático”.
“Televisa va a seguir existiendo como empresa, eso es inevitable y un hecho saludable. Pero el fenómeno donde el poder político y el poder mediático y económico estaban fusionados en uno solo, ya no se va a repetir.
“Esas llamadas de Bernardo Gómez a los funcionarios de Gobierno, teniendo la amistad con Medina Mora, ahora ex ministro de la Suprema Corte; teniendo línea directa con el Presidente o con la primera dama, como en el caso de Vicente Fox y Marta Sahagún; o teniendo una relación tan perversamente ineficaz con el gobierno de Enrique Peña Nieto, ya no se van a dar”, celebra Villamil.
MEDINA MORA EN EL RADAR
Precisamente entre los muchos esqueletos que tiene Medina Mora en el clóset y que ahora estamos desempolvando, está la efímera Ley Televisa, comenta Ricardo Raphael, autor de los reportajes en libro Myrreinato: la otra desigualdad (2014), El otro México (2011) y Los socios de Elba Esther (2007), además de coordinador del volumen colectivo El México indignado (2011).
A Raphael de la Madrid le tocó analizar muy de cerca ese vínculo de Medina Mora con la Ley Televisa, y el pleito con los entonces senadores Manuel Bartlett (hoy director de la Comisión Federal de Electricidad) y Javier Corral (hoy gobernador de Chihuahua) quienes encabezaron la controversia constitucional que acabó, por cierto, triunfando a la postre. Con ese antecedente, le pide a Villamil ayuda para ubicar al siniestro personaje en el corazón de ese episodio:
“Eduardo Medina Mora, antes de ser funcionario público fue un hombre de empresa y ejecutivo de la iniciativa privada exitoso. Tenía una relación de años con un grupo de egresados de la Ibero del que también formaban parte Alejandro Quintero y Bruno Newman. Y, si no me equivoco, hasta con Héctor Aguilar Camín.
“Juntos fueron creando empresas que producían contenidos, al amparo de la importancia que tenía Alejandro Quintero Íñiguez en Televisa como vicepresidente corporativo de Mercadotecnia.
“Desde esa posición, Quintero creó una red de empresas brokers parahacer la intermediación o la doble contabilidad, sobre todo en el terreno político: como TV Promo y, antes de ella, Radar, Servicios Especializados.
“De la investigación de ese modelo viene el tema sobre el caso Peña Nieto. Una de esas empresas se llamaba Crea TV, donde el socio de Quintero era Medina Mora. Esto en 2005, cuando Eduardo ya estaba en el servicio público: era titular del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) y de ahí el presidente Fox lo nombró secretario de Seguridad Pública.
“Ciertamente la empresa Crea TV ya existía cuando Medina Mora llegó al servicio público, pero nunca se le dio de baja como socio. Y tampoco al otro socio que también fue funcionario: Luis Téllez, secretario de Comunicaciones y Transportes con Calderón, aunque ya había sido jefe de la Oficina de la Presidencia y secretario de Energía con Zedillo.
“Es decir, había una red de compañías productoras y comercializadoras integradas por funcionarios-empresarios o funcionarios en su doble calidad de servidores públicos y de empresarios, que tenían muchos nexos con Alejandro Quintero”, resume Villamil.
TELEVISA IMPONE SU LEY
“Es cuando viene la Ley Televisa –sigue diciendo Jenaro–, un proceso que no fue simple cabildeo legislativo sino una demostración de fuerza de la televisora para imponer las reglas del juego en la campaña electoral de 2006 y en la política partidista.
“En ese marco, fue Eduardo Medina Mora quien opera en la casa del PAN para convencer a Manuel Espino, dirigente nacional en ese entonces, de que los senadores panistas debían votar a favor de la Ley Televisa e ignorar a su compañero de bancada Javier Corral, el máximo opositor a la reforma dentro del panismo”.
Siempre hubo entonces conflicto de interés en lo que hacía Medina Mora como funcionario de Fox y Calderón, quien lo ratificó como procurador general de la República y luego lo nombró embajador en Reino Unido; como lo hubo cuando Eduardo trabajó con Peña Nieto, quien lo designó embajador en Estados Unidos y finalmente ministro de la Suprema Corte.
“En ese caso, a Medina Mora le salió bien la operación porque se impuso la Ley Televisa, aunque después la Corte la echó abajo”, apunta Villamil. “Era una demostración de poder de Televisa y de él mismo porque, a ver, ¿quién se iba a meter con el procurador general de Felipe Calderón?”
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