LOS DEMONIOS DE FELIPE

La activista y periodista Lydia Cacho es testigo privilegiado de los usos ilegítimos del poder político. Ella misma fue víctima de una persecución policial, tras evidenciar en su libro Los demonios del Edén (Debolsillo, 2004) la red depederastia que involucraba a empresarios influyentes como Jean Succar Kuri y Kamel Nacif, ‘El rey de la mezclilla’, quien a su vez era protegido del entonces gobernador de Puebla, Mario Marín.

Cacho estuvo en Los Periodistas de La Octava, el 5 de mayo de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=S1nx5qEfjcs), conversando con Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela sobre la traición que le jugó Felipe Calderón, luego quecomo candidato presidencial le dijo que iba a actuar en contra de quienes habían ordenado su detención.

Al contrario, cuando tomó posesión se fortaleció la relación de Calderón con el llamado “Gober Precioso”. Y, como es sabido, convirtió a Genaro García Luna en su brazo derecho: de director de la Agencia Federal de Investigación (AFI) con Vicente Fox, el superpolicía pasó a secretario de Seguridad Pública en el siguiente sexenio.

Lydia fue privada ilegalmente de su libertad en diciembre de 2005 por agentes judiciales al servicio de Mario Marín, quienes la trasladaron de Quintana Roo a Puebla donde permaneció detenida hasta que el escándalo que generó su aprehensión obligó a las autoridades judiciales a liberarla.

Pero antes, “cuando llegan hombres armados vestidos de civil al refugio (el Centro Integral de Atención a Mujeres, CIAM Cancún), y eso está contado en la edición ampliada por el décimo aniversario de Los demonios en el Edén, los agentes de la AFI que me cuidaban consultan con García Luna y este les responde: ‘Dejen que se la lleven’”.

Un mes después de haber salido a la cárcel, a finales de febrero de 2006, Calderón la invitó a su casa de campañaen la colonia Del Valle, donde le hizo dos promesas que jamás cumpliría: investigar a Marín y también a García Luna, involucrado con grupos criminales que se dedicaban a la trata en la frontera norte.

Luego de ese acercamiento, Lydia tuvo acceso a información que revelaríalos vínculos de los altos círculos del calderonismo con toda clase de conductas delincuenciales.

CADENAS DE PODER

Lo que todo reportero de investigación debe entender, apunta Lydia Cacho,“es cómo funcionan las cadenas de poder, dearriba abajo,porque ese mecanismo es el que permite que siga funcionando la estructura de la impunidad y la corrupción”.

Si no rompemos esas cadenas de poder, “nunca erradicaremoslos vicios que paralizan al sistema de justicia penal procesal en México y dificultan la administración y la implementación de la justicia”.

La también autora de Esclavas del poder. Trata sexual (Grijalbo Mondadori, 2010)comenzó a hacer periodismo de investigación hace 30 años, pero no fue sino hasta 2003 cuando recibió las primeras amenazas de muerte por parte de una red de delincuencia organizada dedicada a la trata de niñas y niñosentre 3 años y 15 años, y a la pornografía infantil.

Como continuaran sus denuncias, hombres armados balacearon las instalaciones del CIAM, y luego vino la detención extrajudicial. Pero su historia “no es muy distinta a la de otros periodistas de investigación, como Anabel Hernández” y tantos otros que no vivieron para contarla.

Quizá lo que decidió su sobrevivencia fue que Cacho conoció al entonces fiscal especial contra la Delincuencia Organizada, José Luis Santiago Vasconcelos, quien se interesó en el caso de los empresarios de origen libanés, “donde estaban metidos hasta el arzobispo (ortodoxo Antonio) Chedraui y gran cantidad de hombres de poder, de todos los niveles políticos”.

UN PROBLEMA ENORME

Tras sufrir Lydia un atentado cuando afortunadamente viajaba en una camioneta blindada que era de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SIEDO), Santiago Vasconcelos “se sentó conmigo en sus oficinas y me dijo:‘Tenemos un problema enorme’, Genaro García Luna que fue director de la AFI de2002 a 2006, todavía tiene un gran control con sus aliados del narcotráfico porque es el coordinador de inteligencia y prevención”.

Vasconcelos le pidió a Cacho que entregara los birlos de la camioneta directamente a su gente, para llevarlos a los peritos,porque si los entregaba por la vía normal se iban a perder “como pierden toda la evidencia cuando llega a manos de García Luna”.

Ese fiscal especial había detenido a Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo, al Güero Palma y al Chapo Guzmán del cártel de Sinaloa, y a Gilberto Herrera, el famoso ‘ajedrecista colombiano’ del cártel de Cali. Por esas detenciones,Vasconcelos tuvo un pleito tremendo con García Luna, quien argumentaba que no se podían meter con todos los carteles al mismo tiempo, que había que pactar con uno.

Poco antes de morir, cuando Santiago Vasconcelos estaba preparando su boda, habló con Cacho y le dijo que tenía que tener muchísimo cuidado con García Luna porque este operaba directamente con la delincuencia organizada. Insistió en que era uno de los hombres más peligrosos de México,porque trabajaba cercanamente con su jefe:primero Foxy después Calderón.

LE TEMÍAN MÁS QUE A LOS CAPOS

Una de las escoltas que la empezó a cuidar después de su secuestro poblano, le confió que su pareja murió en la balacera que se produjo tras la detención de una gran cantidad de tráileres llenos de drogas en Ciudad Juárez.

La agente le mostró fotografías de cómo choferes a las órdenes de García Luna se llevaron la mitad del cargamento. Pero le aclaró que a todos los agentes de la SIEDO les daba pavor el director de la AFI: le tenían más miedo a García Luna que ningún capo de la droga.

Vasconcelos, más tarde, le explicó que ya habían informado de eso al presidente Fox,pero no hizo caso.Así que el honesto funcionariopidió al Presidente que lo movieran al área internacional para poder empezar a extraditar a los narcos y que fueran juzgados en Estados Unidos.

Lamentablemente, Santiago Vasconcelos murió en el sospechoso accidente de aviación donde también falleció el secretario de Gobernación de Calderón, Juan Camilo Mouriño.

Cacho denunció en la SIEDO todo lo que Vasconcelos le dijo sobre García Luna. Y por si le interesa hacer justicia a López Obrador, en los expedientes de la hoy SEIDO están todos los detalles delcasode la periodista que, desde el principio, fue considerado un asunto de delincuencia organizada.

NARCOTRÁFICO Y TRATA

Lydia fue a la oficina del candidato Calderón con una playera que tenía estampada una leyenda contra el feminicidio.

Con Josefina Vázquez Mota de testigo, Cacho y Calderón tuvieron una fuerte discusión en torno a las implicaciones de García Luna en la protección de los tratantes y de los feminicidas de Ciudad Juárez.

En esa época se habían incrementando las desapariciones de mujeres y niñas a lo largo de la frontera,por parte de los dos grupos de delincuencia organizada que operan en la región.

Cacho le dio nombres a Calderón y el candidato panista trató de tranquilizarla con un abrazo. Entonces le prometió que en su sexenio se iba a dedicar a abatir el narcotráfico.

Ella le explicó que los traficantes de drogas y los tratantes de personas son la misma cosa. Y que si quería erradicar el problema debía primero investigar a la AFI.Pero en cuanto tomó posesión, lo que hizo Calderón fue darle más poder a García Luna.

Igual hizo con Mario Marín: en campaña había prometido que le sacaría tarjeta roja al gobernador de Puebla, pero ya como presidente de la república en su primer acto Felipe Calderón estuvo sentado con Mario Marín, encantado.

PRESIDENTES ENCUBRIDORES

Lydia Cacho pide recordar que no sólo Calderón encubrió personajes tenebroso como García Luna. También Fox protegió a Genaro y a otro personaje cuestionables como Eduardo Medina Mora, que fue director del Cisen (Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional) y secretario de Seguridad Pública en el sexenio del guanajuatense y, ya con Calderón, procurador general de la República (Enrique Peña lo haría ministro de la Suprema Corte).

Sin embargo, el caso de García Luna es paradigmático por sus complicidades con los grupos del narcotráfico. Basta ver el patrón de detenciones de capos a partir de que llegó Calderón y cómo se deshicieron de Santiago Vasconcelos.

En su tiempo, Lydia publicó en su columna de El Universal que en ese avión iba a viajar García Luna pero, de última hora, Genaro le hizo una llamada a Vasconcelos para pedirle que fuera en su lugar porque él no podía ir.José Luis tuvo que dejar todo para subirse al avión.

Por eso, la periodista insiste en que no hay que hacer una consulta popular para enjuiciar a los expresidentes. “Para eso tenemos una Suprema Corte de Justicia, para eso tenemos jueces y magistrados, para juzgar a quienes han cometido delitos”.

Por todo lo que sabía Calderón,él también debería ser juzgado junto con García Luna. Y tampoco se salva Fox, quien recibió recursos para su campaña de la delincuencia organizada involucrada en la tratade personas.

“Por eso no se atrevió a detener a Mario Marínni a Kamel Nacif. Así me lo dijo Lino Korrodi”, cerebro financiero de la campaña en 2000.

Por su parte, Calderón “recibió dinero sucio para las campañas del PAN” desde que era presidente del blanquiazul, remata Lydia Cacho.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.