El aumento acelerado de los decesos y contagios por coronavirus, así como las complicaciones que ha enfrentado la campaña de vacunación, alteraron el ya por sí crispado ambiente político en México, expone el periodista Hernán Gómez.
Cada vez más voces responsabilizan al subsecretario Hugo López-Gatell de esa situación, y piden su cabeza como si fuera el único responsable de la crisis sanitaria. Sin embargo, pocos analistas quieren hablar de los problemas estructurales que han dificultado enfrentar esta pandemia, añade el conductor de El Octágono.
Es claro que, dada la debilidad del Estado mexicano y nuestro precario sistema público de salud, este gobierno no tenía los instrumentos necesarios para hacerle frente al Covid 19, resume Gómez Bruera, a manera de introducción en una mesa de análisis en la que participan la investigadora del Colegio de México con especialidad en Lingüística, Violeta Vázquez-Rojas; el analista político y periodista Jorge Zepeda Patterson y el columnista del diario Reforma, René Delgado.
LA EMBOLIA
De entrada, dentro del noticiero de La Octava televisión del 1 de febrero de 2021 (https://www.youtube.com/watch?v=J9Y1koZKt0I&t=138s), Hernán Gómez señala que no es un hecho menor que el presidente de la república se haya contagiado de covid.
“La salud de los presidentes es simple y sencillamente un tema de Estado y un asunto de seguridad nacional. Sobre este tema, hay un viejo debate acerca de si la salud de nuestros gobernantes debe mantenerse en secreto por respeto a su privacidad, o si debe ser del conocimiento público”.
Más allá de esa discusión que siempre será pertinente, opina el conductor, la incertidumbre que provocó no conocer a detalle la salud de López Obrador “dio lugar a un sinnúmero de noticias falsas”. El 20 de enero salió una publicación en el portal Punto por Punto, que se hizo trending topic hasta el viernes 28 cuando, “curiosamente”, fue descubierta por algunos tuiteros. Decía que AMLO estaba grave por una embolia cerebral pero, como el sitio web no es conocido, “inmediatamente nos cuestionamos la veracidad”.
“Es muy delicado difundir rumores tan a la ligera, en un tema ya por sí delicado como es la salud del presidente. El periodismo debe tener un compromiso con la información veraz, y por eso se requiere salir a reportear, contrastar datos y verificar versiones antes de publicar los hechos. Afortunadamente, el presidente envió un mensaje videograbado ese mismo viernes 29 de enero, con el que terminó el rumor.”
Y cerró Hernán Gómez su editorial, con una sentencia: “No difundamos noticias falsas, porque pueden costar vidas”.
EL DIAGNÓSTICO
“A lo largo de estos meses, la gestión del gobierno frente a la pandemia ha estado sujeta a fuertes críticas por parte de la oposición y buena parte de los medios de comunicación. Se han publicado varios documentos, incluso un libro reciente, que critican al gobierno en su estrategia. Y es común leer columnas bastante subidas de tono y con muchos adjetivos”, retoma el conductor.
Una nota del reportero de La Octava, Pedro Bejarano, señala que la pandemia ha sido caldo fértil para la crítica a las políticas que ha enfrentado el gobierno para atender la emergencia sanitaria. Y reseña cómo diversas voces se han levantado para marcar áreas de oportunidad. Algunas críticas son constructivas y de buena fe, otras buscan desacreditar cualquier cosa que venga de la actual administración.
El libro Un daño irreparable, de Laurie Ann Ximénez-Fyvie, odontóloga de formación, doctora en Ciencias Médicas por la Universidad de Harvard y jefa del laboratorio de Genética Molecular de la UNAM, acusa de criminal la gestión de López Gatell. Según la autora, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud es culpable de la muerte de las casi 200 mil personas que han fallecido por covid, y de haber agravado la situación de la pandemia.
El trabajo Ximénez-Fyvie fue aplaudido por una parte de la comentocracia y por la oposición, pero también ha sido fuertemente cuestionado, tanto por el tono amarillista y alarmista del texto, como por haber sido escrito por una académica sin especialización en temas de Epidemiología.
Otro documento igualmente crítico es el informe que presentaron en septiembre de 2020 los exsecretarios Salomón Chertorivski, José Ángel Córdova, Julio Frenk, Mercedes Juan, Jose Narró y Guillermo Soberón. Los titulares de Salud en diferentes sexenios aseguraron que México pagó por una estrategia fallida que subestimó la gravedad de la pandemia. El texto proponía 14 puntos para enfrentar la pandemia, y aseguraba que con ellos el país superaría la epidemia en ocho semanas.
Con un ánimo más constructivo, a finales de enero de 2021 se presentó el documento ‘Reflexiones sobre la respuesta de México ante la pandemia de covid 19, y sugerencias para enfrentar los próximos años’, elaborado de manera conjunta por investigadores de los institutos nacionales de Salud, la Universidad Nacional Autónoma de México y otros centros educativos.
Tras recibir un diagnóstico crítico de la situación actual de la epidemia, López Gatell se comprometió a hacer un alto en el camino y dar un vuelco en las acciones de gobierno que sean necesarias, pero reforzando las que han funcionado.
En el mundo periodístico –sigue diciendo el reportaje de La Octava– hubo también “opiniones estridentes”. El historiador Héctor Aguilar Camín aseguró que México entró a la fase de vacunación en medio de confusiones, improvisaciones y mentiras, tal como cruzó por la primera fase de contagios y muertes.
Sergio Sarmiento consideró que el cierre de las llamadas actividades no esenciales, es un ejemplo de política mal diseñada pues, si bien la medida buscaba generar una mayor distancia entre personas, lo logró sin respetar cadenas de distribución o las posibilidades de miles de mantener sus ingresos.
Y para Raymundo Rivapalacio hay un culpable de toda esta situación: Hugo López Gatell, cuya estrategia falló primero con las vacunas, pues las obtuvo antes el canciller Marcelo Ebrard; luego, con los gobernadores quienes obtuvieron el permiso para tenerlas y, finalmente, con la jefa de Gobierno Claudia Scheinbaum, quien sí aplicó las pruebas masivas, concluye el reportaje.
POLITIZACIÓN EXTREMA
¿Qué hay de defendible en la estrategia en curso y qué opinan los panelistas del debate público en torno a la gestión de la pandemia?
Para René Delgado, “el carácter y la calidad del debate que se está dando es lamentable. Se han polarizado las posturas y, en esa medida, es difícil sopesar con equilibrio y objetividad la conducta oficial y la conducta pública para referirme a la de los propios ciudadanos”.
“¿Se pudo haber abatido en algo el número de muertes? Sin duda, pero afirmarlo no contribuye al debate por el carácter tan polarizado que tiene la propia discusión pública. El documento de la UNAM y organismos internacionales es un buen punto de partida, porque no llama a la polarización sino a la reflexión que está faltando en el país.
“No me siento capacitado para hablar de políticas de mayor alcance, pero me hubiera gustado que el gobierno insistiera más en medidas básicas como el uso de cubrebocas. Una lamentable deficiencia de la estrategia es que se politizó hasta la mascarilla. En ese sentido, varios políticos más que cubrebocas necesitan tapabocas. Como sea, se pudieron haber adoptado medidas no tan costosas y no tan elevadas que, seguramente, habrían abatido el número de decesos y contagios”, afirma el autor de la columna Sobreaviso.
CONFINAMIENTO IMPOSIBLE
En palabras de Jorge Zepeda Patterson, “ha habido una cantidad de usos y abusos de la discusión para sacar raja política. En la mayor parte de los países, la población cree que sus autoridades han sido las que peor han enfrentado a esta pandemia, lo cual no significa que debamos justificar errores visibles que se han cometido en el transcurso del fenómeno en México”.
Los aspectos negativos están a la vista, “todos hemos escrito sobre el hecho que el propio Hugo López-Gatell no pudo confinarse ni a sí mismo, y salió de vacaciones después de estar repitiendo día tras día: ‘Quédate en casa’”.
Con todo, uno de los aspectos positivos, comparado con otros países, es el deseo de las autoridades de estar informando cotidianamente sobre el tema. “Y se agradece también una estrategia relativamente realista con respecto a las posibilidades efectivas del gobierno mexicano. No teníamos condiciones para confinar a la población: en un país donde la autoridad no puede impedir que la gente se mate en razón de 100 personas por día, era demasiado exigirle al gobierno que, además, estableciera un mecanismo de control policiaco para obligar a confinar en sus casas a la población. Entre otros claroscuros”, comenta el autor de la columna Pensándolo bien que se publica en la edición América de El País y en el portal Sin Embargo, que por cierto fue fundado por Zepeda Patterson.
LUCHAR CON LO QUE HAY
Finalmente, para Violeta Vázquez-Rojas es obvio que cualquier gobierno podría haber controlado la pandemia si tuviera recursos infinitos, pero todos los países enfrentan la tragedia con recursos limitados y condiciones estructurales muy distintas. Las estrategias se deben evaluar con base en esa premisa.
De entrada, ¿dónde se pusieron los recursos?, se pregunta. En México se invirtieron en ampliar en seis tantos la capacidad hospitalaria. ¿Fue esa una estrategia acertada? Si la crítica de una estrategia tiene que ser ponderada con respecto a las alternativas y a los posibles resultados de esas alternativas, ¿hubiera sido mejor gastar los recursos en pruebas masivas?
Otra priorización importante que casi no se toma en cuenta, es el cierre de escuelas. Con todo y los costos sociales que implicó, los costos educativos que van a ser altos a largo plazo o los costos psicológicos para los niños, la medida ha sido positiva. De nuevo, evaluando el contrafáctico, abrir las escuelas en agosto como hicieron muchos países habría disparado los contagios.
Además del cierre de escuelas y la reconversión hospitalaria, hay que evaluar positivamente la estrategia del semáforo diferenciado por estado, sostiene la también articulista de El Soberano.