El lunes 1 de octubre ocurrió un hecho que puede ser el parteaguas de la historia política local. Por primera vez, luego de tibias y fracasados acercamientos de una pluralidad traicionada; se dio un relevo inédito en la vida del centro de poder más importante para la vida pública y las instituciones del estado de Colima. Pero hay que fijarse muy bien en lo que ahí sucedió esa mañana en el congreso del estado. Tiene muchos significados.
Recordemos que desde que Colima se constituyó en Estado, en 1857; los legisladores pertenecían políticamente a las facciones o representaban los intereses económicos del estado, es decir, política y economía juntos; en el Porfiriato, hubo legisladores que representaban los intereses de los gobernadores porfiristas y de las familias de poder local, aunque luego vino la Revolución y se dio paso a un legislativo que puede considerarse progresista durante los gobiernos posrevolucionarios, particularmente el de Juan José Ríos; pero esto duró poco, es decir, tanto el congreso local como el ejecutivo estatal, en el fondo fueron centros de poder reaccionarios después del gobierno revolucionario del general Cárdenas a nivel nacional, y del gobernador. Una historia de control priista igual a corrupción.
Pero el también 1 de julio, el pueblo colimense atendió el llamado del aguerrido luchador social y político que durante 30 años lo fue Andrés Manuel López Obrador, y lo decimos con toda claridad para que no crean que los diputados y las diputadas de la coalición “juntos haremos historia”, llegaron a esa representación porque son simpáticos o porque la virgen les habló. No se confundan.
Y el otrora poder legislativo que operaba como oficialía de partes para defender los intereses del grupo político en el poder y de sus aliados nefandos y corruptos; tras el domingo 1 de julio sufriría una transformación radical, eso esperamos. Quizás haya que salir en defensa de la famosa legislatura del empate, cuyos actores, algunos de ellos que lo fueron parte de aquella memorable legislatura, están vivos y pueden dar fe de lo que esta significó. Sin embargo, la 52 legislatura poco pudo hacer porque estaba empatada, lo que le permitió mejoras importantes consensuadas. Pero, lógicamente, los logros que ésta alcanzó gracias a la operación de avezados operadores políticos, luego las siguientes legislaturas, donde la balanza la recuperó el PRI, con compras de diputados y diputadas, fue desconstruyendo los logros democráticos.
Hay quedecir en esta coyuntura, que entre los primeros días de la legislatura del empate, y esta donde el voto popular llevó al triunfo a la oposición al PRI, hay diferencias. La que encabezó en su momento en cuanto a los liderazgos, Arnoldo Vizcaíno, Enrique Salazar Abaroa, Marco Antonio García Toro, y Jorge Armando Gaytán Gudiño, entre otros, rápidamente construyeron gobernabilidad, apoyados por asesores efectivos en su momento, que se dieron a la tarea de construir lo que se denominó los “acuerdos de septiembre”, que sería una especie de metodología que guiaría el trabajo en una conformación legislativa difícil y ruda.
En esta que se instaló el lunes, fue una llamarada de petate, pues se les salió del control o la triunfante coalición fue chamaqueada o careció de visión y de discurso para ponderar esa asunción y que fuera, en verdad histórica. Fue un desastre, mala señal, presagio de temer.
Podríamos criticar que no supieron invitar al pueblo ni a los representantes de los sectores sociales, productivos y políticos de Colima. No personalizaron invitaciones, y fueron descorteses en lo absoluto, faltándole el respeto a los representantes de los otros ámbitos, entre ellos a presidentes y presidentas municipales que toparon con las mudas vallas. Sin embargo, lo más grave de todo, fue que los nuevos diputados sabían que efectivamente había ahí una tradición cuasi militarizada y extremadamente policial que ocupaba todos los centímetros del espacio del congreso y a la redonda de todo el complejo ese, desde tiempos del fernandato, y no hicieron nada por evitar que así ocurriera el lunes. Fue esta una de las peores señales. ¿Sigue campeando el espíritu oscuro y terrorista del mal recordado Sam López? ¿Quién de los nuevos legisladores y de qué grupos aceptaron el ritual policiaco y de seguridad fascista donde tomarían protesta los diputados del pueblo? Algunos de los diputados de oposición ya habían sufrido las consecuencias de esta ostentación policiaca intimidatoria y representativa de la dictadura priista.
Ahora, por una falta de carácter y determinación política de las y los diputados que integran la coalición ganadora, lo que debió ser una sesión histórica por la calidad de los discursos, por el, orden y la oxigenación libre de ese edificio; se convirtió en una toma de protesta simple. Incluso, el discurso por parte del representante de MORENA, fue un discurso personal, carente de elementos que vincularan los propósitos locales con los de MORENA y en particular de Andrés Manuel López Obrador.
La sociedad colimense observará con detenimiento a las y los diputados de todos los grupos parlamentarios ahí representados. Habrá, por supuesto, –como esto es parte inherente a la naturaleza humana y política– traiciones, pero sobre todo, vigilará que efectivamente esta legislatura, se aboque definitivamente a transformar la vida administrativa del Congreso, como un elemento de democratización de las instituciones públicas en Colima. Y cabe preguntar ¿Qué acuerdos han tomado respecto a bajarse el sueldo? ¿Cómo acordaron relevar a los funcionarios de las distintas direcciones legislativas? Por lo pronto, ya llevan tres o cuatro sesiones y no han dicho nada sobre estos puntos.
PUNTO Y RAYA
Monstruosa e infame agresión. Anda circulando difusamente en las redes sociales una nota, en la que se da cuenta de una agresión propinada supuestamente a un automovilista allá por el tercer anillo, la referida información consigna como responsable material del hecho, al yerno, del ex gobernador Fernando Moreno Peña, este último quien fue derrotado en las urnas el inolvidable para él, 1 de julio, truncándosele su aspiración de llegar a la cámara alta. No debe engrosarse la robusta impunidad, se exige severo castigo para este prepotente individuo, que se ostenta gran personaje con poder en la esfera de gobierno. ¡Hasta la próxima!