NI VOCERO NI TRAIDOR

Hernán Gómez Bruera, el columnista de El Universal que critica a los críticos de López Obrador, ha sacado de quicio a muchos de los ilustres miembros de la comentocracia. Pero él sostiene que no lo hace a propósito:

“Digo lo que pienso, trato de ser sincero, no recibo nada de nadie. Les saca de quicio pensar que soy vocero de Morena, pero no pertenezco al partido ni estoy vinculado al gobierno electo. Apoyé en la campaña a Claudia Sheinbaum a título personal, sin sueldo. Y no me interesa entrar al gobierno de la Ciudad de México”, decía cuando aún no tomaba posesión la nueva jefa de Gobierno.

“A mucha gente la descoloca que un analista tome partido, porque generalmente no lo hacen abiertamente por una corriente política o un candidato. Lo hacen en forma velada porque quieren mantener esta apariencia de objetividad, pero la gente no confía en ellos porque siente que no son sinceros.

“Yo quiero decir las cosas que pienso sin estar haciendo cálculos ni mantener una apariencia de objetividad. Creo en la 4T hay cosas que he criticado, en las que no se fijan como cuando defiendo algo.

“No se por qué se fijan tanto en mí. Me han dedicado artículos enteros para calumniarme con cosas ridículas, como que cobré por hacer un trabajo. Es verdad, hace dos o tres años ganaba un buen sueldo para este país [fue coordinador de asesores de la Presidencia del Consejo Nacional contra la Discriminación], pero no para las responsabilidades que tenía.

“Además, si cobré en el gobierno anterior y lo que he hecho es criticar al gobierno anterior, no entiendo qué es lo deshonesto”, cuestiona Hernán Gómez.

FALTA PLURALIDAD

En el quinto programa de la segunda temporada de El Chamuco TV (https://tv.unam.mx/portfolio-item/el-chamuco-tv-temporada-2-programa-5/), el académico del Instituto Mora conversó con los moneros Rappé, Hernández y Helguera sobre el llamado que hizo en un artículo a renovar las voces en los medios:

“La gente está cansada de escuchar las mismas voces anquilosadas y evidentemente interesadas, los mismos discursos. Hay necesidad de caras e ideas nuevas y de mayor pluralidad.

“León Krazue respondió muy violentamente a esa idea con un tuit en el que decía que yo estaba buscando censurar y silenciar voces, cuando lo que yo estoy pidiendo es que haya más voces, que se escuchen.

“Me tiene sin cuidado si Krauze escribe o no, si los mismos siguen ahí. Lo que quisiera son nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, porque nos hemos acostumbrado a cierta uniformidad, casi estalinista. Hay muy poca pluralidad en los medios de un país con cien  millones de habitantes”.

A NADIE GUSTA LA CRÍTICA

¿Es la escasa pluralidad que el modelo neoliberal implantó para convertirse en verdad absoluta?, pregunta uno de los conductores.

“En parte, aunque también tiene que ver con la forma en que se financian los medios. Hay columnistas que llevan años ganando sueldos de 400 o 500 mil pesos. Y son esos articulistas que ganan más que un secretario de Estado los que se angustian tanto cuando uno critica el esquema de financiamiento de los medios.

“Sin embargo, tenemos todo el derecho a criticarlos porque gran parte de ese sueldo lo estamos pagando con nuestros impuestos. Porque si los medios se están financiando en gran parte con publicidad oficial, eso significa que los altísimos sueldos los pago yo. Y mi problema no es sólo con los montos sino con el propósito de estas planas de publicidad que, además, se están pagando muy por encima de su valor real.

“Si esos medios salieran a competir, nadie los leería ni los seguiría. Y es paradójico porque a muchos de estos columnistas se les llena la boca hablando de libre mercado. Lanzan discursos neoliberales y al final son de lo más estatistas en su forma de operar, porque sin el dinero público no serían nadie”.

Respecto a lo que cree Hernán Gómez de lo que pasará en el nuevo sexenio, el ex consultor de la FAO, el Banco Mundial y la CEPAL en temas de pobreza, desigualdad y derechos humanos, reflexiona en un programa que se transmitió antes de la toma de posesión del nuevo Presidente:

“El vocero de AMLO, Jesús Ramírez Cuevas, como virtual director de comunicación social de la Presidencia anunció que se va a legislar en materia de publicidad oficial. La Suprema Corte ordenó hacerlo para resolver un amparo, pero fue una burla. Le llaman la Ley Chayote porque no resolvió el tema sino que legalizó la situación existente.

“La idea sería una ley que establezca criterios transparentes para distribuir la publicidad oficial. Eso es lo más importante. La otra medida de reducir a la mitad el recurso a la publicidad oficial se recibe bien, porque es un dispendio el sobreejercicio que hubo en áreas del Gobierno como la SEP, donde se gastó el presupuesto en promover al secretario porque era presidenciable.

“El tema es cómo se distribuyen ese recursos, no sólo disminuirlos porque aun dejando la mitad es mucho dinero; que haya criterios objetivos y transparentes para la asignación de la publicidad.

“La cosa es que ningún gobierno quiere que lo esté golpeando la prensa. En Brasil, los medios fueron responsables de que cayera Dilma Roussef. Las manifestaciones en contra de la presidente fueron promovidas por la gran prensa. Javier Tejado analizó el papel que jugó la televisión en el triunfo de Bolsonaro, especialmente el canal del líder evangélico Edir Macedo quien apoyó abiertamente a Bolsonaro, mientras los demás medios jugaron un papel bastante tibio en el caso del candidato de ultraderecha.

“La prensa sí tiene un poder muy grande y la tentación de cualquier gobierno es utilizar los mecanismos que pueda para bajarle a la crítica. Por eso, el riesgo con López Obrador es que, a fin de cuentas, todo permanezca como está. Pero yo espero que no”, dijo el analista en un programa que se transmitió antes 1 de diciembre.

HAY UNA PEJEFOBIA

Durante la campaña, Hernán Gómez escribió un artículo que luego convirtió en video sobre la Pejefobia, ese miedo irracional a López Obrador. Sobre los motivos de su texto, comenta con los moneros:

“Desde luego que se vale criticar a AMLO, pero muchas críticas escapan a lo racional. Hay un elemento de clase y racismo hacia López Obrador y lo que representa.

“Cuando Isabel Turrent llama ‘feligresía irracional’ a los seguidores de Andrés Manuel, los está definiendo como gente que no piensa. Y así hay muchas expresiones porque López Obrador no es el típico político de la élite. Rompe hasta con la manera de hablar, porque es alguien que viene del sur del país”.

Por otra parte “sí hay un culto a la personalidad a AMLO. Esto de que lo llamen ‘el licenciado’ no me encanta, porque hay un tabú a criticarlo, como si cualquier cosa que venga de él está bien. Espero que eso vaya cambiando con el tiempo, pero sí veo en sus seguidores actitudes que no le ayudan como líder. Cuando se le empieza a endiosar dejan de tomarlo en serio. Hay que ver las cosas buenas y malas del personaje, sin ponerlo en un altar”, resume Hernán Gómez.

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