OPERACIÓN MOCKINGBIRD

‘¿Sigue suplantando la CIA al periodismo veraz con propaganda en los medios de comunicación?’, se pregunta Jorge Luengas en un artículo con ese título que publicó el 1 de marzo de 2019 en su portal rubenluengas.com.

En el texto (http://rubenluengas.com/2019/03/sigue-suplantando-la-cia-al-periodismo-veraz-con-propaganda-en-los-medios-de-comunicacion/) Luengas nos recuerda que en una investigación publicada en la revista Rolling Stone en 1977, el famoso periodista Carl Bernstein reveló el funcionamiento de la propaganda de la CIA en los medios de información.

Según el coautor junto a Bob Woodward de Todos los hombres del presidente (1974), el relato de la investigación sobre el escándalo Watergate que ellos dos realizaron como reporteros de The Washington Post, la Operación Cenzontle (Operation Mockingbird en inglés) fue una extensa campaña secreta de la CIA, iniciada a finales de los años cuarenta con el objetivo de influir en los medios de comunicación masivos de Estados Unidos y del extranjero.

“El peculiar nombre de la operación es tomado de un ave con la especial capacidad de imitar los sonidos de otras aves para confundirlas. De esa manera, la CIA suplantaba globalmente al periodismo autodenominado independiente y veraz, por redes y estrategias de propaganda que siguen operando en estos tiempos de confusión en los que prevalece la llamada Posverdad, en referencia a la distorsión deliberada que se hace de la realidad”, escribe Luengas.

Para el ex corresponsal de Univisión en Ciudad de México, cuyos reportes llegó a presentar Jorge Ramos en el noticiero estelar de esa cadena norteamericana, “las labores de espionaje y propaganda, fines últimos de la operación, surgen a la par de las acciones de guerra económica y subversión contra estados estimados como hostiles o dudosos, junto con el apoyo de todo tipo a fracciones armadas antinacionalistas de cualquier tendencia, en cualquier lugar”.

Por medio de la Operación Cenzontle se espiaba y se actuaba influyendo propagandísticamente “contra todo aquel que se opusiera a los intereses considerados como estadounidenses o de sus aliados. Ello equivalía a insertar un sinnúmero de noticias de alguna forma pro-estadounidenses, reales o falsas (propaganda blanca o negra), con sus respectivos análisis tendenciosos encubiertos, a la vez de suprimir la presentación de informes contrarios a EEUU, sus aliados y clientes; mientras el público creía inocentemente recibir información confiable y verdadera”, resume Luengas.

TODOS LOS HOMBRES DEL IMPERIO

Bernstein reveló en su investigación “alguna parte de este funcionamiento, cuando da a conocer el caso de uno de los más importantes periodistas controlados a través de la Operación Cenzontle de la CIA, el republicano Joseph Alsop, cuyos artículos aparecen desde los años 50 al 70 en al menos 300 periódicos de EEUU. No obstante, la lista de comunicadores en la nómina de la CIA es de más de cuatrocientos”. Como Alsop, muchos periodistas publicaban artículos que en realidad eran escritos directamente por la Agencia Central de Inteligencia.

A partir de 1949, el futuro director de la CIA Allen Dulles participaría de forma decisiva en la creación, desarrollo y dirección de la operación Mockingbird.

La unidad secreta de control de los medios de comunicación era encabezada por Frank Wisner, quien posteriormente fue jefe de planes de los servicios secretos de EU en Europa Oriental, donde fue el enlace con la Gehlen Organisation, una célula de oficiales alemanes cuyo objetivo era la reconversión de antiguos agentes nazis a las redes de inteligencia, contraespionaje, sabotaje, terrorismo, infiltración, subversión y lucha anticomunista de los servicios secretos estadounidenses en Europa.

Citando a Bernstein, quien en la película homónima de Alan J. Pakula de 1976 es interpretado por Dustin Hoffman, Luengas apunta que “a través de Mockingbird alrededor de 25 agencias (AP, United Press y Reuters, entre otras) y centenares de periodistas de los principales medios de EEUU (ABC, NBC, CBS, The New York Times, The Washington Post, Time, Newsweek, etc.) fueron empleados para difundir noticias amañadas que la CIA les proporcionaba.

La cúpula de esta macrocampaña de noticias manipuladas o falsas estaba integrada, además de Frank Wisner, por Richard Helms (director de la CIA entre 1966 y 1973, condenado en 1977 por perjurio ante el Congreso de EEUU), Philip Graham (copropietario de The Washington Post) y el propio Allen Dulles.

“Una buena parte de las ‘noticias’ difundidas vía agencias durante décadas por la prensa y los mass media del llamado ‘mundo libre’ tienen su más que dudoso origen en la unidad Mockingbird de Dulles”, recoge Luengas una afirmación del blog La Peste Loca.

En los frentes abiertos por Estados Unidos se libró una batalla propagandística con la misma agresividad de la Guerra Fría. “En 1953 Dulles sería nombrado director de la CIA durante la Administración presidencial de Eisenhower. Era el primer director civil de la Agencia desde su fundación en 1947 y ese mismo año dirigió la Operación Ajax, designación en clave del golpe de Estado en Irán que derrocó al primer ministro progresista Mosaddeq e impuso por la fuerza la dictadura del Sha con el concurso de la CIA y de comandos de fuerzas especiales estadounidenses”.

“En 1954 Dulles dirigió un golpe militar en Guatemala, que derrocó al presidente Jacobo Árbenz, para defender los privilegios e intereses de los terratenientes y empresarios locales y de la multinacional estadounidense United Fruit Company con la que Dulles mantenía fructíferas relaciones”.

Finalmente, Jorge Luengas nos recuerda que, en febrero de 1981, el entonces director de la CIA, William Casey, se reunió con el presidente Ronald Reagan, a quien dijo “algo escalofriante” sobre la intervención de la CIA en actividades de propaganda: “Sabremos que nuestro programa de desinformación está completo, cuando sea falso todo lo que el público estadounidense cree saber”.

Con estos antecedentes, cierra Luengas su artículo, la pregunta es: “¿Sigue suplantando la CIA al periodismo veraz con distorsiones y propaganda en los medios de comunicación?”

CON TODO RESPETO, PERO…

Vicente Serrano, quien conversó con Luengas en su canal de YouTube Sin Censura Media, cree que Jorge Ramos es uno de esos periodistas que son agentes de la CIA.

En el video ‘PERIODISTAS COLABORANDO CON LA CIA ¿YA NO EXISTE?: RUBÉN LUENGAS’, del 1 de marzo de 2019 (https://www.youtube.com/watch?v=Kr88J3ITYxo&feature=youtu.be), Luengas no se atreve a acusar a Ramos pero sí cuestiona el lapsus del periodista, quien al llegar al aeropuerto de Miami dijo a Max Blumenthal que sus acciones en Venezuela estaban respaldadas por el senador Marco Rubio y el vicepresidente Mike Pence.

A juicio de alguien que se considera su amigo, el comentario de Jorge Ramos a Blumenthal merece por lo menos una explicación. Pero aclara Luengas que la entrevista de Ramos no es la más dura de las que le hayan hecho a Maduro:

El presidente venezolano enfrentó a la enviada de la BBC, Orla Guerin, que le hizo preguntas sumamente incómodas sobre la negativa a la ayuda humanitaria (https://www.youtube.com/watch?v=VVkwC0FZDn0). “Todo pasó y salió al aire”, Maduro le respondió sin enojarse.

Lo mismo al catalán Jordi Évole: su entrevista fue “muy fuerte e incisiva, muy inteligente” (https://www.lasexta.com/noticias/internacional/entrevista-jordi-evole-nicolas-maduro-titulares_201902035c5750600cf2c93edd47b900.html).

E igual le respondió a una reportera “guapísima” de Europa News, Anelise Borges, que hizo su trabajo: acorraló a Maduro y lo puso en evidencia por sus contradicciones obvias, pero nunca dejó de referirse a él como ‘Señor Presidente’ (https://es.euronews.com/2019/02/13/entrevista-completa-a-nicolas-maduro-esto-es-una-batalla-mundial).

Lo que lleva a Jorge Luengas a reconocer: “Si yo acepto una entrevista de alguien y lo primero que hace éste al llegar es preguntarme: ‘¿Cómo le llamo, Dictador o Presidente?’; inmediatamente le digo: ‘Mira, vas y chiflas a tu flauta. Adiós. ¡No me vas a hacer una entrevista!’”

 

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