José Ignacio Peralta, el gobernador, ha mostrado una congruencia fuera de toda duda durante su gestión al frente del Ejecutivo estatal. Ese es el marco desde el cual ha de analizarse su decisión de vetar parcialmente las modificaciones a la Ley de Movilidad aprobadas por el Legislativo. Y mis escasos lectores entenderán de esa forma que Peralta tiene toda la razón al emitir su veto.
Es tan obvia la procedencia de la reforma cuando reconoce la universalidad del descuento a los estudiantes (pertenezcan o no a la Federación de Estudiantes Colimenses, que la medida fue adoptada por un amplio margen (17 votos, incluidos los de los diputados priístas) y aplaudida por casi todos los colimenses. Y digo que casi todos porque obviamente contaron con la desaprobación de Fernando Moreno, como ya se comentó en una entrega anterior de CON SAL Y LIMÓN, así como de un par de líderes de transportistas que guardan una importante afinidad con Arnoldo Ochoa, el Secretario General de Gobierno, pero que tal vez por lo mismo, no tienen seguidores. Y cuenta más, que, con esa medida adoptada por el Congreso, se pone fin a un régimen de discriminación a los estudiantes que no están afiliados a la FEC y que, por tanto, es violatoria de los derechos humanos.
A Peralta no le interesa privilegiar que prevalezca un régimen de protección a los derechos fundamentales de los colimenses (que está obligado a tutelar), ni ir en contra de los deseos de los colimenses que la mayoría de los legisladores leyeron adecuadamente. No le importan las consecuencias políticas de sus decisiones, al fin que su partido cuenta con nulas opciones para la próxima elección de su sucesor. Lo único que interesa al gobernador es prolongar la alianza con sus escasos aliados y hasta podríamos suponer que atender las órdenes que le giró públicamente el ex gobernador y ex rector Moreno. En tal sentido, la decisión adoptada por Peralta es congruente en todos los sentidos. Y nosotros, los del pueblo, sólo podemos reconocer su congruencia y concluir que tiene razón el gobernador al vetar la reforma.
No se ha meditado por parte de él ni de los supuestos líderes de los transportistas, que los descuentos aprobados por la Cámara representan el costo de las concesiones otorgadas a los camioneros. Tampoco se ha meditado sobre la evidente obligación del Gobierno de proporcionar subsidios a los transportistas que operan con ética, con la finalidad de que lo hagan adecuadamente. Seguramente lo que están viendo es la manera de restar puntos políticos y méritos a Vladimir Parra, ese muchachito que se ha convertido en un peligro para el mundo (pero para el limitado mundo del gobernador, del ex gobernador y de sus escasos aliados). Pero la vía que escogieron resultará la peor para que se cumplan sus expectativas pues el pataleo sólo será útil para que Parra logre más puntos adicionales y verán crecer aún más a su odiado rival. Y de ese modo, Vladimir se convertirá aún más, en un peligro para el mundo (su mundo, insisto).
Torpes lecturas políticas las que realizan el gobernador y sus asesores, que una vez más resultó expuesto al sentir popular que no le favorece durante la visita que ayer realizara el presidente López Obrador a nuestra entidad. No debe caber ninguna duda con respecto a cuál es la opinión de los colimenses hacia su gobernador. Y claro, no es para presumir.
Por cierto, ayer el Presidente anunció el fin del pago de peaje para los vehículos ligeros que transiten por la autopista que une a Colima con Manzanillo. Se puso así freno al saqueo que desde hace muchos años sufríamos los colimenses cuando por placer o negocios viajábamos entre la capital formal y la capital económica del Estado. Y esta no fue una causa por la cual luchara decisivamente el gobernador, y mucho menos, el exgobernador Moreno. Hace mucho que terminó el plazo original para que se cobrara y antes de eso, ya se había pagado la obra, pues su aforo es extraordinario. A pesar de todo, la carretera no se ha podido terminar y requiere mantenimiento mayor, como en el caso del Puente de Las Juntas. Y también debió haberse ampliado, pues resultan insuficientes sus cuatro carriles, sobre todo durante las horas pico del transporte de contenedores. La insuficiencia de esa carretera ha sido causa de muchos accidentes y con ello de la pérdida de muchas vidas y daños cuantiosos. Pero eso no es digno de consideración, lo único que importa es el negocio. Y el gobernador, siempre es congruente.
El Congreso debe demostrar su solidaridad con el pueblo de Colima y su reforma se debe imponer, porque es su obligación defenderla y porque, como ha dicho el Presidente, el pueblo siempre tiene la razón y esa reforma fue ampliamente aplaudida por el pueblo. Una controversia constitucional de seguro le dará la razón al Congreso. Y de ese modo, la derrota de Peralta (y de Moreno) será todavía más ruidosa. Y Parra aumentará su grado de peligrosidad para el Mundo. Y Rogelio Rueda podrá vengarse por haber sido exhibido y regañado públicamente por Moreno.
Cada vez quedan menos las dudas del torpe andar de Peralta por el camino del Ejecutivo local. Se parece a Macri, el presidente argentino, que ha hundido su país porque todo cuanto intenta le resulta al revés. Bueno fuera que mejor Peralta solicitara licencia al Congreso para que se integre como asesor de Donald Trump, de ese modo nos aseguraríamos de que el gringo zanahoria no nos haga daño. O tal vez, pueda formar parte de ese equipo, aunque no solicite licencia, de todos modos, nunca está aquí y nunca le ha interesado tomar las riendas del Estado.
¡Ánimo colimenses! ¡Ánimo diputados conscientes! ¡Ánimo Rogelio! ¡Ánimo Vladimir!
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.