Los delata la coordinación. El último recurso en el operativo “manos limpias” para sacar al Ejecutivo de la ecuación en la pugna legislativa para designar a la nueva presidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDH), fue Claudia Yáñez Cabrera.
La diputada federal usó la sala de prensa de San Lázaro para hacer eco de la “creciente inconformidad mostrada en la entidad ante los señalamientos de actos de corrupción por parte de Indira Vizcaíno”, como cita la prensa local.
Pareciera que la representante por el primer distrito electoral federal decidió abrir su juego en contra de Indira (después de haberla golpeado bajo la mesa, patrocinando manifestaciones y periodicazos), al fallar el plan gubernamental para atribuir a la delegada federal una intervención indebida en el Congreso.
Por diversos testimonios sabemos que la verdadera intromisión fue operada por funcionarios del gobierno de Ignacio Peralta, y fue en esta enésima ocasión para sabotear la designación de Adriana Ruiz Visfocri como presidente de la CEDH.
A la narrativa de que el Ejecutivo tiró línea en contra de la ex presidente del Tribunal Electoral del Estado (TEE), sostenida por casi todos los 16 diputados que votaron por Ruiz Visfocri (ya nos aclaró Jazmín García que por lo menos ella no acusó ninguna intromisión) se opone el relato de los cinco diputados del No.
En rueda de prensa aseguraron haber sido tentados con una oferta de 300 mil pesos por dar el decimoséptimo voto que les faltaba para completar la mayoría calificada, un recurso económico que supuestamente aportaría Indira Vizcaíno.
En esta guerra de narrativas, una resulta menos verosímil que la otra. Está a la vista tanto la intromisión del Ejecutivo como la intervención de la representante en Colima del gobierno de López Obrador a favor de Ruiz Visfocri. Y tan creíble es que les ofrecieron 300 mil pesos por el sí, como que el pago del Gobierno para votar en contra o abstenerse fue superior a esa cantidad. Como sea, ambas hipótesis deben ser comprobadas.
CUALQUIERA, MENOS VISFOCRI
Los priistas duros del régimen peraltista no le perdonan a Ruiz Visfocri promover una resolución que le habría dado el triunfo a Antonio Morales de la Peña, el candidato del PAN-PRD durante la elección extraordinaria de 2003, despojando de la constancia de mayoría al priista Gustavo Vázquez Montes.
Según algunos enterados, al Gobernador lo tiene sin cuidado ese tema como cualquier otro asunto relacionado con el partido al que nominalmente pertenece. Pero la posibilidad de que Ruiz Visfocri se convierta en ombudsperson aterra a su gabinete, y no sólo al de Seguridad.
En manos de Ruiz Visfocri, la CEDH podría convertirse en una fiscalía oficiosa que recomiende, urja y exija obras y acciones de gobierno que subsanen carencias que se traducen en violaciones a los derechos humanos: desde la educación y la salud, a la seguridad y el bienestar en general de los colimenses.
FUTURISMO POLÍTICO
Sería exagerado decir que la pugna por establecer una narrativa en torno al origen de una intervención externa en los procesos legislativos, englobada en la lucha por el control de la mayoría en el Congreso local, explica el numerito de Claudia Yáñez en la Cámara de Diputados.
Otros factores determinaron que Yáñez Cabrera abriera su juego en contra de quien considera su archirrival, Indira Vizcaíno, amenazando con proponer un punto de acuerdo para exigir la renuncia de la delegada del gobierno federal en Colima. Y todos esos factores tienen que ver con la sucesión gubernamental en 2021.
Quienes nos pintan el cuadro de que en el Congreso de Colima se libra una batalla entre la administración estatal y el gobierno federal, ubican a Indira en el rol de contrapeso de Ignacio Peralta. Y en efecto, ese es el papel que les asignó el presidente López Obrador a los delegados en los estados.
Pero este reconocimiento por parte del aparato estatal de la condición de Vizcaíno Silva como aspirante natural a la gubernatura, se da en un momento inoportuno para los otros cuadros de Morena que buscarán la que será la candidatura con mayor viabilidad de triunfo.
¡QUÉ MANERA DE LEGISLAR!
Mario Delgado demostró una vez más su falta de oficio político (él es un hombre de números, de finanzas públicas) en el trance parlamentario que dejó en ridículo a la bancada de Morena que él coordina, cuando fracasaron en lo que ya no sabemos si era el objetivo: conservar la mesa directiva para la mayoría por el resto de la Legislatura, con o sin Porfirio Muñoz Ledo en la presidencia.
Aunque Delgado Carrillo se manifestó por respetar la ley vigente que establece la rotación anual de esa titularidad, dejó crecer el problema al grado que, forzados por la amenaza de una parálisis en el Senado, los diputados de Morena tuvieron que ceder.
Se enreda también la participación de Mario Delgado en la disputa por la presidencia nacional de Morena. El colimense ya quedó, de entrada, ubicado en el bando de los que quieren desplazar a los puros que han venido acompañando a López Obrador desde los orígenes del Movimiento de Regeneración Nacional, y quitarles el control del partido que literalmente concibió Andrés Manuel.
Si bien las encuestas favorecen a Delgado Carrillo, habrá que ver si hacerse de la dirigencia nacional de Morena no desemboca en un desencuentro con el Presidente de la República.
Es ya una relación complicada que podría tensarse más a medida que afloren los arreglos de Mario con Nacho Peralta, quien tiene a la hermana del diputado federal como encargada del despacho de la Secretaría de Salud, pese a que Leticia Guadalupe Delgado no reúne el perfil.
A diferencia de instituciones como el IMSS o el ISSSTE que operan seguros médicos y donde se requiere de un buen administrador, en la SSyBS el profesionista idóneo es un salubrista, un médico especializado en salud pública.
CLAUDIA TRABAJA PARA EL PRI
El otro grupo morenista que ha seguido como estrategia aliarse con el gobierno priista de José Ignacio Peralta Sánchez, es el de los Yáñez Centeno. El Gobernador promovió la inclusión de Francisco José Yáñez-Centeno y Arvizu, sobrino de la diputada Claudia, como uno de los comisionados del Instituto para la Transparencia, el Acceso a la Información y la Protección de Datos Personales (Infocol).
Como si fuera consigna, desde su postulación como candidata a diputada federal Claudia Yáñez ha agudizado los conflictos al interior de Morena. A ella le debemos haber palomeado a muchos de esos diputados locales que ahora se resisten a acatar la disciplina de partido.
Le confirieron esa responsabilidad en atención a su hermano César, quien durante años le habló al oído a López Obrador al ser, como jefe de prensa, su hombre de confianza. Pero esa cercanía se rompió luego de difusión en las revistas de corazón de la boda fifí de Yáñez Centeno con una millonaria poblana.
Por lo demás, los señalamientos que hizo Claudia en tribuna en contra de Indira Vizcaíno no se sostienen. La maestra María Elena García Rivera los desmontó en un breve mensaje: 1) no se desvía dinero de los programas de Bienestar, porque el apoyo llega directamente a las personas enlistadas; 2) la delegada no se negó a censar a los estudiantes que ya estaban en Prospera, eso tenían que haberlo hecho los docentes de cada plantel; y 3) no dejó fuera a los alumnos de la José Martí, al contrario Indira gestionó que incluyeran a estudiantes de una institución que está registrada como universidad privada.
A lo único que está contribuyendo Claudia Yáñez es a desacreditar los programas sociales del Presidente, que son la piedra angular de su proyecto de nación y el activo para consolidar la hegemonía del lopezobradorismo en las elecciones intermedias.
Eso es quemar tu casa… para ver tu propia casa arder. Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.