En la última entrega de CON SAL Y LIMÓN nos ocupamos de algunas características generales de los regímenes panaderos. Sólo hicimos algunas pequeñas referencias particulares al Salomón de Yuriria y al don Aldo de Comala. Este es el caso que el juntador de letras tiene más presente para ilustrar la ineficiencia de los gobiernos azulones.
Algún amigo me refería recientemente que había analizado detenidamente las características de tricolores y panuchos y que había concluido que sí existe una diferencia fundamental entre ambos grupos: Los tricolores primero son ratas y después, ineficientes; mientras que los panuchos, primero son ineficientes y después, ratas. Yo añadiría que con honrosas excepciones en ambos grupos. Pero estoy de acuerdo en que la regla general, es esa.
En Comala, casi todos nos burlamos (o al menos, muchos) del pseudo carrillón del reloj público y especulamos cuáles melodías se pudieran encontrar en el hit parade particular del impopular d. j. que selecciona lo que debemos escuchar todos, con retrasos mayores o menores de la hora que se intenta comunicar. Y lo que son las cosas, siempre fallamos. Pero lo que sucede con el reloj y su cuasi carrillón es de risa. Hay asuntos serios que defienden la idea de la ineficiencia del gobierno municipal y de su irrespeto hacia los comaltecos.
El argumento fundamental consiste en la falta de idoneidad de los funcionarios municipales. Es muy dudoso el procedimiento que se usó para seleccionarlos, pero la característica común es la improvisación. Salvo alguna excepción, los funcionarios se caracterizan por su falta de conocimientos e interés por los asuntos que corresponden a sus carteras y, consecuentemente su falta de respeto a quienes se acercan a tratarles asuntos. La ignorancia se suple con la prepotencia y con el atropello a los derechos fundamentales de los comaltecos.
Seguramente lo que mejor lo ilustra es la insistencia para convertir a Comala en una potencia turística. Y ¿Cómo lograrlo? Si el punto de mayor interés es la cabecera municipal y tiene carencias tan notables como la falta de estacionamiento y no se instala o se promueve que particulares adecuen uno o varios espacios para tal fin. Alegremente se otorgan permisos para negocios adicionales y el problema en vez de solucionarse, se complica.
En estos días, por ejemplo, se inició la demolición de la finca marcada con el número 39 de la calle Progreso, para instalar allí, según el dicho del pueblo, un gran hotel que implica una inversión millonaria. Pero el método de demolición se aleja del ideal. No permiten que se circule por esa acera porque una máquina hace constantes movimientos que invaden banqueta y arrollo, y es un lugar muy transitado: Se ubica enfrente del Jardín Principal y junto hay varios negocios, incluyendo un botanero (en el 35) y un restaurante (en el 43). Además, habría que tener presente que Progreso es seguramente la calle que transita la mayor cantidad de peatones en el Pueblo. A ese problema debe añadirse el paso constante de vehículos del Ayuntamiento, que son conducidos por los chóferes más descorteses del Pueblo. Total, crean caos entre los peatones y además, el polvo, afecta los negocios vecinos, sobre todo los que venden alimentos. Y los vecinos, ¿qué opinan? ¿Y cómo se les protege? ¿Carecen de derechos? Y claro, cuando lleguen los millones de turistas atraídos por el nuevo establecimiento ¿Dónde estacionarán sus vehículos?
Es fundamental respetar los negocios existentes antes de escuchar el canto de las sirenas. Varios comerciantes de la calle Progreso se duelen por los inminentes festejos con motivo del día de muertos; sobre todo, los ubicados entre el Puente (que, por cierto, no es de los Suspiros) y el Panteón Municipal. Los que normalmente expenden alimentos ven muy mermadas sus ventas porque se permite que muchos otros, ambulantes, se instalen y ellos no tienen demanda, y otros, porque se suspende el tránsito de vehículos por la calle. ¿Y quién y cómo les compensan su falta de ventas? Resulta mandatorio que los vecinos (comercios y casas habitación) sean consultados y se adopten medidas que permitan paliar los efectos de las fiestas o de obras de construcción o de otros negocios que se instalan sin que se estudie su impacto, sino a lo tonto como es costumbre.
El pueblo debe participar con su opinión siempre y ante cualquier acción, pues debemos vivir en paz y, sobre todo, queremos que nuestros derechos se respeten. Los espacios públicos del Pueblo es nuestro espacio de convivencia y el capricho de algunos, así sean nuestras autoridades, debe supeditarse a la opinión fundada de los comaltecos. Nadie debe hacer negocios sacrificando el interés o la tranquilidad de los comaltecos. Eso es el interés general, aunque los azulones insistan en usar en vez, el término de bien común que tiene más connotación bíblica que constitucional (y eso, reafirmando la ignorancia de estos personajes).
Y aún para otros efectos como la vista de la Virgen de Talpa, deben existir reglas de convivencia que han de ser consensuadas entre la población, pues varias opiniones he recibido por la molestia que causa el uso de cohetes o música, sobre todo en horas que los comaltecos comunes y sencillos usamos para descansar. Seguramente han de entender que gobernar no resulta un asunto simple y que gobernar bien, significa saber cómo gobernar, es decir, hacerlo al lado del pueblo, sí, de ese pueblo al que desprecian, pero deben respetar e interpretar. En vez de pavonearse, deben actuar correctamente.
Y los mototaxis deben regularse ya, me han dicho que a veces resulta más barato un taxi que un mototaxi. O que para hacer un mandado, recogen el dinero pero nunca vuelven con el artículo que se les pidió a los mandaderos. Y actúan con mucho desorden y desdén a los peatones, a las normas de civilidad y de tránsito. Y eso es así, a pesar de trabajar como tolerados porque carecen de concesiones. Al respecto, se rumora también que un accionista de la sociedad es Rafael Mendoza el Presidente de Cuauhtémoc ¿Será cierto ese rumor? Yo no lo dudo. Y finalmente, como en todos sus asuntos, la Secretaría de Movilidad sólo acumula pendientes porque es para lo único que muestra capacidad.
Ya habrá tiempo y humor para continuar con el recuento de problemas comaltecos, pues son tantos que… no es fácil agruparlos aquí. Pero dejo claro ahora: Ya se inventó la planeación y también existe la planeación participativa.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.