Si López Obrador ha podido desafiar a la prensa y a los medios electrónicos que le declararon la guerra en cuanto anunció recortes al gasto en publicidad oficial, es gracias a la autonomía comunicacional que le dan las redes sociales.
No obstante, internet es un campo de batalla donde se libra una guerra de emociones entre los amlovers, fans del Presidente, y los pejehaters, sus enconados detractores.
Pese a los esfuerzos de despachos y centros de investigación especializados en el seguimiento de las conversaciones que se dan en redes sociales, no se ha podido probar que la 4T opere una estructura automatizada para la propaganda en internet.
Como lo afirma Tatiana Clouthier en su libro Juntos hicimos historia (Grijalbo, 2018), la mayoría de los amlovers son de carne y hueso, y no necesitan oír la orden de fuego para lanzarse en contra de los detractores de López Obrador. Lo hacen con entusiasmo, motu proprio.
En cambio, muchos de los mensajes difundidos por los pejehaters son generados por bots y troles al servicio de la reacción. Los hashtags o etiquetas se usan en las redes a manera de consigna para colocar temas y, con frecuencia, sembrar incertidumbre mediante fake news.
La semana pasada, López Obrador reveló en la mañanera un estudio que supuestamente demuestra que etiquetas como #PrensaSicaria, #PrensaProstituida y #PrensaCorrupta, que se utilizaron para atacar a los periodistas y endosarle la agresión a Palacio Nacional, fueron lanzadas desde cuentas como @tumbaburros, cuya identidad corresponde a Jeff Scott, aunque también se encontró relación entre las granjas de bots y las cuentas de Aurelio Nuño, ex secretario de Educación en el gobierno de Enrique Peña Nieto; Juan Carlos Romero Hicks, coordinador de los diputados del PAN, y Luis Calderón Zavala, hijo del ex presidente Felipe Calderón.
Todos los implicados negaron su responsabilidad. Y especialistas como Rossana Reguillo, directora del Signa Lab en el ITESO, cuestionaron las herramientas metodológicas que usó la Unidad de Información, Infraestructura, Informática y Vinculación Tecnológica de la Secretaría de Seguridad para llegar a esas conclusiones.
NO MÁS TIEMPOS OFICIALES
A casi un año de desencuentros con la prensa, el Presidente hizo dos anuncios con respecto a los alcances de la política pública en comunicación social en el negocio de la información.
Ya nos quedó claro que, no subsidiar más la prensa oficialista, obligará a los medios a recuperar su viabilidad financiera apostando a las audiencias, a la publicidad privada y a nuevas fuentes de ingreso, como las que impulsan el periodismo filantrópico. Mas como las ayudas son necesarias, se puede hacer un uso transparente de los recursos fiscales.
El viernes 8 de noviembre, en la 60 Semana Nacional de Radio y Televisión, López Obrador dijo a los industriales agremiados a la CIRT que reducirá los llamados tiempos oficiales con los que cuenta el Estado para la difusión de sus mensajes.
Un día antes, el dirigente de la Cámara Nacional de la Industria de la Radio y la Televisión había pedido la eliminación de este impuesto en especie que, según José Luis Rodríguez, es fruto del autoritarismo del Estado que castigó así la cobertura de los movimientos de 1968.
En realidad, se trató de una exención de impuestos. Y los industriales manejaron esos tiempos con amplio margen de operación, salvo cuando el Estado imponía una cadena nacional para los informes presidenciales, la transmisión de la Hora Nacional en radio o en tiempos más recientes los spots para los partidos políticos en campaña.
López Obrador declaró: un gobierno democrático “no necesita de propaganda, de muchos tiempos oficiales, ¿para qué tanto?” Sólo en un régimen autoritario, antidemocrático, se necesita de la propaganda para afianzar el gobierno.
NO NECESITA PROPAGANDA
López Obrador hizo otro guiño a los concesionarios al decir que él no necesita acaparar los espacios de comunicación, pues tiene manera de comunicarse con los ciudadanos. “Lo hago todos los días, casi dos horas, en las ruedas de prensa o diálogos circulares o, como se conocen, las mañaneras”.
Conferencias matutinas que han destrozado el rating de los noticieros de radio y televisión, obligándolos de paso a seguir la agenda periodística que fija el presidente desde Palacio Nacional.
Mientras, la televisión pública ha conseguido los niveles de audiencia que nunca tuvo gracias a la inclusión en vivo y en directo de las mañaneras en la programación matinal de los canales 11 del Politécnico (IPN) y 14 del sistema estatal (SPR).
Aunque el Presidente insiste en que no necesita tantos espacios para hacer propaganda, si el Estado renuncia a los tiempos oficiales, se podría abrir una ventana de oportunidad para vender tiempo aire a las instituciones públicas y a los organismos autónomos que se han venido beneficiando de ese impuesto en especie, entre ellos los partidos políticos.
La propuesta presidencial seguramente hizo pensar a los industriales de la radio y la televisión en la posibilidad de volver al negocio de las ventas. En las actuales circunstancias, no se justifica que el Estado contrate tiempo aire con las emisoras cuando cuenta con los tiempos oficiales para colocar mensajes de servicio público.
Ya sin esos minutos gratis, habría un incentivo para contratar publicidad redaccional, en formatos de contenido diferentes al típico spot. Incluso, quizá volver al patrocinio de novelas educativas como las que produjo Televisa en los años setenta, de corte histórico o de concientización social.
SEGURO SOCIAL A PERIODISTAS
Menos espectacular pero mucho más trascendental fue el anuncio que hizo el jueves 7 de noviembre el coordinador general de Comunicación Social de la Presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, en el marco del seminario internacional ‘Fin a la impunidad de los crímenes contra periodistas en América Latina’.
Entre los programas que adelantó el también vocero del Gobierno de México, se encuentra el de Seguridad Social para los profesionales de la comunicación que ejercen el periodismo de manera independiente, resume el periódico Regeneración (https://regeneracion.mx/gobierno-garantizara-seguridad-social-a-periodistas-jesus-ramirez/).
“Hay un compromiso por parte del gobierno de México de promover una iniciativa de seguridad social para los periodistas mexicanos que no cuentan con ninguna protección de jubilación ni protección de salud. En este caso, a través del IMSS se va anunciar un programa de protección y de seguridad social para los periodistas que ejerzan independientemente de su condición laboral”
Al mismo tiempo, Jesús Ramírez adelantó que se creará un fondo destinado para periodismo de investigación que será abierto a periodistas independientes y con adscripción a medios de comunicación. Buscando enriquecer el periodismo en México, la UNESCO se encargará de definir el jurado.
SE ATENDERÁ A LA ONU
Ramírez Cuevas precisó que la administración López Obrador tomará en cuenta las 104 recomendaciones que Naciones Unidas para mejorar reforzar y fortalecer el mecanismo de protección a periodistas.
“Es una obligación legal, ética y moral que el gobierno cumpla con la ley y castigue a quienes violentan a la democracia, al derecho a la información y a la libertad de expresión, que amenazan o asesinan a un periodista, pero también se requiere la participación de las empresas periodísticas”, reiteró.
Y aseguró que el gobierno federal no escatimará recursos para la protección de periodistas, tras puntualizar que actualmente más de 600 activistas y 400 periodistas se encuentran en el mecanismo de protección.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.