El 4 de febrero de 2020, Julio Hernández López ‘Astillero’ renunció a la dirección editorial de La Octava, el canal de televisión de Grupo Radio Centro (GRC). En su Charla Astillada de ese mismo día (https://www.youtube.com/watch?v=8dZalp4Wu8I), el también columnista de La Jornada explicó la decisión en términos sencillos:
“Ha terminado mi ciclo, en el cual aporté y fui definiendo todo lo que podría ayudar a la consecución y a la construcción de un proyecto muy interesante, que se mantiene en lo general” y donde permanecen “un buen número de periodistas que están haciendo un gran esfuerzo, en condiciones económicas difíciles, para salir adelante”.
Este fin de ciclo coincide con “un momento en el que hay nuevos criterios, nuevas formas de hacer las cosas, nuevos partícipes en la toma de decisiones” de La Octava Digital. Esa situación hizo que Julio Astillero sintiera que no debía aferrarse “a una silla para tratar de estar imponiendo, sugiriendo o proponiendo decisiones” que chocan con la opinión de quienes “tienen otras opciones válidas y legítimas”.
La decisión “estaba en proceso desde finales de diciembre del año pasado, luego de la cancelación del programa informativo nocturno La Octava Luna”, reconoció Astillero. A partir de ese momento, comenzaron a darse “planteamientos mutuos” entre la empresa y el conductor “respecto a qué es lo que estábamos haciendo y hacia dónde nos encaminábamos”.
En aquel momento, Julio Astillero expresó públicamente que si bien no compartía la decisión de la empresa, la acataba. “Me fui de vacaciones 15 días y valoré si debía regresar a la dirección editorial y a mi programa de radio”, esto es, la emisión de 1 a 3 de la tarde que comenzó hace un año cuando todavía la señal se conocía como Radio Centro.
Antes que renunciar, el también director de La Jornada San Luis quería dos cosas: “defender lo que había construido en cuanto a espacios plurales críticos”. Espacios “de los que me siento muy orgulloso por haber contribuido a las decisiones que finalmente tomó el director general de la empresa, Juan Aguirre Abdó”.
En las empresas, la política y las familias, en la actividad colectiva “siempre hay quien opina de una manera o de otra”, reconoció Astillero, pero “siempre conté con el apoyo pleno y valiente de este joven de 28 años, en decisiones que no es fácil impulsar en medios convencionales de radio y televisión abierta”.
FUEGO AMIGO
Astillero soportó defectos técnicos (de micrófono y chícharo) “que no se han podido resolver”. En algunas fases del proceso de transición de radio a televisión, esos errores le hicieron pensar en la existencia de fuego interno: “alguien buscaba boicotear el proyecto”. ¿Eran “ganas de estar fregando para que uno reviente”, o simples problemas de un equipo que iba aprendiendo sobre la marcha?
“En un contexto tan difícil como el de los medios de comunicación”, Julio Astillero puede decir que, “en los programas que estuvieron bajo mi supervisión como director editorial, cuidé hasta el último detalle para que hubiera siempre respeto a los conductores”.
Gracias a esta labor los periodistas de La Octava pudieron decidir, “con entera libertad, sus contenidos, sus invitados y sus temas; el tiempo para cada uno. Fui un director editorial periodístico, o sea, estuve al servicio de mis compañeros que tienen programas”.
Y no sólo de los más conocidos, como “en su momento Vicente Serrano, Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela o Ricardo Raphael; sino también Jesús Escobar y Pancho Parra de Las Mañanews, o “los reporteros de a pie que tienen ahora la oportunidad de tomar el micrófono y hacer buen periodismo” el fin de semana, como David Santiago, Daniel Rosas y Yadira Rodríguez.
Pese a “jaloneos y grillas”, Astillero pudo defender la libertad de expresión en los puntos de vista de todos esos conductores. En cuanto a “los problemas que tenían, siempre ofrecí resolverlos y hablar con la dirección general o con la instancia correspondiente”.
Como ha repetido en otros espacios, Astillero se siente “muy contento de haber incorporado a voces distintas, comenzando por la mía propia; voces de las que no se escuchaban en los medios convencionales, mucha gente valiosa que antes no tuvo cabida en los programas dominados durante décadas por los mismos opinantes, casi siempre asociados con los intereses del poder en turno, sea panista o sea priista”.
Para Astillero, “organizar mesas de debate en mi propio programa y las que se hicieron en otros”, lo deja “muy satisfecho”. No se va “echando pestes ni echando pleito ni diciendo nada contra la empresa que amablemente albergó todas mis locuras y proyectos, intemperancias y malos humores durante todo este tiempo”.
LA CASCADA EN LAS REDES
Abogado de formación, político que creyó en la reforma partidista de Colosio y periodista de tiempo completo en esta etapa madura de su vida, Julio Astillero agradeció a Juan Aguirre Abdó “el esfuerzo por sostener el tranco, dentro de las naturales necesidades de comercialización, técnicas laborales y administrativas” de la empresa.
Con la “nueva programación”, dijo, “llegan nuevos factores internos de organización, de conducción y de gerencia”. Y “ya no es tan contribuyente mi participación”. Ante las “nuevas circunstancias, simplemente uno se hace a un lado”.
De los incontables comentarios en redes sociales, Julio Astillero recuperó los que hablan del pleito con Vicente Serrano, triste herencia de su paso por la dirección editorial: “¿Terminé peleado con él? No, simplemente cada quien muestra lo que trae adentro, lo que es su entraña”.
Más adelante comentaría que en La Octava hubo actores intrigantes que causaron la renuncia de Serrano. Por desgracia, el ex conductor de Éntrale sin Miedo “en lugar de enderezar sus críticas contra ellos guardó silencio” y, como el propio Astillero, dejó que esos intrigantes “terminaran reinando” en GRC.
Astillero dijo tener “la piel muy dura y una larga experiencia en las redes sociales”, como para le afecte “la cascada organizada, planeada, insistente y agresiva, que ha habido contra mí en estos días”.
Todo “el libreto y el acomodo” para acusarlo de priista han llegado “a extremos peculiares, que comento con la misma tranquilidad con la que me he reído de quienes me amenazan, incluso de muerte”.
SE QUEDA DE UNA A TRES
La renuncia a la dirección editorial no implicó su salida del noticiero de 1 a 3. Sin embargo, adelantó que a partir del miércoles 5 de febrero no estaría en el programa el resto de la semana y algunos días de la próxima semana. Lo supliría Jesús Escobar porque la esposa de Julio Hernández López, Ángeles, fue operada y se encuentra convaleciente en Guadalajara.
Con todo, Astillero admitió que “voy a aprovechar este tiempo para reflexionar acerca de lo que debo caminar”. A sabiendas que el programa de 1 a 3 es un espacio que, “como todos los que yo impulsé con el apoyo de Juan Aguirre”, ha gozado “de entera libertad. No he tenido ni un solo condicionamiento, ni una sola objeción, ni una inducción de un invitados”.
INFORMAR NO ES OPINAR
Finalmente, Julio Astillero explicó cuáles son las funciones de un director editorial, enfatizando que todos los medios tienen una línea editorial inequívoca que no los exime de mantener un equilibrio informativo.
E hizo una autocrítica de La Octava Luna, considerando algunos errores personales que pudieron llevar a la cancelación de lo que pretendía ser el noticiero estelar de la cadena:
“Quizá el paso de la radio a la televisión nos obligó a asumir ciertas posturas propias de la ortodoxia de esos medios. Un noticiero nocturno como era La Octava Luna es para dar noticias, no para que uno dé su opinión y se explaye. Están tan estructuradas las escaletas o los guiones de los noticieros, que no puede haber equivocación. Cuando uno habla de un tema debe estar la imagen de ese tema, y siempre que haya una imagen a cuadro debe ir acompañando de la voz.
Como él no usa teleprónter “porque todo lo voy improvisando”, tenía que estar leyendo el escrito en la mano y eso tal vez hizo que no tuviera la soltura de las propias video-charlas o incluso del programa de 1 a 3.
Continuar en este último noticiero, aclaró, depende de que se solucionen los problemas técnicos. “Me angustian mucho los problemas de audio, no saber si se va a escuchar bien si el micrófono o que no se escuche la voz de un entrevistado en enlace telefónico por una falla de nuestro equipo, no de la señal celular. O que tengamos que usar micrófonos tipo maracas en una mesa de debate o de análisis, cuando lo que se quiere es que si alguien quiere interrumpir no se espere a que le den el micrófono”.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.