El gobierno de José Ignacio Peralta Sánchez (que felizmente para muchos está llegando a su último tramo) nos ha mantenido, desde febrero de 2016 que asumió el encargo, como una entidad insegura y endeudada. La inseguridad ha sido una pandemia desde que JIPS asumió la gubernatura, contrariando su ya bastante “bulleado” slogan de campaña, pero también las finanzas del estado no han sido un aspecto de presunción, sino un dolor de cabeza, para el egresado de Essex University.
Ahora, en la búsqueda de más endeudamiento, JIPS está realizando un “lobbying” con diversos sectores del círculo rojo y social para impregnar en el ambiente político un aire pro-deuda, una vez que anunció la petición que hará al Poder Legislativo para que se le autorice solicitar un crédito por $722 millones, a largo plazo.
Son muchos millones. Según lo que anunció su Coordinación General de Comunicación Social, son: $500 millones para seguridad (es decir, la terminación del complejo de seguridad C5i); $176 millones de pesos para atender la contingencia sanitaria; $26 millones de pesos serían la aportación del estado a la construcción del nuevo hospital naval en Manzanillo, y $46 millones de pesos para la conclusión de la remodelación de Palacio de Gobierno.
Habría que decir que, en aras de la austeridad, JIPS debería proponer todas las modificaciones presupuestarias que le sean necesarias, para que garantice el monto destinado al COVID y el mencionado hospital porteño; de ahí en más, el C5i puede esperar y la remodelación de Palacio de Gobierno puede esperar aún más, con esperanza de que llegue una o un Ejecutivo verdaderamente austero y, sobre todo, que administre responsablemente y con transparencia el dinero de los colimenses.
El C5i, dirán ustedes, urge por la intensa violencia que se vive en la entidad. Sin embargo, la contratación de deuda no garantiza que el C5i se termine a la brevedad, y su culminación tampoco garantiza resultados inmediatos. La culminación y equipamiento del edificio no garantiza nada, pues ya hemos visto la calidad de obras que hace este gobierno, como la remodelación de la Calzada Galván o el adefesio de la Unidad Deportiva Morelos.
Considerando el grave hundimiento del barco que es Colima en términos de violencia, pudiera no ser mala idea esperar pasado el año para que este proyecto de seguridad lo termine una siguiente administración, que lo acompañe de una estrategia integral de rescate de nuestra sociedad. Debe entenderse que este sexenio ya está perdido en términos de seguridad y no habrá poder del C5i que lo cambie.
El sentir ciudadano es que la petición de más endeudamiento sería un reconocimiento inmerecido a una pésima administración de las finanzas. No se debe premiar la ineficacia, autorizándose un monto de mayor endeudamiento, considerando que pondrá en predicamento a futuras administraciones estatales.
Para desgracia de los priistas, la percepción de que la bancada del PT en el Congreso votaría a favor del endeudamiento, fue atajada y negada por el Senador de la República, Joel Padilla, quien como líder de este partido en la entidad, habría asumido en mayor medida los costos políticos de esta decisión.
Por otro lado, en sus redes sociales, el diputado morenista Vladimir Parra aseguró que la deuda actual es de $5 mil 999 millones de pesos, “como lo informa en sus documentos” la administración peraltista. Si se aprobara una deuda de $722 mdp, se elevaría a $6 mil 700 millones; por lo tanto, el Presidente de la Comisión de Gobierno Interno del Congreso pidió que el Ejecutivo “no engañe con datos técnicos”, pues ésta sería “la deuda más alta de la historia”, reafirmando que Morena está en contra del endeudamiento.