LA CRÍTICA DESDE LA IZQUIERDA

“El desplegado de los 650 intelectuales, académicos y científicos, junto a la discusión que está habiendo alrededor de la libertad de expresión –sostiene Sabina Berman–, es una gran oportunidad para hablar públicamente de cómo ha sido ese ejercicio en nuestro país, dejándonos de abstracciones y maniqueísmos. Ya pasaron las elecciones y seguimos todavía en la misma dinámica de las campañas. A dos años de gobierno, tenemos que pasar a otra etapa mucho más crítica pero con reglas para una crítica más adulta”.

En conversación con Julio Hernández López, en el espacio de Astillero Informa del 23 de septiembre de 2020 (https://www.youtube.com/watch?v=6HXvMW74910), la dramaturga, novelista y periodista señala que una oposición a López Obrador como la que encarna Frenaaa está “muy perdida en el desvarío”.

“Tienen muchas ganas de tumbar al presidente”, pero lo hacen poniendo casas de campaña en el centro histórico y luego no hay quién duerma en ellas. “No tienen un proyecto para el país, hay demasiado odio”.

Para Berman, la conversación pública es casi monotemática: “todo está definido si eres pro López Obrador o anti López Obrador”. Pero aquellos que “tenemos una visión más compleja del país, tenemos que reventar el maniqueísmo”. Este no es el momento de ganar la presidencia. Faltan cuatro años para el cambio de poderes, “les guste o no les guste”.

Frente a esta obsesión de la derecha, “falta una crítica desde la izquierda al gobierno de izquierda. Es urgente que se articule más esa crítica y que se distinga de esa otra crítica partidista. Quienes tenemos una postura de izquierda, tenemos cosas que criticarle a este gobierno y hacemos bien con ello. No quiere decir eso que seamos detractores de López Obrador o traidores a la causa de izquierda. Al contrario, la izquierda se caracteriza por la crítica perpetua al poder”.

PUROS CONTRA PRAGMÁTICOS

A Julio Astillero le parece que las acusaciones de Porfirio Muñoz Ledo contra Marcelo Ebrard en el contexto de la elección de una nueva dirigencia en Morena, así como la incapacidad al interior del partido de López Obrador de renovar su presidencia y secretaría general sin recurrir a una encuesta abierta, demuestra que la izquierda sigue anclada en la esperanza que Andrés Manuel haga la mayor parte del trabajo político en este país.

Para Sabina, “también es de derecha esta disciplina al héroe, al caudillo, al presidente, al mero mero; esta adhesión a la manera de organizar una sociedad en forma de una pirámide patriarcal-heterosexual”.

Como dijo la senadora Citlali Hernández, aspirante a la secretaría general del Morena, el Movimiento de Regeneración Nacional se organizó ciertamente para llevar a la presidencia a López Obrador. “Pero han tenido dos años para encontrar un nuevo propósito. Y estas elecciones de dirigencia son definitorias para encontrarlo, o el partido perderá su razón de ser”.

Berman ve dos bandos: “los puros, o sea, los que iniciaron el movimiento; y los advenedizos, los más pragmáticos. Morena debe llegar a una síntesis: ojalá prevalezca lo puro, con una dosis de pragmatismo”.

ENSAYO SOBRE LA CEGUERA

Los grupos que defienden de una manera muy apasionada al presidente López Obrador, señala Julio Astillero, aseguran que las movilizaciones de mujeres que denuncian las constantes agresiones que sufren y la inactividad de las instituciones en general, en administraciones anteriores pero también en la actual, son movilizaciones golpistas financiadas por la derecha.

Esos grupos lopezobradoristas, apunta el entrevistador, han convertido a las feministas en enemigas del proceso de transformación, juzgando de manera negativa los momentos de violencia o desbordamiento de esas activistas. Mas, paradójicamente señala Sabina Berman, hay dos movimientos verdaderamente populares en este país: el obradorismo y el feminismo.

“En nuestro país, el feminismo tiene una articulación admirable. Tal vez seamos el país donde esté mejor articulado. Hay clubes de feministas en todas las poblaciones, tenemos una población femenina menor a los 40 años perfectamente ideologizada en el mejor sentido del término. Saben qué es y para qué es el feminismo, conocen sus reglas. Vienen de un aprendizaje histórico muy largo en la lucha de las mujeres. Y es un movimiento que trasciende la clase social y trasciende el partidismo”.

Por otro lado, tenemos “un gobierno que, por primera vez en la historia de México, es paritario. Y las ministras de este gobierno son todas y cada una feministas. Lo digo con conocimiento de causa porque las he entrevistado y, además, he averiguado con mi lupa de entrevistadora si son feministas. Y, sí, lo son”.

Sin embargo, “con sorpresa nos topamos que en el ápice de la pirámide del poder, López Obrador tiene una ceguera lamentable respecto al feminismo. No lo entiende como parte de la revuelta del pueblo para lograr mayor igualdad. La lucha ni más ni menos de la mitad del pueblo que son las mujeres”.

La ceguera del presidente, añade Berman, “nos está costando a las feministas mucho y le está costando más a López Obrador. De verdad, no tendría por qué ser y es una necedad del presidente no aceptar que el feminismo tiene causas absolutamente reales, concretas, cotidianas”.

“Por nombrar sólo una muy llamativa: 10 mujeres asesinadas a diario por el hecho de ser mujeres. Para no hablar de la brecha salarial muy amplia, de las mujeres que hacen el trabajo doméstico en este país, pero no se les reconoce ese aporte de ninguna manera. O del muchísimo maltrato a las mujeres.

“Sin embargo, el mandatario no ve esto como una causa real del segundo movimiento popular que hay en este país”. Esa ceguera presidencial “nos está costando mucho”, insiste, y entre las mujeres “hay un gran desencanto”.

La autora de la obra de teatro Entre Pancho Villa y una mujer desnuda dice saber que hasta las ministras feministas “están paralizadas. Cada una de ellas, al interior de sus burocracias, están tomando medidas feministas: protocolos de igualdad de género o contra el acoso. Pero se sienten con las manos atadas por la orden de un presidente que dice: el feminismo es de derecha”.

“Es la primera vez que escucho que el feminismo es de derecha. El feminismo no es derecha ni de izquierda, porque ni una ni otra han dado resultado a las mujeres. Históricamente, la izquierda es la que primero se abrió hacia el feminismo y las feministas adoptamos las causas de la izquierda. No las subordinamos a nuestras otras causas, las adoptamos. El feminismo no es una causa subordinada a otra ideología, es una causa independiente”.

AÑADIR VERDAD A LA CONVERSACIÓN

En la guerra de desplegados, entre el que firmaron 650 intelectuales y la respuesta que sumaba 34 mil firmas al corte de ese día, Sabina Berman recibió invitación para firmar ambos, pero ¿se sintió tentada a suscribir alguno?, cuestiona el anfitrión.

“El primer manfiesto me parece inobjetable, en lo teórico. Sí queremos defender la libertad de expresión y sí queremos una conversación pública con menos odio y difamación. Pero en la práctica, en el mundo concreto, la encuentro totalmente desencaminada. No sé qué libertad de expresión está defendiendo.

“La del peñismo y la del calderonismo era una libertad expresión acotada por los intereses económicos de las empresas que manejan los medios de comunicación, como el presidente López Obrador nos confirmó a los que ya lo sabíamos y le reveló a la mayor parte de la población. Los gobiernos de Peña Nieto y de Calderón regaban con mucho dinero los medios de comunicación, y dejaban a los dueños la tarea de disciplinar a sus plantillas de periodistas y opinadores. Se podía decir todo, pero cuando algo verdaderamente incomodaba al presidente te censuraban o despedían. Fuimos testigos de varios despidos célebres.

“A esa libertad de expresión no hay que defenderla. Cuando López Obrador cerró el grifo de los dineros públicos a la mayoría de los medios de comunicación, con excepción de Televisa y TV Azteca, renunció a la censura de los medios. Y yo lo celebro.

“A eso responde el otro desplegado. Tiene razón cuando dicen que quieren amordazar al presidente. El primer desplegado tiene como motivación última amordazar a López Obrador y, también, disculpar a Enrique Krauze.

“Ahora resulta que Krauze es el adalid de una libertad de expresión ultra sana y basada en la verdad, cuando él ‘impulsó’ (no sabemos qué verbo usar porque no conocemos la verdad absoluta de este caso) una fábrica de noticias falsas para desprestigiar a López Obrador durante las elecciones.

“Yo no podría entonces firmar el primer desplegado, porque no me gustan sus dos motivaciones. Y el otro desplegado que dice que el presidente tiene el derecho a contestar, me convence a la mitad.

“Por supuesto, un presidente que se abstiene de censurar a la prensa tiene derecho a contestarle. Pero no me gusta cómo les contesta. Es una cuestión de estética y ética.

“En el primer año en la Presidencia, lo hizo mucho mejor. Contestaba dando información, diciéndonos con datos cuánto dinero recibían del gobierno ésos que ahora lo están atacando. Por cierto, no eran coimas nada más, también eran [legítimos] gastos de publicidad.

“Añadir verdad a la conversación pública es algo que en realidad necesitamos en México. Pero cuando el presidente le dice ‘pasquín inmundo’ [al diario Reforma] ya no me siento tan segura. Me siento más bien desanimada cuando veo que la polarización y el maniqueísmo van a seguir. Prefiero al López Obrador sereno y más fuerte. No al que está todavía metido en las elecciones, luchando contra los opositores, sino aquel que, desde el poder, muestra verdad y ejerce así su presidencia, agregando verdad a la conversación”.

JUNTOS EN LA INDIGNIDAD

La crítica a Krauze, ¿la extiende Sabina Berman a Héctor Aguilar Camín?, pregunta Julio Astillero.

“Hasta donde yo sé, Aguilar Camín no tenía una fábrica de noticias falsas. Leo Nexos, han hecho un trabajo muy bueno para localizar las verdaderas cifras de la pandemia en México. Esa revista trae, entre sus colaboradores, a varias generaciones de académicos y científicos que están agregando verdad a nuestra conversación.

Con todo, “me sorprende mucho ver juntos a Aguilar Camín y a Krauze, cuando fueron adversarios casi toda la vida. Desde que eran jóvenes y se pelearon, tomaron dos rumbos. Y su rivalidad que siempre llevaron de manera muy civilizada, fue propicia para la cultura mexicana. Me sorprende mucho verlos ahora reunidos por un objetivo que no los enaltece. Estar en el segundo año de la presidencia de López Obrador planeando cómo quitarlo de la presidencia, no me parece un gran objetivo intelectual. Es indigno de Aguilar Camín”.

NO HAY MÉTODO EN SALUD:

Finalmente, Sabina Berman lamenta que ni el gobierno ni la oposición tengan una propuesta política para enfrentar los problemas económicos que nos va a dejar la pandemia:

“Un desempleo, como no hemos visto en México desde la revolución, con una clase media y una clase proletaria muy golpeadas. La izquierda no tiene un proyecto político para ayudar a esa generación de mexicanos que no tienen trabajo, pero ya tienen hijos y todavía tienen padres qué mantener”.

Para la escritora, “son pocos los países que están saliendo de esta crisis con bendiciones para sus gobiernos”. Y “estamos entre los países que peor está atendiendo la pandemia”. Al entrevistar al doctor López Gatell, “la única certidumbre que me queda es que no hay un método. El único criterio de la autoridad sanitaria es que haya más camas en los hospitales que gente muriendo”.

“No estamos atendiendo a esa mitad de la población que no ha podido confinarse, porque si se confinan no comen”. Pero “mientras la clase media y la clase alta se han confinado, sacrificando mucho económicamente, su esfuerzo es en vano porque los demás no estamos ayudando a confinar al virus”, sentencia la entrevistada.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

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