CAMPO CUATRO: “DURO Y A LA CABEZA”

Aprovechando que Indira Vizcaíno parecía asumir el típico papel de candidata oficialista, Virgilio Mendoza, Claudia Yáñez y hasta Leoncio Morán se sintieron con derecho a ser los auténticos representantes de la Cuarta Transformación en estos comicios para gobernador.
Tanto trabajo que le costó a Indira en el proceso interno desmentir a supuestos herederos de la 4T que, en realidad, representan los intereses del grupo en el poder estatal, para que en el arranque formal de la campaña le quisieran robar nuevamente el rol. No obstante, se tardó varios días en reclamar su papel de verdadera oposición.
Hasta el jueves, le estuvieron arrebatando a Indira el discurso de denuncia a los errores y corruptelas de la administración de Ignacio Peralta. Pero ya en su gira por las comunidades rurales de Minatitlán y Manzanillo, la candidata de Morena aseguró que ella representa “el único proyecto de cambio verdadero y auténtica transformación para el estado de Colima”.
Vizcaíno Silva afirmó también que “la fórmula perfecta para lograr que nuestra entidad mejore” incluye “austeridad y combate a la corrupción”, lo que implica limpiar a la administración de los “funcionarios corruptos que se enriquecen a costa de las y los colimenses”.
Recordó Indira que “de las 32 entidades” de la república, “sólo Colima y otras cuatro no han tenido alternancia”. Este es el “momento de terminar con 90 años del mismo gobierno y que sólo tres o cuatro [personajes] controlen el poder”. Es tiempo de que el poder sea de todos.
Finalmente, invitó a la gente a “estar del lado correcto de la historia”. Una razón moral para votar por ella, acompañada de una razón práctica: hay que “aprovechar la excelente relación” que tiene Indira “con el presidente de México”, para “aterrizar más acciones a favor de toda la población”.
Es un argumento contundente, sin duda, pero que no olvide Indira que eso mismo prometió Peralta Sánchez seis años atrás, dada su relación cercana con Enrique Peña Nieto, en cuyo gobierno fue subsecretario, y especialmente con el entonces titular de Hacienda, Luis Videgaray. ¡Y para lo que sirvió! El mismo Nacho llegó a confesar que esa cercanía le había perjudicado a los colimenses: por ser amigo y de confianza, lo dejaron al último de todos los planes federales de apoyo financiero a los estados.
Acusar a los funcionarios estatales de corruptos, es un golpe suavecito. Lo que la gente está esperando oír de Indira es una crítica directa al gobierno de Ignacio Peralta. Mientras no la haga, sus detractores, esos mismos que llevaron al actual mandatario al cargo, seguirán especulando con la idea de que ella representa la insólita continuidad de Nacho.
 
NO SE PUEDE CONFIAR

La candidata de Morena decidió arrancar su campaña con un discurso triunfalista, como el que empleaban los priistas cuando no existía la mínima posibilidad que ganara la oposición. Tal vez lo hizo porque ese mismo discurso empleó López Obrador en 2018.
La diferencia es que Andrés Manuel llevaba ya tres sexenios, desde que jugó para jefe de Gobierno del Distrito Federal, construyendo la narrativa de la mafia del poder, el neoliberalismo nefasto y la farsa de una alternancia entre el PRI y el PAN que, al final, resultaron lo mismo. Como en aquel debate con Diego Fernández de Cevallos, desde 2000 Andrés Manuel hablaba ya del PRIAN.
Indira busca la alternancia, no es la abanderada del partido gobernante en la entidad. Y, para colmo, la administración saliente usará todos sus recursos para que ella no llegue, porque de eso depende la sobrevivencia de una clase política que se ha enriquecido abusando del poder.
Es cierto que en muchas encuestas Indira dobla en porcentaje de intención de voto al más cercano de sus competidores, pero la campaña apenas comienza: todas las encuestas arrojan un número considerable de indecisos que se han ido decantando por cualquiera de los otros candidatos, no por ella.
Además, Indira tiene que considerar que el Tumor (Todos Unidos contra Morena) es una realidad. Al final, las fuerzas que se oponen al arribo de la 4T a Colima van a cerrar filas, para apostar al voto útil a favor del candidato a la gubernatura que resulte en ese momento más competitivo frente a Vizcaíno.
La gran pregunta es quién le va a levantar la mano a quién: ¿Virgilio a Mely o Mely a Locho? Hasta ahora todo sugería que Virgilio Mendoza es el verdadero candidato del caciquismo, pero Mely Romero ha venido creciendo como caballo negro. A Leoncio Morán lo van a usar para golpear a Indira, aunque podría acabar siendo el candidato sustituto del grupo en el poder.
Los partidos contrarios a Morena tienen una estrategia muy clara y la van consiguiendo poco a poco: generar el ánimo de votar en forma diferenciada, más por la persona que por los partidos. Todo para, llegado el momento, recurrir al voto útil. En el transcurso de la campaña, se van a ir repartiendo las clientelas para que no se estorben los candidatos del Tumor al hacer compromisos con sectores específicos.
 
LA VERDADERA 4T

Indira no puede dejar que le roben el ideario de la 4T candidatos que insisten en decir que son lopezobradoristas, aunque luego hasta le quieren corregir la plana al presidente en temas como la contrarreforma eléctrica o la estrategia de vacunación.
A quien identifican los colimenses con la temática que Andrés Manuel López Obrador va exponiendo en cada mañanera, es a Indira que representó al gobierno de la república en la entidad durante más de dos años.
Impedido, por las restricciones legales, de hacer proselitismo en favor de los candidatos que aterrizarán en los estados su proyecto de nación, el presidente expone su ideario cada mañana con el afán de que los candidatos de Morena lo adopten y lo defiendan.
Morena es un caso atípico: formalmente es un partido, pero sigue actuando como un movimiento. Y su fuerza no es la militancia, sino la masa que AMLO fue conformando en la plaza pública. El lopezobradorismo trasciende los límites de la estructura formal del partido, lo cual permite que los llamados del presidente en la mañanera sean al pueblo, no a la militancia.
 
LA BUENA ONDA

En el viejo régimen, a falta de oposición el sistema político mexicano se inventó su propia ley del péndulo. El candidato oficialista se presentaba a sí mismo como el abanderado de la alternancia, no obstante que en el caso de la presidencia de la república el mandatario saliente hubiese fungido, mediante el dedazo, como gran elector de quien estaba llamado a ser su propio verdugo.
En esa cultura priista, los candidatos empezaban la campaña reconociendo los logros del gobernante en turno y conciliando los intereses del grupo en el poder con los de la corriente entrante, pero luego rompían.
Ni siquiera por cortesía política Indira tiene que esperar a que la campaña avance. Lo que la gente quiere oír, de inicio, es su crítica a la administración de JIPS. En contraste, Mely Romero, atendiendo a la expectativa de un sector conservador de la población, se la pasa criticando a AMLO.
Ese tipo de campañas de buena voluntad, nunca han funcionado. Lo intentó Luis Donaldo Colosio que entendía perfectamente los agravios de la población con Carlos Salinas de Gortari, pero se sentía obligado con quien lo había impuesto como candidato presidencial. Mas, por estrategia política, para evitar que la campaña se la robara Manuel Camacho Solís en su papel de comisionado para la paz en Chiapas, Colosio pasó a la oposición con aquel discurso en el Monumento a la Revolución, tan duro con Salinas que más de alguno encuentra en esa visión de un México “con hambre y sed de justicia”, el motivo criminal para cambiar de candidato.
También Felipe Calderón, quien se hizo de la candidatura presidencial formalmente contra los deseos del presidente saliente Vicente Fox, arrancó su campaña consciente de que la población estaba decepcionada del cambio que prometió el primer mandatario panista. No quiso romper de inmediato con quien lo sacó del gabinete porque el michoacano estorbaba a las aspiraciones de Santiago Creel, e ideó una campaña con un slogan insulso: “Pasión por México”, que no reflejaba nada como nada dice el lema “Nuevos tiempos para nuestra Colima”. Ante el avance de López Obrador, Calderón tuvo que reconfigurar toda su estrategia de campaña para poder justificar el fraude electoral de 2006.
“Nuevos tiempos para nuestra Colima” es una frase que se construyó con lenguaje inclusivo, y subraya el género femenino ya implícito al oído con la A final en el nombre del estado. El inconveniente de decir “nuestra Colima”, pensando en ‘nuestra tierra’ de Colima o nuestra patria chica, es que se puede asociar a la ciudad de Colima, esto es, a la capital y no al estado.
 
ESCUCHAR A LA GENTE

Indira tiene que optar entre administrar la ventaja o promover una transformación que no sea un simple cambio. Tiene que crear una nueva conciencia ciudadana entre sus potenciales electores. Y para eso tiene que conectar con la gente: si todo mundo piensa que Nacho Peralta ha sido el peor gobernador en la historia de Colima, Vizcaíno no puede menos que recoger ese ánimo.
La única manera de conectar con los votantes es ser sensible a sus demandas, la gente quiere escuchar de los candidatos de la oposición un compromiso con la solución de los problemas. Eso Indira lo está haciendo bien en las comunidades rurales, donde la queja generalizada es por la inseguridad pública y la inoperancia de los centros de salud.
En campaña, el proyecto ideológico de los candidatos va surgiendo de los problemas que expone la gente en los recorridos. Pero la otra parte del programa de gobierno resultará de la interpretación acertada de la realidad que haga la candidata. Indira ya hizo los foros de consulta necesarios, ahora urge que presente el proyecto con el que pretende transformar al estado.
 
BAÑOS DE PUEBLO

Curiosamente, ahora todas las y los candidatos a la gubernatura quieren ir a los mercados, edificios que ya fueron sustituidos por los tianguis en el abasto a la población.
A los mercados municipales iba la gente a dos cosas: comprar lo básico y escuchar las nuevas. Han sido para los políticos el lugar en donde darse baños de pueblo, donde convivir con gente sencilla pero también franca y sincera.
Como los locatarios forman parte de las estructuras olvidadas del PRI, la coalición prianista intenta recuperar al sector popular pero el aburguesamiento de los candidatos les traiciona: llegan a los mercados con ínfulas de realeza. No hay que olvidar cuando Nacho Peralta se ganó el apodo de “asquitos”, al convertirse en pionero del distanciamiento social luego que un carnicero le extendió la mano ensangrentada.
Acudir a los mercados es la manera más cómoda de establecer contacto con los sectores desprotegidos. Ojalá empecemos a ver candidatos a la gubernatura en aquellos barrios realmente conflictivos y colonias a donde no entran ni los taxis. Son esos entornos los que reflejan algunos de los graves problemas de Colima: la falta de empleo, la inseguridad y el narcomenudeo con su cauda de desapariciones y asesinatos impunes.
Mely Romero ya se metió al Zalatón, y quedó atrapada en el entorno de una balacera entre un grupo de sospechosos y los agentes que los perseguían. En la confusión, la candidata del PRIAN debe haber pensado que se estaba materializando la amenaza de la que hablamos en una entrega anterior.
 
LO DEL AGUA, AL AGUA

¿Fue el sainete de Ciapacov una operación propagandística para generar un problema y capitalizar la solución?, ¿realmente el gobernador Peralta paró en seco al director del organismo, Nicolás Contreras –quien había anunciado que dejaría cinco días sin agua a la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez– o fue todo fingido?
El pánico que sembró Nico abre la oportunidad de estudiar el problema financiero y técnico que suponen los organismos operadores de agua, especialmente el intermunicipal que, manejado directamente por el gobierno del estado, está bajo sospecha de servir como caja chica y ser negocio para el grupo de exfuncionarios que impulsó la concesión de la planta de saneamiento.
Las instalaciones para tratar las aguas negras tienen una vida media de 20 años, justo lo que dura el contrato de concesión. Cuando nos libremos de ese acuerdo leonino ya será hora de sustituir la planta, y la de Colima está a punto de colapsar. Sólo falta que cuando eso ocurra, otro particular se preste a financiar la obra y reinicie el ciclo acreedor.
Es el colmo que las contribuciones no alcancen para mantener la red, atender el acueducto ni construir una nueva planta de tratamiento. Ciapacov tiene un presupuesto cercano a los 500 millones de pesos, y solamente alrededor de cinco millones se destinan a obra. Tiene ingresos por el cobro de tarifas de 150 millones anuales, pero la nómina se lleva 153 millones de pesos. El Agente COV aplica la máxima de la administración pública a la mexicana: “Lo que entró, salió”.
 
SUPERNACHO

Es inevitable pensar que este asunto del corte en el servicio y la oportuna gestión del gobernador, fueron una estrategia para fabricarle un logro a un mandatario que no ha tenido otro reciente.
Dijo Nacho que la gente le habló por teléfono y le reclamó en la calle que se fuera a quedar la ciudad sin agua. Lo que genera dudas razonables: ¿a quién le contesta llamadas Peralta y quién lo ha visto en la calle?
No faltará el nado sincronizado en la prensa oficialista para justificar un ascenso en la aceptación del mandatario. Con esos porcentajes, querrán justificar un fraude contra la candidatura al gobierno que se proponga como alternancia a la administración priista. Nomás falta que quieran decir que, por milagros de popularidad como éste, el grupo en el poder se sobrepuso a su descrédito e impopularidad.
Por lo pronto, la vacilada de Nico tuvo efectos contraproducentes en la percepción que la sociedad tiene del gobierno estatal. La mayoría de la gente gastó en tambos que no necesita y que, por la ley de la oferta y la demanda, subieron de precio.
Ante la burla, la gente está enojada, no agradecida. Y de inmediato reaccionó elaborando teorías alternas: el paro del equipo de bombeo en el acueducto, ¿está relacionado con el conflicto social en Zacualpan?, ¿querían hacer un nuevo negocio, inflando los costos de sustituir el equivalente a la K invertida? Como Nacho no tiene credibilidad, la población explora nuevas teorías para interpretar la realidad.
Casualmente, la solución política se dio un miércoles, último día en que el gobernador suele pernoctar en el estado pues el jueves se va a Ciudad de México. Todo eso contamina la narrativa que le quiere atribuir el mérito al presidente del consejo de administración de Ciapacov.
 
RIEGO AL CHAYOTE

Por cierto, ningún candidato aprovechó la coyuntura para fijar un posicionamiento respecto a la prestación del servicio de agua potable, drenaje, alcantarillado y saneamiento. El alcalde capitalino con licencia, Leoncio Morán, que ha hecho demagogia con el tema de recuperar el agua potable para el municipio, está obligado a callar por ser el verdadero candidato del gobernador.
Por lo demás, el episodio prueba que el sistema de comunicación del gobierno está rebasado por la sociedad. Desde que se hizo el anuncio hubo desinformación, al grado que tuvieron que inventarse una conspiración en la que, supuestamente, alguien fabricó una noticia falsa respecto a las colonias afectadas. Pero la presunta lista apócrifa y la correcta sólo pudieron haber salido de la propia Ciapacov.
Prevalece por encima de las necesidades de comunicación social, un modelo de negocio centrado en repartir el presupuesto de publicidad oficial a medios que ya son obsoletos, tanto en sus formatos como en la manera en que transmiten la información. Esos canales ya no garantizan la difusión del mensaje.

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