El equipo del Laboratorio Digital para la Democracia (Tlatelolco Lab) que realizó el estudio ‘Elecciones y el narco: ¿realidad o narrativa orquestada?’, es un grupo interdisciplinario de sociólogos, antropólogos, gente de humanidades y físicos adscritos al Programa Universitario de Estudios sobre Democracia, Justicia y Sociedad (PUEDJS) de la UNAM.
Con esa experticia, Tlatelolco Lab analiza coyunturas y eventos clave del debate público, tanto en el entorno físico como en el mediático y el socio-digital, convertidos en campos de batalla política. Uno de sus trabajos más recientes consistió en rastrear los orígenes de las acusaciones que circularon en las redes sociales sobre los supuestos vínculos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador con el narcotráfico.
Según explicó Julián Atilano a Los Periodistas el 21 de junio de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=QBvpamJSEIU), esta campaña negra inició en redes sociales con el sexenio, pero fue hasta la elección intermedia de 2021 que se comenzó a hablar en los medios de un supuesto pacto entre Morena y el crimen organizado. Días previos a la jornada electoral de 2022, se incrementó el número de tweets con hashtag que asociaban la palabra ‘narco’ con ‘gobierno’, ‘presidente’, ‘AMLO’ y ‘Morena’, conformando una narconarrativa que buscaba incidir en la conversación electoral.
Profesor-investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México, Atilano explicó a Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela cómo en Tlatelolco Lab quisieron dar cuenta de una narrativa que se empezó a montar desde principios de 2018, pero se fortaleció en 2021 tras un resultado electoral donde Morena obtuvo 11 de 15 gubernaturas. La alianza de oposición no dudó en interpretar estos triunfos como efectos del supuesto vínculo entre López Obrador y el narcotráfico.
VIOLARON LA VEDA:
El estudio publicado el 15 de junio pasado resalta cómo esta narrativa que se había venido impulsando en las diferentes plataformas que sostienen las redes sociales, saltó al entorno mediático en 2021 con titulares como los siguientes: “El narco votó… por Morena” (El Financiero), “Aureoles lleva pruebas de narco elección a Almagro en la OEA” (Origen), “El qué y por qué, desde Washington: Los narcos elegirán al próximo presidente de México” (Los Angeles Times), “Denuncian PAN, PRI y PRD ante OEA ‘intromisión’ del narco en elecciones” (Excélsior). Aunque son editorializaciones, hubo personajes que firmaron los textos.
Como parte del estudio, Tlatelolco Lab publicó un gráfico (‘Comportamiento temporal de los hashtags asociados a la narco-narrativa’) donde se observan picos durante la jornada electoral. “Hicimos analíticamente un corte en Twitter, a partir del primero de junio y hasta el 5, día de la elección, y es justo el 3 de junio cuando el hashtag #narcopresidente empieza a subir. Ya estábamos en veda electoral, los partidos no podían difundir propaganda, pero en Twitter se impulsó esta narrativa que, después de la elección, dio paso a #morenanarcopartido. No son los únicos hashtags, también se manejó: #amloamigodenarcos o #niunvotoamorena, entre otros”.
Otro gráfico, ‘Principales hashtags que alimentaron la narconarrativa en Twitter’, muestra cómo las etiquetas de esa lista están articuladas. “Hay una orquestación o, como comúnmente se dice en Twitter, un nado sincronizado; una co-ocurrencia, como la llamamos nosotros cuando esos hashtags aparecen al mismo tiempo. Y hay tres grandes comunidades: #morenanarcopartido, #narcopresidente y una tercera que vincula esta idea del narco con cada uno de los estados donde hubo elecciones. Es decir, hay una estrategia coordinada para promover esta gran narrativa que asocia al narco con el presidente y con Morena”.
Otro gráfico, ‘Los hashtags de la narconarrativa fueron amplificados por comunidades de cuentas’, muestra cómo esas comunidades fueron promovidas por usuarios de las redes. “Curiosamente no hay cuentas reconocidas, no hay esos grandes influencers que uno puede identificar usualmente en los grafos. Por el contrario, muchas de esas cuentas terminan con ocho dígitos. Y un indicador para quienes analizamos las redes sociales son esas cuentas que terminan en ocho números. La cifra es la identificación que, por default, te da Twitter cuando generas una cuenta. La mayoría de los usuarios las cambiamos inmediatamente por nuestro nombre o apodo”.
PURA MANIPULACIÓN
“Lo que estamos viendo es una manipulación del tráfico, cuentas que buscan inflar una narrativa. Lo cual sostiene nuestra tesis de que esta estrategia fue coordinada por un grupo de cuentas no reconocidas, que usualmente no están presentes en la conversación pública pero tienen la capacidad de promover una narrativa. Les llamamos cuentas con comportamiento anómalo”. Antes tenían cara de huevo.
Una etapa más sofisticada es cuando esas cuentas y hashtags son acompañadas en los tuits por memes, caricaturas o imágenes editadas que refuerzan esa narrativa con videos o gif. Entre ellos figuran:
– El elenco de la serie Narcos México con los rostros de Adán Augusto López, Andrés Manuel López Obrador, Mario Delgado y Manuel Bartlett;
– Un afiche de ‘Morena, la esperanza de México’, donde el nombre del país ha sido tachado y sustituido por ‘el Narco’;
– Un falso cartel publicitario con la leyenda “Al votar por Morena, votas por el narco. Salva tu estado”, donde la primera L es un cuerno de chivo;
– Un comparativo fotográfico donde Felipe Calderón es descrito como: “Este hombre le declaró la guerra al narco /para proteger a la sociedad”; mientras que de López Obrador dicen: “Este hombre la declaró la guerra a la sociedad /para proteger al narco”.
POLÍTICOS PERIODISTAS
“Hasta aquí todo el estudio había sido sobre la capa digital. Luego estudiamos cómo esta narrativa llegó a los medios de comunicación y a los periodistas, la llamada capa mediática. En Tlatelolco Lab distinguimos la capa digital (Twitter, Facebook, etc.) de la capa mediática (los medios corporativos, señaladamente) y de la capa física (la calle).
“Quedó claro que la co-ocurrencia digital no fue orgánica, pero también se vio cómo fue articulada la campaña mediática. Los medios corporativos le dieron salida a ciertas voces de periodistas y políticos. Fue clarísimo en medios convencionales mexicanos como El Universal, El Heraldo, El Financiero, Reforma o Milenio, y medios digitales como La Silla Rota o Animal Político, pero también en medios internacionales como El País, Los Angeles Times o la Deutsche Welle. Con articulistas y plumas invitadas, algunas veces incluso con editoriales, le dieron salida a esta narconarrativa.
“Y no es que esté vinculado lo que dicen los articulistas con Twitter. Hay una gran campaña a nivel macro que coincide. No es que Carlos Loret de Mola se coordine con las cuentas que manejan esos hashtags, pero quienes están pagando la estrategia en plataformas digitales se montan en la misma narrativa que el periodista.
“De los personajes con rostro y nombre, distinguimos periodistas y analistas de los políticos de oposición. En el primer grupo observamos a Carlos Loret, Héctor de Mauleón Eduardo Ruiz Healy, Ricardo Alemán, Carlos Alazraki, Federico Reyes Heroles, Raymundo Rivapalacio y Fernando García Ramírez. Y en el grupo de políticos a Francisco Labastida, Rubén Aguilar, el senador de Estados Unidos Marco Rubio, Beatriz Pagés (que es también la dueña de la revista Siempre!), Porfirio Muñoz Ledo, Jesús Ortega y Lilly Téllez. Posteriormente, la alcaldesa de Cuauhtémoc Sandra Cuevas hizo este mismo posicionamiento.
“Dichos personajes han impulsado la narrativa en sus espacios acostumbrados de opinión o como columnistas invitados y en entrevistas exclusivas. Algunos, como Héctor de Mauleón y Rubén Aguilar, publican una misma columna en distintos medios.
Aquí apuntamos las tesis de estos personajes:
– Hay un narcoestado fortalecido por AMLO con el lema ‘Abrazos, no balazos’, y la protección a las familias de los capos:
– Hay un pacto entre el Cartel de Sinaloa y el gobierno federal, manifiesto en las visitas del presidente a Badiraguato;
– López Obrador pretende unir fuerzas con el narco para consolidar una dictadura;
– Américo Villarreal ganó la gubernatura de Tamaulipas porque negoció con el Cartel de Sinaloa el control de las aduanas; y,
– Sin la ayuda del narco, Morena no hubiera ganado las elecciones.
MANCHA Y TIZNA
Estos personajes políticos y analistas, en su conjunto, han posicionado esas tesis. Lo que busca en el fondo esta narrativa es construir la sospecha. Sin embargo, no han presentado ninguna evidencia, mucho menos pruebas. No es más que una campaña orquestada, sostiene Julián Atilano.
El desprestigio del gobierno tiene como objetivo debilitar electoralmente al presidente y a su partido. “Desde que López Obrador fue candidato a jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal, ha construido su legitimidad como alguien incorruptible que no negocia con el crimen organizado. Su honestidad es su mayor valor agregado y lo hace, al menos narrativamente, un político distinto a los demás. De ahí la urgencia por construir la narrativa de que es uno más, alguien igual a todos que, para colmo, está vinculado con lo peor de la sociedad: el crimen organizado que está matando a los mexicanos. Como dice el presidente: la calumnia no mancha, pero tizna”.
La articulación de una narrativa, orquestada en distintos espacios, no es un asunto menor. Participan en ella medios extranjeros, senadores de Estados Unidos y periodistas mexicanos. La campaña rebasa fronteras y parece que, hacia 2024, será la forma de golpear a López Obrador, considera el experto.
IR A LAS CAUSAS
“Es importante poner sobre la mesa el tema del narcotráfico. Este es un problema estructural. Evidentemente, hay políticos a nivel municipal y local vinculados. Hay narcopolítica. Pero decir sin ninguna evidencia que Morena y López Obrador están vinculados, no es otra cosa que difamación.
“En Tlatelolco Lab hacemos constantemente análisis de coyuntura, principalmente en el espacio digital. Y mi conclusión en este tema es que tratan de construir estas narrativas para explicar que Morena y sus aliados ya tengan 22 gubernaturas.
“Lo que estos grupos de oposición deberían explicar políticamente es a qué se deben estos triunfos. ¿Por qué un partido nuevo está creciendo de manera tan amplia? Tendría que explicar la oposición de forma más sociológica por qué han ido perdiendo terreno, en vez de tratar de justificar su debacle con una narrativa centrada en el narco”, resume Julián Atilano.
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