“Tenemos dos años para cimentar, fortalecer y consolidar la Cuarta Transformación” porque, en 2024, cuando concluya el sexenio “vamos a perder a nuestro principal dirigente”, Andrés Manuel López Obrador.
El mensaje central que la senadora Citlalli Hernández vino a decirles a los morenistas de Colima en una serie de reuniones con la estructura política, es que tienen hasta el final del periodo de AMLO para aprender a ser dirigentes, funcionarios de gobierno, representantes populares, militantes y simpatizantes “más maduros”.
De ahí en adelante, la figura que ha sido el motor del Movimiento de Regeneración Nacional ya no estará para empujar el proceso de transformación. Como hemos venido diciendo en esta columna, los morenistas de todo el país ya no tendrán un líder carismático para que los jale. Y el o la sucesora de López Obrador tendrá que apoyarse en los gobernadores, alcaldes y congresistas, todos los cuales llegaron al cargo con la fuerza de un motor llamado Amlito.
Una lectura simplista de este escenario es que Morena tendrá que pasar de ser un movimiento a un partido con identidad, organicidad y disciplina. Pero con el desafío que no enfrentaron hace casi cien años los caudillos que ganaron la revolución al crear un partido de Estado, porque en el siglo XXI los electores ya no quieren votar por partidos con tradición histórica, sino por aquellos que se presentan como un modelo de constante innovación.
Hoy, López Obrador carga sobre sus hombros la responsabilidad de echar a andar la construcción de un nuevo proyecto de nación, pero esa tarea debe empezar ahora a recaer “en todas y todos nosotros”, dijo la secretaria general de Morena.
CUANDO PIENSEN EN PELEAR…
Minerva Citlalli Hernández Mora habla como la ideóloga que, por diversas razones, no es Mario Delgado, el presidente del partido. Y con esa autoridad intelectual les advirtió:
“Cuando pensemos en pelear, en dividirnos”, en actuar “de manera ambiciosa en un cargo”, no olviden que recae sobre los morenistas el peso de “la historia de lucha de un pueblo que siempre quiso un país diferente”, aun cuando las condiciones para el cambio no fueron posibles hasta 2018, cuando “logramos conquistar la Presidencia de la República”. Antes las frenaron el fraude electoral, los golpes y el autoritarismo.
El viernes 27 de enero, como parte de sus actividades en Colima, la senadora por la Ciudad de México ofreció una rueda de prensa en la que refutó a algunos colegas que siguen creyendo que su labor reporteril consiste en actuar como abogados de oficio del viejo régimen. Antes y después del encuentro con la fuente política, Citlalli tuvo reuniones con la bancada de Morena y con la dirigencia de Morena. La agenda culminó con un conversatorio con las bases militantes y una reunión con las estructuras de Manzanillo.
Las redes sociales dieron cuenta de la interacción de la senadora con simpatizantes y cuadros del partido. Por ejemplo, en la foto que subió el director de Ciapacov, se ve a Hernández Mora almorzando con los integrantes del comité directivo estatal: el presidente Julio León; la secretaria general Mitzuko Márquez; los titulares de las carteras de la Mujer, Grecia Navarro; Formación Política, Arnoldo Vizcaíno Rodríguez; y Derechos Humanos, René Macías. También estuvo el presidente del consejo político estatal, Guillermo Toscano, junto a dos funcionarios públicos: Vladimir Parra, exdirigente estatal de Morena y actual director de la Comisión Intermunicipal de Agua, y Rosy Bayardo, diputada federal con licencia y directora del DIF Estatal.
LO QUE DEJÓ NACHO
En sus distintas intervenciones, Citlalli Hernández manejó un discurso motivador en el que, sin embargo, se pueden identificar frases dichas en clave política:
“Mi visita al estado responde al interés de compartir un mensaje de unidad, un llamado a seguir organizándonos y preparándonos para las siguientes batallas”. No sólo las electorales sino, también, las que exigen “la revolución de las conciencias”.
En esta lucha, la militancia debe avocarse a informar, orientar y concientizar al pueblo de Colima respecto a los dos proyectos de nación en disputa: el neoliberal del viejo régimen que “fracasó, pues nunca generó satisfacción ni bienestar para la mayoría”; y el proyecto de la 4T que, al finalizar el sexenio, tendrá que dejar constancia de cómo la cuarta transformación ya inició, “va en marcha y merece continuar”.
Para hacer lo que les toca en la consolidación de un nuevo sistema político, los morenistas de Colima deben empezar por reconocer sus activos: “Hicieron historia, Morena gobierna este estado e Indira Vizcaíno es la gobernadora más joven del país que representa el relevo generacional que hay en nuestro movimiento”.
Con el triunfo electoral de 2021 se inició también “una serie de retos y dificultades”, en las que se han tenido ya “satisfacciones y avances”. Sin embargo, la transformación en Colima será un camino arduo de recorrer, “tanto como ha sido la transformación a nivel nacional”.
A la militancia, la secretaria general les dijo: “Los invito a disfrutar de nuestros triunfos. En la izquierda somos hipercríticos, nos autoexigimos, constantemente estamos viendo qué podríamos hacer mejor y nos falta tiempo para disfrutar de lo que ya logramos”.
En ocho años de vida partidista, aunque la historia del movimiento se mida en “décadas”, Morena logró llevar a la presidencia de la república a López Obrador, “quien pasará a la historia como el mejor presidente de la época reciente”; consiguió hacerse de la mayoría en las dos cámaras del Congreso de la Unión y en varias legislaturas locales; además, “les hemos ido quitando gubernaturas al PRI y al PAN, hoy tenemos 22” y este año, con la pérdida de sus dos últimos resquicios, el Estado de México y Coahuila, el tricolor “no estará gobernando ni una entidad más en la república”.
Al pueblo de Colima, Citlalli Hernández le hizo “un llamado a que siga acompañando a su gobierno, siga confiando y manteniendo la esperanza de que este estado se va a ir transformando”. El proceso llevará tiempo porque “nos enfrentamos a intereses y resistencias. A veces es mucho más sencillo hablar del cambio que ejecutarlo”.
Por la manera en que nos dejaron los gobiernos pasados el estado de las finanzas y la administración pública, la transformación se complica. “Colima tuvo un gobierno profundamente corrupto que no generó ni las mínimas condiciones para la transición”, pero Indira ya “ha echado a andar la transformación del estado como complemento del proyecto nacional”, insistió.
PARTIDO SIN CLASES
En el conversatorio, un momento chusco se vivió cuando al presentador se le olvidó anunciar al secretario de Formación Política, Arnoldo Vizcaíno, y por eso el locutor fue reprendido por la multitud. El presidente del comité estatal subsanó el error de protocolo y, además de Citlalli, Julio León fue el orador a quien le correspondió hacer el resumen de los logros de Indira en su primer año de gobierno.
El eje en el discurso de Hernández Mora es que en Morena no hay clases de militantes. Los triunfos los “hemos logrado millones de personas con cariño, tiempo, sudor y lágrimas, desgastando la suela, con ilusión y decepción en ese vaivén de emociones” que ha sido este movimiento “democrático, popular y cívico”. Gente de distintas generaciones, clases sociales, historias de vida y formas de pensar, vestir o sentir, se han ido uniendo en torno a una idea: ‘el país tiene que ser distinto’.
“No es poco lo que ha hecho el movimiento, estamos haciendo historia, acabando por un lado con el viejo régimen y, por otro, cimentando un nuevo sistema político y de gobierno”; una nueva sociedad donde podamos convivir aspirando a la igualdad mediante el respeto a la diversidad y las diferencias.
AMLO, explicó la senadora Hernández, ya conceptualizó este modelo que estamos construyendo, lo llama el ‘humanismo mexicano’ y, en términos concretos, consiste en una política que busca la felicidad y el bienestar de las personas.
Sin embargo, la construcción de ese régimen exige un tipo diferente de político y de servidor público: “no debemos olvidar jamás que no hacemos política para tener un cargo, un título o un buen sueldo; para cambiar de carro o para vestir mejor; no hacemos política para esas banalidades sino para transformar la vida de la gente, fundamentalmente y primero de los más pobres, de quienes más lo necesitan”. Ese es el llamado histórico que la izquierda en este país ha hecho, y en el que AMLO ha insistido.
Como les había dicho Citlalli a los diputados locales de su bancada: “Debemos entender que no sólo quienes tuvimos el honor de fundar Morena merecemos formar parte de este proyecto. Si el movimiento ha crecido tanto es porque no importa cuándo llegamos. Aquí estamos los que estuvieron antes, los que llegaron después y los que se integraron apenas”.
CIMENTAR EL CAMBIO
Lo que dijo Hernández Mora regocijó a algunos de los asistentes al conversatorio, quienes –en Colima nos conocemos todos– hace un sexenio eran todavía entusiastas defensores de los gobiernos del PRI. Y más se entusiasmaron cuando Citlalli agregó: “Y llegarán muchos más, tenemos que seguir consolidando este proyecto en torno a ideas comunes”.
Éstas son que Morena se fundó con tres grandes objetivos:
“El primero, ya lo logramos, era llevar a la presidencia a López Obrador para que implementara un nuevo proyecto de nación, el cual ya está en marcha: lleva cuatro años gobernando y como si fueran ocho por el paso acelerado.
“El segundo, cimentar un nuevo régimen. Junto a Andrés Manuel, y después de él, llegaron miles de personas para acompañar la toma de decisiones. Construimos Morena para instaurar una nueva forma de hacer política, no podemos y no queremos replicar la política tradicional, esa que ya acabó o está acabando al PRI al PAN y que prácticamente causó la muerte del PRD.
“Esos partidos tradicionales confundieron la política con una herramienta para hacer dinero, para enriquecerse con los cargos. Morena no debe replicar esos vicios. Al contrario, estamos mandatados a construir una nueva forma de hacer política: con honestidad, entrega y cercanía a la gente; sin falsas competencias, sin ponerle el pie al otro compañero, en unidad.
“Y el tercer objetivo es hacer la revolución de las conciencias. No es suficiente con llegar al poder y cambiar de gobierno si no hay un cambio en el pensamiento de la gente, si la gente no se libera de las ideas que la atrapan, si no combatimos a los medios de comunicación que dicen mentiras todos los días, que responden a intereses y golpean a nuestros gobiernos.
“Cuando el pueblo es libre y consciente, sabe diferenciar entre una mentira y una verdad. No importa que todo los días le digan que la Cuarta Transformación es lo peor, cuando en su realidad puede darse cuenta que la 4T avanza”, sostuvo Citlalli.
LARGA DATA A LA 4T
“Andrés Manuel ha dicho que se retira de la vida pública en dos años, no sin antes cumplir con todo lo que se comprometió a realizar en seis: cimentar un Estado de bienestar, con programas sociales que ya son derechos; combatir la corrupción y los privilegios; pacificar al país y construir esos grandes proyectos de desarrollo, como el Tren Maya, el aeropuerto Felipe Ángeles, la refinería de Dos Bocas o el corredor transítsmico, pero también caminos, hospitales y escuelas.
“Se va a retirar por completo de la vida pública porque López Obrador es un demócrata y no quiere que este proyecto dependa solamente de él, sino del partido y del pueblo organizado, libre y consciente.
“En ustedes recae también que la transformación del estado que está iniciando Indira Vizcaíno, una tarea nada sencilla, tenga continuidad, acompañamiento y fortaleza.
“Tenemos que seguir construyendo una cultura política distinta, como lo hicimos cuando fundamos el Movimiento: hablando con la gente en plazas públicas, calles y casas. Tenemos que seguir construyendo la mayoría para que la 4T tenga larga vida. Mientras el partido, nuestros representantes populares, los funcionarios y compañeros hagan lo que les toca, mientras el pueblo siga acompañando esta transformación, Morena tendrá larga data.
“Esta es una revolución pacífica, pero si fuera una revolución armada nunca habríamos bajado el fusil. No porque llegamos al poder y a otras responsabilidades, podemos bajar el fusil. El adversario sigue atacando, quiere regresar a robar y a hacer negocios.
“Hará todo lo posible para ello, como lo intenta en la Ciudad de México para detener la transformación. Lo del Metro son acciones de sabotaje porque la oposición quiere golpear uno de los bastiones obradoristas y, de paso, golpear a una de los posibles sucesores de Andrés Manuel, la jefa de Gobierno.
“La transformación va rápido, pero todavía tardará. Probablemente, en 50 años podamos decir que cambiamos el país porque nunca bajamos la guardia ni nos conformamos con lo que ya habíamos logrado”, sentenció Citlalli Hernández.
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