CONCENTRACIÓN MEDIÁTICA

¿Quién define qué es la neutralidad?, se pregunta Laura Arroyo en el primer programa de Zona Comanche. La presentadora de Canal Red –televisora de internet dirigida por Pablo Iglesias– menciona haber escuchado en el podcast de un periodista norteamericano “bastante liberal” una frase esclarecedora: los periodistas deben tomar partido no por la neutralidad sino por la democracia.

La moderadora de un panel que tuvo como objetivo analizar ‘el poder de los medios de comunicación, el problema de la concentración de la propiedad y el corporativismo en la profesión periodística’, pone sobre la mesa ese antagonismo entre neutralidad o democracia “sobre todo cuando pensamos en los poderes que operan dentro de los medios de comunicación”.

Por ejemplo, en España cuatro consejos de administración controlan el 80% de los medios de comunicación. Y, en Perú, hay un oligopolio mediático donde un solo grupo de interés controla el 80% de la prensa escrita y el 60% de la prensa televisiva. “Hablemos entonces de quiénes son los que tienen el poder detrás de los medios y, por tanto, cómo podemos hablar de los efectos de esta concentración en lo que se llama ya ‘mercado de la información’”, propone Arroyo a sus invitados.

En el arranque de Zona Comanche, el 2 de junio de 2023 (https://www.youtube.com/watch?v=gbA9S9Ac8VQ), participaron: Dani Dominguez (colaborador de la revista mensual La Marea), Javier Gallego (presentador del programa radiofónico ‘Carne Cruda’), la periodista Maria Teresa Pérez y Pablo Iglesias. Además, vía remota estuvieron el argentino Daniel Tognetti (conductor de ‘Siempre es hoy’) y el analista de medios chileno Marcos Ortiz (conductor de ‘Ojo del medio’).

NO HACE FALTA…

Iglesias –quien fue secretario general del partido Podemos y, como tal, vicepresidente del gobierno español– empieza la polémica refiriendo la cantidad de periodistas que han afirmado: ‘a mí jamás me ha dicho el propietario o el dueño lo que tengo que decir o escribir’. Pero al director de Canal Red, sí. “Prácticamente no ha habido (y mira que me han invitado a muchas televisiones y sitios) lugar en el que no haya recibido alguna llamada diciendo: ‘Tío, ¡córtate!’”

Recuerda una vez que estaba con Jesús Cintora hablando de la berlusconización de la política, y el presentador de Televisión Española le dijo: ‘No puedes decir eso tres veces aquí, porque nos van a dar el toque’.

“En todos los lugares en los que he estado me he llegado una llamada por parte de alguien, diciendo: ‘Si sigues por ese camino, esto va a ser muy complicado’. Y, a veces, incluso uno llega a la conclusión de que es mejor suavizar un poco porque es importante seguir ahí. Claro que he percibido ese control absoluto de lo que estás haciendo.”

Recuerda también cuando un periodista de la ABC, incrédulo le preguntó a Noam Chomsky: ‘¿Usted cree que me estoy autocensurando?’ Y el lingüista le respondió: ‘Si no pensaras como piensas, no estarías sentado aquí’. En otras palabras, qué otra cosa iba a decir ese entrevistador si piensa igual que el propietario de la cadena.

“Esta es una de las grandes cosas que la izquierda no ha entendido: el adversario se ha preocupado por ideologizar a la profesión periodística hasta el punto, incluso, que periodistas que se dicen a sí mismos de izquierdas y progresistas en determinados temas revelan pensar igual que la derecha.

“Por ejemplo, cuando nos alegan que criticar a un periodista es señalar a un periodista, respondo: ¿y por qué se puede criticar a todo el mundo, pero no se puede criticar a alguien cuando escribe una pieza o cuando dice algo?

“La derecha ha sido mucho más inteligente a la hora de tener claro que formar ideológicamente a los profesionales de la información es una garantía, incluso mejor que despedirle si se salen de la línea”, resume Iglesias.

ES AUTOCENSURA

Javier Gallego ‘Crudo’ menciona una frase que habría dicho Margaret Tatcher a los diputados de su partido después de que, tras varias legislaturas dominadas por los conservadores, perdieron ante los laboristas: ‘No os preocupéis, ellos ya piensan como nosotros’.

“Yo podría escribir un libro, muy largo además, de presiones tanto en medios públicos como en privados de conversaciones en despachos en torno a que: ‘Esto no lo puedes decir’, ‘Este anunciante se ha enfadado’, ‘La Casa Real ha llamado’, ‘Al PSOE no le gusta esto que has dicho’.

“Hay gente que no necesita que se lo digan porque forma parte de la ideología del medio y de su jefe, o se autocensuran porque piensan que si no pisan ese charco va a haber problema. Y a veces se peca por exceso, es decir, he visto a periodistas autocensurándose más de lo que sus propios jefes les requerirían por un miedo a la cúpula, a la jerarquía, a lo que está por encima. Es comprensible, pero no honrado dentro de una profesión como la nuestra donde esa cualidad es tan importante.

“Tenemos una obligación, pero el problema que tiene el periodismo, como habéis dicho muy bien en la entrada del programa, es la precariedad que hace que los periodistas estén atomizados, indefensos y vulnerables. Hay muy poca sindicación, más allá de sindicatos que responden a los intereses de grandes medios. Y el problema es que falta unidad porque, también, hay trincheras ideológicas.

“El tema tiene mucha complejidad, pero el problema en el periodismo es que estamos atrincherados ideológicamente. Y por eso no hay una unidad gremial que permita al periodista defender sus informaciones, y defenderse precisamente de esas cúpulas.

“Escribí un artículo en El Diario diciendo que me parece un milagro que en España haya un gobierno de coalición de izquierda progresista viendo quiénes son los propietarios de la mayoría aplastante de los medios: todos de derecha o derecha extrema. Estamos hablando de pequeñas islas de izquierda en un océano masivo de medios de comunicación de derechas que, además, se han derechizado.”

LA CADENA ES LARGA

Marcos Ortiz vuelve a esa famosa entrevista con Chomsky para hablar de su experiencia personal:

“He estado entrevistando en estos días a periodistas de grandes medios chilenos a propósito del estallido social entre 2019 y 2020, para entender cómo lo cubrieron y, en ese contexto, le preguntaba a un periodista de 30 años de un medio tradicional si siente presiones cuando hace una cobertura de temas económicos.

–Jamás he sentido una presión y por eso me gusta trabajar en este medio –me dijo, pero sus palabras me hicieron recordar esa frase que dice: ‘Cuando estás parado muy cerca del poste, no te das cuenta que tienes una correa colgando del cuello’; el problema es cuando a medida que te alejas empiezas a sentir esa presión.

–¿Cuánto sabías de economía cuando empezaste a trabajar la fuente? –le pregunté enseguida.

–Muy poco.

–Y ¿cómo aprendiste?

–Aprendí de mis fuentes: de los banqueros, los dueños de las aseguradoras, los fondos de pensiones y el gran capital’. Y, claro, ese el tipo de economía y el mundo financiero que éste y tantos otros periodistas conocen.

“Estar consciente de ese sesgo es muy complejo y requiere de un trabajo de autoexaminación. Una conversación como la que estamos teniendo hoy día, es muy difícil. El problema, y por eso ese periodista que está pegadito al poste nunca ha sentido presión, es que la cadena está realmente muy suelta.”

DIVERSIDAD DEMOCRÁTICA

Para darle contexto al debate, Arroyo comenta lo que ocurrió en un set televisivo del oligopolio peruano: Marino Flores, dirigente de la Central Unitaria de las Rondas Campesinas, increpó al conductor Jaime Chincha, por primera vez y en su casa, sobre el monopolio mediático en su país; y la respuesta que da el periodista define muy bien lo que significa el poder dentro del poder.

–¿Cómo es posible que esta empresa controle el 80% de los medios? –critica Flores. Y Chincha matiza:

–Esa verdad ha ido modificándose. Se construyó hace casi 10 años, pero hoy existe tal cantidad de medios alternativos en internet…

–Felizmente –acota Flores–, porque es parte de la democracia.

–El problema es que el presidente Castillo ha construido un discurso contra la prensa –revira Chincha.

[Curiosamente, es la misma crítica que los medios y periodistas señalados por Andrés Manuel López Obrador le hacen al presidente mexicano: haber construido un discurso contra la prensa].

Lo que lleva a Arroyo a cuestionar:

“Entonces, ¿como ahora tenemos internet y medios alternativos ya no es tan importante que la concentración sea tan poderosa en los medios que siguen siendo bastante más masivos? Es un debate interesante porque es el argumento que nos suelen dar cuando planteamos que la concentración de medios es disfuncional.

AUSENCIA DE DOMINIO

Para María Teresa Pérez, “es evidente que no puede haber neutralidad porque, en la sociedad, hay una pluralidad de intereses que están en competición y, por lo tanto, en conflicto. Los medios, como parte de esa sociedad, también representan a esos intereses a la externa y a la interna. Cuando decimos que los periodistas reciben presiones dentro de su propio medio por parte de sus jefes, entramos a un debate más filosófico en torno a la libertad”.

“Libertad de prensa es la ausencia de interferencia del Estado, eso es el sentido liberal de la libertad. Pero si adoptamos el sentido republicano de Rousseau donde la libertad significa ausencia de dominación, quien domina en los medios de comunicación domina la opinión de sus periodistas y, a la vez, la opinión pública, la opinión del resto de la sociedad.

“El problema de que unos pocos grupos de comunicación en este país condicionen lo que piensa todo el mundo, es que esa estructura oligopólica lo que busca no es la rentabilidad económica, el negocio, sino una rentabilidad de poder. Y muchas veces los que financian los medios de comunicación pueden permitirse perder dinero, porque están adquiriendo a través del medio de comunicación una influencia que es la que le da poder político. Hay que situar, entonces, el debate de la libertad de prensa y del poder mediático en esos términos que son tan significativos.”

EL SENTIDO COMÚN

Dani Domínguez recuerda que las grandes empresas que intentan hacerse como monopolios u oligopolios, en determinados mercados siempre nacen con pérdidas. “Ahí tenemos los ejemplos de Uber y Cabify cuyo único objetivo era destrozar el taxi en determinadas ciudades, para hacerse con ese poder”.

“La neutralidad se ha convertido en un concepto muy manoseado, sobre todo por la derecha que es quien maneja los medios de comunicación de masas. Y terminó siendo una especie de concepto comercial de sentido común: ‘¿Qué es el sentido común?, lo que yo digo; ¿la neutralidad?, lo que yo digo’.

“Sin embargo, hay una explicación que desmonta rápidamente la neutralidad en los medios de comunicación o, mejor dicho, esa supuesta objetividad. Y consiste simplemente en ir a la raíz de estos conceptos: objetividad es una cualidad de los objetos, y subjetividad es la cualidad de los sujetos.

“Quien hace periodismo no son los objetos sino los sujetos. Incluso, aunque lo hiciese un objeto como el ChatGPT, hacer un informativo con puros algoritmos también estaría completamente sesgado porque esa máquina ha aprendido de los sujetos.

“Respecto al tema de la autocensura, en La Marea hicimos un decálogo de medios independientes. Hablamos con profesores de periodismo para intentar llegar a 10 puntos que expliquen qué es un medio independiente, o que debería ser uno de ellos.

“De los puntos más interesantes es que los periodistas no podrían autocensurarse jamás. Sin embargo, eso entra en conflicto con el punto número 10 que hablaba de las condiciones salariales de los periodistas: ¿por qué se autocensuran muchos periodistas? No digo todos que intentan mantener también el poder económico que manejan. Pero muchos se autocensuran porque no quieren perder un trabajo de 1,200, 1,300 o 1,500 euros con el que viven como si fuese otros trabajador más.

“Y, ahí Pablo, difiero contigo cuando hablas del señalamiento a determinados periodistas. Se puede señalar a todo el mundo, pero hay que señalar sobre todo a los poderosos. Cuando tú señalas a un partido político o a un político, cuando señalas a un gran empresario, lo haces porque sabes generalmente lo que cobran. Pero estoy en desacuerdo con señalar a determinados colegas que se han podido equivocar en un enfoque o que, incluso, no se han equivocado y sin embargo piensan lo que están escribiendo, porque son gente que cobra 1,200 euros.”

NO SOMOS VÍCTIMAS

De la polémica que arma Pablo Iglesias al estar en contra de que al periodista se le vea como un trabajador asalariado que sólo cumple órdenes, haremos la reseña en una siguiente entrega de esta columna.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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