La semana en la que durante el Grito de Independencia fuimos testigos del primero efectuado por una mujer titular del Poder Ejecutivo, arropada y apapachada por su Pueblo, la lucha en contra del huachicoleo fiscal que ha emprendido el Gobierno de México recibió la primera embestida del conservadurismo, mediante el montaje por el presunto amparo solicitado por los hijos del expresidente Andrés Manuel López Obrador.
En medio del golpe no tan blando que la derecha intenta llevar al cabo en nuestro país, caracterizado por la incapacidad política que han demostrado tanto el PRI y el PAN para frenar el avance del Segundo Piso de la Cuarta Transformación, para el Estado es preciso detener el avance del huachicoleo fiscal para convertirlo en un símbolo de lucha contra la impunidad.
El deseo intervencionista de los conservadores está anclado a la versión de que nuestro Estado sufre de una corrupción incurable que lo infecta en todos sus niveles. Cualquier victoria del gobierno ante el crimen organizado debilita la teoría prianista de que es necesaria la intervención extranjera tan deseada por ellos.
Durante el histórico grito, la cereza en el pastel fue el respaldo popular hacia la Presidenta, pues la soberanía, la independencia y la libertad de nuestro país sientan sus bases y se fortalecen gracias a la confianza de la gente hacia su gobierno.
El ataque mediático a los hijos de AMLO busca destruir esos cimientos en los que se forjan los cambios políticos que implementa la Cuarta Transformación. Desesperados por que se dé una ruptura del Segundo con el Primer Piso de la 4T, el montaje de los amparos es un ataque lleno de simbolismos por las fechas en las que se da.
Durante esta semana tan patriota, la izquierda celebra la soberanía y la independencia, mientras la derecha busca a toda costa el pretexto para un gobierno sumiso a las injerencias extranjeras.

The article highlights a fierce political battle in Mexico, portraying a conservative attack on the Presidents family as a desperate attempt to undermine his government. The authors passionate defense of the administration feels convincing but lacks nuance.