REFORMA ELECTORAL III

¿CÓMO LLEGAMOS HASTA AQUÍ?

A lo largo de su vida política, Arnoldo Ochoa González fue dirigente estudiantil y juvenil, además de uno de los liderazgos dentro del entonces Grupo Universidad. Varias veces diputado federal y local, parte de la nomenclatura del PRI y de la burocracia del partido, fue dirigente estatal del tricolor, secretario general de Gobierno en dos periodos y gobernador interino de Colima. Como congresista estatal, acudió a la asamblea pública sobre la reforma electoral.

Al hacerlo el Güero Ochoa rompió, el jueves 27 de noviembre de 2025 en la Sala de Convenciones del Complejo Administrativo de Gobierno del Estado, un acuerdo tácito para que ningún cuadro de la oposición prianista estuviera ahí. Pero lo hizo para decir que “la democracia en México no nació de la nada ni es obra de un solo momento histórico”, es decir, de la 4T.

Antes de comenzar, saludó “con mucho afecto” a Lázaro Cárdenas Batel, jefe de la Oficina de la Presidencia de la República y a quien, como integrante de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, le correspondió organizar el foro en nuestro estado:

“En una etapa muy difícil para nosotros en Colima, tras un accidente fatídico donde el titular del Poder Ejecutivo [Gustavo Vázquez] falleció en un accidente aéreo, tuvimos un gran apoyo de parte de él [Cárdenas Batel], siendo gobernador en Michoacán. Nunca se nos ha olvidado, Lázaro.”

La democracia en México es heredera de “nuestros momentos históricos: la Independencia, la Reforma y sobre todo la Revolución”. Esos momentos “son los que dieron origen a nuestro sistema político”, enfatizó Arnoldo.

“Después del triunfo de la Revolución y la caída del porfirismo, todos nuestros próceres (Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Francisco Villa, Emiliano Zapata) cayeron en una serie de sangrientas luchas políticas que, finalmente, llevaron a que Plutarco Elías Calles propusiera, en un momento dado, la creación de un Partido Nacional Revolucionario para unir a todas las fuerzas políticas.

“Ahí nació el PNR que dió origen al Partido de la Revolución Mexicana que, con Lázaro Cárdenas del Río, sirvió para detener el maximato y también los intentos de reelección. Posteriormente nace el Partido Revolucionario Institucional que, como organización nacional y revolucionaria, pero también mayoritaria y hegemónica, hizo mucho por nuestro país aunque redujo bastante los límites de la democracia.”

POR ACUERDO, SIN VIOLENCIA

En 1977 surge en el país “un gran movimiento impulsado, entre otras personas, por Jesús Reyes Heroles, Rodolfo González Guevara, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y muchos mexicanos que, siendo muy nacionalistas, también creían firmemente en la democratización de nuestro país.”

[Reyes Heroles es reconocido como el gestor de la reforma político electoral de 1977. Pero Ochoa González vincula también a ese proceso de apertura política a quienes, una década después, serían dos de los protagonistas de la Corriente Democrática del PRI: González Guevara y Cuauhtémoc Cárdenas].

[El ingeniero Cárdenas abandonó el PRI en 1987, junto a figuras como Porfirio Muñoz Ledo, Ifigenia Martínez o, en Tabasco, Andrés Manuel López Obrador. Pero Rodolfo se quedó a dar la lucha por dentro en contra del neoliberalismo que se apoderó del partido de la Revolución, encabezando la Corriente Crítica. Finalmente, en 1994 González Guevara rompió con el PRI para unirse al PRD que había fundado Cárdenas].

Tampoco hay que olvidar, sostuvo Ochoa González, a personajes como Arnoldo Martínez Verdugo, Alejandro Gascón Mercado y Marcela Lombardo Toledano [por el lado de la izquierda] y a personas del Partido Acción Nacional como Bernardo Bátiz, Jorge Eugenio Ortiz Gallegos, Pablo Emilio Madero o Efraín González Morfín.

“Todos ellos dieron origen a algo muy importante: un acuerdo político para transformar nuestro país, la gran reforma de 1977 que ayudó a organizar nuestro proceso de democracia.”

En este ciclo democrático se logró “ciudadanizar los órganos electorales, dotarlos de autonomía y que, así, todo mundo tuviera confianza en los procesos electorales. Eso lo vimos en los cambios de gubernatura, cuando todos los partidos políticos pudieron lograr triunfos mediante elecciones transparentes, limpias y confiables. Pero también lo vimos en la sucesión presidencial de 2000, 2006, 2012 y 2018”.

Para Arnoldo Ochoa, la democracia se logra cuando hay un gran acuerdo político. No nace solamente de las revoluciones. La democracia inició en 1977, y se fue ampliando durante muchos años gracias al acuerdo político de todas las fuerzas de centro-derecha, de derecha o de izquierda.

“Incluso la izquierda comunista que tenía muchos militantes que estaban a favor de los cambios por la lucha violenta, se encontraron con Martínez Verdugo y otros compañeros que dijeron: la lucha debe ser pacifista y a través de cambios constitucionales.”

“Hoy lo que se requiere es un gran acuerdo político entre todas las fuerzas del país; se requiere voluntad para que la democracia sea para todos los partidos políticos, no para uno solo. Las cuestiones de carácter histórico nos deben normar, al hacer ver que los grandes acuerdos políticos pueden más que los movimientos armados”, concluyó el diputado.

EL INE SÍ SE TOCA

Para Isela Guadalupe Uribe Alvarado, contralora general del Gobierno del Estado, lo expuesto por Arnoldo Ochoa respecto al nuevo gran acuerdo político que se requiere, es una perspectiva que le gusta.

“Eso es lo que se busca con la iniciativa de reforma electoral. Pero, además, se quiere integrar la pluralidad: las voces de la ciudadanía y las voces especializadas. En un proceso donde las decisiones no solamente se tomen desde las cúpulas políticas. Esa es justamente la diferencia de lo que pasó con la reforma política de 1977, y el paso adicional que se debe dar.”

Hay que mirar desde muchas perspectivas y, evidentemente, existen una serie de necesidades de urgente atención. No basta con esa retórica inadmisible de ‘el INE no se toca’, cuando toda institución que use recursos públicos debe ser sujeta a revisión social, institucional y de todo tipo, dijo.

El debate sobre la consolidación de nuestra democracia es una necesidad recurrente. A más de 10 años de la última reforma, en 2014, que le tocó “estando en una silla del consejo general del Instituto Electoral del Estado”, se necesita reabrir el debate y ajustar las necesidades actuales al formato, al modelo y al diseño del sistema político, el sistema electoral y también el sistema social, precisamente escuchando la voz de aquellos que no han tenido voz. “En eso consiste el enriquecimiento de este modelo que plantea la reforma electoral”.

Los cambios profundos operados en nuestro país con reformas estructurales como la reciente reforma judicial, transfieren al proceso electoral un peso distinto en la vida pública nacional. Los comicios cobran una nueva dimensión y se vuelve relevante en el debate político nacional la legitimidad, no la legalidad, como aquello que justamente nos da la ciudadanía: lo que no se ve, pero es relativamente lo más importante, apuntó Isela Uribe.

LEGITIMIDAD POR CONSULTA

La legitimidad del sistema electoral, en el caso concreto de la propuesta de reforma, dependerá de una serie de factores estructurales, no solamente del acuerdo político que, sin duda, se tiene que hacer. Es referencia obligada mirar al pasado, es parte de nuestra historia y no podemos repetir el error de generar condiciones en apariencia democráticas.

La realidad es que antes de la famosa reforma de la LOPPE (Ley Orgánica de Procesos Electorales) promulgada en 1977, “vivíamos condiciones electorales poco competitivas. En México, el poder político se centralizó y controló desde 1929 hasta el 2000, de manera ininterrumpida. Y desde luego hubo un regreso [del PRI] en 2012, dejando de lado condiciones de competencia reales para otros grupos políticos distintos a quienes estaban en la hegemonía, en el poder”.

Giovanni Sartori dice que “un partido hegemónico jamás permite una competencia oficial ni tampoco de facto; permite que existan otros partidos, otros contextos, otras organizaciones, pero jamás permite competir en términos orgánicos ni en condiciones de igualdad”.

Obviando una revisión histórica de los procesos de renovación electoral, Isela Uribe recuerda que ‘todo texto se lee en su contexto’. Esta reforma nos obliga a revisar las condiciones de competencia. Y a debatir hasta dónde los organismos públicos deben integrarse a este nuevo federalismo en el que, con la última reforma de 2014, quedó completamente robustecido el ámbito de la autoridad nacional, descobijando a la autoridad local.

Pero, también, cabe debatir cómo garantizar el voto extraterritorial, establecido constitucionalmente desde la reforma de 2014. Como consejera electoral, Uribe fue presidenta de la comisión del voto de los colimenses en el extranjero. Mas no todos los estados tienen el marco constitucional local que tiene, por ejemplo Michoacán, con el ‘voto migrante’.

Otros temas son cómo garantizar la seguridad informática del voto electrónico, o cómo lograr un modelo de participación ciudadana más abierto; el diseño de los nuevos partidos políticos, el diseño del sistema electoral, el diseño de la representación proporcional en las cámaras legislativas y, por supuesto, el monto del financiamiento público a los partidos políticos.

Un último tema que ocupa a la politóloga tiene que ver con una sentencia de 2023 emitida por la sala superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, que anula la competencia de las contralorías de los organismos públicos electorales locales (oples) para emitir resoluciones sobre las designaciones del INE.

La contralora del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana del Estado de Oaxaca revocó una designación del INE en el ámbito de lo que establece la Ley General de Responsabilidades, ordenando como medida cautelar la suspensión de la consejera presidenta del ople oaxaqueño. Sin embargo, el Tribunal Federal dijo que la Contraloría no tiene facultades. Y eso mueve a Uribe a sospechar que “entre ellos mismos se están protegiendo”.

LA PREMISA DE MADERO

            En la ponencia que, como las otras 18, se pueden consultar en la transmisión por YouTube que hizo la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral (https://www.youtube.com/watch?v=-5OQA6eOpWI), el diputado Jaime Enrique Sotelo García leyó las conclusiones de su planteamiento debidamente registrado en el micrositio https://www.reformaelectoral.gob.mx.

            Celebró que varios de los ponentes “coincidamos en que el fundamento de la democracia sea que todos los partidos estén representados en las cámaras en la justa proporción de los votos obtenidos”.

“Los congresos, tanto el federal como los de los estados, representan la soberanía popular expresada en las urnas. Y siendo la fuente de toda legitimidad política, las fuerzas deben estar representadas en la parte proporcional de la votación obtenida. Cualquier fórmula de asignación debe contemplar esta premisa que emana del pacto fundacional surgido de la Revolución Mexicana.”

La premisa fundamental de esa gesta heroica fue: Sufragio Efectivo. La dictadura porfirista originó esa causa enarbolada por Francisco I. Madero en un movimiento que llevó al cambio de régimen y, posterior al golpe de Victoriano Huerta, a la Revolución.

La última etapa de esa lucha por la democracia, “de la cual nos tocó participar, como ya dijo Rosacruz Rodríguez fue impulsada por las izquierdas. Yo vengo de una vertiente de las izquierdas, el Partido Comunista, que logramos el registro en 1979. Sin embargo en esa elección que fue también la primera vez que voté, en una comunidad del estado de Querétaro mi voto no apareció. Voté por el PC pero cuando al día siguiente fui a ver la sábana, no aparecía ningún voto por ese partido”.

“Eso explica por qué millones y millones de mexicanos, durante las tres décadas siguientes nos movilizamos para exigir que se cumpliera una premisa fundamental de la democracia: el sufragio efectivo. Afortunadamente, en este foro ya tenemos la seguridad de que esa premisa va a ser respetada y conservada para honrar al movimiento que enarbolamos durante esas décadas.”

DEMOCRACIA DESDE ABAJO

En Colima, esa movilización popular logró que se democratizara la elección de las juntas y comisarías municipales. En aquellos años, un vecino de la ciudad de Colima acabó siendo presidente de la Junta Municipal de Cerro de Ortega [que está en la demarcación de Tecomán].

La gente “enarboló esa premisa del sufragio efectivo” para que las autoridades hasta entonces delegadas por los ayuntamientos, fueran electas directamente por los habitantes de esas localidades. Hubo una gran movilización y, finalmente, en el Congreso del Estado se legisló para que pueblos y comunidades eligieran a sus propias autoridades, y los cabildos municipales respetaran la voluntad ciudadana. Es aparentemente un logro pequeño, pero fue posible gracias a la movilización popular.

Carlos Sotelo, hermano de Jaime, era en ese momento diputado local del PRD y tuvo en esa Legislatura (1991-1994) como compañero diputado a Miguel Ángel Novela Villalobos, también presente en la audiencia del jueves 27.

Haciendo un parangón con lo que pasó en Colima, Sotelo dice que fue gracias a ese movimiento social que, en 1979, Reyes Heroles logró modificar la ley electoral. E inició un gran movimiento que logró, finalmente, el triunfo de Andrés Manuel López Obrador en 2018. De este modo, la izquierda consiguió la presidencia de la república después de varios fraudes: el primero contra Cuauhtémoc Cárdenas en 1988; uno más en 2006, contra AMLO.

Por último, Jaime Sotelo lamentó que los dirigentes del PRI, el PAN y el MC no estuvieran presentes en el foro. No por ello, han dejado de andar diciendo con mucha “estridencia” que “no hay apertura para que se escuche a todos”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com