Resulta obligado ocuparse del quinto informe del gobernador. Sin embargo, no hay nada qué decir, excepto que sí hay quinto malo. Lo que habría que decir ya lo dijeron los diputados morenos en su posicionamiento. Muy importante resulta este posicionamiento de los diputados y no porque nos haya descubierto el Mediterráneo, sino porque resumió el sentir de los colimenses y se le transmitió al gobernador en uso de un foro privilegiado, donde no se acostumbra que se realice ese tipo de críticas, donde sí se acostumbra lanzar tantas zalamerías como pudieran imaginarse los diputados serviles, que han sido muchos, sobre todo, entre los sufridos por los colimenses en los tiempos recientes.
Se acabaron los diputados valientes, capaces de oponerse al gobernador, como aquellos que un día decidieron separar de sus funciones al generalito Jesús González Lugo, quien había recibido el gobierno del Estado como premio por haber ido a reprimir y matar guerrerenses de esos que de seguro eran un peligro para México y representantes de una de las tantas conspiraciones judeo-masónicocomunistas que las castas de nuestro País han inventado de modo recurrente. Ahora, por fin tenemos otra vez, diputados dignos. Poquitos, pero los tenemos. Habrían de rendir un reconocimiento a los dignos que les antecedieron, como los de la Legislatura XXXV (1948 – 1951), la Legislatura olvidada, por valiente y por digna. La historia, como en tantos otros casos, debe reescribirse. Y ésta sobre todo ahora, porque es un antecedente y enseñanza de actuación para los actuales.
Pero regresando al caso actual, diré que Peralta es un gobernador sui géneros, pues está acostumbrado a hacer sólo lo que quiere, lo que le interesa, lo que le gusta. Sabemos que todos los puestos de trabajo tienen actividades que gustan a quien los ocupa y otras resultan desagradables, pero deben realizarse todas. El sueldo que se recibe es por enfrentarlas todas. Peralta quiere que las labores que no quiere enfrentar, las haga otro. Y luego resulta que muchas veces, ese otro no es su subalterno y como consecuencia, nadie lo hace.
El que junta estas letras no es especialista en análisis conductual, pero no es necesario serlo para afirmar que la conducta de Peralta deriva del hecho de haber crecido en un hogar disfuncional. Y sabemos que así fue, recordemos que los de Colima, sabemos todo sobre los demás de Colima. Seguramente el Nachito niño, nunca fue escuchado, nunca fue educado, nunca fue instruido, nunca fue corregido y desde allí podemos observar el inicio de sus desviaciones conductuales y la de sus criterios.
Él quiere la gloria, ser la cara bonita del gobierno, sus ventajas y sus privilegios: sueldo, dinero, prestaciones, aviones, comilonas, fiestas como las organizadas por sus amigos golpistas o por sus secretarios de turismo, zalamerías, caravanas, quema de incienso. En cambio, eso de combatir al crimen organizado, o la pandemia, que lo haga el Gobierno Federal. ¿Qué habrá menos dinero? Pues que lo solucione el Gobierno Federal. ¿Qué no lo puede solucionar? Pues entonces, Peralta hace su pataleta y mejor subleva junto con sus amiguetes golpistas. No es extraño, son los peores gobernadores del País.
Las encuestas como la publicada por El Heraldo de México el día primero, horas antes de su informe, lo señalan como el gobernador con la peor aceptación de todos, el número uno en esa posición tan disputada, lo convierte en el peor entre los malos. Pero ¿por qué lo reprobamos los colimenses? Pues, por caprichoso, por extravagante, por desobligado, por irresponsable, por tramposo. Dónde quedó esa frasecita, promesa, de que viviríamos felices y seguros ¿en su incapacidad? ¿desde el principio fue un engaño? ¿alguna vez habrá creído en eso? Porque nunca parece haber trabajado para lograrlo. Y ya no tiene tiempo para lograrlo ni para hacer cualquier cosa que pudiera resultarle positiva al Estado, excepto solicitar licencia a su puesto.
¿Qué es lo malo? ¿Él o los intereses que representa? A los colimenses, nos da igual. El efecto es el mismo y la desventura, para todos los colimenses. Los problemas personales y las desviaciones conductuales, las ideas o las inclinaciones, los gustos o los caprichos son cuestiones personales no de los demás. Me dirán que no debo meterme en cuestiones personales o en vidas privadas y sería cierto en tanto no afectaran la buena marcha de un ente tan importante como el Ejecutivo Estatal. En tanto, mi bienestar y el de todos los demás colimenses no se cuestionaran y no peligraran nuestros derechos elementales. De otro modo, sólo resta reconocer que el problema de todos, sólo tiene una solución, que es su salida anticipada del puesto, para que comience ya el proceso de reconstrucción de algo que es fundamental como el Ejecutivo Estatal. Porque evidentemente, Peralta no quiere hacer su trabajo y no está dispuesto a iniciar y encabezar esa reconstrucción.
Si Peralta quisiera hacer su trabajo aprovecharía la amistad con sus amiguetes Alfaro y Aureoles para solicitarles que devuelvan a Colima los más de diez mil kilómetros cuadrados de nuestro territorio que Jalisco y Michoacán mantienen como parte de sus respectivos territorios. Pero no, se junta con ellos para beber, comer y… disfrutar la vida, disfrutar las mieles presupuestales.
Y lo expuesto no es bilis personal, al más puro estilo del FRENAAA, no es intolerancia como la de ese grupo. Me hago eco de los resultados de las encuestas, del sentir de los diputados que si representan a la mayoría de los colimenses que votamos hace dos años. Del posicionamiento de esos diputados morenos que suscribo en todos sus términos. Mi voz entonces, no es sólo la mía sino la de muchos, aunque no me hayan nombrado su vocero, porque lo es por coincidencia. Y conviene tener presente que la pésima imagen de Peralta es así, a pesar de los millones de pesos repartidos como chayotes, lo cual habla también de la inutilidad e ineficiencia de su equipo cercano y de su comunicador en particular, por cierto, recién adquirido por el Congreso con un nombramiento difícil de explicar.
Y en Comala, los asuntos no van mucho mejor. Ya nos ocuparemos de ellos. Y mientras, el fin del Veranillo de San Miguel (o fogonazo del membrillo) está aquí, listo para terminar con la llegada del Cordonazo de San Francisco, que según la aconseja, por tierra y mar, éste se hace notar.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.