AGUA O SUERO

Manzanillo padece estrés hídrico pero la infraestructura de extracción, almacenamiento y distribución de agua potable no está pensada para una población que crece al ritmo que lo hace esta ciudad y puerto.

Durante el gobierno estatal de Rodolfo Chávez Carrillo se construyó el tanque elevado en San Pedrito (cerca de donde se encuentran las instalaciones de la Universidad de Colima), pero su altura determinó el número de pisos que podrían tener los edificios del llamado casco viejo. Por gravedad, el contenido de ese depósito no podría llegar a los tinacos si estuvieran en un nivel superior.

Años después, cuando se realizó la obra de captación y conducción del río Armería ese acueducto se pensó para satisfacer las necesidades de no más de cien mil habitantes. Hoy la mancha urbana de Manzanillo rebasa los 150 mil pobladores.

Pero, además, en esa zona conurbada se realizan actividades que demandan grandes cantidades de agua: lo mismo para regar las áreas verdes y mantener llenas las albercas de hoteles y residencias (piscinas cuyos porcentajes de evaporación son proporcionales al tamaño del espejo), que recargar cisternas de barcos, limpiar transportes y contenedores de carga o realizar procesos industriales de todo tipo.

Para sostener el gasto de agua de las industrias turística, pesquera o portuaria, se requieren nuevas fuentes. Todavía es posible encontrar terrenos para embalses de los ríos que desembocan en las inmediaciones de Manzanillo, y se puede pensar en otras formas de almacenar agua de lluvia. También está el último recurso: la desalinización de agua marina.

Pero hay una solución menos compleja a la escasez de agua en Manzanillo: tomarla de un manantial. En Chandiablo, revela un lector de esta columna, existen dos escurrimientos que, según sus cálculos, suponen una reserva tan abundante como la del Cerro Grande que brota en Zacualpan (municipio de Comala) y alimenta la red de la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez.

DESALACIÓN

La propuesta que hace el candidato del PRIANRD a la diputación federal por el segundo distrito, Óscar Ávalos Verdugo, para obtener agua potable del mar, es viable técnica y financieramente considerando que “no hay agua más cara que la que no se tiene”, pero podría resultar un proceso más costoso de lo que supone la sola inversión en una planta desaladora.

Así lo apunta este lector de la columna, conocedor de la problemática del agua en Manzanillo, quien señala que en este proyecto hay que prever también los equipos de bombeo para llevar el agua salobre, tomada directamente del océano o de algún estero, hasta un lugar tan alto como Jalipa, desalinizarla y luego dejarla rodar hacia las áreas habitacionales, la zona hotelera o el recinto portuario y sus patios de maniobra.

A menos que se recurra a tecnologías de membrana (electrodiálisis, ultrafiltración u ósmosis inversa), los métodos para disminuir las sales del agua hasta volverla potable se basan en procesos termales. Hay que evaporarla y condensarla usando diferentes fuentes de calor. La más ecológica pero también la que menos agua potable rinde es la energía solar.

Los porteños ya saben lo que implica destilar agua en grandes cantidades, es el principio con el que funciona la termoeléctrica: en uno de sus ciclos, se hierve el agua de la laguna de Cuyutlán y el vapor mueve las turbinas.

PROBLEMA HISTÓRICO

En entrevista con Archivo Digital, el candidato del prianismo a la alcaldía de Manzanillo, Jorge Luis Preciado, enlistó la falta de agua entre los pasivos de la administración morenista de Griselda Martínez, sin considerar los rezagos históricos que tiene este servicio:

“Sigue siendo el reclamo el tema de las aguas fluviales, el tema del predial, el tema de las aguas negras que no se ha resuelto, las obras de infraestructura que no llegan y las que llegan ‘llegan’ a la mitad, el tema del agua para consumo residencial que no llega y la que llega ‘llega’ carísima”.

Supongo que cuando Preciado habla de aguas “fluviales”, se está refiriendo tal vez a las aguas ‘pluviales’ (de lluvia) que se convierten en ‘fluviales’ (de río) cuando corren por los cauces. Unas y otras representan un problema: las primeras por falta de bocatormentas y una red de alcantarillado eficiente; las segundas, por la permisividad que mostraron las sucesivas administraciones municipales frente a las invasiones de la zona federal.

Se han construido en los márgenes de los ríos casas y toda clase de edificios comerciales. Pero no se piense que toda es arquitectura vernácula e irregular. Hasta que la crecida de los arroyos literalmente volcó viviendas sobre su costado, los moradores de un fraccionamiento entendieron que habían estado durmiendo en un lecho: el lecho del río.

Manzanillo es el reino de la literalidad, donde el arroyo de una calle es un arroyo: en un gobierno anterior se bajaron recursos federales para convertir en vialidad un cauce natural que ya era utilizado como camino en la delegación Santiago, el cual vuelve a ser río cuando llueve para angustia de quienes transitan por esa avenida. Y, para avenida, ¡la de agua que se les viene encima!

ES MUY COBRONA

Si a Griselda Martínez la han llamado ‘cobrona’ por fomentar la conciencia cívica y una cultura de pago entre los usuarios del servicio de agua en Manzanillo, ‘cabrona’ se ve la Comisión Intermunicipal de Agua Potable Colima-Villa de Álvarez (Ciapacov) cuando ejecuta sus acciones de cobro. A quienes acumulan más de un bimestre de retraso, les llega una notificación con la leyenda: “procede reducción”.

Este es un eufemismo para corte en el suministro del agua, ya sea porque al disminuir la presión en una toma domiciliaria o comercial se impide en los hechos que el vital líquido suba al tinaco, como porque en aquellos casos donde el organismo operador interpreta el rezago como negativa de pago, clausuran la conexión a la red. Hace unos días, una brigada de fontaneros de Ciapacov dejó sin agua a las viviendas de las colonias del norte de Villa de Álvarez, en las inmediaciones de la Hacienda del Carmen.

Y a diferencia de la lectura que se hace de las palabras de la alcaldesa de Manzanillo, Griselda Martínez, quien planteó en una de sus mañaneras la urgencia de sanear las finanzas de la comisión de agua de Manzanillo (Capdam), los deudores de Ciapacov encuentran otros motivos en las acciones usureras de Nicolás Contreras: el gobierno de Nacho Peralta quiere tener liquidez para la jornada electoral.

El bloque oficialista está prometiendo tantos pagos a quienes le den su voto útil al candidato del Tumor que llegue al final de la contienda en segundo lugar, que los actuales recursos del erario serán insuficientes. La razón por la cual pusieron a un exlíder magisterial y no a un maestro plomero en la Ciapacov, es porque Nico es especialista en financiamiento de campañas con dinero bajo la mesa.

DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES

Cachetada con guante blanco la que le propinó la candidata de Va por Colima a la alcaldía, Margarita Moreno, a su esposo Carlos Noriega, quien encabeza la lista plurinominal del PRI al Congreso local.

La abanderada del PRI-PAN-PRD a la presidencia municipal propuso un esquema de borrón y cuenta nueva en la cartera vencida del impuesto predial, no obstante que su marido fue el azote de los contribuyentes durante el tiempo en que fungió como secretario de Finanzas (en el interinato de Ramón Pérez Díaz y hasta muy recientemente en el gobierno de Ignacio Peralta).

El reconocer que ciertas deudas son incobrables es un asunto de justicia, pero acaso denota la poca confianza que tiene la expresidenta del DIF en su propia victoria. No sólo porque la audaz propuesta supone un esfuerzo desesperado por captar la atención de los votantes para un proyecto sostenido por tres de las marcas partidistas más desgastadas de la escena electoral, sino porque resulta irresponsable en momentos que la circunstancia financiera mundial, nacional y estatal exige que los ayuntamientos incrementen sus ingresos propios.

Además, no deja de ser una postura del todo alejada de la filosofía contable de Noriega García, sobre todo cuando recordamos que, ya de salida del despacho, el extesorero estatal dejó establecidos una serie de mecanismos para anular el subsidio a la tenencia vehicular, con el afán de captar más recursos. Una de estas tácticas fue empezar a generar multas a quienes presentaron extemporáneamente la declaración parcial: o pagas la multa o pagas completa la tenencia.

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *