El presidente López Obrador parece haber resuelto el dilema entre difundir las actividades de gobierno a través de las redes sociales o por los medios de comunicación tradicionales: es un asunto de cobertura y, por otro lado, de credibilidad.
La conceptualización se complica porque, con frecuencia, se confunden los términos: las redes sociales se mezclan con los emprendimientos periodísticos en internet, que van desde blogs a podcast, pasando por canales de YouTube; y los medios tradicionales se equiparan con la prensa digital, que va desde los periódicos y revistas convertidos en portales de noticias, a la radio y la televisión transformados en radio y TV online.
Como reconoció el presidente López Obrador en La Mañanera del 9 de enero de 2020 (https://www.gob.mx/presidencia/articulos/version-estenografica-de-la-conferencia-de-prensa-matutina-jueves-9-de-enero-2020?idiom=es), las redes sociales no llegan a todos lados porque en este país sigue siendo limitado el acceso a internet.
Pero los influencers que cubren para medios emergentes la conferencia de prensa de Palacio Nacional, han venido asegurando desde que comenzó ese ejercicio de “comunicación circular” que, esa falta de alcance, los medios digitales la compensan con credibilidad.
Por el contrario, dicen, es grande el desprestigio de la gran prensa comparado con los niveles de confiabilidad que llegan a tener algunos de esos líderes de opinión (bloggers, youtubers e influencers) que se expresan en sitios web personales o en las plataformas más conocidas: YouTube, Facebook, Twitter, Instagram o WhatsApp.
En La Mañanera, como ya sabemos, Isabel Arvide reprochó al Presidente dar publicidad oficial a una revista como Proceso que lo ataca sin cesar. Y Andrés Manuel López Obrador ofreció transparentar los criterios con los que se asigna el presupuesto y los montos de esa partida. Pero en esa misma conferencia, otros reporteros plantearon la cuestión de las diferencias entre la gran prensa y el periodismo independiente.
ES PÚBLICA LA IMAGEN PÚBLICA:
Por ejemplo, uno de los asistentes a esa rueda de prensa le preguntó a López Obrador si se está protegiendo la imagen de la Presidencia, ¿“su imagen propia de su canal de YouTube”?
Cuando el mandatario se adelantaba a decir que la señal “es pública”, su interlocutor señaló evidencias de lo contrario: “Por ahí, [a] un compañero youtuber que se llama Juca, de 24 Noticias, por usar su contenido de Gobierno de la República, otro canal que usted tiene abierto igual aquí en YouTube, le metieron sanciones precisamente [por]que Univisión [dijo que Juca] se estaba acreditando el contenido” de esa televisora estadounidense que transmite en español.
López Obrador insistió: “Es público”, cualquiera puede utilizar no sólo las imágenes de la cuenta de la Presidencia o de las que el mandatario utiliza en Facebook, Twitter o Instagram, “sino los servicios de comunicación de la Presidencia, [porque] son públicos”.
Y cuando otra reportera quiso hacerse del micrófono, el mismo youtuber que había planteado la pregunta anterior remarcó las diferencias entre los periodistas que van a La Mañanera enviados por un medio comercial y los llamados periodistas ciudadanos: Es un asunto de gran importancia, dijo. A “ustedes a lo mejor les pagan, a nosotros no nos pagan…”
Viendo venir la polémica, AMLO los llamó a la prudencia: “Ya, ya, ya. Una rayita menos”. (Más adelante, le reportera aclararía que: “Sí, a mí me paga Grupo Healy, la empresa de medios para la que yo trabajo).
NI PAGAN NI COBRAN
El youtuber insistió en el tema de cuando los usuarios de las redes sociales “utilizamos su contenido que viene de YouTube, [porque] obviamente lo ocupamos”. De ahí la importancia de que se reconozca que es un material de dominio público, para que no haya empresas como Univisión que se atribuyan los derechos de autor.
AMLO reiteró que “es de dominio público lo que nosotros transmitimos, además es una responsabilidad que tenemos, informar; y no hay derecho de autor en el caso nuestro”.
Tampoco “pagamos, porque había la mala costumbre de que se pagaba una cuota de Presidencia para que se proyectaran, se extendieran los mensajes, se difundieran mensajes de la Presidencia. Eso no lo hacemos, nunca hemos pagado, ni ahora ni antes, para que se difunda más un Twitter y se haga viral. No, eso no lo hacemos.
“Como también no cobramos, porque en estas empresas, cuando se tiene un número determinado de visitas o alcances, parece que dan una bonificación, ayudan. Nosotros no pedimos eso y tampoco se cobra, que quede esto aclarado”, dijo el Presidente.
Lo interesante de esta polémica es que, por primera vez, López Obrador especificó la política de comunicación institucional en redes sociales, que es tan importante como la de publicidad oficial porque abundan los rumores de que Jesús Ramírez sostiene económicamente a un ejército de youtubers.
Esa armada digital son amlovers o chairos que, muchas veces, actúan como la primera línea de defensa de la 4T ante campañas de fake news o desinformación sembradas por medios comerciales.
PÁGAME PARA CONSENTIRTE
En un artículo, ‘Isabel Arvide: págame para consentirte’, publicado en Aristegui Noticias (https://aristeguinoticias.com/0901/mexico/isabel-arvide-pagame-para-consentirte/), Témoris Grecko analizó las razones por las cuales la veterana reportera dijo lo que dijo en La Mañanera del 9 de enero:
“Isabel Arvide es un ejemplo del ‘periodismo’ del antiguo régimen: arrastrado, mentiroso, arrogante, abusivo y golpeador contra quienes no se alinean.
“Ese régimen los premiaba con chayo en varias presentaciones: desde el sobre personal hasta las millonadas en publicidad oficial, a medios con tráfico y a otros que, como el portal web de Arvide, Estado Mayor, tienen pocas o cero visitas.
“El gobierno da publicidad oficial para poder cumplir con sus objetivos, como promover programas públicos o transmitir información de emergencia. Pero con el PRI, el PAN y el PRD, el dinero de nuestros impuestos se usaba para comprar a la prensa vendida -como Arvide- y halagar a políticos y funcionarios.
“Esto fue cuestionado por décadas. En 2012, el Movimiento #YoSoy132 exigió establecer criterios institucionales claros, generales, transparentes, para el otorgamiento de publicidad oficial; lo mismo hizo el colectivo #MediosLibres en 2018.
“El gobierno de AMLO anunció su intención de cambiar las cosas y que la publicidad oficial se destinaría ahora a los medios que puedan alcanzar a la audiencia necesaria, bien por su tráfico, bien por el nicho al que llegan, como los comunitarios e indígenas.
“Sigue faltando una reforma legal que garantice la adjudicación de publicidad oficial con base en el interés público. Pero, obvio, los privilegiados de antes están descontentos. Y no entienden qué pasa, por qué se da publicidad a prensa no vendida. ¿A quién se le ocurre? ¡Es casi antinatural!”
Tan no comprenden cuál es la función social del periodismo –sostiene Grecko, autor del libro Mentira histórica. Estado de impunidad, impunidad de Estado, sobre el caso Ayotzinapa–, que Arvide fue a La Mañanera “a reclamarle a AMLO porque ya no le llega su chayo encubierto, y porque entre los medios que sí reciben publicidad está Proceso, un semanario que mantiene la línea crítica e independiente que sostuvo con los ocho presidentes anteriores”.
“Desde su fundación en 1976, Proceso ha pasado la mayor parte del tiempo en la congeladora, porque priistas y panistas quisieron doblegarlo con boicots publicitarios, y fracasaron. López Portillo lo justificó con su famosa frase: ‘No pago para que me peguen’.”
“A Arvide, eso nunca le pareció mal”. Y en La Mañanera “creyó que sería muy ingenioso invertirla: parece que ahora ‘solamente te pago si me pegas’. Así despejó cualquier duda, si las había. Lo que pide es regresar a los viejos tiempos: págame para consentirte”, se mofa Témoris Grecko.
“La idea de que el periodismo tiene que servir a la sociedad, y no al poder, todavía no llega a sus mentes. Habría que darles chayo para que al menos la publiquen”, remata el también cineasta.
Grecko es director de varios cortometrajes y documentales, entre ellos: No se mata la verdad (crónica de los tres años más sangrientos para el periodismo en México) y MirarMorir, el Ejército en la noche de Iguala (sobre los 43 normalistas desaparecidos).
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.