ALIADA DE LA DEMOCRACIA

¿Estamos ante la posibilidad de remodelar la relación del poder con los medios de comunicación?, pregunta Julio (Hernández López) Astillero a los integrantes de la mesa de los periodistas que acuden cada miércoles a la segunda emisión de Radio Centro Noticias: Miguel Badillo, Alejandro Páez Varela y Álvaro Delgado.

Es el 17 de abril de 2019 y ese mismo día se publicaron en el Diario Oficial de la Federación los 21 artículos que normarán la asignación de la publicidad oficial en México, criterios que fueron también comentados por el presidente López Obrador y por su vocero Jesús Ramírez en la conferencia mañanera de ese miércoles de Semana Santa.

Para Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, no hay duda que estamos en el momento preciso:

“Pero me gustaría que alguien de sus asesores le explicara a López Obrador cuál es el papel de la prensa, porque todas esas dificultades que tuvo durante años para llegar a la Presidencia no significan que la prensa sea su enemiga. La prensa es una aliada de la democracia, es lo que permite señalar, apuntar lo que está mal”.

PRENSA VENDIDA

También “es una aliada del crimen organizado, con todas sus vertientes”, acota Alejandro Páez, subdirector del portal Sin Embargo:

“Pongo un caso, el gobierno de Javier Duarte en Veracruz. Nadie hablaba de los asesinatos de periodistas, de la violencia contra el gremio, salvo un puñadito de medios que lo estaba denunciando. Y si revisas la lista de los principales beneficiarios de la publicidad de Veracruz, comprendes por qué no estaba reflejada en los periódicos una crisis que fue creciendo: cuando Duarte cierra su gobierno, ya no había ley; estaba parado básicamente en los poderes del narcotráfico y del crimen organizado; era una descomposición total.

“Pero cayó en desgracia porque ya no daba dinero, y de repente empezaron a aparecer sus tropelías en las portadas de los periódicos que antes callaron todo. La prensa debe ser un pilar de la democracia, sí, pero no ha servido como eso. Se falta el respeto a sí misma”, sentencia Páez Varela.

Volviendo a los criterios de asignación, a Badillo lo que le preocupa es que al nuevo gobierno no le importa el papel de la prensa como pilar de la democracia. El periodismo crítico nada vale para AMLO, sentencia:

“Con estos criterios todos van a ser tratados, esperemos, con justicia. Eso dice el Presidente. Es decir, todo aquel periodismo que guardó silencio, que se vendió al sistema, que criticaba a los críticos, a los opositores, a los luchadores sociales y a la sociedad misma, ahora va a tener los mismos beneficios” que los buenos periodistas.

PUEBLO CON CHALECOS

Julio Astillero llama la atención de los panelistas respecto a lo doloroso que resulta que haya tantas críticas para los periodistas de a pie en la mañanera. Esos reporteros, camarógrafos y fotógrafos son tropa, como López Obrador dice del ejército que es pueblo uniformado. Quienes acuden a Palacio Nacional a la conferencia de prensa “son nuestros compañeros”.

Para Alejandro Páez, “es más fácil pegarle a ese reportero mientras a los dueños de los medios les formas un consejo asesor para sentarlos a tu lado”. Y tienes “cenas privadas con el vicepresidente de Televisa y a Salinas Pliego metido en los negocios”, agrega Astillero.

“Esa es la paradoja. Eso es lo que se le reprocha al presidente de la república”, tercia Álvaro Delgado, reportero de Proceso y columnista de El Heraldo de México:

“Que vaya a una cena con Jared Kushner en la casa de Bernardo Gómez, que tenga en su consejo asesor al dueño de Televisión Azteca, al dueño de Excélsior e Imagen y a los testaferros de Televisa. A eso me refiero cuando digo que López Obrador no ha definido la relación que quiere tener con los medios de comunicación.

“Andrés Manuel alude, porque la conoce y en eso coincido yo, a esa etapa maravillosa de la Reforma cuando los hombres parecían gigantes, y dice admirar a ciertos periodistas del juarismo. Pero el periodismo de entonces era sui generis, era un periodismo militante, político, porque lo exigía el momento. En el caso de López Obrador, periodismo militante quiere decir que estás con él o estás contra él”.

Páez Varela coincide: “Claro, si tu prensa ideal es exactamente la militante a eso aspirarías en este momento. Quisieras que el semanario Proceso estuviera permanentemente defendiendo al presidente. El discurso es ese”.

LE HACEN EL JUEGO AL PAN

En el conversatorio que se puede escuchar bajo el título: ‘¿La “Ley Chayote” realmente se fue?’ (https://www.youtube.com/watch?v=LotjDg2OHeA), Álvaro Delgado recuerda una plática que tuvo con López Obrador:

“En 2006, en plena ofensiva del PAN que lo llamaba ‘un peligro para México’, el candidato de la izquierda no quería tener relaciones con los compañeros de Proceso que cubrían su campaña”.

“Fui a hablar con él, porque lo conozco desde hace más de un cuarto de siglo, y le pregunté: ¿por qué no te reúnes con los compañeros?  Y él me contestó: ‘En Proceso no están entendiendo lo que está pasando en el país, le están haciendo el juego a la derecha’.

“Le expliqué que estábamos haciendo nuestro trabajo como mejor podíamos. Le propuse hablar con el director, platicar con los compañeros que cubren la campaña. Y él insistió: ‘Le están haciendo el juego a la derecha’.

“Desde entonces, López Obrador ha tenido una muy mala relación con Proceso”, resume Delgado.

AMLO SÍ ESCUCHA

En su última intervención, Miguel Badillo expresa su deseo que cuando se empiece a aplicar el presupuesto de comunicación social y comiencen a asignar la publicidad gubernamental, “podamos realmente ver una actitud que, si bien es discrecional, sea más o menos justa y no veamos en un solo medio la mayoría de esos casi 5 mil millones que se van a distribuir”.

Como ya creció además la lista de medios, de empresas o de personajes (con la inclusión de blogueros y youtubers) a los que se les va asignar publicidad, el reparto va a ser un problema porque no hay criterios claros. “Auguro que la justicia en materia publicitaria, con dinero público para la prensa, va a ser un problema”, reitera Badillo.

Páez Varela es más optimista: “Esperaría que el gobierno de la república nos cerrara la boca a los que estamos en esta mesa, y que en los siguientes días o semanas –porque tiene ese tiempo– emitiera reglas secundarias que permitan regular, como se estaba esperando, el reparto de la publicidad oficial”.

Finalmente, Álvaro Delgado sostiene que López Obrador tiene la posibilidad de rectificar. “Lo conozco hace muchos años y creo que es un político diferente: no es Felipe Calderón ni Enrique Peña Nieto. Y al contrario de lo que mucha gente cree, sí escucha. Lo importante es que rectifique”.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com. Esta columna también se puede leer en: www.carvajalberber.com y sus redes sociales.

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