El despido de 600 de sus trabajadores de contrato rubrica el fracaso del sexenio de Peralta Sánchez. Ante la falta de resultados en materia de seguridad y fomento económico, ante la inexistencia de obras de infraestructura que no sean de relumbrón, en el cuarto informe de gobierno el gabinete terminó por destacar un solo mérito: la reestructuración financiera para corregir el desfalco que JIPS heredó de gobernantes anteriores.
Pero este único logro es cuestionable y relativo. Para muestra, dos botones: tras refundar el sistema de pensiones, el Gobierno del Estado sigue sin ponerse al corriente en las aportaciones patronales; y como Finanzas no fue haciendo las previsiones mes a mes, llegó al límite legal (20 de diciembre) sin recursos para cubrir los aguinaldos. De último minuto, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público vino al rescate con un adelanto de participaciones.
Aunque la política de austeridad del gobierno federal le ha dado el pretexto a Nacho para explicar la falta de liquidez del último año, no olvidemos que los recortes presupuestales, la reducción de personal y la disminución de salarios ha sido la tónica administrativa de los últimos tres sexenios.
Silverio Cavazos y Mario Anguiano también lamentaron tomar medidas tan drásticas como la que acaba de anunciar Ignacio Peralta, pero en ninguno de estos tres momentos el sacrificio impuesto a las familias de los servidores públicos despedidos o dejados a media paga, se reflejó en una mejoría de las finanzas públicas.
El discurso de la reingeniería en servicios personales es pura demagogia, porque el problema no es tanto la nómina visible como la invisible. La carga salarial no está en la meritocracia, sino en la abultada lista de aviadores.
PILOTO AVIADOR
Cuando vendió el avión, este gobierno despidió a los pilotos pero no a las aviadores. Muchos de los servidores públicos a los que ya no se les renovará el contrato en enero, son personal de confianza al que sistemáticamente se le negó el derecho a ingresar al servicio civil de carrera.
Muchos de los que corrieron eran, precisamente, quienes sacaban la chamba en las oficinas de gobierno. Sin embargo, la administración estatal conservará a los incontables aviadores que aparecen en la nómina de las dependencias, sin que nadie los haya visto en los centros de trabajo.
En Canal 12.1, por ejemplo, cesaron a una productora con dos décadas de antigüedad. La directora del Instituto Colimense de Radio y Televisión le negó su reubicación en el organigrama para impedir que se sindicalizara. En cambio, seguirá cobrando en la televisora oficial Fernando Moreno Mayoral, cuya verdadera encomienda es atacar en las redes sociales a los críticos del gobierno.
El Ejecutivo local quiso culpar de los despidos al Congreso, aunque los diputados se defendieron diciendo que, si tanto afecta su política de contratación, el Gobernador debió haber vetado el presupuesto.
La verdad es que ninguna programación de egresos puede repartir más dinero del que se calcula ingresará. Se queja Nacho que le autorizaron menos dinero para 2020, pero en 2019 la administración Peralta contó con un presupuesto a su gusto, y de todas maneras el dinero no alcanzó para cumplir los compromisos de fin de año.
La pregunta que se han venido haciendo los colimenses desde el arranque de esta administración no es cuánto le autorizan gastar los diputados al Ejecutivo, sino ¿qué ha hecho Nacho con el dinero?
La opacidad y la discrecionalidad en el manejo de los recursos, la evidente ineficacia, molesta a la ciudadanía porque la promesa de una administración eficiente, de un gasto racional y de una disciplina financiera, fue el motivo por el que muchos colimenses votaron por Ignacio Peralta.
LE LLEGARON AL CAJÓN
No obstante el resentimiento que los colimenses venían acumulando contra el PRI, Nacho se impuso al panista Jorge Luis Preciado en una elección extraordinaria pensada como una manera de aumentar el margen del tricolor sobre el blanquiazul, con una sutil promesa de campaña:
No ese disparate de ‘Vas a vivir feliz, seguro’ –por el cual algún asesor de imagen, mañoso vendedor de espejitos, cobró una millonada–, sino la ilusión de la estrecha amistad que tenía el ex subsecretario de Comunicaciones con el entonces responsable de Hacienda en México, Luis Videgaray (virtual vicepresidente de este país, como luego nos enteramos).
Esa línea directa con el hombre fuerte de Peña Nieto –se le sugirió a los votantes– nos ayudaría a conseguir de la federación parte de los recursos fiscales que genera el puerto de Manzanillo, pero que no llegan a la entidad. ‘Vas a vivir en jauja’, debió ser el lema electoral.
A la mitad de un sexenio en el que, en lugar del gobernador más privilegiado, Nacho resultó ser el más castigado, llegó la 4T y la austeridad republicana puso fin a un proceso mediante el cual se venía posponiendo la bancarrota del gobierno en Colima.
La administración estatal está quebrada porque no hay tesorería que aguante tanto: las últimas administraciones no sólo fueron subiendo el porcentaje de comisión a contratistas y proveedores, además de descuidar la recaudación y ceder en su exigencia de un reparto del paquete fiscal más equitativo, sino que terminaron por llegarle al cajón. Por eso no hay dinero para pagar la nómina, porque se lo robaron.
Ante ello, la oposición al PRI está de plácemes. Son 600 electores, más sus familiares, que votarán en 2021 por sacar al tricolor, a los neoliberales, a los conservadores, a los talqueados, de Casa de Gobierno.
DESCARGA ELÉCTRICA
Con una visita a la termoeléctrica de Manzanillo, el presidente López Obrador culminó una gira por tres de las principales plantas generadoras de la CFE que, más allá de la justificación técnica, tuvieron como propósito placear a Manuel Bartlett.
Antes de su visita este domingo 22 a la central de Campos, AMLO estuvo en la geotermoeléctrica de Los Azufres, cercana a Ciudad Hidalgo, Michoacán, y en la central de ciclo combinado de El Sauz, en Pedro Escobedo, Querétaro.
Luego que la Secretaría de la Función Pública resolviera que el director de la Comisión Federal de Electricidad no está obligado a declarar los inmuebles que son propiedad de su pareja sentimental o de los hijos de Bartlett, y que por lo tanto no procede una investigación por conflicto de interés y enriquecimiento oculto, López Obrador quiso darle un espaldarazo a su polémico colaborador.
En las tres plantas que visitó, al tiempo que abordaba con los electricistas el tema de un contrato colectivo de trabajo en el que el patrón está dispuesto a ceder más prestaciones de las que demandaba el sindicato, el Presidente reveló la razón por la que defiende a Bartlett:
Sin echar abajo la reforma constitucional que introdujo la competencia del sector privado en la generación de energía eléctrica, la 4T se propone garantizar piso parejo a la paraestatal.
Esto salvará a la CFE de ser desplazada comercialmente por las trasnacionales, como era el plan de los tecnócratas que idearon la reforma estructural del sector energético como una estratagema para lograr la reprivatización de la industria petrolera y eléctrica, sin revocar necesariamente las expropiaciones de Lázaro Cárdenas, en 1938, y Adolfo López Mateos en 1960.
Por eso, para retomar el proyecto nacionalista en materia energética, para recuperar la competitividad de Pemex y, particularmente, de la CFE, se necesitan estadistas de la vieja escuela, patriotas como Manuel Bartlett Díaz.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.