Un aeropuerto construido en las inmediaciones de uno de los volcanes más activos del país, que eventualmente lanza ceniza, gases y fragmentos de roca; la misma instalación que había venido funcionando hasta el miércoles como aeródromo nacional, ya es frontera internacional. Con fecha 17 de septiembre de 2025, se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF) “el acuerdo por el que se declara la internacionalización del denominado Aeropuerto Nacional de Colima”[1].
En la zona se encuentra también el Nevado de Colima, un volcán ya extinto pero cuyo macizo genera fenómenos hidrometeorológicos más frecuentes que los vulcanológicos. Cuando el viento húmedo que viene del mar choca con la cumbre, asciende y se enfría; el vapor de agua se condensa en nubes y, a menudo, se precipita como lluvia, granizo o nieve.
Sin embargo, el entorno natural no fue un problema para elevar a internacional el aeropuerto de Colima. Y es que si las condiciones atmosféricas hubieran impedido el uso de las pistas con tanta frecuencia como para crear un problema de viabilidad comercial, el ‘Licenciado Miguel de la Madrid’ habría sido cerrado hace tiempo.
Considerando que en uno de los estados con menor territorio en la república ya había un aeropuerto internacional inaugurado en 1973, cuando se anunció el de Colima muchos pensaron que abrir un nuevo puerto aéreo menos de tres lustros después y a sólo 135 kilómetros por carretera del ‘Playa de Oro’, únicamente podría explicarse porque el presidente Miguel de la Madrid Hurtado era nativo de Colima. Y algo pudo haber de verdad en esa sospecha.
Pero hoy la principal razón por la cual el gobierno federal “declara y habilita” al de Colima “como aeródromo internacional para la entrada y salida al país de aeronaves mexicanas y extranjeras, tanto del servicio de transporte aéreo público regular, como los servicios aéreos no regulares a terceros y de operaciones de aeronaves para uso particular, de transporte nacional e internacional”, es más sencilla: el aeropuerto ya está ahí.
Funciona y hay que aprovecharlo. De hecho, como dice el acuerdo, “cuenta con la infraestructura, instalaciones, señales de identificación y equipos adecuados para atender a las aeronaves, pasajeros, carga y correo del servicio de transporte aéreo nacional e internacional, conforme a los requisitos y capacidades establecidas en las disposiciones legales aplicables en la materia. Así como los servicios proporcionados por las diversas autoridades competentes que intervienen en su operación”.
FRENAR LA PRIVATIZACIÓN
Contra lo que sugiere esa duplicidad y cercanía con Playa de Oro, el Aeropuerto Internacional de Colima ‘Licenciado Miguel de la Madrid’ está plenamente justificado.
Ubicado en Buenavista, municipio de Cuauhtémoc del estado de Colima, el puerto aéreo cuyo código IATA (siglas en inglés de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo) es CLQ, “se localiza en las coordenadas latitud norte 19° 16’ 37.24” N y longitud oeste, 103° 34’ 39.37” W, de conformidad con la Publicación de Información Aeronáutica”.
Según el acuerdo del gabinete presidencial, las autoridades migratorias, aduaneras, ambientales, de fitozoosanidad, sanitarias y de seguridad pública, “en el ámbito de sus respectivas competencias y en el marco de las disposiciones jurídicas aplicables, deben realizar la inspección y vigilancia del despacho y arribo de pasajeros, mercancías, equipaje y correo de las aeronaves mexicanas o extranjeras que presten el servicio público de transporte aéreo regular y los servicios no regulares aéreos a terceros y de operaciones de aeronaves para uso particular, nacional e internacional”.
“Para tales efectos, la persona asignataria y administradora del Aeropuerto Internacional de Colima debe observar lo dispuesto en la normatividad aplicable, incluso la relativa a la materia aduanera.”
Desde el 18 de enero de 2024, por “asignación” de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) esta persona moral que ha de “administrar, operar, explotar, y en su caso, construir el Aeropuerto Nacional de Colima”, es “la sociedad denominada Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, S.A. de C.V., empresa de participación estatal mayoritaria”.
Unos meses atrás, el 8 de agosto de 2023 se había publicado en el DOF otro acuerdo por el que se agruparon al sector coordinado por la Secretaría de Marina, las entidades paraestatales denominadas ‘Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México’, S.A. de C.V.; ‘Servicios Aeroportuarios de la Ciudad de México’, S.A. de C.V., y ‘Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México’, S.A. de C.V.”
EMPRESA PARAESTATAL
Llega entonces el de Colima a su internacionalización como aeropuerto, asignado en su administración, operación, explotación y, en su caso, construcción de nuevas instalaciones a una empresa paraestatal bajo el control de la Secretaría de Marina. Con ello se demuestra que es posible escalar en el modelo público de operación aeroportuaria.
El gobierno de Andrés Manuel López Obrador presentó ese modelo como alternativa al esquema que resultó de la privatización de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), entidad que había sido responsable de la construcción, desarrollo y operación de los aeropuertos en México, y además se encargaba del suministro de combustible para la aviación.
En 1995, una nueva Ley de Aeropuertos y su Reglamento había modificado estructuralmente el sistema mexicano aeroportuario: los puertos aéreos se constituyeron en sociedad anónima y, en 1998, de los 58 aeropuertos administrados por ASA se privatizaron 35.
El gobierno del presidente Ernesto Zedillo plasmó su visión neoliberal en la privatización de diferentes servicios públicos, entre ellos los ferrocarriles, los aeropuertos y las líneas aéreas emblemáticas que habían sido rescatadas por el Estado en la década de los ochenta: Mexicana y Aeroméxico.
Para operar los aeropuertos, se conformaron cuatro conglomerados, entre ellos el Grupo Aeroportuario del Pacífico (GAP) al que se le asignó la concesión para operar 12 aeródromos por un periodo de 50 años: Guadalajara y Tijuana, destinos nodales; Mexicali, Hermosillo, Los Mochis, Aguascalientes, Guanajuato y Morelia, ciudades en crecimiento; La Paz, Los Cabos, Puerto Vallarta y Manzanillo, importantes destinos turísticos.
SOBRINOS POLÍTICOS
El acuerdo para la internacionalización del Aeropuerto de Colima se publica en plena efervescencia informativa por el desmantelamiento de una red involucrada en el robo de hidrocarburos y contrabando de combustibles –el llamado huachicol fiscal– al interior de la Armada de México.
Y aunque entre los señalados figuran altos mandos de la Marina, empresarios relacionados con el transporte y el expendio de gasolina al menudeo, así como funcionarios de gobierno, el escándalo se ha centrado en algunos de los oficiales de Cuerpo General o de la Infantería de Marina que, por decisión del entonces presidente López Obrador, pasaron a desempeñar funciones directivas en las aduanas.
Los dos vicealmirantes que resultaron ser ‘sobrinos políticos’ (esposos de las hijas de uno de los hermanos) del secretario de Marina en el sexenio pasado, José Rafael Ojeda Durán, atraen sobre sus personas y sus carreras toda la carga de una campaña de desprestigio contra la Armada.
El descrédito es impulsado por los grupos de interés que habían venido manejando las aduanas; por los grupos de opinión que siempre han estado en contra de la participación de las fuerzas armadas en la administración pública; y, también, por los grupos políticos que buscan minar electoralmente a Morena rumbo al 2027, con base en las acciones de los dos gobiernos cuatroteístas.
Paradójicamente, la ecuación por la cual los factores negativos que resultan de las operaciones de huachicol fiscal suman –en vez de restar– a la posición de la Marina Armada en las aduanas, se resume en lo razonado por la presidenta Claudia Sheinbaum: no se puede juzgar a toda una institución por los actos de corrupción en los que algunos de sus integrantes se hayan visto involucrados.
“La Marina ha tenido un papel muy importante en las administraciones del sistema portuario nacional; hay mucho mayor control y desarrollo de los puertos. En el caso de Aduanas, cuando el (ex) presidente López Obrador tomó la decisión de involucrar a las fuerzas armadas, la recaudación subió 250 mil millones de pesos de un año a otro, y este año ha aumentado en casi 200 mil millones adicionales”, señaló la mandataria durante su conferencia de prensa en Palacio Nacional el 19 de septiembre.
POSICIÓN ESTRATÉGICA
El acuerdo de la Presidencia de la República entró en vigor al día siguiente de su publicación en el DOF. Y la SICT, “por conducto de la Agencia Federal de Aviación Civil”, debió “notificar esta declaratoria a la Organización de Aviación Civil Internacional, con sede en Montreal, Canadá, y a las autoridades competentes” que presten funciones dentro del aeródromo de Colima.
En la Publicación de Información Aeronáutica, a partir de la entrada en vigor del presente acuerdo y en lo sucesivo “todas las referencias que hagan mención del Aeropuerto Nacional de Colima se entenderán realizadas al Aeropuerto Internacional de Colima”.
No obstante, “las erogaciones que se generen con motivo de la entrada en vigor del presente acuerdo se deben cubrir con cargo al presupuesto autorizado de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal que intervengan en la implementación de este acuerdo, por lo que no se autorizarán ampliaciones líquidas a su presupuesto para el presente ejercicio fiscal ni años subsecuentes, y no se podrá incrementar su presupuesto regularizable”.
El Aeropuerto Nacional de Colima se construyó en 1987, a 16 kilómetros de la capital del estado. Tiene una superficie de 3,749,972.69 metros cuadrados, y una pista de 2.3 kilómetros de longitud. “El diseño de construcción y planeación se realizó con estricto apego a las normas y métodos recomendados por la Organización de Aviación Civil Internacional, las leyes aeronáuticas y las mejores prácticas en materia aeroportuaria a nivel mundial”.
El acuerdo señala que el CLQ, ubicado en un sitio estratégico para el comercio internacional debido a la cercanía con la costa del Pacífico Mexicano, “contribuirá a beneficiar la región oeste de la República Mexicana, principalmente en los sectores turístico y económico, además de mejorar la conectividad de la Red del Sistema Aeroportuario Nacional. Asimismo, permitirá incrementar la eficiencia operativa y la calidad del servicio, generar mayores fuentes de empleo y fortalecer la competitividad de la economía regional y nacional”.
PASO DEL NORTE
La cercanía entre los dos aeropuertos del estado se debe valorar en función de su equidistancia con otros aeródromos de la región: Colima se encuentra a 135 kilómetros por carretera de Playa de Oro, y Manzanillo (ZLO) se ubica a 278 kilómetros del aeropuerto ‘Gustavo Díaz Ordaz’ de Puerto Vallarta (PVR). A su vez, Buenavista está a 202 kilómetros del ‘Miguel Hidalgo’ (GDL) en el municipio de Tlajomulco, Jalisco.
El aeropuerto ‘General Francisco Mújica’ de Morelia (MLM) está a 462 kilómetros del municipio de Cuauhtémoc. Y el ‘Aeropuerto Internacional del Bajío’ (BJX), en León, Guanajuato, dista 426 kilómetros de Buenavista.
Además de Guadalajara, la competencia más cercana para un aeropuerto como el de Colima con gran movimiento hacia Tijuana es el ‘General Ignacio López Rayón’ de Uruapan, Michoacán (UPN). La ‘capital mundial del aguacate’ está a 298 kilómetros de Buenavista, y su aeropuerto ya es internacional.
Pensando en iniciar o continuar por carretera un viaje en avión, el aeropuerto de Colima es una opción de conectividad para los habitantes de los municipios del sur de Jalisco y la costa de Michoacán.
En ese marco, el CLQ ha venido operando como un aeropuerto internacional de manera indirecta. Desde sus inicios, una de las rutas más exitosas en términos comerciales es hacia Tijuana. Ahí, gracias al CBX (Cross Border Xpress, puente fronterizo) el ‘General Abelardo L. Rodríguez’ (TIJ) es un aeropuerto binacional y funciona como alternativo al aeropuerto de San Diego (SAN), ofreciendo conectividad terrestre con diversas ciudades de California, Arizona, Nevada y Texas.
Al igual que ocurrió con Uruapan, para una línea como Volaris ofrecer un vuelo a Los Ángeles sería una manera de extender el servicio a los viajeros que ya están utilizando la ruta a Tijuana. Todo indica que un aeropuerto en el área de Los Ángeles (donde también se encuentra el de Ontario, California) será el primer destino internacional desde Colima.
CARGA ESPECIALIZADA
Vayamos a los servicios que prestará Buenavista ahora como aeropuerto internacional. Así como el AIFA –Aeropuerto Internacional ‘Felipe Ángeles’ (NLU), en Santa Lucía– asumió las operaciones de carga del AICM –Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México ‘Benito Juárez’ (MEX)–, el de Colima está llamado a adoptar la vocación de aeropuerto de carga de productos agrícolas frescos, los mismos que han estado saliendo al extranjero desde Guadalajara.
Más que como una complementariedad en la estrategia nacional para la movilidad transfronteriza de personas y mercancías, se puede ver la relación entre los aeropuertos de la región como una competencia comercial. Son aeródromos operados por diferentes empresas: Colima, es una empresa paraestatal; mientras que los de Guadalajara y Manzanillo son manejados por el Grupo Aeroportuario del Pacífico, de carácter privado.
Además de sus dos terminales de pasajeros, una tercera pista y nuevas vías de rodaje, más plataformas y un segundo gran estacionamiento, en el GDL se acaba de ampliar la terminal de carga general. En sus 27 mil metros cuadrados, ahora cuenta con capacidad para almacenar aproximadamente 350 mil toneladas de mercancía al año. Y sus seis posiciones pueden recibir aeronaves de gran envergadura.
Sin embargo, el incremento del comercio electrónico (a través de plataformas como Amazon y Mercado Libre o Shein y Temu) y su distribución por parte de compañías de reparto (como DHL o FedEx), así como una mayor producción de componentes electrónicos que se terminan en la zona metropolitana tapatía a partir de toneladas de insumos que llegan también por vía aérea, generan en el ‘Miguel Hidalgo’ un movimiento de mercancías que compite con otras cargas igualmente especializadas.
Hablamos, por ejemplo, de productos agrícolas frescos o congelados que deben ser despachados de forma expedita porque no tienen una vida de anaquel prolongada o, bien, deben acortar la cadena de frío. Y Buenavista puede ser esa vía alterna para exportar los productos del campo cultivados en Ciudad Guzmán o Tecomán, incluso para lo que se cosechan en Apatzingán.
En el sexenio de Silverio Cavazos así se fundamentó el proyecto para construir un aeropuerto de carga y pasaje en Tecomán, que sustituiría a los de Manzanillo y Colima. Sin embargo, el proyecto no prosperó por el mismo motivo por el que era forzoso cancelar el NAIM (Nuevo Aeropuerto Internacional de México) en Texcoco:
En la capital del país, construir un aeropuerto concentrador (hub) como pretendía el gobierno de Enrique Peña Nieto implicaba cerrar dos aeródromos todavía útiles. Se optó por aliviar con el AIFA la saturación del AICM, y reincorporar al Aeropuerto Internacional ‘Licenciado Adolfo López Mateos’ de Toluca (TLC) al sistema aeroportuario del valle de México. Con el ‘Felipe Ángeles’ y el ‘Benito Juárez’, la megalópolis tiene ahora tres en lugar de un solo aeropuerto.
Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com
[1] ‘ACUERDO por el que se declara la internacionalización del aeródromo denominado Aeropuerto Nacional de Colima’. Diario Oficial de la Federación, México, 17/09/2025. https://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5767979&fecha=17/09/2025#gsc.tab=0
