Hoy es un día triste para el séptimo arte. Amanecimos con la noticia de la muerte, hoy mismo en Roma, de Bernardo Bertolucci, cineasta fundamental del cine italiano y de todo el mundo. Uno de esos que ganaron a pulso el título de Maestro. Había nacido en Parma el 16 de marzo de 1941, su padre fue el reconocido poeta Attilio Bertolucci (1911-2000) y su madre, una maestra, Ninetta Giovanardi. Amigo íntimo de otro grande del cine, Pier Paolo Pasolini (1922-1975). Con él se cerró un ciclo de directores italianos de orden superior. Siendo muy joven había destacado como poeta y ganó el Premio Viareggio con un libro de poemas, In Cerca del Mistero (1962). Dijo después que dejó de escribir poesía porque su padre era demasiado bueno y no le hubiera resultado posible ganarle.
Muchas de sus películas serán responsables de que su nombre no se apague, entre ellas destacan El Último Tango en París (1972), Novecento (1976) o El Último Emperador (1987), ésta última, ganadora de 9 premios Óscar en 1988. Entre sus últimas obras, habría que citar Soñadores (2003) con su muy particular visión del mayo del ’68 parisino y Tú y Yo (2012). Su obra en general era reflejo de una Italia en lucha, la que le tocó vivir a Bertolucci, primero con el enfrentamiento entre el fascismo y el marxismo revolucionario, y después entre la Democracia Cristiana y el Partido Comunista. Entre sus documentales destaca L’addio a Enrico Berlinguer (1922-1984) (filmado en 1984) referida al histórico Secretario General del Partido Comunista Italiano, del cual Bertolucci fue militante. Presenció también el inicio de la transformación de Europa, pues su país fue uno de los primeros seis que sembraron la semilla de la hoy Unión Europea. Su palmarés incluye El León de Oro a la Carrera de la Mostra de Venecia (2007) y la Palma de Oro de Honor del Festival de Cannes (2011).
La influencia que ejerció Pier Paolo Pasolini en la obra de Bernardo Bertolucci fue fundamental. Habían existido contactos profesionales entre Attilio Bertolucci y Pasolini y el destino los llevó a vivir en el mismo edificio de departamentos. Un día, relataba Bernardo, cuando tenía 2o años, tocaron a la puerta de su departamento y cuando la abrió, se encontró con Pasolini (aunque no fue el primer encuentro entre ambos) quien le habría dicho: Te gustan las películas ¿Verdad? Voy a dirigir una y te invito a que seas mi asistente; a lo que Bernardo contestó que nunca había sido asistente de un director y Pasolini le habría dicho que no importaba porque él nunca había dirigido una película. Posteriormente influyeron en su obra, Jean-Luc Godard (n. 1930) y Akira Kurosawa (1910-1988).
Dirigió en total 15 películas, aunque nunca cursó estudios sobre cine ni se sometió a aprendizaje técnico alguno, pues ya como director hizo las cosas como vio a Pasolini hacerlas. Y la que lo lanzó a la fama fue El Último Tango en París, misma que a la fecha es una cinta controvertida sobre todo por la escena donde se muestra una supuesta violación de Marlon Brando (1924-2004) a Maria Schneider (1952-2011). Bertolucci mismo reconoció después la influencia que había ejercido Brando sobre él, calificándolo como monstruo prehistórico del cine. También Bertolucci llegó a declarar que la escena de la violación la pactó con Brando y se dijo que ocultó a Schneider cuanto sucedería (Bertolucci negaba la veracidad del dicho pues, decía, se encontraba en el guion). Se llegó a opinar, incluso, que esa escena fue una violación real. Ese filme costó una condena de dos meses de cárcel tanto a Bertolucci y Brando como a su productor, Alberto Grimaldi (n. 1925). Nunca pasaron, sin embargo, una noche tras las rejas. Pero Bertolucci se mantuvo en esa polémica hasta los últimos días de su vida (aunque años después dijera que fue una ridícula equivocación), aunque no fue la única. Schneider odiaba a Bertolucci por esa escena y muchos suponen que allí nació la espiral autodestructiva de Schneider.
Pero quizás su gran monumento fue Novecento, que parte de la muerte de Giuseppe Verdi (1813-1901), acaecida el 27 de enero de 1901 y resume la historia italiana de las primeras cinco décadas del siglo XX. Enorme película hasta en su tamaño pues son más de cinco horas de duración, distribuidas en tres partes y con nombres como Robert de Niro (n. 1943), Donald Sutherland n. 1935) y Gerard Deprdieu (n. 1941) como sus estelares. Este gran filme fue por otro lado, su boleto para ingresar a Hollywood y dirigir El Último Emperador que lo convirtió en el único italiano ganador al Óscar como mejor director.
Bernardo Bertolucci es ya un director (y guionista) mítico. Obviamente podrían juntarse muchas letras más alrededor de su vida y de su obra. Pero mucho más de lo que pudiera decir, lo dice su obra. Ahora toca, volver a ver sus películas.
Es todo. Nos encontraremos pronto. Tengan feliz semana.