La pandemia del Coronavirus es en nuestro estado de Colima la principal preocupación del momento y la causa raíz de impactos adversos de gran magnitud a la economía, el estilo de vida y la salud de los colimenses. No sólo es el tema del que más hablan dirigentes de partido, representantes públicos y medios de comunicación, sino el que reina en las pláticas de familia y laborales, así como que más acciones de gobierno ha suscitado en los últimos meses, a fin de prevenir su contagio, fortalecer la capacidad de las instituciones para hacerle frente y mitigar su afectación en quienes le han contraído. La inseguridad, la violencia y otros problemas siguen ahí, pero en este momento, a todos queda claro, toca, en forma prioritaria, superar la contingencia por esta enfermedad.
Aunque el primer brote de Coronavirus se dio en diciembre del año 2019 en China; apenas un mes después, en enero de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya la había declarado una pandemia, esto significa que ya se había extendido rápidamente por varios países, continentes o en todo el mundo, afectando a un gran número de personas. En México, el 17 de febrero se confirmó el primer caso y desde entonces hasta el 4 de mayo de 2020, las cifras oficiales llegaron a 24,905 personas confirmadas con el virus y 2,271 decesos por su causa. Una magnitud sin duda relevante en términos del impacto en la vida y salud de los mexicanos, sin embargo, el número de muertes significa menos del 1% de las acontecidas en todo el mundo en el mismo periodo de tiempo.
En el estado de Colima los datos oficiales son aún más reveladores en sentido positivo. Con apenas 30 casos confirmados y 5 defunciones al 4 de mayo de 2020, Colima es la entidad con menor número de casos confirmados y de muertes por Coronavirus, significando éstas menos del 0.20% del total de muertes en el país cuyo origen es la enfermedad Covid-19. Casi todo apunta a que esto es resultado de un buen manejo de crisis realizado por representantes públicos, instituciones y sociedad, pero con el liderazgo del Gobernador, C. José Ignacio Peralta Sánchez. ¿Por qué lo digo? Porque los anteriores datos duros son incontrovertibles. Esta hipótesis es reforzada por Arias Consultores, que en encuestas recientes la población le califica como uno de los Gobernadores mejor evaluado del país por la atención que ha dado a la contingencia.
¿Qué dicen esas encuestas? Arias Consultores ha publicado tres encuestas. La primera de ellas fue publicada el 31 de marzo de 2020 y ubica al C. José Ignacio Peralta Sánchez como el 17avo Gobernador mejor evaluado por las acciones emprendidas para enfrentar el Coronavirus, con una aprobación de 45.3%. En la segunda, del 16 de abril de 2020, la población le da una aprobación del 75.4%, que lo posiciona como el Gobernador mejor evaluado por las medidas implementadas para atender el Coronavirus. En la más reciente encuesta, del 30 de abril de 2020, Arias Consultores indica que el C. José Ignacio Peralta Sánchez recibe una aprobación del 59.7% de los colimenses, lo que le pone como el 11avo Gobernador mejor evaluado ante la pandemia del Covid-19.
¿A qué se debe el número tan bajo de contagios y de decesos por Coronavirus en el estado de Colima? Quizá al despliegue estructurado y sistemático de medidas concretas para evitar el contagio y mitigar los efectos de la enfermedad. La primera medida, considerada por muchos como exagerada, fue la emisión de una Declaratoria de Emergencia, la primera en el país. Acciones subsecuentes incluyenmandatos como suspensión y restricción de actividades públicas, suspensión de actividades recreativas, colocación de filtros de ingreso al territorio de la entidad, clausura temporal de negocios no esenciales, suspensión de clases, funcionamiento básico de dependencias de gobierno, cierre de playas, cierre de jardines y parques, medidas sanitarias en los accesos a supermercados, entre otras, como las estrategias #quédateencasa y #susanadistancia.
Es por ello que la política pública de prevención, atención y mitigación del Coronavirus en el estado de Colima puede considerarse eficaz, en tanto arroja tasas bajas de contagio y de muertes por esa causa. En cambio, se ha dado un tratamiento débil, insuficiente y errático a los efectos de la contingencia en la economía, en tres direcciones claras: evitar la bancarrota de negocios y empresas, mitigar la pérdida de empleos formales e informales, y contener el hambre y la falta de alimentos en casa. Cuidar la vida y la salud es indispensable y prioritario en este momento, pero también lo es garantizar que éstas no se pongan en riesgo por la desatención de las condiciones básicas de alimentación.
La crisis del Coronavirus ha llegado para dar un respiro temporal de legitimidad a una administración estatal de gobierno que, como documenté en mi artículo intitulado El error más grande, publicado el 18 de febrero de 2020 en diversos medios de comunicación del estado, el C. José Ignacio Peralta Sánchez ha sido evaluado por los colimenses, durante sus primeros 4 años de gobierno, como uno de los peores del país. Así, por primera vez desde el inicio de la administración, el Poder Ejecutivo Estatal repunta en un imaginario social de buen gobierno que está atento a las principales necesidades y demandas de su población.
La llegada del Coronavirus ha sido, sin duda, una vía para demostrar que la administración estatal es capaz de realizar un buen manejo de crisis, mediante la implementación de las acciones esperadas. Pero es también una gran lección de que, queriendo, se puede gobernar a la altura de lo deseado por la población. ¿Serán capaces los integrantes de la administración estatal de replicar de manera permanente en los meses siguientes, lo logrado en tiempo de crisis? Eso, al menos, está por verse. Hasta aquí mi participación de este día, nos leemos en la siguiente.