CABALLERÍA MOTORIZADA

Tal vez no el próximo año pero sí en 2027, último del sexenio, los concesionarios y permisionarios que participan en la cabalgata de la gasolina y el recibimiento de los transportistas como parte de los festejos charro taurinos en Villa de Álvarez, representarán a un gremio organizado de una manera totalmente distinta a la que se ha dado en las últimas décadas.

“Estamos arrastrando el lapiz” con funcionarios del gobierno federal para diseñar un sistema de transporte público que responda a las necesidades de movilidad que tiene la población, adelantó Indira Vizcaíno en los Diálogos por la Transformación del pasado miércoles 12 de febrero.

“No vamos a terminar esta administración sin un avance sustantivo en el transporte público”, prometió la gobernante. “El tema es complicado porque la dinámica cambió mucho después de la pandemia”. De entrada, “se necesita un estudio para ver qué se necesita” a fin de solucionar la problemática actual.

La mandataria estatal informó que ya se levantó una encuesta para determinar las rutas que más se ajusten a los traslados de la mayoría de los usuarios del transporte colectivo. Y “no hay que pensar en tener rutas que pasen por todos lados”, sino en diseñar modalidades de transporte distintas que acerquen a los usuarios a donde pasan las troncales.

No lo dijo Indira pero la lógica que se siguió por años fue extender las rutas ya establecidas para que, haciendo rizos y formando tréboles, un mismo camión entrara a todos los rincones de una zona habitacional. El tiempo de recorrido se alargaba en el afán de levantar suficientes pasajeros para cubrir, aun con tarifas castigadas, los gastos de operación: sueldos, combustible, llantas, aceites, aseo, desgaste de la unidad. Y, pese a todo, todavía dejar una ganancia a los concesionarios.

La Gobernadora explicó que, como pasa con las comunidades rurales donde se ha migrado a las vagonetas para que el servicio se mantenga, en muchas colonias periféricas el tipo de transporte que más se adecua para cubrir la ruta ya no es un camión sino un vehículo más pequeño. Hay que cambiar esas concesiones porque resultan inviables económicamente: no hay tantos pasajeros como para cubrir los gastos fijos ni mucho menos el costo de reposición de las unidades.

TRAVESTIDOS DE A PIE

Si las cabalgatas son testimonio de esa vida campirana sobre la que descansa la dinámica urbana, en esta cada vez más interrelacionada zona metropolitana que abarca los cinco municipios del norte del estado, el sistema de transporte es todavía similar al de aquellos años cuando se elegía, entre los choferes y cobradores, a la ‘reina’ de un sitio de taxis o una cooperativa de transportistas.

Los villalvarenses por tradición se enojan porque el protagonismo del Día de la Gasolina lo asumió la comunidad trans (travestis, transgéneros y transexuales), pero es evidente que los auténticos reyes de la noche son esos jóvenes que, con atuendos femeninos improvisados, se lanzan por el camino a La Petatera saltando literalmente sobre los varones parados en las banquetas. Esta bufonada es, en realidad, el más antiguo carnaval del estado.

Muchos de esos adolescentes que participan como infantería en la cabalgata motorizada, viven en colonias periféricas en donde no entran los taxis y a donde no llegan las rutas del transporte urbano o, al menos, no lo hacen con la frecuencia debida y en los horarios más convenientes para quienes trabajan o estudian en lugares distantes a su domicilio.

Esa noche vienen de su casa y regresan a pie para aprovechar al máximo los pesos que el promotor de una comparsa les paga por desfilar detrás de la plataforma en la que viajan los músicos. A veces el pago no incluye la bebida (hubo jóvenes que se acercaban a los espectadores pidiendo agua, ya no una cerveza), mientras otros mecenas son tan espléndidos que los muchachos se daban el lujo de verter a pico el tequila en la garganta de los observadores, en lugar de reservarlo para ellos.

Se entiende que parte del dinero lo gastan en el atuendo. Los vendedores de ropa de paca y las señoras que montan un bazar en la acera, hacen su agosto en febrero. Otras veces el vestido entallado lo aporta –y sin saber– la hermana del que “se viste”.

DISTANCIAS CORTAS

La pregunta que los interesados se hacen es si en el esquema de rutas alimentadoras del que habló la Gobernadora, cabe cierto tipo de vehículo que sigue estando al margen de la ley: las mototaxis.

En las cabeceras municipales menos pobladas y en las comunidades rurales, estos triciclos han venido a prestar el servicio que dejaron de ofrecer los taxis regulares y los camiones suburbanos.

Los primeros se han convertido en transporte para recorridos largos, por ejemplo de lugares como Comala y Coquimatlán a la zona conurbada Colima-Villa de Álvarez. Y si alguien los toma para moverse dentro de la propia cabecera municipal, le niegan el servicio porque prefieren esperar a un usuario que puedan llevar por carretera y no por calles empedradas o terracería.

Los segundos sencillamente no prestan servicio urbano. Aunque técnicamente alguien puede abordar un camión suburbano, digamos a la entrada de Cuauhtémoc o Comala, si el pasajero pide bajarse a la salida de la misma localidad quizá el chofer quiera cobrarle la tarifa completa hasta el destino porque… no son urbanos.

FRAUDE EN LA ECOGRANJA

En la misma conferencia de prensa, Vizcaíno Silva se refirió a la venta fraudulenta de la Ecogranja que hizo la administración de Ignacio Peralta a un particular.

Prometió Indira que pronto se conocerán los avances en la revisión jurídica de los documentos de la desincorporación de unos terrenos que se destinaron al DIF Estatal para actividades lúdicas y educativas para la infancia.

Vale decir que la idea de que niños de ciudad conozcan aspectos de la ruralidad (vacas, caballos, chivos y gallinas) es tan buena que en el extremo opuesto de la mancha urbana, camino a El Chanal, hay un complejo similar pero privado: Granja Aventura.

“En el sistema [el predio de la Ecogranja] sigue apareciendo a nombre de Gobierno del Estado”, pero luego que “lo propusimos para el programa de vivienda se descubrió que fue vendido a 240 pesos el metro cuadrado”, señaló Indira.

El problema, explicó la Gobernadora, es que no hay evidencia del pago total. Es decir, aunque se protocolizó un documento notarial en 2020, ante la tesorería estatal el supuesto comprador no liquidó completo el valor acordado por la propiedad.

Ahora bien, tampoco lo escrituraron a su nombre. Y eso significa que los entonces funcionarios que coordinaron la operación de compraventa, como se dice aquí, ‘fraudearon’ (sic por ‘defraudaron’) al comprador y estafaron al pueblo de Colima.

NEGOCIO REDONDO

Ubicado en la carretera a El Espinal, el terreno de la Ecogranja ganó plusvalía a medida que se fue rodeando de fraccionamientos de interés social. Presumiblemente, el adquiriente quería darle un uso habitacional al predio. Y la administración de Indira Vizcaíno pensó en lo mismo, tras la convocatoria que lanzó la Conavi (Comisión Nacional de Vivienda) para que los estados y municipios aporten superficie para reserva territorial.

La pugna entre los desarrolladores privados y el Estado por la urbanización de terrenos aledaños a las poblaciones, es parte de las críticas que se han hecho a la reforma a la Ley de Infonavit. El primer paso en el negocio inmobiliario a costa del fideicomiso para la vivienda de los trabajadores, era el acaparamiento de tierra. De ahí la inquina contra la consolidación de la política habitacional de la 4T.

Para los inversionistas en bienes raíces, no había terreno más barato que el que les vendían los ayuntamientos o los gobiernos locales confabulados con esos privados, por debajo del precio comercial e incluso después que el sector público había gastado en la introducción de servicios.

Con apego al dogma neoliberal, esas autoridades corruptas presentaban la operación como un acto de racionalidad administrativa: obtener ingresos por la venta de terrenos que fueron originalmente áreas de donación, cuando no adjudicaciones mediante embargo por un adeudo fiscal.

CRIT PARQUE REGIONAL

En una conferencia anterior, Indira Vizcaíno había hablado de la inminente construcción de uno de los CRIT (Centros de Rehabilitación e Inclusión Infantil Teletón) en Colima. El acuerdo inicial era que, con la colecta de 2024, se reconstruirían las instalaciones de Acapulco dañadas por el huracán Otis. Y que la recaudación de 2025 se usaría para construir, pero hasta el año próximo, el Centro Teletón Colima.

Sin embargo, la Gobernadora anunció que es posible arrancar este mismo año la edificación del CRIT Colima. Y para ello el Gobierno del Estado debe aportar el terreno. Uno de los que propuso Indira es una fracción del Parque Regional. “Es el más viable porque cumple con los requisitos mínismo de conectividad”, y es un espacio accesible en términos de rampas para sillas de ruedas.

Los costos de construcción todavía no se tienen, pero el terreno visualizado es un predio contiguo al zoológico “que no tiene muchos árboles”. Vizcaíno insiste en esa ubicación porque el CRIT le daría mucha vida a esta zona de la capital, tan céntrica como históricamente marginada.

CUATRO MILPAS TEATRO

La Coordinación General de Teatro de la Secretaría de Cultura federal anunció los resultados del 17º Gran Maratón Nacional de Teatro para Niños y Jóvenes que, para el caso de Colima, reconoce a dos obras:

En primer lugar, ‘Salvador. El niño, la montaña y el mango’, original de Suzanne Lebeau. El montaje de la Compañía Cuatro Milpas Teatro bajo la dirección de Janet Pinela, recibirá el pago con recursos del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL).

El segundo lugar, ‘Lalax Jazz’, es un espectáculo de Aranzazú Becerra Michel, bajo la dirección musical y acompañamiento al piano de Nelson Navarro Aguilera. Esta puesta recibirá el pago con recurso estatal, a través de la Subsecretaría de Cultura.

BUZÓN DEL LECTOR:

La “rica experiencia” que dejó el puerto comercial de Manzanillo debe marcar la pauta para superar lo positivo y corregir lo negativo, me escribe un lector. Positivo es el aumento en la capacidad portuaria anunciada; negativo es que traerá un movimiento de contenedores que superará por mucho al actual.

Es decir, se está ampliando la autopista para disminuir el riesgo de accidentes por el incremento en número de vehículos de carga, pero la pregunta es si seis carriles serán suficientes para desahogar fluidamente el tránsito.

Con la apertura del puerto de Cuyutlán vendrá a Manzanillo muchísima gente a trabajar, sobre todo en la obra. Y esa población creciente va a requerir vivienda, educación, salud y otros muchos servicios. Basta recordar lo que pasó con la construcción de la Termoeléctrica, por no hablar del dragado y demás obras complementarias del puerto interior de San Pedrito.

Se requiere, entonces, un plan de desarrollo de los diferentes sectores involucrados en la ampliación del puerto. “Muy interesante lo que acabo de leer en tu columna en cuanto a la intervención de las instituciones educativas que van a participar para preparar profesionales en el ramo”, me escribe. Pero faltaría reflexionar sobre cómo va a embonar ese plan con los otros proyectos diseñados para enfrentar los efectos del crecimiento portuario. Por ejemplo, el plan estatal de desarrollo y el plan de crecimiento urbano de Manzanillo.

Recuerda este lector cómo se instrumentó el Plan Colima en el que coincidieron durante tres años el gobierno estatal de Griselda Álvarez con el federal de Miguel de la Madrid: el documento rector señalaba las acciones que les correspondían al municipio, al estado y a la federación. Lo más importante era que señalaba los presupuestos anuales para ejecutar las obras del plan.

El presidente De la Madrid designó al esposo de su hermana Alicia, Ricardo Raphael Escogido, como coordinador del Plan Colima. Y según este lector, el mecanismo fue “un excelente instrumento de evaluación de los avances físicos y del ejercicio financiero de las obras”.

Dado el parentesco del coordinador con el presidente de la república, el equipo de Ricardo Raphael tenía derecho de picaporte con los titulares de todas las dependencias del gobierno federal. Para nuestro lector, la gigantesca obra de construcción del nuevo puerto –el cual será un detonante económico muy fuerte a nivel nacional e internacional– requiere de un instrumento de programación y evaluación tan estricto como fue el Plan Colima y, acaso, el mismo acceso del coordinador del proyecto a los funcionarios que toman las decisiones.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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