CAJA REGISTRADORA

“Como todo lo que sucedió en el gobierno de Enrique Peña Nieto, el Sistema Público de Radiodifusión del Estado Mexicano (SPR) era una caja registradora de producciones de la Presidencia de la República”. Al final le daban el crédito al organismo, pero no pruducía, dice Jenaro Villamil, actual presidente del ente que concentra la rectoría de los medios públicos en este país.

Cuando Villamil –reportero especializado en medios de comunicación y la relación de estos con sus audiencias– llegó al SPR, “no había estudio, no había set. Había oficinas, unas muy pequeñitas en un local rentado porque, además, el sismo del 2017 dejó damnificados a los trabajadores del Sistema que antes estaban en la calle de Hamburgo”.

Una parte del equipo de trabajo estaba en Canal 11, otros estaban en la Fonoteca. Todos dispersos porque lo importante en el sexenio pasado no era la gente ni los contenidos, sino facturar y recibir 500 millones de pesos anuales de pura producción. Maquila que no era para programas de radio o televisión dirigidos a la audiencia mexicana, sino para publicistas que hacían campañas que nada tenían que ver con la misión de un medio público.

“Por ejemplo, con recursos del SPR se hizo el documental que coordinó y dirigió Jorge Fernández Menéndez contra los jóvenes de Ayotzinapa. El organismo también servía para el trabajo sucio, y eso hubo que enmendarlo, reencauzarlo. La propuesta que le planteé a López Obrador cuando me invitó es que no se cometiera el error de aprobar una reforma administrativa que dejara todos los medios públicos en el área de Radio, Televisión y Cinematografía (RTC) de la Secretaría de Gobernación. Eso hubiera sido retroceder.

“En septiembre u octubre de 2018, durante la transición le expliqué al presidente electo y a la entonces senadora Olga Sánchez Cordero (quien se iba a hacer cargo de la Segob), así como a su compañero en la cámara alta Ricardo Monreal, que ya había una ley, un sistema y una infraestructura pública llamada SPR. Y le propuse a López Obrador revivir al gigante dormido de los medios públicos, para volverlos realmente un sistema con dos cadenas nacionales (Canal 14 y Once TV) puesto que ya no iba a contar el gobierno con el apoyo de las televisoras comerciales.

“Al darse a conocer que habría alternancia, Andrés Manuel dijo que no iba a haber tantos recursos para la publicidad oficial en los medios privados como se dio con Peña Nieto. Y ya se preveía la situación que estamos viviendo, donde los medios concesionados están absolutamente en contra de todo lo que haga, diga o inspire López Obrador.”

TIERRA ADENTRO

En la tertulia especial de RompevientoTV donde Villamil charló con Ernesto Ledesma, director de ese canal, y con el público que asistió al restorán Tierra Adentro el 11 de noviembre de 2022 (https://www.youtube.com/watch?v=ZpKwtKiyLCk&t=3116s), se habló de cómo ‘hacer periodismo en tiempos de la 4T’.

Ese gigante dormido –expuso el presidente del SPR– se ha ido despertando, “y nos quedan dos años para terminar de consolidar el proyecto de ampliación de infraestructura. El compromiso con el presidente López Obrador fue aumentar, con infraestructura del Estado mexicano, de 50 a 80 por ciento la cobertura de las dos cadenas de televisión”.

“El gran desafío para el servicio público fue la pandemia. El proyecto Aprende en Casa se hizo gracias a la capacidad de producción del canal 11 y a la del SPR de multiprogramar el proceso de enseñanza vía televisión. En momentos que todo mundo hablaba de la decadencia del medio, cuando se afirmaba que la gente estaba dejando de consumir productos audiovisuales en la televisión abierta, la estrategia nacional de aprendizaje a distancia demostró que la tele puede tener un uso educativo importantísimo, y mantuvo el ciclo escolar durante los casi dos años de encierro.

“Entonces, consolidar esa infraestructura es el primer objetivo. El segundo, mejorar mucho más los contenidos. Y el tercero que tiene que ver con mi profesión de periodista, lograr productos informativos (noticieros, mesas de debate, reportajes, documentales) que realmente le interesen a la sociedad, que planteen no sólo los logros de la transformación sino también los retos que enfrenta, y ventile los expedientes públicos.

“Ese acento informativo está muy claro en el Canal 14, que me corresponde administrar directamente. Hemos buscado también irlo expandiendo hacia las otras señales de televisión estatal. Ojalá se logre completar el trabajo antes de 2024.

“El anhelo que me resultaría fascinante, aunque es difícil lograrlo en los dos años que le quedan al sexenio, es que el sistema sea capaz de producir ficción: series dramáticas con una calidad mucho mayor a la lograda hasta ahora, tanto por las televisoras privadas como por las públicas.”

Otra meta es la transformación digital: hay televisión abierta, televisión restringida (por cable o vía satelital) y televisión vía internet (lo mismo Netflix, de paga, que YouTube de acceso libre). Pero “como Ernresto Ledesma lo entendió muy bien al crear RompevientoTV, de una u otra manera todas las televisoras vamos a ser plataformas digitales, es decir, tendrán una salida al aire (electrónica) y una salida vía datos (online). Pues bien, ese proceso de consolidación está muy avanzado”.

GASTO EN FIERROS

Jorge Fernández Menéndez es un policía que hace periodismo judicial y publicó un reportaje en formato de documental sobre la noche de Iguala donde criminaliza a los normalistas, reitera Ledesma. El colmo es que, como reveló Villamil, el trabajo haya sido financiado por el SPR en tiempo de Peña Nieto.

La agenda periodística del reportero argentino naturalizado mexicano no ha cambiado, por cierto. Acaba de entrevistar al general José Rodríguez Pérez, preso por ser uno de los principales responsables del homicidio de por lo menos seis normalistas y la desaparición de los 43.

Si los recursos del SPR se usaron con Peña Nieto para lavarle la cara a militares asesinos, ¿cómo se está manejando el presupuesto ahora, cuando el gobierno de la 4T hace malabares entre la austeridad republicana y la pobreza franciscana?, le pregunta el anfitrión a Villamil.

Hay tres áreas del presupuesto, desglosa el presidente del SPR: el gasto operativo, el recurso para producción y la inversión en infraestructura.

– El gasto operativo sirve, fundamentalmente, para pagar salarios. La nómina de personal de los canales 11 y 14 se ha mantenido en 215 millones de pesos, la mayor parte de los cuales se destina a los ingenieros que son los jefes de las estaciones retransmisoras en los estados.

– Otra parte son los egresos para producción, muy bajo precisamente porque se ha privilegiado el proyecto de dejar una mayor infraestructura pública.

– Y el gasto en infraestructura que fue, en 2021, de alrededor de 900 millones; en 2022, de 700 millones; y, para 2023, va a ser de un poco más de 550 millones.

“La lógica en el gobierno de López Obrador fue ir reponiendo la infraestructura pública que se dejó de construir hace más de 30 años, cuando se privatizó Imevisión (Instituto Mexicano de Televisión) creando ese engendro de TV Azteca.

“Ricardo Salinas Pliego hizo su fortuna no sólo extorsionando a la mayoría de los clientes de sus tiendas departamentales, sus bancos o sus sistemas de crédito, además de no pagar impuestos, sino gracias a que recibió prácticamente regalada la infraestructura pública del 7 y el 13, los dos grandes canales de televisión del Estado mexicano.

“Este gobierno le está dando una vuelta de tuerca, un giro de 180 grados a la política pública para otra vez dejar una infraestructura, ya amarrada para que no se vuelva a privatizar o a desincorporar. Y, por supuesto, eso tiene muy molestos tanto a los ejecutivos de TV Azteca como a los de Televisa.

“De ahí el golpe que me acaba de dar Carlos Loret de Mola, precisamente con el tema de las antenas que, por lo demás, no son antenas sino torres de transmisión. Están muy molestos y van a buscar desacreditar el proyecto de infraestructura”, advierte Jenaro Villamil.

LA TV DE LA 4T

A petición de Ledesma, el invitado explica el señalamiento que le hizo LatinUs:

“Agarraron documentos de 2020 que son de acceso público, entre ellos uno de los contratos que tuve que cancelar con la empresa Acoisa. Tomaron parcialmente el expediente de 2020, pero no lo actualizaron a 2022. Así que no mostraron que esa empresa está demandada penalmente por no haber cumplido con el contrato que se le dio, en licitación pública, para construir una torre de transmisión en Acapulco y otra en Cancún.

“Es un proceso que está en curso. Obviamente, cuando cancelas un contrato de licitación, vuelves a concursar el proyecto. Pero la empresa que ganó la segunda licitación de esas dos torres, Et & Smart Drilling, también falló y se le tuvo que rescindir el contrato. Finalmente, pudimos concretar la licitación de las torres de transmisión en Acapulco y Cancún, junto a otra en La Paz.

“Sumado al desafío de ampliar la infraestructura cuando no tienes experiencia personal en la materia, me enfrenté a una cultura de la corrupción muy arraigada en los contratistas, cuya lógica principal no es terminar la obra sino alargarla lo más posible para que te sigan pagando. ‘Donde hay obras, hay sobras’, decía Carlos Hank González.”

Fabricaron el escándalo con medias verdades “con la idea de desacreditarme, cuando yo ni siquiera otorgo las licitaciones, son las áreas de ingeniería y administración. Pero el hecho de golpearme a toda costa me indica que sí están muy molestos”.

“Cuando le planteé a López Obrador la ampliación de la infraestructura para las dos señales públicas, me dijo: ‘Perfecto, pero no lo cacarees mucho’. Y es que estamos creando una infraestructura pública que, por lo mismo, va a ser del Estado mexicano y, por tanto, no la va a controlar Televisa ni TV Azteca. Además, la nueva tecnología te permite multiprogramar hasta cinco canales con una sola frecuencia.

“A eso se traduce la Cuarta Transformación en medios públicos: a revivir y ampliar una infraestructura pública de televisión y radiodifusión, pero también de comunicación digital. Y eso, evidentemente, no les gusta a los privados porque implica mayor competencia.

“Mucha gente está prefiriendo ver contenidos de las televisoras públicas que los contenidos tradicionales de los canales privados. No se trata de estatizar ni de apagar ninguna televisora privada, pero sí de abrir opciones. Una radio y televisión diferentes, de naturaleza pública que, nada más por eso, tienen que rendir cuentas del dinero que gastan”, sostiene Villamil.

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com

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