¿Caminará la Tortuga FGE?

Desde antes, cuando esta dependencia tenía otro nombre o sus funciones similares se hacia abajo una diferente adscripción; el tortuguismo en la investigación y la procuración de justicia es sinónimo de que no se camina en Colima en este aspecto, y es como si existiera un poderoso imán que impide que la sociedad colimense tenga confianza en sus instituciones judiciales y policiales.

Y ese imán, dique, valla, obstáculo o muro; no tiene otra explicación posible, más que de los imbricados intereses políticos y delincuenciales, que parecieran un mismo entramado; al menos hay evidencias de ser así en algunos casos. Muy delicados, y graves. Por ejemplo, que se recuerden ha habido otros atentados, desafortunadamente letales, y sobre los que lejos de existir luz a los ojos de la sociedad colimense, al parecer, ser tendió un manto oscuro o de misterio en las averiguaciones o la nula existencia de estas.

Crímenes que han ocurrido no han tenido el tratamiento mediático que se da a los raterillos adictos que aquí y allá caen como moscas, y solo las notas de color policial afloran naturalmente. No así los crímenes que entretejen intereses de mafias y grupos políticos o personajes de la política local.
¿Se sabe a ciencia cierta de la ejecución del exgobernador Silverio Cavazos? ¿Se conoce las razones de la muerte del hermano del exgobernador Gustavo Vázquez Montes, abatido por un supuesto error con decenas de disparos? ¿Se conoce a fondo sobre el asesinato del alcalde entonces en funciones, Crispín Gutiérrez? ¿Se conoce de otros delitos por los que hayan sido vinculados a procesos delincuentes?

La respuesta es contundente en lo general: No. O casi no, pues.
Lo cierto es que ha existido un tortuguismo y una incapacidad por parte de las autoridades de antes y las de ahora, en colaborar eficazmente para que se lleve a cárcel o se vincule a proceso a los delincuentes. Y si se hubiere actuado o se actuara eficazmente por parte de los responsables de la gubernatura estatal y de las dependencias policiales y judiciales, se habrían evitado crímenes mayores.

Por poner un ejemplo de la barbarie y la nula competencia de las autoridades policiales y de procuración de justicia, recordemos cuando criminales que apenas se mencionaban en el bajo -o alto- mundo del hampa, fueron detenidos y dejados ir libremente de las oficinas de la procuraduría, o de los separos. Es el caso del conocido delincuente y que pudiendo ser detenido para que explicara complicidades, fue apresado y a las pocas horas asesinado en un penal foráneo, del estado de Jalisco, con la sospecha de que fue muerto para acallarlo. Me refiero al supuesto autor intelectual de la muerte del exgobernador Silverio Cavazos.

Y así, hay muchos casos que revelan, tortuguismo, es cierto, nula capacidad de responder contra el crimen; pero también sospechas de complicidades. De tolerancia ante actitudes criminales. Y en este punto no podía faltar la cita al asesinato de un menor de edad en la casa de juerga de un funcionario del gabinete estatal. Aquí se dio tortuguismo y evidencias de protección.

Sin embargo, aunque se reconoce el tortuguismo, la ineptitud del aparato policial y judicial del estado de Colima; hay una esperanza de que las cosas ya no podrán seguir así. Como es la visualización que con lupa el gobierno federal mantiene sobre los estados en materia de observar la corrupción prevaleciente en algunas entidades. Hay guardia nacional, pero también hay una Fiscalía General de la Republica que está haciendo su trabajo, y bien.

Y es el caso del atentado reciente contra la vida de la alcaldesa de nuestro municipio y mas importante en la economía del estado, y por ello mismo ambicionado por grupos mafiosos políticos e ilegales; situación por la que la FGR está actuando ya marcando el paso a la respectiva del estado, para que no se haga pato y de veras proceda a la investigación a fondo, para contribuir al descubrimiento, apresamiento y castigo de los criminales que intentaron privar de la vida a una presidenta municipal que trabaja con gran entusiasmo y que es el mayor símbolo de dedicación a cumplir las metas de la Cuarta Transformación.

Es una buena noticia la intervención de la FGR en las investigaciones para dar con los criminales que atacaron a la alcaldesa de Manzanillo, y descubrir los intereses detrás de ese objetivo criminal; y esto es el meollo del asunto, pues la presidenta municipal, en apego al combate de la corrupción que está llevando a cabo nuestro presidente de la República, hizo lo propio denunciando penalmente hechos delictivos de personajes públicos del pasado municipal.

La Fiscalía General del Estado, se vio torpe, lenta y morosa, con pies de plomo y caparazón de tortuga en el procedimiento de rigor tras el atentado. Es evidente que hubo lentitud en las averiguaciones ministeriales, pues apenas el 2 de agosto procedieron al levantamiento de la declaración ministerial de la alcaldesa. Tortuguismo puro en el conjunto de la investigación.

Sin embargo, ahora, con la participación en las investigaciones de la Fiscalía General de la República, al frente del fiscal Gertz Manero, tendrán que caminar las indagatorias hasta dar con los autores intelectuales del atentado contra Griselda Martínez, quien con su actitud de cero tolerancia a la corrupción tocó intereses de quienes han visto a Manzanillo como un polo personal de enriquecimiento o para hacer negocios a la sombra de la ilegalidad.

PUNTO Y RAYA
SE CALIENTAN PLANCHAS. La lucha por la gubernatura se calienta anticipadamente. Hay muchos que a la vieja usanza quieren ser elegidos como candidatos para competir por la gubernatura en sus partidos, y otros juegan a irse por la vía independiente. Sin embargo, lo que le urge a Colima como estado, es que sus autoridades de todos los órdenes se dediquen a trabajar en beneficio de la gente, y no andar ya reaccionando como si fueran los candidatos para gobernar la entidad. ¡Hasta la próxima!

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