CAMPO CUATRO: ¿COLIMENSES EN PANDORA?

Entre los tres mil 47 mexicanos que figuran en los Pandora Papers, el escandaloso destape de riquezas ‘offshore’ o extraterritoriales, hay 29 políticos y empresarios vinculados a gobernadores y exgobernadores mexicanos.
Puesto que fue un esquema de evasión tributaria y blanqueo de capitales tan socorrido, es muy probable que también haya dinero de empresarios y políticos colimenses en paraísos fiscales. Si no, ¿de qué otras maneras invirtieron sus capitales socios y familiares de exmandatarios colimenses?
En la investigación publicada como un ejercicio de periodismo colaborativo, por Quinto Elemento Lab, llamada así porque abre “la caja de pandora” de las elites de varios países, se revela que no sólo movieron su fortuna a paraísos fiscales para pagar menos impuestos, sino que esas sociedades de papel les permitieron comprar lujosas propiedades, jets privados y yates, además de gestionar inversiones, abrir cuentas bancarias y guardar las utilidades de sus negocios lejos de la supervisión de los gobiernos y la sociedad de sus países de residencia, que desearían conocer el origen de esos capitales.
Los abogados, banqueros y operadores financieros que movieron fondos multimillonarios –muchos de ellos más conocidos por haberse casado con actrices o cantantes de renombre, que por su actividad intermediaria– utilizaron empresas pantalla o de fachada, como también se les llama, del tipo de fideicomisos y fundaciones opacas, para evadir a las autoridades hacendarias y ocultar a los verdaderos socios de tales corporaciones fantasma.
Tales han sido, desde hace muchos años, estrategias para evadir impuestos y lavar dinero de origen ilícito. Aunque en el caso de los empresarios legítimos, se entiende que muchos busquen eludir la carga tributaria. Para algunos hombres de negocios, el dinero que se ven obligados a entregar al fisco son pérdidas, cuando no ganancias potenciales. Pero en el caso de los políticos, este es un ejemplo de opacidad y un claro indicio de corrupción.
Ninguno de esos políticos quisiera revelar las diferencias entre lo que tenían antes de llegar a los cargos y lo que exhiben ahora como exfuncionarios. En la mayoría de los casos no eran gente acaudalada, pero después de su paso por el gobierno no tienen empacho en mostrarse como poderosos inversionistas, incluso propietarios de bienes inmuebles y hasta compañías en otros países.
De los 29 principales evasores identificados en los Pandora Papers que son de México, al menos 12 están vinculados a gobiernos estatales, ya sea porque son hijos o hermanos de exgobernadores o porque fueron funcionarios de esos gobiernos. La pregunta, por tanto, no es ociosa: ¿acaso hay colimenses que movieron su dinero a paraísos fiscales, o nuestros políticos simplemente se limitaron a comprar propiedades inmobiliarias en Texas, California o Hawái?
 
NO SE ENSAÑÓ CON ÉL

“La vida se ensañó conmigo”, es la frase lacrimógena con la que el gobernador Ignacio Peralta pretendió no sólo explicar el fracaso económico del gobierno encabezado por un economista de sólida formación académica, sino el ominoso futuro que le espera como exmandatario.
Y es que Nacho bien podría ser el exgobernador que sirva de escarmiento a los ejecutivos locales que siguen viendo al erario como un patrimonio personal y, a la administración pública, como una oportunidad para enriquecerse.
Según el diccionario, ensañarse es un verbo transitivo que significa irritar o enfurecer, y usado como pronominal se entiende como: “Deleitarse en causar el mayor daño y dolor posibles a quien ya no está en condiciones de defenderse”.
Es curioso que él mismo se vea así, porque Nacho Peralta nunca estuvo indefenso. Cuando se decidió que fuera gobernador de Colima, estaba vinculado con el grupo de poder que hasta 2018 decidió los destinos del país. Y si bien en la segunda mitad de su mandato pasó a las filas de la oposición, no puede decir que por ser priista haya sufrido acoso de parte del gobierno de López Obrador.
De hecho, llegó a sentirse tan empoderado como heredero del régimen neoliberal que hasta desafío al nuevo titular del Ejecutivo en las visitas que el presidente López Obrador hizo a Colima, y en las participaciones del mismo JIPS en las reuniones de la Alianza Federalista.
Una de las declaraciones más sorprendentes es cuando dice que entrega un estado en mejores condiciones a como lo recibió. Peralta pide que los resultados de su administración sean juzgados en acuerdo a su circunstancia, cuando su circunstancia es que llegó al poder con el apoyo millonario del grupo compacto de Peña y que recibió apoyos extraordinarios de López Obrador, pese a la campaña de sabotaje que Nacho realizó en su contra.
No fue el cambio de régimen lo que causó su desgracia, sino la actitud frívola, prepotente e indolente que como mandatario mostró frente a la situación del estado, y el derroche que hizo del erario, los lujos de sus viajes a México y al extranjero, el saqueo de las arcas.
Esa frase (“La vida se ensañó conmigo”) que lo dibuja como un personaje vulnerable, contrasta con el estilo personal de gobernar. Por eso causó indignación en las redes sociales, porque lo desnuda como un caso de cinismo. Posicionar esa frase en la opinión pública fue, por cierto, el último acto del nado sincronizado de este sexenio.
 
EL MISMO INFORME

En el marco de la entrega de su sexto informe de labores, Nacho se hizo la víctima y llega a sugerir que vive al día, que no tiene ahorros. Para colmo, anuncia que se va a dedicar a la academia, cuando no tiene nada qué enseñar, ya que lo que sabía es erróneo o no fue bien aplicado por él y sus funcionarios del gabinete económico.
Con todo, le salieron defensores diciendo que por buenas intenciones no quedó, aunque ciertamente su conducta es inexplicable, como si la alternativa a esas malas decisiones no hubiera estado a su alcance.
Las obras que presumió en su sexto informe, como ha sido el supuesto logro de la venta del avión, son casualmente las mismas que ha venido publicitando desde el primer informe, y todas han sido cuestionadas: La Campana, la antigua zona militar, el Ecoparc, el C5i. De otros proyectos como el acuario o el teleférico de Manzanillo no habla, porque resultaron fallidos.
Insiste en mencionar que los pocos recursos se los gastó en la atención de la pandemia, cuando ya se aclaró que el gobierno federal absorbió el grueso de la inversión. Él no gastó en programas de salud, ni en programas sociales de otro tipo. Las grandes erogaciones fueron para la compra de bienes inmuebles, y en todas esas operaciones se sospecha que llevó tajada.
El Ecoparc fue un mal trato, el convenio donde el gobierno del estado tiene que subsidiar un boletaje mínimo no justifica haber convertido un espacio público, favorito de las familias colimenses, en un negocio dedicado a la reproducción y comercialización de especies animales exóticas.
En su mensaje político JIPS habló de austeridad, pero en los hechos fue un gobierno despilfarrador. Por ejemplo, miente al decir que racionalizó el gasto en materia de comunicación, cuando el primer año se dedicó a pagarle las facturas que el periódico de su familia no pudo cobrar a dos gobernadores anteriores.
Nacho se asoció con el grupo que lo llevó al poder no sólo en lo político sino en los negocios. Pero los cómplices que lo ayudaron a llevar al estado a la quiebra, hoy lo niegan. Hasta sacaron su foto a la calle, con el resto de la basura.
A JIPS lo impusieron desde México, pero los que ahora lo repudian se aprovecharon de esa imposición, de su irresponsabilidad y del vacío de poder que generó con sus ausencias.
 
REPUDIO UNÁNIME

El mensaje político que obliga a un análisis de fondo no es el de Nacho, pura demagogia, sino el de los diputados que se estrenaron como integrantes de la sexagésima legislatura con la recepción del sexto informe.
Cada fracción, en voz de sus representantes, coincidió en no solapar las irregularidades. El único diputado que trató de matizar las críticas, resaltando algunos de los logros presentados por Peralta Sánchez, fue el priista Héctor Magaña. Pero ante lo indefendible, tuvo que advertir que el Congreso no será comparsa ni solapará a nadie. Eso sí, el expresidente de la Federación de Estudiantes Colimenses le exigió a Nacho que, en el último mes que le queda como gobernante, agote las instancias para pagarle el adeudo a la Universidad de Colima.
Diputada del PES, Kate Castillo lo despidió como el peor gobernador en la historia de Colima: mediocre, gris e insensible. El panista Crispín Guerra advirtió que van a ser muy duros en la fiscalización de la última cuenta pública. Y la morenista Viridiana Valencia lo remató diciendo que a Nacho nunca le importaron los colimenses, que fue indolente y lo bueno es que ya se va.
El gobernador saliente logró unificar criterios en la tercera legislatura con la que le toca convivir. Este fue el primer ejercicio de unanimidad en el Congreso que fue electo junto a Indira Vizcaíno. Todos los diputados se deslindaron de él: los priistas vinculados institucionalmente a Nacho, ya no se diga los expriistas que se fueron a otros partidos o los que fueron aliados del tricolor en la coalición y, por supuesto, los representantes de los intereses del exgobernador Mario Anguiano.

NUEVO CARGO PARA BRENDA

La exalcaldesa de Villa de Álvarez, Brenda Gutiérrez, quien en los comicios recientes buscó la diputación federal por el Partido Encuentro Solidario, estrenó cargo como secretaria general del Congreso del Estado.
Es una nueva denominación para lo que tradicionalmente fue la oficialía mayor del Poder Legislativo. Llega a propuesta de Morena, pero con confesas muy buenas relaciones con otras bancadas. Incluso se habla de que podría ser una cuota para Virgilio Mendoza.
En momentos que la mayoría de los diputados son bisoños, con su experiencia en tareas legislativas y oficio político en general, sin duda Brenda podría tener mucho protagonismo. Máxime cuando, según como ella misma las definió en una entrevista, las funciones administrativas ordinarias aparentemente se traslapan con las funciones políticas que, en sentido estricto, le corresponden a quien ostenta la presidencia de la ahora Junta de Gobierno y Coordinación Política, Viridiana Valencia.
No sería la primera encarnación de la oficialía mayor que tiene un perfil político alto. Sin embargo, cabe recordar que el Congreso de Colima tiene 25 curules, no 26. Y aunque el personal de apoyo por costumbre sirvió siempre a la fracción mayoritaria, protocolariamente al presidente en turno de la mesa directiva, pero en los hechos al antiguo coordinador del Congreso y luego a quien presidió la Comisión de Gobierno Interno y Acuerdos Parlamentarios, el mensaje que se quiere mandar es que el staff ahora trabaja para todos los parlamentarios.
En el marco de sus responsabilidades administrativas, dejan de tener importancia los orígenes partidistas y las relaciones políticas de Brenda Gutiérrez, así como sus definiciones ideológicas o su desempeño en anteriores cargos. Las negociaciones con las otras bancadas que le permitan a Morena alcanzar la mayoría calificada para aprobar reformas y nombramientos, le corresponden a la líder de la fracción dominante.
En el ámbito de las funciones administrativas, en cambio, sí entra la enorme responsabilidad de transparentar el gasto de un poder que, no obstante tener por mandato la fiscalización de la cuenta pública, siempre ha adolecido de opacidad. Lo que los diputados esperan de quien ocupe la secretaría general del Congreso es que pague los servicios (electricidad, agua, mantenimiento) a tiempo, para que el recinto legislativo pueda ser funcional.

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