Siendo uno de los estados con el presupuesto más bajo, resulta escandaloso que el gobernador de Colima, José Ignacio Peralta Sánchez, aparezca en el cuarto lugar de la lista de los 10 gobernadores con más irregularidades del país, según la Auditoría Superior de la Federación (ASF). Quiere decir que, si hubiese manejado más recursos financieros, la cuantía sería mayor.
Peralta Sánchez no aclaró a los auditores de la ASF el destino de 4 mil 938 millones de pesos. El priista es uno más de los gobernadores que dejarán el cargo este 2021 sin haber logrado esclarecer el manejo de fondos que les asignó la federación. Las mil 688 irregularidades que la ASF habría detectado sumarían, en todos los estados, 59 mil 145 millones de pesos.
Los mandatarios salientes deberán solventar estos vacíos de información ante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) previo a dejar sus cargos, de lo contrario sus sucesores tendrán que fincarles responsabilidades. Si alguno llegara a negociar con el siguiente mandatario para que éste no proceda en contra de su antecesor, la Auditoría Federal puede presentar denuncias penales contra quien resulte responsable.
El top 10 de los gobernadores con más irregularidades en sus cuentas públicas lo encabeza el michoacano Silvano Aureoles, del PRD, con 16 mil millones de pesos. Le sigue el independiente Jaime Rodríguez “El Bronco”, de Nuevo León, con 8 mil 721 millones. Y en tercer lugar aparece el panista Javier Corral, de Chihuahua, con 8 mil 144 millones. Después de JIPS, en quinto sitio aparece el panista Antonio Echeverría González, de Nayarit, con 4 mil 711 millones de pesos.
Del sexto al noveno lugar lo ocupan priistas: Alejandro Moreno, de Campeche, con 3 mil 918 millones de pesos; Héctor Astudillo, de Guerrero, con 3 mil 528 millones; Alejandro Tello Cristerna, de Zacatecas, con 2 mil 417 millones; y Juan Manuel Carrera López, de San Luis Potosí, con 2 mil 337 millones. En la décima posición otro panista, Carlos Mendoza Davis, de Baja California Sur, con mil 802 millones de pesos.
¿QUÉ HICIERON EL DINERO?
Como Nacho le dejará a Indira Vizcaíno un gobierno no sólo quebrado sino desfalcado, la impugnación en contra del triunfo de la morenista parece, además de un pretexto para aplazar la entrega-recepción y ganar tiempo para cuadrar las cifras, un escollo para forzar una negociación en la que la próxima mandataria acepte recibir la tesorería con una deuda a corto plazo de más de mil millones de pesos o, en su caso, con fuertes pasivos con proveedores (arriba de 700 millones) y sin tener aprovisionados los sueldos de los dos últimos meses ni aguinaldos.
Tal vez Peralta asume que, dada la relación de Indira con el presidente López Obrador, el gobierno federal otorgará a la administración entrante un apoyo extraordinario para hacer frente a esos compromisos. Pero Vizcaíno no tiene por qué encubrir a Nacho. Amén que no se justifica la falta de programación de pagos ya presupuestados, la ley exige fincar responsabilidades a quien cause daño patrimonial al estado.
Los funcionarios de la administración Peralta no se han cansado de decir a sus acreedores que el dinero no ajusta. Y en los últimos tres años no dudaron en atribuirle al gobierno de López Obrador la responsabilidad directa de este déficit fiscal, alegando que la federación ha venido reduciendo el monto de los recursos asignados a los estados.
O estamos ante un manejo irresponsable de los dineros públicos o, bien, estamos viendo la evidencia de una enorme corrupción. Está penado no liquidar antes del fin del sexenio conceptos como deuda a corto plazo y pagos pendientes a proveedores, o no dejar en caja lo necesario para cubrir sueldos y prestaciones hasta el cierre del año fiscal. Pero, además, el incumplimiento de esos compromisos sólo puede ser atribuible a un sistemático desvió de recursos.
AL RELEVO DE SILVANO
Varios de esos mandatarios de la lista de los 10 con más irregularidades del país según la ASF, andan buscando una audiencia con el presidente pensando que Andrés Manuel López Obrador se va a prestar a negociar con ellos una salida tranquila.
No obstante que se negó a recibir a Silvano Aureoles, AMLO se ha entrevistado en Palacio Nacional con el mandatario jalisciense Enrique Alfaro y con el de Chihuahua, Javier Corral, así como con la gobernadora electa de ese mismo estado, María Eugenia Campos Galván, quien fue postulada por el PRIAN. Sin embargo, por alguna razón Nacho Peralta da por hecho que a él tampoco le concederán un espacio en la agenda presidencial.
El mandatario colimense declaró que busca una reunión con López Obrador para darle a conocer la forma que trabajará en los últimos cuatro meses de gobierno. “Para que podamos atender la mayor cantidad de asuntos y dejar, pues, todo terso, todo claro y todo transparente”.
Recordó que no ha visto al presidente de México desde el 9 de enero, cuando López Obrador realizó una gira de trabajo por nuestro estado. Por eso, a través de los colaboradores del mandatario nacional, ha pedido que lo reciba para exponerle la forma en que trabajará estos últimos meses de su gestión y, por otro lado, para invitarlo a inaugurar el Palacio de Gobierno una vez que concluya su restauración, aproximadamente en un par de meses.
“Espero que me reciba pronto, señor presidente (López Obrador), y desde aquí públicamente le reitero como lo he hecho con sus colaboradores, pues que abra un espacio en su agenda. Hay muchos temas de interés de los colimenses que él debe de saber, y con mucho gusto se los vamos a exponer en cuanto la agenda lo permita”.
El gesto que nos recuerda la subordinación de los gobernadores con el presidente que había en el pasado, no corresponde con los alardes de Peralta Sánchez cuando se unió al grupo de mandatarios aliancistas. Nacho sabe que esta sería la última oportunidad de tener una audiencia con López Obrador para buscar un acuerdo político y, como probablemente no la consiga, se cura en salud.
HABLA CON EL PUEBLO, NACHO
Realmente, a quienes les tiene que explicar cómo va a gobernar los ultimos cuatro meses es a los colimenses. Por lo demás, es un despropósito invitarlo a la reapertura de un Palacio de Gobierno restaurado, obra suntuaria que ha sido muy cuestionada por ser uno más de los símbolos de la corrupción en este sexenio. No podemos olvidar que para este proyecto y otros como el C-5i, la federación le entregó al gobierno estatal el dinero completo, pero luego la administración Peralta dijo que le hacían falta recursos para concluirlos y, con ese pretexto, operaron en el Congreso la aprobación de un crédito.
López Obrador no se va a prestar a inaugurar obras en proceso ni mucho menos la fachada de instalaciones detrás de cuyos ventanales ahumados no hay equipos ni mobiliario, como ocurrió en otros gobiernos. Sería más fácil conseguir una audiencia en Palacio Nacional si Nacho se presenta con una invitación al presidente para que venga a atestiguar la transformación de una comunidad rural, una donde en los seis años de Peralta se haya hecho realidad el paso de la marginación a la integración. Pero, claro, no hay en la geografía estatal una sola población campesina donde esta administración mantenga siquiera un centro de salud con servicio permanente.
NADIE QUE ABRA POR DENTRO
A JIPS le vino la urgencia de ver al primer mandatario después de que se reunió con Indira Vizcaíno, tras la publicación en Proceso de una nota sobre el activista David Díaz Valdez, fundador de Morena en Manzanillo, quien fue asesinado el 2 de julio, y tras la difusión por parte de la ASF del top ten de gobernantes malversadores.
Apenas el 21 de junio pasado, Díaz Valdez “fue exonerado y obtuvo la libertad después de permanecer más de nueve meses preso en el penal de Chandiablo, por un conflicto con la Secretaría de Salud y Bienestar Social (SSBS), tras oponerse al retiro de una ambulancia que prestaba servicios a la comunidad de Campos”, señala Proceso.
“A mediados de febrero, a través de un audio que sus familiares hicieron llegar a los medios de comunicación, el activista dijo temer por su vida en el interior del penal y responsabilizó al gobernador, José Ignacio Peralta Sánchez, de lo que pudiera sucederle en ese lugar”.
También atribuyó al fiscal general del estado, al personal del Ministerio Público y del Poder Judicial, particularmente a los “intereses oscuros” del magistrado Sergio Marcelino Bravo Sandoval, el hecho de encontrarse preso “sin justificación alguna”, resume el semanario.
Para colmo de males, Nacho Peralta no tiene más contactos en la administración federal. Ya no está Ricardo Peralta como subsecretario en Gobernación, y en Hacienda dentro de unos días ya no despachará Arturo Herrera, de quien JIPS presumía ser amigo, como lo demostró el futuro gobernador del Banco de México al aprobarle recursos para una nueva alberca en la Unidad Morelos, y para el libramiento carretero en Colima que apunta a ser el gran negocio inmobiliario del último gobierno priista en la entidad.
Hasta el coordinador de Política y Gobierno de la Presidencia, César Yáñez, se la pensaría dos veces antes de abogar por Nacho, luego que su hermana Claudia, excandidata a la gubernatura de Fuerza por México, denunció que David Díaz era un “preso político” a quien el aparato de poder en Colima tenía “arbitrariamente retenido y encarcelado”.
Fracasada la rebelión de los gobernadores aliancistas, se entiende que López Obrador aceptara la rendición de Enrique Alfaro, porque aún tendrá que convivir con el mandatario jalisciense un par de años, pero fue claro el desdén con el que recibió la petición de Silvano Aureoles, pese al montaje teatral que el michoacano realizó frente a la puerta de Moneda en Palacio Nacional.
Como otro aliancista faramalloso, Ignacio Peralta anticipa una humillación similar si pretende emular en el plantón a Aureoles. Nunca calcularon los autollamados federalistas el costo político que habrían de pagar por intentar presionar al presidente de la república, con una estructura distinta a la Conago (Conferencia de Gobernadores).
Ahora se entiende el sentido que tuvo la alianza federalista: ocultar los malos manejos. Varios de esos gobernadores aliancistas perdieron su sucesión como castigo del electorado ante los escándalos de corrupción y prepotencia.
PARIENTES LEJANOS
La reunión en la que coincidieron el exgobernador Elías Zamora Verduzco y la gobernadora electa Indira Vizcaíno Silva fue un encuentro del clan cuauhtemense al que, por diferentes ramas familiares, ambos pertenecen.
No es el primer encuentro de los Vizcaíno que se celebra ni la primera vez que coinciden en él estas dos figuras políticas. Hay además del vínculo familiar una relación de afecto entre ambos personajes: Indira se refiere como tío a don Elías.
Pero por más cercano o lejano que sea el parentesco, los encuentros de la futura gobernadora nunca dejarán de ser actos políticos que conllevan un mensaje equívoco, sujeto a la lectura de los diferentes intereses que se mueven en el estado. Es un hecho que no pasó desapercibido, y generó muchas especulaciones.
No faltó quien pensó que EZV quiere ser el vínculo del consejo de exgobernadores priistas con Indira, y que el siguiente paso será una invitación a la gobernadora electa para que se reúna con todos los exmandatarios en la tradicional comida de Elías Zamora en la feria de Todos los Santos. En este convivio, por cierto, Silverio Cavazos y Mario Anguiano nunca estuvieron.
Algunos otros entendieron el mensaje como una validación de Vizcaíno por parte de Zamora. Lo que debe haber molestado a quienes impugnan el triunfo de Indira porque eso le da certeza política a un proceso judicial. Y no faltó quien sospechara que Indira, con esa foto, quiso levantar ámpula y mostrar cómo la vieja clase política ya se está alineando con ella.
La selfi alentará a varios impresentables a buscar tomarse la foto con Indira. Es la cargada tradicional que sucedía al destape del candidato oficial, y ahora coincide con la percepción de que la llegada de Indira al gobierno estatal es, por muchas impugnaciones que se presenten, inevitable. Ojalá que con fotos no quieran algunos lavar su pasado y sorprender la buena fe de la gobernadora electa.
Sin embargo, el encuentro con Elías Zamora no fue la adhesión de un liderazgo priista a una mandataria electa con los colores de un partido distinto al suyo, porque el exgobernador en su momento se pronunció por la candidata del PRI, su otra paisana Mely Romero.
Nadie en su sano juicio puede imaginar que Indira o sus familiares recibirán una instrucción política de EZV, por más parientes que sean. De hecho, Vizcaíno Silva muy hábilmente al recordarnos que Elías es su tío, dejó en claro que por lo mismo está impedido de hacer negocios con el gobierno que ella encabece, pues habría un conflicto de interés. Zamora Verduzco es hoy más un empresario que un político, y en esa condición ha hecho negocios con el sector público en distintos sexenios.