Más que una renuncia, la de Kristian Meiners es huida. Rehúye los problemas administrativos y financieros que ha venido acumulando el gobierno del estado, pero no puede huir de su responsabilidad en los asuntos que tramaron él como secretario de Administración y Gestión Pública, junto al titular de la Secretaría de Planeación y Finanzas, Carlos Noriega, por órdenes del gobernador Ignacio Peralta que es el conductor de la política económica de la entidad.
Es evidente que Meiners no quiere verse en la circunstancia de entregar el despacho a quien designe la sucesora de Nacho, porque inevitablemente será de un partido distinto a los que llevaron a JIPS a la gubernatura. Mas no por ello puede sustraerse de su participación en los más polémicos escándalos financieros de la administración Peralta.
Para empezar, el primer crédito, ese que solicitó Mario Anguiano antes de dejar el poder pero que, según el testimonio del exgobernador, ejerció el mandatario interino Ramón Pérez Díaz. De ese gabinete, por cierto, ya formaron parte Kristian Meiners y Carlos Noriega como adelantados de JIPS, quien todavía estaba en campaña para la elección extraordinaria tras la anulación del proceso constitucional.
Meiners se marcha de la administración pública justo cuando el gobierno priista se prepara para ejercer un segundo crédito que, como el anterior, se especula será utilizado con fines electorales. Del otro préstamo, la administración de Peralta consiguió endosarle la responsabilidad a Mario Anguiano, conminado por el Congreso a pagar alrededor de 500 millones que, por cierto, este gobierno nunca le cobró. Ahora, ante la certeza que no habrá continuidad priista, Meiners no quiere formar parte del equipo que ejerza el recurso extraordinario que supone el nuevo crédito.
DE REGRESO A LA IP…
Otro asunto turbio en los que Meiners tuvo participación como parte del gabinete económico, es la concesión del Parque Regional a una empresa que, más que a la exhibición, se dedica a la cría y venta de fauna africana y que tiene al zoológico de Colima como simple establo.
Con la excusa de recortar los gastos de mantenimiento y servicios personales, se perdió un espacio público concurrido por colimenses de todas las clases sociales. Convirtieron el patrimonio estatal en un negocio particular.
La triada Peralta-Noriega-Meiners ideó también la supuesta permuta de la antigua zona militar en Calzada Galván por los terrenos de Loma de Juárez. Por razones no explicadas todavía, el erario tuvo que entregar al entonces secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, alrededor de 200 millones como ribete.
Esos mismos funcionarios del área económica concibieron la adquisición de La Campana, un predio en litigio de cuya plusvalía se beneficiaron los misteriosos propietarios del área anexa, no comprendida en la operación.
Tampoco hay que pasar por alto el hecho de que las principales observaciones asentadas en la auditoría que el IMSS determinó al gobierno de Ignacio Peralta hayan sido por irregularidades en la nómina, a cargo de ¡Meiners! Casualmente, el mismo funcionario fue quien propuso cambiar de la modalidad 10 a la 42 a miles de trabajadores a quienes afectó de manera considerable en sus prestaciones.
Y, sin duda, la mano del responsable del manejo de personal en el gobierno estatal estuvo metida en la desaparición de la Dirección de Pensiones y la creación del Ipecol.
El Sindicato de Trabajadores al Servicio del Gobierno del Estado pudo impedir que se concretara la extinción de Pensiones en los términos de borrón y cuenta nueva de los adeudos de los entes públicos, con lo que se quería zanjar la descapitalización del fondo de retiro. Sin embargo, el STSGE no ha podido lograr que el total de las cuotas que se estuvieron descontando de nómina a los burócratas sean enteradas al nuevo organismo, ni mucho menos que los entes (gobierno estatal, ayuntamientos y organismos descentralizados) se pongan al corriente en la entrega de las aportaciones que corresponden a la patronal.
…O A INTELIGENCIA FINANCIERA
Meiners sale de una administración con grandes problemas económicos en el momento oportuno, justo cuando hay dinero en caja gracias al nuevo crédito y él puede cobrar su liquidación. En un ejercicio de transparencia, sería interesante saber cuanto le darán de finiquito y si recibirá completo el bono sexenal.
Con la renuncia de Kristian Meiners, Peralta pierde a uno de sus principales operadores en el gobierno, pero la iniciativa privada recupera a uno de sus ejecutivos más experimentados, convertido durante su paso por la Secretaría en prominente empresario de ramos tan diversos como el restaurantero, el inmobiliario o los medios de comunicación.
Con todo, la rumorología le atribuye a Meiners un nuevo destino en el servicio público: obligado el Gobierno del Estado por un convenio con la UIF a crear la Unidad Estatal de Inteligencia Financiera, la mayoría oficialista en el Congreso local no vacilaría al aprobar la designación del exsecretario de Administración como titular de esa nueva oficina.
Se trata de un cargo transexenal del que no podría ser removido sino por causas de fuerza mayor, y desde el cual Kristian Meiners podría bloquear cualquier investigación de lavado de dinero con recursos fiscales.
DONACIÓN EN REGLA
El escándalo fabricado por la prensa oficialista en torno a la donación al IMSS de medicamentos para el tratamiento del covid hecha por el doctor Ugo Mendoza Aguilar, ni siquiera responde a la lógica de “no hagas cosas buenas que parezcan malas”.
Hay un procedimiento administrativo que deben seguir quienes desean hacer este tipo de aportaciones. El mecanismo lo activa el Sector Salud y, si hubiera alguna irregularidad, la institución, en este caso el IMSS, no habría aceptado la donación.
Es importante entender que las bases de licitación obligan a los proveedores que participan en la elaboración de medicamentos con clave de las instituciones públicas, a imprimir en los empaques la leyenda: “Propiedad del Sector Salud”. Eso es lo que dicen los medicamentos que recibió el delegado del IMSS en Colima. En ninguna parte está impresa la frase: “Prohibida su venta”, como se afirmó.
Los laboratorios, entendidos también como grandes maquiladoras, proyectan su producción en altos volúmenes y con frecuencia quedan lotes sobrantes. Al recurrir a la figura de contratos abiertos, el Sector Salud establece en sus cláusulas un mínimo y un máximo de adquisición, por lo que en un elemental principio industrial el proveedor se prepara para surtir la mayor cantidad plasmada en el convenio. Regularmente, cuando hay excedentes estos se colocan en el comercio farmacéutico formal, pero también pueden ser adquiridos para entregarlos en donación, como fue el caso.
Más de un lector habrá comprado en una farmacia medicamento genérico que lleva impresa en la caja la leyenda: “Propiedad del Sector Salud”. Y eso no significa que los medicamentos fueron robados. Es una práctica usual que la producción no absorbida completamente por el sector público se comercialice, y entre en circulación antes que caduque.
NOREPINEFRINA
Con fecha 5 de febrero de 2021, la Oficina de Representación Colima expidió una Tarjeta Informativa “con relación a la donación de medicamento que recibió el Instituto Mexicano del Seguro Social” el miércoles 3 de febrero:
El IMSS informó que la donación de 30 cajas de norepinefrina (4 mg, caja con 50 ampolletas de 4ml c/u), se recibió en apego a los lineamientos respectivos. Son un total de mil 500 ámpulas, lote número 2006136 y caducidad a junio de 2022.
Según el comunicado oficial, “se trató de bienes que contribuyen al desarrollo y cumplimiento de los programas a cargo del Órgano de Operación Administrativa Desconcentrada Colima (OOAD)”.
Aclaró el IMSS que “el donante acreditó fehacientemente la propiedad de los bienes donados mediante Certificado Digital Fiscal por Internet (CFDI), el cual fue validado ante la página del Servicio de Administración Tributaria, en el cual se describe el producto, lote, laboratorio y caducidad, los cuales coinciden con los bienes que fueron recibidos”. De la donación se informó el mismo día a la Fundación IMSS A.C., vía correo electrónico.
Ante el escándalo que se desató en medios y redes sociales por la presencia de Indira Vizcaíno en el acto de entrega, en calidad de testigo y a invitación del donante, el IMSS en Colima se deslindó, sin mencionar a la precandidata de Morena al gobierno estatal, de “los intereses político-electorales que pudiera manifestar cualquier miembro de la sociedad”.
NO LE DARÁN TREGUA
Es tremendo el acoso del aparato de comunicación oficial y de los medios y columnistas que están buscando impedir que llegue a Colima la 4T. Pero hay que admitir que, en el asunto de la donación de medicamentos, ciertamente lograron posicionar el tema.
Tan es así que, a una semana de esta polémica, la morenista se ha visto forzada a acudir con los medios para aclarar el asunto. En el periodo formal de una campaña, siete días pueden resultar suficientes para orientar el ánimo de los indecisos.
Es común que los medios al servicio del régimen recurran al formato de escándalo. Y esta dinámica va a ser recurrente conforme se acerquen los tiempos de la campaña electoral. Sin embargo, a estas alturas del proceso Indira Vizcaíno no puede llamarse sorprendida por la forma tramposa que tienen sus detractores de distorsionar el sentido de todos los actos en los que participe como abandera de Morena.
A Vizcaíno corresponde rediseñar una estrategia para anticiparse a esos ataques. Ella representa el anhelo de muchos colimenses porque realmente se transforme la situación que vivimos. Son muchos los que esperan condiciones de bienestar a partir del arribo al estado del proyecto de la Cuarta Transformación.
La precandidata no puede ignorar la realidad adversa a las que se va a tener que enfrentar para desterrar al grupo que se adueñó del poder ejecutivo desde hace muchos años, ni puede tomar con ligereza los pros y los contras de cada una de las acciones de proselitismo que realice. Van a intentar voltear en su contra todo lo que haga o diga Indira.
Por cierto, se dice que el médico que hizo la donación e invitó a la precandidata al acto protocolario, tiene aspiraciones políticas. Que se olvide de ellas, ya las sepultó. No lo dejarán llegar esos mismos que, para desacreditarlo, acusaron a Ugo Mendoza en las redes sociales de usurpar las funciones profesionales de un cirujano plástico, aun cuando es muy claro el campo de acción de la medicina estética.