El sigilo con el que se manejaron las listas de candidatos plurinominales al Congreso local es proporcional a la rudeza de las negociaciones que se dieron. Y los resultados delatan la fuerza de los factores de poder que operan al interior de cada uno de los partidos.
La próxima legislatura se perfila como una cámara a modo para el grupo en el poder, conformada por cuadros que, incluso dentro de la fórmula electoral de Morena, tienen nexos con quienes pretenden prolongar transexenalmente el actual régimen.
En ese Congreso habrá dos tipos de representantes del viejo régimen: los diputados aliancistas y los de la propia Morena que, como ya dijimos, tienen compromisos con quienes se oponen al cambio, empezando por Sergio Jiménez Bojado que encabeza la lista plurinominal, y continuando con quien va en la tercera posición, Mauricio Bretón, muy cercano a Héctor Michel Camarena, tío político de Mario Delgado.
Sumando a todos los diputados de representación proporcional que logren poner los partidos del Tumor (Todos Unidos contra Morena) y los que lleguen a ganar en los distritos uninominales, con los que arriben por Morena y luego quieran jugar como independientes, la oposición legislativa buscará minar la gobernabilidad de la eventual administración de Indira Vizcaíno.
De llegar a la gubernatura, si Morena quiere implementar medidas acordes a la visión cuatroteísta federal debe asegurarse una amplia mayoría. Diezmada esa posibilidad por el reparto de plurinominales, el Movimiento tiene que amarrar la lealtad de los candidatos externos que contenderán por mayoría relativa y fortalecer el potencial electoral de sus propios cuadros.
Eso implica reformular las campañas de ayuntamientos y diputados, para que todos los demás candidatos de Morena sean tan competitivos como Indira Vizcaíno.
Aun ella no debe confiarse en las encuestas. Desde que se dieron a conocer las candidaturas morenistas, se movieron las preferencias entre la aceptación y el rechazo que generan algunos. La ciudadanía está más a la expectativa tanto de los que se oponen al cambio, como de los que defienden el proyecto del presidente López Obrador.
TODOS PARA UNA
Fue notorio el rechazo a la candidatura de Guillermo Toscano a la presidencia municipal de Villa de Álvarez. El diputado representa al interior de Morena una imposición por parte del grupo priista que lo está respaldando. El apoyo de quienes ostentan el poder en el estado mete duda respecto a la lealtad de Memo, aun cuando se entiende que el principal promotor de su nominación fue el dirigente nacional del Movimiento, Mario Delgado.
En el caso del municipio de Colima, no obstante ser una persona muy cercana a Indira Vizcaíno, en términos reales Gisela Méndez no contaba con simpatías al exterior ni al interior del partido. Aunque se habla de un corrimiento en el orden de prelación que marcó la encuesta, sería inexplicable su postulación si, por falta de posicionamiento, pone en riesgo el proyecto estatal.
Por interés institucional y no sólo por afecto personal, Indira tendrá que dedicar varios días de su campaña a fortalecer la viabilidad de Gisela. En la capital se concentran varios cuadros del primer círculo del grupo gobernante como contendientes a la alcaldía: Margarita Moreno, abanderada del PRIAN, el ahora ecologista José Manuel Romero y el petista Carlos César Farías. Sin olvidar que Gisela tendrá que enfrentar a un contrincante tan serio como Federico Rangel, quien a su capital político sumará el del alcalde saliente Leoncio Morán.
A la disputa por la mayoría en el Ayuntamiento, hay que sumar la pugna que se dará en los diferentes distritos que abarca Colima o que comparte con otros municipios de la zona metropolitana. Al contrario de lo que se acostumbra, a los candidatos a diputados locales de Morena les toca reducir la vulnerabilidad electoral de Gisela.
GOLD CARD
En el programa de una radio porteña donde Martha Zepeda del Toro participa como panelista, la secretaria del Ayuntamiento de Manzanillo le propinó un golpe político demoledor al exalcalde Virgilio Mendoza.
Para incomodidad de uno de los conductores, improvisado defensor del hoy candidato a la gubernatura por el Verde, Zepeda reveló que, en su segunda administración, Virgilio tramitó una tarjeta de crédito con cargo a la tesorería municipal con la cual hizo gastos personales y sin comprobación.
El plástico se siguió usando durante la presidencia de la panista Gabriela Benavides, no obstante que para entonces Mendoza ya era diputado federal por el Partido Verde, después de haber abandonado el blanquiazul tras negarse a ser su candidato a la gubernatura.
La cuenta de gastos fue suspendida al arranque del trienio de Griselda Martínez, de cuyo cabildo forma parte Virgilio como regidor de oposición. Protegido por el secreto bancario, la alcaldesa de Morena no supo quién era el usuario de la tarjeta hasta que un órgano jurisdiccional obligó a la institución crediticia a revelar su identidad.
Durante la conversación, Zepeda reprochó a la Fiscalía General de Justicia en el Estado que no dé cause a las denuncias del Ayuntamiento. Y aunque no reveló el monto exacto de lo desfalcado, sí especificó que eran millones de pesos. En cuanto a la cantidad, caben todas las suposiciones basándonos en las necesidades de financiamiento para un movimiento como el virgilista que trasciende a las estructuras del PVEM.
NUEVO TARJETAGATE
El expediente duerme el sueño de los justos en los archivos de la Fiscalía no obstante la gravedad penal de la acusación, pues no olvidemos que la corrupción ya es delito grave.
Por lo demás, es notable el silencio de la prensa respecto a este asunto. ¿Dónde están esos columnistas que se rasgaban las vestiduras en el tema de la corrupción?, ¿por qué de este nuevo tarjetagate no han opinado? Especialmente en el caso de periodistas porteños, esto revela en dónde están las lealtades y los compromisos económico-publicitarios.
En el contexto de la elección de Gobernador, esta denuncia es una gran aportación que, a través de Martha Zepeda, hace la candidata a la reelección Griselda Martínez a la campaña general de Morena.
La operación contable para cubrir los gastos mediante esa tarjeta demuestra la existencia de una alianza entre el PAN y el Verde, vigente desde mucho antes que se protocolizara la coalición Va por Colima (PRI-PAN-PRD) y se evidenciara el Tumor (Todos Unidos contra Morena).
Se espera que tanto Virgilio como la senadora Benavides declaren al respecto. Si Mendoza aspira aún, tiene que enfrentar esos cuestionamientos. De todos modos, sería interesante conocer a plenitud las denuncias que el Ayuntamiento presentó en su momento, y cuál es su estado procesal.
Griselda Martínez ha estado clamando en el desierto, pese a haber presentado denuncias penales, respecto a las irregularidades en los trienios anteriores en la Capdam (organismo operador del agua) y en el manejo de otros ingresos del Ayuntamiento. Estos señalamientos han sido parte de su retórica para destacar los logros de una administración eficiente que, como ha reiterado, le han permitido a la alcaldesa realizar una impresionante obra de gobierno y reducir notoriamente la deuda pública.
EL APARTAMENTOGATE
El nuevo escándalo tarjetagate sepulta las aspiraciones de Virgilio Mendoza. No extrañaría que, a estas alturas, otros candidatos a la gubernatura lo estén buscando para que anuncie la primera declinación en la estrategia del voto útil.
Pero ¿cuál de esos candidatos querría una alianza de facto con alguien acusado de corrupción? La situación pone a Virgilio en desventaja ante una hipotética mesa de negociaciones ente los candidatos del Tumor.
Falta ver si el escándalo repercute en otros candidatos del Verde, como Romero Coello, aspirante a la alcaldía de Colima, o los abanderados del PVEM a las dos diputaciones federales: Agustín Morales y Rafael Mendoza.
Al tarjetagate hay que sumarle el escándalo más reciente del regidor Roberto Chapula de la Mora, quien dejó a Nueva Alianza, el partido que lo postuló hace tres años a la alcaldía, para irse al Verde. El expresidente de la Comisión Estatal de Derechos Humanos presuntamente hirió de un balazo a un sujeto, en circunstancias todavía no aclaradas por las autoridades ministeriales. En la reconstrucción de los hechos, lo mismo cabe una agresión artera que la defensa propia.
Para afianzar el proyecto de Virgilio, el PVEM se dedicó a reclutar políticos con un cápital sólido. Pero la sombra del pasado los hace vulnerables: Guty Morales dejó hace unas semanas la secretaría de Desarrollo Rural de Nacho Peralta, un gobierno al que no le cuadran las cuentas.
Y José Manuel Romero estuvo vinculado, durante su aventura en el gabinete ampliado de Enrique Peña Nieto, a Rosario Robles, el cerebro detrás de la estafa maestra.
El exdirector del Instituto Mexicano de la Juventud salió indemne del hundimiento y encarcelación de su madrina política, pero es probable que puedan surgir señalamientos en su contra ahora que dejó el PRI y se metió al tocadero político, en una circunstancia donde además compite por el mismo nicho electoral nada menos que con la cuñada del gobernador Ignacio Peralta, con quien Romero Coello rompió estridentemente al inicio del sexenio con el apartamentogate.
Los priistas en Colima, como los tiburones, ya olieron sangre y van a tratar de subir en las encuestas a sus candidatos a costillas de los representantes del Verde.
INOCULANDO TEMOR
En la guerra sucia para minar el voto duro por la transformación de Colima, los aliancistas han recurrido a toda clase de tretas. Algunas a nivel nacional, como esta campaña para sembrar el pánico entre los adultos mayores, divulgando supuestos casos en los que se inyecta aire o que se hace el piquete mas no se presiona el émbolo, por lo que la vacuna contra el covid no entra al torrente sanguíneo.
La campaña, replicada hasta por las televisoras, fue desmentida y evidenciada por el presidente López Obrador en una mañanera, como un montaje en redes. Si bien, los videos que circulan pueden estar reflejando un acto indebido cometido por voluntarios o brigadistas sin ética, deseosos de hacerse de una dosis para aplicarla a un ser querido o venderla en el mercado negro. Meten y sacan la aguja, pero conservan la jeringa para sacar la vacuna de contrabando. Esos actos tienen que ser sancionados de inmediato para evitar que la desinformación avance.
La campaña de posverdad va dirigida a una de las clientelas políticas más fieles de la 4T, esa población que por su edad ya recibe la pensión universal. Pero también trata de asustar a votantes más jóvenes, pues el temor a ser contagiado durante la jornada electoral sólo es superado por el miedo a la vacuna: a sus efectos o a su aplicación.
EXCELENTÍSIMO SEÑOR…
A nivel local, la campaña de estiércol alcanzó su nivel más bajo con la carta al obispo Marcelino Hernández, en la que le piden que llame a sus feligreses a votar contra Indira. No es casual que este recurso tan barato se gaste justo después que se dieron a conocer las encuestas más recientes, en donde se ve que la candidata de Morena no cae en las preferencias.
La autenticidad de la carta se ha querido probar con el sello de recibido en las oficinas del Obispado de Colima. Por eso urge que el pastor de la diócesis confirme si la petición fue hecha, y se deslinde de las malvadas intenciones de quienes pretenden involucrarlo en asuntos políticos.
Desde el anonimato de un autógrafo ilegible, los autores de la carta retoman un asunto que quisieron utilizar en su momento para explotar los supuestos acuerdos entre la entonces delegada de Bienestar y el líder de la bancada del PRI en el Congreso local; un tema que, pese al planteamiento morboso y no exento de violencia política de género, nunca ha logrado penetrar en la ciudadanía.
MINISTRO DE CULTO
La supuesta carta se inscribe en la desesperada estrategia de la derecha para usar al clero en contra de Morena, y en la peregrina idea de aprovechar la autoridad moral de la Iglesia con fines seculares, como se intentó con la postulación como candidato de Fuerza por México, del obispo emérito de Ecatepec, Onésimo Cepeda.
Poco le duró el gusto de ser candidato a este jerarca conocido por su afición a los toros, los placeres y toda clase de lujos. El papa Francisco le recordó al exsocio de Carlos Slim en una casa de bolsa, que el derecho canónico le prohíbe incursionar en política electoral.
Es lamentable que la Secretaría de Gobernación no le haya advertido antes que, pese a haberse jubilado como administrador diocesano de Ecatepec, mantiene la dignidad de obispo y, en todo caso, como cualquier otro sacerdote ordenado al que no le han otorgado una dispensa papal, es un ministro de culto en funciones que no puede ser votado.