CARTA ABIERTA A ARISTEGUI

En una carta abierta a Carmen Aristegui Flores, fechada en Ciudad de México el 18 de mayo de 2020, 83 “abajofirmantes”(muchos de ellos académicos) suscribieron una serie de “observaciones sobre la actual política editorial de Aristegui Noticias”, dejando en claro que “no somos bots ni robots, somos radioescuchas”.

De entrada, señalan que la titular de Aristegui en Vivo “es una de las periodistas más importantes y respetadas de México”.Y que su portal “se convirtió en un proyecto de comunicación e información estratégico en un momento de encrucijada del país: la continuidad y profundización del globalismo financierista en el poder durante casi 40 años, o la ruptura y sustitución de ese modelo politico-económico por una propuesta republicano-demócrata, donde el Estado asume un papel proactivo en la prioridad de combatir la corrupción, la reducción de las desigualdades y la atención a los amplios sectores de población pobres, marginados y vulnerables”.

“Algunos de los rasgos distintivos de los trabajos y del proyecto periodístico de Aristegui han sido el equilibrio informativo, la presencia de fuentes diversas y contrastantes, el tratamiento de ángulos inéditos a problemas de relevancia pública, la atención de necesidades y demandas sociales, la comunicación con sectores tradicionalmente olvidados y reprimidos, la aplicación de protocolos y estrategias de investigación en el desarrollo de reportajes de fondo, y una mediación ética y técnica oportuna y pertinente para evitar la estridencia, la vociferación, el linchamiento, la desinformación y la tergiversación.

“Su ejercicio informativo, a partir de esas maneras pulcras, ha ofrecido a la sociedad mexicana un periodismo de interés y utilidad en el conocimiento de la realidad y en la toma de decisiones respecto a los asuntos públicos. No en balde durante estos años en diversas administraciones se ganó la animadversión del gobierno y de grupos de poder formal e informal asociados a éste, quienes por diversos medios buscaron mantenerla fuera de los espacios privados y públicos de televisión y radiodifusión”, recuerda la carta.

CUATRO VECES LA DESPIDIERON

Los firmantes evocan cuatro episodios en los que Aristegui fue despojada de los espacios mediáticos que ocupaba:

– En 2002, cuando Carmen Aristegui y Javier Solórzano concluyeron su relación laboral con Grupo Imagen y Pedro Ferriz de Con, en medio de desacuerdos a propósito de la línea editorial en el programa Imagen Informativa.

– En 2008, cuando Carmen salió del noticiario Hoy por Hoy de W Radio por incompatibilidad entre el modelo periodístico de Aristegui y la dirección editorial de los copropietarios de la estación: Televisa y el grupo español Prisa.

– En 2011, cuando Joaquín Vargas dio a conocer la salida de Carmen de la Primera Emisión de Noticias MVS, argumentando que la conductora había transgredido el código de ética de la cadena.

La empresa dijo que rechazaba “la presentación de rumores como noticias”. Pero Aristegui culpó a Felipe Calderón de su despido.

Fue “un berrinche presidencial propio de las dictaduras”, dijo la conductora en conferencia de prensa, dando a entender que al mandatario no le gustó que ella lanzara al aire la pregunta respecto a si Calderón tenía un problema de salud, en clara alusión a su alcoholismo.

– Y en 2015, cuando volvió a quedar fuera de MVS ya en el gobierno de Peña Nieto.

Los Vargas la habían reinstalado ante los reclamos de la audiencia, pero la relación laboral volvió a quebrarse cuando MVS Noticias denunció una alianza de Aristegui con otros medios para la publicación simultánea del reportaje ‘La Casa Blanca de Peña Nieto’, sin permiso de la empresa.

“El uso de nuestra marca, sin autorización expresa de sus propietarios”, constituye “un abuso de confianza”, argumentó MVS.

Con ese mismo cargo habían despedido al director de la Unidad de Investigación, Daniel Lizárraga, y al reportero Irving Huerta. Aristegui pidió su reinstalación pero Joaquín Vargas se lo negó.

Carmen rechazó por su parte la imposición de una serie de lineamientos a sus conductores y reporteros, y MVS dio por concluido el contrato con la periodista. En 2019, la Suprema Corte declaró ilegal e indebida la conclusión de ese contrato.

GOBIERNO CONTRA LAS CUERDAS

“Cada una de estas experiencias fue construyendo una epopeya de lucha por la libertad de expresión de Aristegui –continúan los firmantes de la carta– y situó su épica en el escenario de una batalla profunda contra la corrupción de los intereses políticos, económicos y de las empresas de comunicación.

“Al distinguido ejercicio profesional de la periodista se sumó una causa afín al deseo de una sociedad civil ávida de verdad y justicia. No en balde la simpatía y la creciente adhesión a la defensa de su presencia como ‘contrapeso’ o ‘alternativa’ en medios como la radio y la televisión.

“En algunas presentaciones públicas, Carmen Aristegui solía repetir una frase cierta:‘el gobierno contra las cuerdas ante una sociedad crítica’. Parte de esa sociedad se sentía representada por ella. Lo que el periodismo de Aristegui anunciaba, acompañaba y daba voz era una sociedad frustrada, molesta, insatisfecha, muchas veces vilipendiada en la repartición de las riquezas en los resultados electorales y, ahora, participativa y empoderada.

“Pero de un tiempo a esta parte, sin duda por los cambios que el triunfo de Andrés Manuel López Obrador ha propiciado, hemos notado que así como los grupos de poder se negaron a aceptar el análisis riguroso y la crítica de periodistas como Aristegui y de grupos sociales, otro sector, el de los periodistas y los medios de comunicación, se niega hoy a ser sometido a la interpelación, al cuestionamiento de su quehacer, a la revisión juiciosa del rigor y metodologías empleadas para producir la información, y se mantienen refractarios a la autocrítica. A pesar de la amplia libertad de expresión, los medios y sus mediadores nos deben transparencia y diálogo.

“Se escudan en un concepto de la libertad de expresión excluyente que se expresa en un tengo el derecho a decir lo que me dé la gana. El uso de las palabras y las opiniones deben no solamente seguir ciertas reglas del decoro argumental, sino visibilizar desde que medios se dice, cómo se selecciona la información y qué intereses se defiende. Los medios son poderes y empresas que tienen intereses, así como sus mediadores profesionales (periodistas, comentaristas y conductores) hablan desde su privilegio de tener un medio para ser escuchados. Pero pocas veces aceptan el diálogo con los públicos y menos la interpretación y la autocrítica. El poder mediático y sus mediadores profesionales pueden ahora decir lo que se le espera la gana; pero nos deben también, a los públicos, el derecho a replicarlos y exigirles rigor, mesura y sensatez. No basta con decirnos que es el rating o los lectores en abstracto el que juzga la labor periodística. Son un poder y los públicos tenemos derecho a exigirles rendición de cuentas y transparencia”.

CON LAS PEORES CAUSAS

“Se pueden citar numerosos casos sobre el ejercicio abusivo del poder mediático en nuestro ecosistema informativo, pero nos preocupa particularmente lo que percibimos en el mejor noticiero de México”, señalan los suscribientes del documento.

“Mencionaremos algunas de las situaciones en las que la misma Carmen Aristegui y Aristegui Noticias se han visto cuestionados por una sociedad crítica a la que en muchas ocasiones, en las redes y en los medios tradicionales, se le desestima estigmatizándola con las etiquetas de chairos, amlovers, haters o bots pagados por comunicación social de la presidencia”.

Y pasan los firmantes a enlistar algunas de esas situaciones:

– La participación en el caso de la secta Nxivm de Rosa Laura Junco, hija del dueño de Reforma,Alejandro Junco de la Vega, no fue tratadacon la importancia relativa que se le dio al involucramiento de Emiliano Salinas Occelli, hijo del ex presidente Carlos Salinas de Gortari.

– Tampoco mereció una investigación periodística el financiamiento que Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, encabezada por Claudio X. González Guajardo,le ha dado a la guerra sucia contra López Obrador o la participación de esaonegéen los amparos contra el aeropuerto de Santa Lucía.

– Aristegui Noticias ha tomado partido a favor de los exsecretarios de Salud, José Narro, Julio Frenk y Salomón Chertorivski, en su guerra de cifras contra el secretario de Salud, Jorge Alcocer Varela, y el subsecretario Hugo López-Gatell.

Además, “informa de manera incompleta y desequilibrada sobre la pandemia”del Covid-19,“no hay un reportero en las conferencias” sanitarias ni “interés por obtener información diversa y plural” que ayude a “contrastar, aclarar o comprender la complejidad de la crisis sanitaria”.

PARCIALIDAD ABSOLUTA

– Ante la complacencia de Aristegui, con sus “expresiones de descontento” Denise Dresser y Sergio Aguayo han vuelto “el otrora espacio de análisis en un foro desaforado de animadversión y prejuicios”. La conductora no ha querido “moderar sus excesos verbales” ni “los arrebatos y vértigos argumentales de dichos comentaristas”.

– En sus mesas de análisis, Aristegui le dedica más tiempo a quienes critican a AMLO que a las opiniones de quienes buscan comprender los complejos problemas de la vida social y económica, como Ana Lilia Pérez y Fabrizio Mejía Madrid.

Incluso, Carmen recriminó al escritor cuando el autor de Nación TV criticó a los opositores de la estrategia sanitaria oficial o la credibilidad de los artículos del New York Times al respecto.

– Y sobre el reportaje contra Sanjuana Martínez, dicen los firmantes, “es un trabajo interesante pero incompleto”. Muestra evidencias de que las redes sociales están contaminadas pero no se demuestra quién paga esas cuentas.

Aristegui Noticias nos debe una investigación sobre los problemas de fondo de Notimex, que “no sólo se refieren a un acto de prepotencia de gente en el poder”, sino que también tienen que ver con la corrupción y la participación en ésta del sindicato de la agencia. Quienes ahora se dicen víctimas de ataques digitales, fueron primero acusados penalmente de “abuso de confianza y robo de información”.

NO NOS FALLES, CARMEN

Los suscribientes observan que Aristegui, Dresser, Aguayo y los otros opinadores o analistas que participanen la plataforma,“no aceptan realmente la interpelación ni han mostrado disposición a realizar una autocrítica respecto a su ejercicio intelectual y periodístico”.

Denuncian las “inconsistencia de muchas de las aseveraciones de los expertos y especialistas de Aristegui Noticias y del trabajo editorial de su sitio, que en realidad no provienen de trabajos de investigación o de estudios serios y si reflejan sesgos y líneas discursivas ideológicas”.

“La respuesta de estos periodistas y comentaristas es, paradójicamente, similar a la que muchos de ellos criticaron con razón: una posición con autoridad que no acepta, cuando está contra las cuerdas, a una sociedad crítica que puede diferir con sus opiniones y que no necesariamente son o somos un ejército de humanos y de robots contra la libertad de expresión (de ellos), sino un grupo que aún confía en la posibilidad de un periodismo con valor ético, empático, comprensivo y apegado a criterios y al uso de la razón”.

Concluye la cartaabierta con un ruego. “Carmen, te pedimos reflexionar y volver al sendero que tú nos mostraste: no nos falles…”

Mi correo electrónico: carvajalberber@gmail.com.

Comentarios

Dejar una contestacion

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *